Susana Gazmuri

Datos Personales

Fuentes

Trayectoria Política

Susana Gazmuri, historiadora: ¿Qué es dignidad? Acostarte sabiendo que mañana tienes qué comer, que tu hijos están calentitos y que van a tener educación, ¿no es cierto? Una educación que les permita tomar decisiones libres. Ya eso es la dignidad. Y el sistema político chileno y económico le da esa libertad a muy poquita gente. Si el nuevo gobierno se enfoca en estos objetivos, y deja de condenar las transacciones que son propias de la democracia y de la política, podría efectivamente transformarse en una fuerza con proyección de futuro.

¿Este nuevo gobierno podría tener proyección en el tiempo como los gobiernos de la Concertación?

Eso es lo que hace que sea un nuevo ciclo. Sí, y espero por el país que sigan creyendo en la democracia como el espacio en que se cede, se negocia y se arman alianzas. Y veo esa voluntad en Boric y en el equipo que lo acompaña, incluso en Camila Vallejo, que tantas veces apareció tan dura, muy ordenada con el partido, ahora la veo más flexible. Creo que si ese pragmatismo logra imponerse y eso significa disminuir de alguna manera los niveles de injusticia y precariedad, lo más doloroso me parece a mí de la realidad chilena es el nivel de precariedad de la clase media y de la gente con menos recursos, puede tener proyección. ¿Qué es dignidad? Acostarte sabiendo que mañana tienes qué comer, que tu hijos están calentitos y que van a tener educación, ¿no es cierto? Una educación que les permita tomar decisiones libres. Ya eso es la dignidad. Y el sistema político chileno y económico le da esa libertad a muy poquita gente. Si el nuevo gobierno se enfoca en estos objetivos, y deja de condenar las transacciones que son propias de la democracia y de la política, podría efectivamente transformarse en una fuerza con proyección de futuro.

En este contexto juega un rol fundamental la Convención. ¿Qué le parece cómo ha funcionado?

Yo nunca he mirado con sospecha a la Convención, ni he sido una crítica a priori. Todo lo que ocurrió en torno a la instalación, que fue tan criticado, me parece que correspondía al momento performativo, tenía que ocurrir y no decía nada sobre el funcionamiento futuro de la Convención. Una vez que se logra ordenar, la gente tiene que conversar, y tiene una cuestión bien virtuosa, yo la comparo con la democracia ateniense. En Grecia había una institución súper importante que se llamaba el Consejo de los 500, quinientas personas conversando, haciendo propuestas a la Asamblea. La gracia es que esas 500 personas llegaban por sorteo desde distintas partes del Ática: de la costa, del campo, de la ciudad. Y eso significaba que había una transacción de diversos conocimientos. El Consejo proponía medidas y la Asamblea las discutía. Si querían construir un puerto nuevo había que escuchar al señor que sabía hacer barcos o conocía de puertos, y el campesino aprendía algo que no sabía antes. Creo que la convivencia en la Convención los obliga a escucharse. Somos animales sociales, y el hecho de sentarse, convivir, tomar café, almorzar, fuerza ciertas conversaciones. Y en ese sentido la Convención se puede comparar con el Consejo, y más allá de los prejuicios, hay una pragmática. O sea, a la Tere Marinovic le puede dar lata escuchar a la machi Linconao, pero está fregada, tiene que escucharla. Y tiene que ser consciente de lo que le cuesta a la machi hablar en español. En todas partes hay gente que es más cerrada o más extrema, pero en la Convención son un montón de personas. Y en esa variedad hasta ahora han demostrado que son capaces de funcionar. Incluso durante la votación de la nueva mesa, finalmente nadie se retiró de la sala. Estuvieron poco dispuestos a ceder, pero siguieron hasta que lo lograron. Y es propio de los sistemas más participativos esta dificultad para llegar a consensos, no es ningún escándalo. Por otro lado, los convencionales tienen un cierto sentido de su lugar en la historia, saben que lo peor que puede pasar es que el plebiscito de salida sea No, y eso pone una presión extra para llegar a acuerdos. ¿Va a ser una buena o mala Constitución? No lo sé. Pero creo que hay buenos incentivos para que hagan un texto que pueda ganar. Y evidentemente, el proceso constituyente más las nuevas fuerzas políticas marcan, creo yo, el fin del antiguo ciclo político.

La Tercera 17 enero 2022

Bibliografia

Doctora en Historia y académica de la UC, coeditora con Iván Jaksic de Historia de los intelectuales y las ideas políticas, para Gazmuri el gobierno de Boric y el trabajo de la Convención Constituyente suponen un remezón tectónico profundo.

Otras publicaciones

No hay comentarios

Sorry, the comment form is closed at this time.