Eliodoro Yañez Ponce

Biografía Personal

Yáñez Ponce Eliodoro (1860-1933) abogado 1883 “es uno de los legistas mas prestigiosos y distinguidos que tiene el país” (2), periodista, académico de la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas,  relator de la Corte de Apelaciones de Santiago 1889, director de la Sociedad Nacional de Agricultura, presidente de la SOFOFA, fundador del diario La Nación en 1916 (en 1927 luego de una serie de gestiones, amenazas y persecución a su familia, se vio obligado a venderlo al Gobierno en condiciones onerosas para Yáñez),  casado con Rosalía Bianchi Tupper, hija de Juan Bianchi Antongina y Flora Luisa de Vic Tupper Zegers.

“Ese abuelo, el menor de diez hermano, de madre viuda, se educó en el Instituto Nacional, aunque tuvieran que turnarse los zapatos entre los hermanos. Al recibirse de abogado de la Universidad de Chile se dio cuenta de que para surgir debía emplearse en las oficinas de la clase poderosa y él eligió la de los Claro. Era un buen orador y comenzó a ganar juicios importantes que sus patrones, de viaje en Europa, le cedieron complacientes. Así fue como, en uno de ellos, ganó la hacienda Lo Herrera, de 1.500 cuadras planas y regadas, más dos estanques y varios cerros que la circundaban, entre Nos y Buin” (1). “De carácter moderado y tranquilo, nunca ha tomado parte demasiado activa, en las apasionadas luchas de la política (2).

(1) Mónica Echeverría, “Hágame Callar” p. 26.

(2) SEMBLANZAS p. 182.

Descendencia

Yáñez Bianchi Álvaro (seudónimo Juan Emar) escritor

Yáñez Bianchi Eliodoro

Yáñez Bianchi Rebeca

Yáñez Bianchi Inés

Yáñez Bianchi Luisa

Yáñez Bianchi Gabriela (1904-1996) profesora cm Jorge Figueroa Anguita, abogado en 1928.

Yánez Bianchi María Flora (“a mí me costó mucho que la clase alta me aceptara como una de ellas. Creo que mi belleza ayudó un poco, y la carrera política de mi padre, candidato a la presidencia.”), escritora, casada con José Rafael Echeverría Larraín, (“mi padre sí era un verdadero aristócrata”) ingeniero civil, Partido Libeal, alcalde de San Bernardo, hijo de Félix Echeverría Valdés. De aquí, Mónica Echeverría Yáñez, profesora, escritora, cm Fernando Castillo Velasco, rector de la Universidad Católica.

Fuentes

Trayectoria Política

Yáñez Ponce Eliodoro (1860-1933) perteneció al Partido Liberal,  Ministro de RR.EE 1901-1902 (arregló la cuestión limítrofe con la Argentina y conjuro los peligros de una conflagración internacional); diputado por Valdivia 1894-1897, reelegido 1897-1900 y nuevamente reelegido 1900-1903, senador por Valdivia 1912-1918, reelegido senador 1918-1924 y neuvamene reelegido senador 1924; precandidato presidencial 1915; candidato presidencial 1920 en la convención de la Alianza Liberal;  miembro de la Comisión Consultiva Constituyente 1925,  delegado de Chile a la Liga de las Naciones 1925-1926; expulsado del país en 1927.

Bibliografia

Otras publicaciones

«Tal como lo expresara el ilustre liberal Eleodoro Yáñez, nosotros deseamos qu el orden esté asegurado dentro del concepto de la democracia y la liberta, dentro del principio de la autoridad» Gregorio Amunátegui, 25 enero 1942 en la proclamación de la candidatura de Juan Antonio Ríos.

El 24 de abril de 1926, desde París, Eliodoro Yáñez escribió al Presidente Figueroa una larga carta, alentándolo en la ingrata tarea de gobernante y advirtiéndolo de ciertos peligros: «Algunas personas que llegan de Chile aseguran que existe un senti-miento de reacción en contra de los militares y que se ha levantado una bandera política de antimilitarismo. ¡¡Qué profundo error me parece todo eso!! En Chile no existe el militarismo. Lo mató Portales y la tradición de O’Higgins se mantiene inalterable. Basta sólo considerar que los militares aieron dos golpes de estado, tuvieron en sus manos toda la suma del poder público y no lo conservaron ni fueron obstáculo a la vuelta de la civilidad de nuestras instituciones. Creo que ningún pa!s de la América Latina puede exhibir un ejemplo tan honroso. El mejor modo de no dar vida a los fantasmas es no creer en ellos. En 1833 la República se fundó sobre dos grandes pilares: el Parlamento y el Ejército, y así pudo tener gobiernos fuertes y una clase dirigente en que dominaban los hombres honorables y serios. Hemos destruido el Parlamento, y la clase dirigente se ha desprestigiado. Conservemos a lo menos el Ejército, con su unidad, su disciplina, su tradición y su prestigio. De otro modo temo yo que sobrevengan a corto plazo esas convulsiones de abajo que la carestía de la vida y el malestar social provocan, y que la ignorancia y la irresponsabilidad agravan. y es esto a veces el contragolpe de las revoluciones militares»

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