Jorge Heine Lorenzen

Biografía Personal

Heine Lorenzen Jorge (1948) abogado, politólogo, académico,  casado con Norma Acevedo, economista puertorriqueña.

Descendencia

Fuentes

Familia

¿Cuál es el secreto del “milagro chino? Una conversación con Jorge Heine, 30 septiembre 2022
Ratificación del TPP11: retardo inconveniente 21 octubre, 2022

Nuestras relaciones exteriores han descansado por décadas sobre un consenso que ha permitido impulsar la política comercial del país fuera de todo apego ideológico, causa o activismo no alineado con el interés nacional. Así las cosas, diversos gobiernos, de distinto signo político, promovieron, negociaron e implementaron acuerdos comerciales teniendo a la vista los objetivos nacionales de largo plazo, más allá del ciclo político de turno, sin prejuicios, y atendiendo el desarrollo comercial sobre la base de fundamentos económicos estructurales, alejados de opiniones militantes o negacionistas de la globalización.

Pero en el último tiempo el país ha sido testigo de una campaña de desinformación y mitos en torno al CPTPP (TPP11) como nunca hemos vivido en procesos internos de discusión legislativa para la aprobación de tratados internacionales. Un neosoberanismo que confunde argumentos de las oportunidades globales de integración de un acuerdo progresista e innovador con la autonomía de nuestras políticas públicas y capacidades regulatorias, construyendo sofismas y eslóganes sin correlato normativo ni evidencia comparada.

Más allá de esta retórica basada en consignas, los perjudicados finales han sido los miles de chilenos a los que impacta la exclusión de mercados y cadenas de valor que redundarían directamente en su bienestar y en el crecimiento del país. Pero el sentido común disipó mitos, disciplinó voluntades y alineó razones logrando que el Senado aprobara el CPTTP por amplia mayoría, desechando de paso las declaraciones interpretativas sugeridas por algunos parlamentarios.

Sin embargo, se ha levantado luego el argumento de que, previo a su ratificación, se debería avanzar la negociación de las denominadas “side letters”, lo que no resulta necesario, pues dicha negociación corre por cuerda separada al Tratado (de ahí su nombre de cartas laterales).

Al tratarse de un ejercicio bilateral con cada país que forma parte del Acuerdo, se podría retrasar su concreción y, aun así, de lograrse, no tendría efecto práctico respecto de 7 de los 10 países del CPTPP con quienes Chile ya tiene actualmente acuerdos bilaterales previos que contemplan reglas de solución de controversias inversionista-Estado, por lo que el efecto de ellas sería más simbólico que real. Por lo demás, la lógica de las cartas laterales sería proteger las potestades regulatorias de Chile, cuestión que tiene mucho mejor resguardo en el acuerdo multilateral con contenido posterior y actualizado.

De este modo, el expediente de las “side letters” se estrella con la realidad y, más aún, con la voluntad del Congreso para concluir con la incorporación de un tratado a nuestro ordenamiento interno.

Nunca en los últimos 32 años se había pensado en retardar la promulgación y publicación de un tratado y tenemos la convicción de que el Presidente meditará sobre este asunto, fiel a lo que ha sido su liderazgo por sobre el ruido sectorial, tal cual lo hizo un 15 de noviembre de 2019 al firmar un Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución y como lo ha hecho en el ejercicio de su cargo, cuando se trata de hacer prevalecer el rol de jefe de Estado por sobre el de dirigente de una coalición o partido.

Sin tratado, Chile continuará en desventaja para el comercio con países del CPTTP, porque seguiremos un escalón abajo respecto de los miembros que lo han ratificado y que nos han desplazado parcialmente de ciertos mercados, capitalizando su más temprana ratificación en relación con Chile, amén de postergar una importante señal a los inversionistas extranjeros, indispensables para obtener capitales para los grandes proyectos de desarrollo, como hidrógeno verde, litio o energías alternativas. El daño sería además político, ya que comprometería nuestra seriedad y confiabilidad con los países del Asia Pacífico.

