Matta Vial Enrique (1868-1922) [1] abogado, historiador, académico, director de ‘El Heraldo’ y ‘La Libertad Electoral’ y editor de la ‘Revista de Chile’, ‘La Revista Nueva’ y ‘La Revista Chilena’, casado con Leonor Figueroa Larraín, hija de Francisco de Paula Figueroa Araoz.

Hijo de Tristán Matta Ugarte (+1913), diputado suplente de nacimiento, regidor, miembro del Partido Liberal, estuvo exiliado hasta 1861. Sin abandonar la bandera doctrinaria por la cual había combatido y en el acula había caído envuelto en 1859, su liberalismo apareció mas templado y mas suave, y cuando se produjo la fusión liberal-conservadora, formó parte de ella y fue uno de los liberales fusionistas más moderados. Durante la administración de José Joaquín Pérez fue elegido regidor de la Municipalidad de Santiago. Al retirarse de ese cargo, ocupó la Intendencia de Curicó y más tarde la de O’Higgins,  y en los días de la Presidencia de Federico Errázuriz, a quien sentíase ligado por intima amistad y extrema veneración, ocupó en el Congreso un sillón en la Cámara de Diputados. Mas tarde, desempeñó el cargo de Ministro de la Corte del Tribunal de Cuenteas.

Fue bisnieto de Agustín Vial Santelices, sobrino de Manuel Camilo Vial y Formas. Su madre Camila Vial Recabarren, casada en 1867, falleció cuando Enrique estaba todavía en la cuna.

[1] DIC_FIG tomo IV página 220

Matta Figueroa Enrique (1900-1968) abogado, Partido Libeal,

diputado 1926-1930 (1.152 votos, de los 22.714 de la lista PL-PR-Conservadora que logró 12 de los 18 diputados, no alcanzó la cifra repartidora, elegido en séptimo lugar de la lista);

deportado en 1930 por la dictadura de Ibáñez,  consejero de la Caja de Crédito Agrario 1932-33, Ministro de Fomento 1931,

casado con María Rogers Sotomayor (ver),

casado 2 con Adelina Larraín del Campo h. Ricardo Larraín Bravo y Ana del Campo Ortúzar.

Matta Vial Enrique (1868-1922)  intendente de Tarapacá, subsecretario del Interior, subsecretario de Justicia

Don Enrique Matta Vial, su vida y su obra. Su acción en el desarrollo de la cultura intelectual chilena. Por Guillermo Feliu Cruz, prólogo  de Armando Donoso (1923)