Rene Cortazar Sanz

Biografía Personal

Cortázar Sanz René (1952)[1] hijo de Carmen Sanz Briso-Montiano y René Cortázar Sagarminaga (1917), ingeniero comercial, PhD,  casado con Ana María Valdés Ruiz (1952) profesora, hija de Héctor Valdés Phillips (1918-2016) [2] arquitecto, PDC, Premio Nacional de Arquitectura 1979 (nieto de Ismael Valdés Vergara), y Ana Ruiz Ossa (1926); 3 hijas.

[2] Hijo de Alberto Valdés Alfonso, abogado, miembro de las Milicias Republicanas (hij de Ismael Valdés Vergara) e Isabel Phillips Sánchez.

I. 4.463 nacimiento 1918 Portales

Descendencia

Cortázar Valdés Catalina (1976)[1] ingeniera civil, académica Universidad Católica

Cortázar Valdés Alejandra (1978) [2] psicóloga, master en psicología del desarrollo, doctor en educación con especialidad en Educación Parvularia. También ha sido consultora de Unicef, docente en la Universidad Diego Portales y colaboró en el gobierno de la ex presidenta Bachelet con el proyecto de carrera docente para incluir a educador de párvulos. Es consultora internacional del Banco Mundial y fundadora del Centro de Estudios de Primera Infancia. Fue rechazada por el Senado para integrar el Consejo Nacional de Educación en 2021; casado con Carlos Felipe Ibáñez Figueroa (1978), hijo de Carlos Ibáñez Concha (1947) ingeniero mecánico y Ana María Figueroa Baltra

Cortázar Valdés Ana María (1981)[3] ingeniera comercial, casado con Hernán Oelckers Andraca (1979), ingeniero comercial, master en Marketing, hijo de Hernán Oelckers Camus (1951)  comerciante y María Teresa Andraca Magunacelaya (1955) dentista

[1] I. 2.158 nacimiento 1976 Las Condes

[2] I. 4.619 nacimiento 1978 Las Condes; I. 107 matrimonio 2004 Quilicura, divorciados el 2013

[3] I. 614 nacimiento 1981 Universidad; I. 459 matrimonio 2009 Viña del Mar

Fuentes

 (1) Revista HOY, 13 septiembre 1977.

(2) Revista Economía y Administración, Agosto 1990, p. 19.

(3) El Mercurio 6 septiembre 2015.

(4) “El fin del desarrollo acelerado” El Mercurio 14 abril 2019.

(5) El Mercurio 6 marzo 2021

(6) Diario Financiero, 5 julio 2021

(7) El Mercurio, entrevista 3 noviembre 2021, luego que la candidatura presidencial de Boric entregara su nuevo programa presidencial a 20 días de la elección.

Familia

Trayectoria Política

Cortázar Sanz René (1952)  miembro del Partido Demócrata Cristiano desde 1972, miembro de CIEPLAN a partir de 1975: “El costo de vida para las personas de menos ingresos, ha aumentado más que el IPC. Así, para los de extrema pobreza, entre enero del 70 y enero del 77 aumentó en 2.800 veces mientras el IPC oficial sugiera sólo 1.608 veces. Si se aplica esta información a las remuneraciones, tenemos que con el IPC correctamente medido, éstas han bajado en un 20%” (1);

«…¿tu crees que la dictadura de Pinochet no íbamos a marcha? Si íbamos y muchas veces a riego personal. Yo fui del Comando Nacional de Trabajadores. Cuando iba a una marcha no era solamente a caminar, sino que era arriesgarse…» (5).

Ministro del Trabajo 1990-1994: “el ministro Cortázar ha enfatizado que la institucionalidad laboral debe ser consecuente con un desarrollo económico moderno” (2),

Ministro de Transportes y Telecomunicaciones 2007-2010 luego del fracaso del proyecto del TranSantiago, escribe el libro “Transantiago. Diez claves para enfrentar crisis” en 2015;

crítico de la política laboral del segundo gobierno Bachelet: “Chile tiene una larga historia de desarrollo frustrado, por una sucesión de gobierno que, a partir de una visión limitada del poder solo se preocupaban de responder frente a sus partidarios y organizaciones sociales afines. Eso cambió en 1990. Y después de varias décadas en que Chile ocupó el sexto lugar en América Latina pasó en el último cuarto de siglo, a encabezar la tabla de posiciones. La disyuntiva es clara: seguir progresando  o volver a retroceder” (3);

“¿Por qué el sistema político no ha sido capaz de adaptar las ‘reglas del juego’ para asegurar el desarrollo, como lo había hecho en el pasado?… A los dirigentes políticos los une un sentimiento basal: el temor a la opinión pública” (4).

