Morales Vivanco Virgilio (1876-1963) hijo de Pedro María Morales y María Antonia Vivanco; abogado,  promotor fiscal de Cañete 1906,   casado con Emilia Mardones Peña hija de Horacio Mardones y Carmen Peña.

Morales Mardones Virgilio

Morales Vivanco Virgilio (1876-1963) [1] miembro del Partido Democrático,   diputado por Arauco 1926-1930 (1.579 votos de la lista Demócrata-PC donde iba en primer lugar, que elige uno de los tres diputados de la circunscripción; la cifra repartidora fue de 1.361); Ministro de Tierras 1932 en la Junta de Gobierno de Dávila, «artífice de la legislación sobre propiedad austral» (2);

senador por Bío-Bío y Cautín 1933-1941 (3.794 votos de los 4.295 votos que obtiene la lista Demócrata); candidato a senador por Santiago 1941 por la APL (746 votos, de los 44.276 de la lista PL-Conservador-APL-Demócrata, que eligió dos de los cinco senadores); diputado 1953-1957.

[1] “Las revoluciones triunfantes, según el concepto jurídico universal, no solamente no constituyen delito sino que son fuente de Derecho, como lo reconoce el propio Gobierno actual al poner en vigencia un decreto dictado por uno de esos Gobiernos, fruto de una revolución triunfante” Senado 8 noviembre 1933

(2) Gonzalo Vial, Historia de Chile 1891-1973, volumen V, página 206

Sergio Grez «El partido Democrata de Chile: auge y ocaso de una organización política»:

Como de costumbre, en el seno del Partido Democrático surgieron posiciones abiertamente opuestas al apoyo y participación en elq ue, una vez más, estaría presente el poderoso coronel Ibáñez.
Dos figueras destacadas, los diputados Virgilio Morales y Manuel J. Navarrete, enarbolaron la bandera del desacato a la política por el Directorio General.
Navarrete explicó a la prensa que su posición respondía, por un parte, al acuerdo de honor adoptado en conjunto con los demás partidos para cerrar el paso a la instauración de una dictadura militar y,
por otra, al mandato de sus respectivas asambleas, contrarias a convertir al partido en agente de empleos o protector de caudillos…

Virgilio Morales agregó otros elementos a la crítica a la política adoptada por la dirección de su partido,
retomando algunos argumentos que habían sido planteados muchas veces, tanto por sus propios militantes como por sus adversarios:
«¿Saben, ustedes, cuantos candidatos hay en estos momentos para ocupar la cartera de Higiene y Previsión Social, aún vacante? Hay nueve candidatos y todos dirigentes demócratas.
Es esto una verguenza. Me decía un director del partido que en la próxima sesión del Directorio general se iba a proponer un proyecto de acuerdo tendiente a crear tres Ministerios más con el fin de que el partido estuviera decorosamente representado en el Gobierno»

Intervención en la sesi6n ordinaria celebrada por la Cámara de Diputados el 7 de junio de 1926:

El señor Morales. «Solo me resta deplorar señor Presidente la sistemática ausencia de esta sala de los representantes del Ejecutivo. Ya no tienen interés en oír a los representantes del pueblo. Asilados en la autocrática Constituci6n Mapuche, que nos dio el penodo de agresi6n que acabamos de vivir».

El señor Ugalde. «Esa Constituci6n se hizo con la aprobación de su partido». «Consta a todo el mundo que los dirigentes dem6cratas aceptaron esa Constituci6n».

El señor Morales. «No, señor Diputado. Yo estuve entre aquellos que no aceptaron esa Constituci6n».

El señor Ugalde. «Si no fue Su Señorla quien la acept6, no puede negar que la inmensa masa de sus correligionarios la aceptaron».

El señor Morales. «Yo no estuve en eso con mi partido, pues no acepté esta Constitución por antidemocrática, y si mi partido la aceptó, ése fue el más grande de los errores que baya cometido».