El retardo es inconveniente. Está en juego no solo el que Chile recupere terreno como líder de la región en crecimiento, enfrentando los pronósticos del FMI para el 2023, sino también el preservar la conducción de nuestra política exterior como una política de Estado. (El Mercurio)

Ximena Rincón
Francisco Cruz F.
Mariano Fernández
Mario Matus
Matías Walker
Claudio Troncoso
Edgardo Riveros
Cristián Barros
Carlos Portales
Carlos Appelgren
Jorge Heine
Andrés Grunewaldt

¿Existe el neoliberalismo? 1 noviembre, 2022

En respuesta a la visita a Chile de los economistas Joseph Stiglitz y Mariana Mazzucato, así como a la columna de Agustín Squella en este diario, “Capitalismo neoliberal”, en Cartas al Director se ha señalado que el neoliberalismo no existiría. La expresión no sería más que un artilugio, un espantapájaros conceptual, sin definición alguna, utilizado por los enemigos del liberalismo como tal.

Esta aseveración es falsa, ya que existe una amplia literatura al respecto, incluyendo libros como “The Handbook of Neoliberalism”, Springer et al; “The Political Theory of Neoliberalism”, Biebricher; y “Globalists: The End of Empire and the Birth of Neoliberalism”, Slobodian. En Chile, Renato Cristi ha publicado un importante libro, “La tiranía del mercado: El auge del neoliberalismo en Chile” (Lom, 2021) acerca de cómo Jaime Guzmán integró el pensamiento carlista con la doctrina económica de Chicago.

Como señala Springer, el neoliberalismo puede definirse como la extensión de mercados competitivos a todas las esferas de la vida, incluyendo la economía, la política y la sociedad.

Más allá de una economía de mercado, el neoliberal aspira a una sociedad de mercado, en que todo se rige por la oferta y la demanda. Si bien muchos dicen que la era neoliberal se inició con los gobiernos de Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos, otros dirían que comenzó en Chile en 1973, con las reformas promercado de los economistas de Chicago en el gobierno militar. Estas llevaron la competencia sin límites a las pensiones, la salud y la educación, con las consecuencias de todos sabidas.

La eliminación de los paraderos de micro, para no interferir con la libertad de los choferes de recoger pasajeros donde les pareciera (y el consiguiente aumento de la contaminación), es el mejor ejemplo de la doctrina neoliberal llevada al límite. No deja de ser curioso que los que parecen ser los mayores defensores de las medidas del neoliberalismo renieguen de su propia existencia. (El Mercurio Cartas)

Jorge Heine
Profesor de Relaciones Internacionales
Universidad de Boston

Trayectoria Política

Heine Lorenzen Jorge (1948) [1] miembro del Partido Por la Democrácia, Ministro de Bienes Nacionales 1999, subsecretario de Aviación 1993-1994, embajador en Sudáfrica, embajador en China 2014-2018.

“Todo indica que Prosur se crea para formalizar la ofensiva en contra del régimen de Maduro en Venezuela… no pareciera ser una base muy sólida para fundar una entidad regional, que por definición debe tener un horizonte algo más amplio” (2).

Jorge Heine @jorgeheinel Un privilegio compartir con la expresidenta @mbachelet, una estadista como pocas, ya de vuelta en #Chile , en el nuevo local de su fundacion. Conversar con ella es pasearse por el mundo ! (3)

[1] “Infraestrutura y desarrollo en América Latina” 26 junio 2018. (2) “De UNASUR a PROSUR” La Tercera 22 marzo 2019.

(3) Twitter. 10 enero 2023

Bibliografia

Xi-na (2022) XI-NA EN EL SIGLO DEL DRAGÓN. LO QUE TODOS DEBEN SABER SOBRE CHINA

«¿Qué quiere China?» es, según Michael Schuman, «la mayor pregunta del siglo XXI». Ello no debería sorprender, tratándose del país más poblado y la mayor economía del planeta. ¿Cómo ha llegado el antiguo Imperio del Centro a posicionarse en esta categoría? ¿Será éste, cómo dicen algunos, el siglo de Asia y, en buena medida, el de China? ¿Cuál es el secreto del así llamado «milagro chino», que llevó a este país a crecer a un promedio de un 10 % anual por treinta años consecutivos, desafiando las predicciones de todos los economistas y pasando a ser la principal potencia manufacturera y exportadora del mundo?

