Ignacio Perez Walker

Biografía Personal

Pérez Zañartu  Clemente Joaquín (1914-1993)[1] abogado, convencional P. Conservador, “acompaña a Bernardo Leighton, entre otros, el 24 de julio de 1931 a unirse, desde la UC, a la protesta de los estudiantes de la Universidad de Chile” provocando la renuncia del Presidente Ibáñez; embajador de Chile en el Vaticano (ante la toma de la UC, le pedí que hablara con el Papa a nombre del gobierno, para que aceptara la renuncia del arzobispo de Santiago y designara en su reemplazo a Raúl Silva Henríquez. Clemente Pérez, muy inteligente y gran embajador, visitó al Papa y en forma milagrosa logró que Pablo VI enviara por cable la aceptación de la renuncia al rector…” (2); casado con Teresa Walker Concha (1916) h. Horacio Walker Larraín,

PADRES DE

Pérez Walker (Juan) Ignacio (1948)[2] abogado, máster en Ciencias del Desarrollo; director de la Compañía Forestal de Chiloé y del Hogar de Cristo;  casado con Carmen Noguera Phillips (1951).

[1] (1) BOIZARD p. 181. (2) VALDES p. 201.

Inscripción número 1.000 matrimonio 1937 Portales;   I. 520 defunción 1993 Las Condes.

Descendencia

Walker Noguera Carmen

Walker Noguera Antonia

Fuentes

Trayectoria Política

Pérez Walker (Juan) Ignacio (1948) [2]  RN (“yo soy un agradecido de haber sido senador de RN, siento orgullo de militar en ese partido y trataré de ser leal con él” (1)), secretario ejecutivo del Consejo Económico y Social 1985-1989; senador por Atacama 1990-1994 (24.147 votos, 22.2%) y 1994-2002 (23.737 votos, 21.7%).

«… de lo que se trata es de dotar de una nueva legitimidad al uso privado de fondos públicos, haciendo compatibles el derecho a la educación con la libertad de enseñanza, la educación pública y la educación privada, asegurando que los uS$ 6.000 millones que anualmente se destinan por concepto de subvención escolar al 92% de los alumnos de básica y media vayan integramente al proyecto educativo» (4)

“Qué distinta a la actitud de Nelson Mandela ha sido la cultura de reconciliación en nuestro país, donde hemos sido invadidos por el valor de “ni perdón ni olvido”. Ojalá que nuestra próxima Presidenta tenga el coraje, el amor y la compasión que tuvo Mandela. Sobre todo con aquellos muchachos del pueblo que el 73 tenían menos de 20 años” (2).

“En economía, los números significan dinero, y el dinero importa para el bienestar de la gente. Con más dinero hay más bienestar, más salud, más educación, más cultura, más etcéteras. Los números importan (3).

[2] (1) Carta “Tomic y RN”, 27 diciembre 2013. (2) El Mercurio, 7 diciembre 2013. (3) En respuesta a dichos de la Presidenta Bachelet, carta “Los número importan”, El Mercurio 1 septiembre 2017.

(4) Carta El Mercurio, 14 agosto 2012 «Lucro con fondos públicos»

Bibliografia

Otras publicaciones

«Lo de una DC bacheletista es caricatura, aquí somo todos democratacristianos» entrevista El Mercurio, 18 junio 2012 «la DC y el pS son la base de la gobernabilidad democrática en Chile, y nuestro entendimiento ayuda a construir acuerdos con coherencia, al margen de la ambiguedad que hemos visto en algunos de nuestros socios… vemos en el PPD y en el PR una gran desafección con la Concertación, y eso nos debilita. Llegó la hora de las definiciones. hay que terminar con respeto este baile de máscaras»

«El programa de Bachelet» La Tercera, 3 noviembre 2013: «están señalados los tres cambios fundamentales referidas a Constitución, educación y tributación. Se trata de elementos complementarios e insustituibles… el programa opta siempre por las vías institucionales y por el debate abierto y en profundidad de los temas en discusión: no podemos estar mas de acuerdo…»

«La gobernabilidad del cambio» La Tercera, 22 diciembre 2013 «Estamos hablando de reformas, no de revolución; de reformas estructurales, no de maquillajes… esto no significa renegar de los 20 años de la Concertación. Estos nuevos compromisos no serían posibles sin los cambios que hemos introducido en nuestra historia reciente… somos distintos en una serie de cosas. Y a pesar de todo eso, nos hemos puesto de acuerdo en un programa de gobierno y en una fórmula presidencial, parlamentaria y de cores.

«Después de la globalización» El Mercurio 12 noviembre 2016 «… el nacionalismo y el populismo, hasta ahora característicos de los países del sur, de las economías emergentes, de América latina, se trasladan hacia el norte desarrollado, en Estados Unidos y Europa, en la forma de nacional populismo… tiempos para meditar, reflexionar y actuar con racionalidad, la misma que muchos amigos del norte pareieran querer abandonar. Son tiempos difíciles los que vienen»

«La DC después de la pandemia» Jorge Burgos e Ignacio Bustos El Mercurio  6 mayo 2020. «…existe la tentación de apelar a la ‘unidad de la oposición’. Ellos significa en la práctica, regalar el voto de los sectores medios, independientes y de centro a la derecha…»
La DC tiene que marcar su propio perfil e identidad desde la perspectiva de la diferenciación (y no de la unidad por la unidad) y de un centro reformista que se resiste a ser arrastrado por una izquierdización que llegaría a constituirse, en vez mas, en un verdadero subsidio político a la derecha».