Este libro examina cómo, en el curso de los últimos cuarenta años, China ha irrumpido con singular fuerza en el escenario internacional, dando su propio sello a un mundo en cambio, y marcando un nuevo rumbo en las relaciones internacionales de nuestro tiempo. Su autor, el abogado y politólogo Jorge Heine, quien fuese embajador de Chile en China, responde a estas interrogantes, poniendo un especial énfasis en lo ocurrido en el gobierno del presidente Xi Jinping y lo que significa para el mundo. Lo hace en un texto ameno, combinando análisis político con observaciones de primera mano y anécdotas de sus vivencias en China, un país en que los cambios son tan acelerados, que han llegado a ser calificados como propios de un nuevo género: el «ultrarrealismo». Una lectura indispensable para todo aquel que quiera saber más sobre el país que está cambiando el curso del nuevo siglo.

Otras publicaciones

Jorge Heine
Potencias extrarregionales y América Latina. 19 marzo 2021
Pocas veces ha sido más evidente lo absurdo de la pretensión, tan difundida en estos años, que América Latina debería minimizar sus lazos con potencias extrarregionales. La “pomada” que nos han vendido es que Asia y África serían continentes muy distintos y distantes, con los cuales nos separan grandes diferencias, por lo que habría que desconfiar de ellos. Ello marcaría una gran diferencia con los socios tradicionales de la región, en Norteamérica y Europa Occidental, en los cuales sí se podría confiar, porque compartimos “valores” y tradiciones comunes.

China y la vaticinada “extinción leninista” 18 agosto 2022

Con la caída del Muro de Berlín y la posterior desaparición de la Unión Soviética, muchos vaticinaron lo que llamaron “la extinción leninista”. Con ello se referían a lo que consideraban seria la inevitable desaparición de todos los regímenes de “socialismo realmente existente”, como se le llamaba entonces. Esto fue de la mano de pronósticos aún más ambiciosos, como los del “fin de la historia”, en el título de un libro del politólogo Francis Fukuyama.

Treinta años después, el régimen chino no solo no ha caído, sino que China es hoy la mayor economía del mundo en términos de paridad de poder adquisitivo (lo es desde 2014), y se proyecta será la mayor en términos nominales a fines de esta década. China es también la mayor potencia exportadora y la mayor potencia manufacturera. Siete de los diez mayores puertos de carga del mundo son chinos y los cuatro mayores bancos del mundo en materia de capitalización son chinos. El mayor productor de automóviles en 2021, fue China, con 25 millones de unidades.

¿Qué ocurrió?

Como analizo en mi nuevo libro, XI-NA en el siglo del dragón: lo que todos deben saber sobre China (LOM), si no entendemos lo que ha llevado a este enorme progreso de China, que ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza en apenas cuarenta años, y que ha llevado al país a crecer a un 10 % anual por treinta años consecutivos, algo que ningún economista creía posible para país alguno, no digamos para uno del tamaño de China, no entenderemos lo que será el siglo de Asia, con China como su núcleo duro.

Cuatro factores son claves para captar lo que hay tras el “milagro chino”:

1)Innovación: Lejos de ser solo buenos para copiar, como se solía decir, los chinos son buenos para inventar (lo que no debería sorprender, dada su historia en la materia). Los trenes bala, que llegan a los 350 km por hora, la vanguardia en el rubro, son prueba al canto.

2)Investigación: Con un 2,5% del PIB asignado a Investigación y Desarrollo, China solo es superada por EE.UU. en montos gastados en la materia. Huawei está en la punta de la tecnología 5G gracias a ello.

3)Experimentación: Por increíble que parezca, en China se hacen experimentos con las políticas públicas. Ellas son “testeadas” a nivel local y provincial antes de ser aplicadas a nivel nacional.

4)Meritocracia: Antes de llegar a su cargo actual, el Presidente Xi Jinping ocupó 17 cargos gubernamentales distintos. El cedazo para llegar a los altos cargos es muy fino y riguroso, y la evaluación de cuadros, muy estricta.

Nada de esto significa que China no tenga problemas. Los tiene y muchos, y su declinar demográfico tal vez sea el más serio. Pero es clave entender las políticas públicas que la han llevado a su actual sitial. Hay una lección allí, para todos aquellos que quieran verla.

China y el campo chileno, Jorge Heine 9 febrero, 2016

Hace poco  se firmó en Beijing el protocolo que autoriza el ingreso de nueces con cáscara de Chile a China. China es uno de los mayores mercados de nueces, importando entre 70 mil y 150 mil toneladas anuales. Chile es el tercer mayor exportador, solo superado por EE.UU. y Ucrania, y  pronto podría ser el segundo. Con 40.000 hás plantadas, se espera que nuestro país produzca este año 80.000 toneladas de nueces. Con la apertura de China, y la ventaja de entrar con arancel cero, gracias al TLC entre ambos países, el cielo es el límite para nuestros productores.

Las nueces son parte del boom más amplio de las exportaciones alimentarias de Chile a China. Chile es el segundo mayor exportador de fruta fresca a China (en cerezas, US$ 400 millones esta temporada). Nuestras paltas ya llegan al consumidor chino, y los nectarines y los cítricos son los próximos en la lista a ser autorizados. En 2015 China fue el mercado N° 1 del vino chileno, superando al Reino Unido. Por increíble que parezca, Chile exporta ganado en pie a China (uno de solo cuatro países), 20.000 vaquillas lecheras Holstein en 2015.

Con razón el agro nacional está creciendo al 6% anual, el triple del resto de la economía. Nuestras  ventajas comparadas de clima mediterráneo, condición finis terrae y óptimas condiciones fitosanitarias, implican poder llegar a ser una gran potencia alimentaria. El plan es estar entre los Top Ten exportadores de alimentos para el 2020 (del lugar 16 en que estamos hoy).

Para lograrlo, el mercado chino es clave. Con 20% de la población mundial, China dispone de solo un 7% de las reservas de agua. Así, siempre va a depender de las importaciones de alimentos. En sus cuarenta años de desarrollo exportador, y veinte orientados a los mercados más dinámicos, los del Asia Pacífico, Chile tiene un enorme capital en su reputación de proveedor confiable de alimentos de calidad. China es hoy el tercer mayor destino de nuestras exportaciones alimentarias, y todo indica que pronto será el primero. Empresas chinas como Lenovo  invierten en joint ventures en nuestra agro-industria, para exportar a China y a otros mercados. De seguir aumentando al ritmo que lo han hecho desde 2005, nuestras exportaciones de fruta a China (que aumentaron un 30% en enero-septiembre de 2015) podrían llegar a los US$ 5 mil millones en 2020.

En este cuadro, llamados a reducir nuestra supuesta sino-dependencia debido a la caída del precio del cobre, y a orientar una vez más nuestras exportaciones a los EE.UU.,  reflejan una curiosa miopía. Más allá de corcoveos puntuales de la economía china, todo indica que seguirá siendo el principal mercado en expansión para nuestros alimentos y otros productos, a diferencia de EE.UU. y Europa, mercados ya maduros y consolidados. El desafío no radica en volver a nuestros mercados del pasado, sino en seguir diversificando nuestras exportaciones y añadir más valor a ellas, teniendo claro que cuando se dice que éste será el siglo del Asia, lo será de China e India.