Entrevista El Mercurio, 5 julio 2020: «Fui cinco años presidente y conozco mi partido, a sus bases, y tienen mucha claridad en alejarse de los extremos y construir una alianza hacia el centro» «la crisis de octubre y la pandemia nos mostraron quién es quién y rayaron la cancha para futuras alianzas» «Me da mucha rabia la abdicación de sectores intelectuales y políticos de izquierda que justificaron la violencia» «quien logre posicionar una coalición política más hacia el centro y la moderación, va a ganar la próxima elección presidencial»

En debate sobre proyecto de aborto, Pedro Becker Rencoret le replica: «Ignacio Walker confirma mi aprensión: si bien el se opone al aborto libre, aquellos camaradas de la DC que piensan distinto apelarán a su recta y formada conciencia» carta El Mercurio 25 enero 2021

Hobbes, el estado de naturaleza y el caso chileno

Influido e impactado por las guerras civiles y revoluciones del siglo XVII en Inglaterra, Thomas Hobbes escribió una de las más elaboradas filosofías políticas sobre el Estado.

En apretada síntesis, para salir del estado de naturaleza (la guerra de todos contra todos, esa condición prepolítica en que los hombres viven sin gobierno civil), los hombres optan por la “sociedad civil” (base del contrato social). En un sentido más acotado, optan por el Leviatán, entendido como poder soberano, cuya principal misión es garantizar la seguridad (obediencia a cambio de protección).

Lo más cerca que Chile estuvo al estado de naturaleza fue la Guerra Civil de 1891. La despiadada lucha de poder entre Ejecutivo y Legislativo, entre gobierno y oposición, entre balmacedistas y antibalmacedistas, el odio político, el lenguaje agresivo y confrontacional entre bandos opuestos e irreconciliables, condujeron a una guerra fratricida con el resultado de miles de muertos. Súbitamente se puso fin a la paz liberal de 1860-1890, que había sucedido a la paz conservadora de 1830-1860.

Casi un siglo después, nuevamente las odiosidades y el desencuentro al interior de la élite política dirigente nos colocaron en un trance histórico, una vez más nos acercamos al estado de naturaleza, con la diferencia de que la cohesión entre las FF.AA. hizo que aquello deviniese en golpe de Estado y no en guerra civil. Todavía resuenan las palabras del cardenal Raúl Silva Henríquez pronunciadas en 1972-73: “matemos el odio antes que el dio mate a Chile”. Desgraciadamente, sus palabras fueron desoídas (al igual que las del entonces arzobispo de Santiago, Mariano Casanova, quien ofreció sus buenos oficios para evitar el conflicto que devino en el derramamiento de sangre de 1891).

El 18/10 volvimos a asomarnos al estado de naturaleza, con la violencia desatada en los días y semanas siguientes. A pesar de que (al menos hasta ahora) la vía institucional ha logrado imponerse a la vía insurreccional, no cesan las odiosidades, la política de trincheras, la descalificación a diestra y siniestra, la intransigencia, la agresividad, las funas y el bullying político, la demagogia, el populismo y el desencuentro de todos los días entre Ejecutivo y Legislativo, gobierno y oposición.

Y qué hablar de la violencia en La Araucanía —algunos hablan derechamente de “Estado fallido” en esa macrozona sur— y de la delincuencia de todos los días en la forma del narcotráfico y el crimen organizado, ante la ausencia y la impotencia del Estado en los territorios más afectados. ¿No es otra forma de hablar de estado de naturaleza?

En nuestros días, el estado de naturaleza no se presenta en la forma de guerra civil o golpe de Estado. Son mucho más sutiles las causas de “Cómo mueren las democracias”, el aclamado libro de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt. Habría sido el deterioro del respeto mutuo y de la tolerancia y la autocontención (forbearence) de los actores lo que habría conducido a la erosión de la democracia estadounidense.

Se dirá que nada de estas cosas ocurren en Chile. Lo cierto es que la historia nos demuestra lo contrario, a veces con consecuencias trágicas. De los actores políticos —y de nadie más que de ellos— de gobierno y de oposición, del Ejecutivo y Legislativo, de los partidos y parlamentarios depende que encontremos las vías para conducir hacia la concordia nacional.

Es de esperar que a 130 años del estallido de la Guerra Civil aprendamos de las lecciones del pasado, nos alejemos del estado de naturaleza y se instalen verdaderos liderazgos políticos (en Chile hay muchos dirigentes, pero no se vislumbran liderazgos políticos) que permitan reencauzar las cosas por una senda virtuosa. Esto significa estar dispuestos a pagar costos por decisiones a veces impopulares, desafiar lo políticamente correcto, resistir las presiones de las redes sociales (con sus efectos tóxicos) y jugarse con visión por un puñado de convicciones. ¿Será mucho pedir?

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