¿Escalando la cuasi-crisis de Taiwán?, 13 septiembre, 2022

Si alguien pensó que después de la visita relámpago de la señora Nancy Pelosi a Taiwán, la situación de la isla en la agenda chino-estadounidense pasaría a un segundo plano, se equivocó. El que hace unos días la Fuerza Aérea taiwanesa haya derribado un dron, presumiblemente chino, volando por encima del islote de Kinmen, lo confirma. La buena noticia es que no se llegó a una crisis.

Si bien los ejercicios llevados a cabo en reacción a la visita por el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) fueron bastante agresivos, con misiles cruzando el territorio de la isla, no hubo interferencia con la visita misma, que podría haber llevado a una confrontación entre fuerzas militares chinas y estadounidenses.

La mala nueva es que, lejos de conducir a “desescalar” las tensiones en torno al estrecho de Taiwán y a bajar el diapasón en el diferendo entre China y Estados Unidos, la conclusión a que pareciera haberse llegado en Washington es la opuesta. La visita de la Pelosi ha sido seguida por la de otras delegaciones parlamentarias. Un total de 58 congresistas de los Estados Unidos han visitado Taiwán desde 2016, a un ritmo creciente, con 19 en lo que va de este año.

El último “numerito” en este afán por exacerbar las contradicciones entre Washington y Beijing sería el anuncio de Washington de vender equipo militar por 1.100 millones de dólares a Taiwán, e iniciar conversaciones sobre algún tipo de acuerdo de facilitación de comercio entre Estados Unidos y Taiwán. Ello es visto por Beijing como otra provocación, que considera que Taiwán es parte integrante de China. Un acuerdo así iría en contra de la política de “una sola China”, a la cual Estados Unidos se comprometió al normalizar relaciones con la República Popular China entre 1972 y 1979.

El asunto potencialmente más explosivo en la relación China-EE.UU. es Taiwán. Con una larga historia de “cuestión caliente” (recordemos la crisis de Quemoy y Matsu de 1955-1956, que llevó al secretario de Estado John Foster Dulles a amenazar con el uso de armas nucleares), ello hace contraintuitivo este esfuerzo por incrementar las tensiones en torno a la antigua Formosa.

Se dijo que la visita de Nancy Pelosi no contaba con el visto bueno de la Casa Blanca, y que en nada ayudaba a la política exterior estadounidense. De ello ser así, uno esperaría ahora medidas para apaciguar los ánimos y “desescalar” tensiones. El que ello no ocurra refleja que, en un momento de alta polarización en el país, una de las pocas áreas de consenso bipartidista en Washington es el de una “línea dura” hacia China.

Lo curioso es que esta ofensiva anti China se ve impulsada por dos corrientes contradictorias. Por una parte, hay una escuela que sostiene que el conflicto con China es inevitable, que el tiempo juega a favor de China, cuyo poderío seguirá aumentando, por lo que lo mejor sería tenerlo más temprano que tarde. La otra escuela es que China ya habría dejado atrás su mejor momento (“Peak China”), y estaría ya en declinación. Esto la haría más peligrosa, ya que trataría de aprovechar su (decreciente) poder restante, para darle un “zarpazo” a Taiwán y anexar la isla a la fuerza.

Como señalo en mi nuevo libro, “Xi-Na en el siglo del dragón” (Lom), la realidad es que China, lejos de declinar, sigue en ascenso. Mientras que entre 2019 y 2021 la proporción de las exportaciones de Estados Unidos del total global cayó de un 8,6% a un 7,8%, y la de Alemania, de un 7,8% a un 7,3%, la de China aumentó de un 13% a un 15% del total. Dicho eso, China está consciente de que su poderío militar es muy inferior al de Estados Unidos, y que le falta mucho para llegar a ser una superpotencia comparable.

En este cuadro, cabe tener presente los peligros de estos “jueguitos” entre superpotencias en la era nuclear. Como dijo Albert Einstein: “No sé con qué armas se dará la Tercera Guerra Mundial. Lo que sí sé es que la Cuarta Guerra Mundial se dará con palos y piedras”. (El Mercurio)

Jorge Heine
Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston

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