Candidato a constituyente 2021: «Aquí el problema es el siguiente: la mala política hace que no se puedan poner las reglas del juego que necesitamos. Tuvimos una fase de desarrollo donde crecíamos al doble que el resto del mundo, y ahora llevamos 10 años creciendo por debajo del resto del mundo… detrás de este proceso de frenazo económico y  deterioro de todos los indicadores, hay una mala calidad de la política. Y te doy un ejemplo: en la cámara de diputados hay 15 partidos enfrentados entre sí. ¿Es posible que 15 partidos , cada uno para su santo, puedan resolver los problemas del país y hacerse responsables del interés general? No, ni en Chile ni en ninguna parte del planeta. Cuando a la política le fue bien fue cuando teníamos bloques más amplios que podían negociar entre sí…. cuando tienes esos grupos distintos, es imposible crear las políticas que el país necesita…» (5)

Yo creo que, en general, los partidos políticos tenemos un problema gravísimo, que tiene que ver el quiebre entre dirigentes y sociedad. Y ese tema requiere soluciones. Algunas son, reglas del juego, otras son formas de comunicación, otras son de cercanía. La palabra que se utiliza, no solo en Chile sino en otras partes, es proximidad… doy DC. Me interpretan sus principios. ¿Tengo diferencia con decisiones concretara que se han tomado en los últimos años? Por supuesto que sí. En cualquier partido, o movimiento, me habría pasado lo mismo…» (5).

Candidato a la convención constituyente 2021.

«Hay una caída muy fuerte de la inversión, y este proyecto la acelerará» frente al proyecto que busca hacer efectiva la entrega de la gratificación del 30% de las utilidades a los trabajadores, eliminando el topo de 4.75 ingresos mínimos mensuales. (6)

«Mi conclusión se mantiene sobre el programa de Boric: es una receta para ahuyentar la inversión» (7)

Apoya movimiento Amarillos 2022: «…Hoy enfrentamos el peligro de lo que alguien ha llamado “estallido institucional”, cuando se vislumbra la posibilidad de que la Convención Constitucional, en vez de ofrecerle al país una Constitución que nos incluya a todos y ayude a construir un pacto social, nos lleve a un callejón sin salida que empuje a muchos de los que votaron “apruebo” y quieren que el proceso constitucional resulte, a quedar sin otra opción posible que la de oponer un “No” a una Constitución que no nos represente a todos…»

Section

Bibliografia

«Derechos laborales y desarrollo: desafíos y tendiones» (1983) en Reconstrucción económica para la Democracia. «El único limite a la acción sindical debiera estar dada por las exigencias del Bien Común»

«¿Qué hacer con los salarios mínimos?» (1987) Notas técnicas Cieplan 107.

«Medium term develpment. Some issues relevant for Chile» (1988) con Arellano y Solimano.

«Incomes policy concertation: some reflextions on Chile» Notas técnicas Cieplan n. 124

«Actores sociales y la transición a la democracia en Chile» (1988) Estudios Cieplan N 25

«Emplyment and wages in the short run: a two sector model» (1989) mimeo.

«Políticas macro económicas y concertación» (1990) en libro. «La posibilidad de generar los consensos básicos que el país requiere, y de hacerlo compatibles con los equilibrios macro económicos de corto plazo, no depende sólo del contenido de las políticas que se apliquen, sino  también del modo en que estas se diseñan e implementen»

«Construyendo opciones: propuestas económicas y sociales para el cambio de siglo (1998) junto a J. Vial

«Exigencias humanistas a la economía actual» en «Reflexiones sobre la vigencia del pensamiento humanista cristiano».  «una economia humana, es decir una economía que permita que las personas puedan desarrollar sus poencialidades y vocaciones propias, como miembros de las ocmunidades a las que pertenecen. La segunda exigencia del HC, dice relación con la selección de instrmentos: mercado, Estado y sociedad civil. Estos son instrumentos, y la sociedad civil es tambien un objetivo: el desarrollo de comunidades, con dos principios: una estructura superior no debe interferir en el desarrollo de un grupo social de orden inferior, y segundo, la defensa de los mas débiles. Una tercera exigencia dice relación con el reconocimiento de la realidad contemporánea: la democracia es posible, en un número creciente de países, desarrollo y reducción de la pobreza, y maor igualdad, como posibilidades reales, el papel mas central del trabajo humano, el paso de ls sociedad capitalista a la sociedad del conocimiento, el deterioro del medio ambiente

“Transantiago. Diez claves para enfrentar crisis” en 2015

«Plebiscito de 1988: reflexiones a 30 años de la recuperación de la democracia» Alejandro Foxley, Manuel Marfán, René Cortázar y José Pablo (2018) «… como dijo el presidente Patricio Aylwin, al confrontar algunas divisiones durante su discurso en el Estadio Nacional, en marzo de 1990: de lo que se trataba, en esta nueva etapa, era de formar  la unidad nacional porque «Chle es uno solo»… los resultados fueron sorprendentemente buenos para Chile y los chilenos. Hoy los recordamos»

Relas del juego y el fin del desarrollo acelerado. El regreso a un desarrollo mediiocre (2019)

Otras publicaciones

«La democracia y las prioridades sociales» Fortín Mapocho, 9 junio 1986 «No es que la reconstrucción económica futura vaya a ser un proceso carente de esfuerzos y sacrificios. Sin embargo, los cambios en las prioridades que acompañarán el cambio político harán que, a diferencia de lo que ocurre hoy, dichos esfuerzos y sacrificis sean más solidariamente compartidos por todos»

«Nuestro de verdad es volver al pasado, a la mediocridad. Es el dilema central que tenemos hoy en Chile… mientras tenemos una discusión pequeña sobre economía, el crecimiento a largo plazo, el crecimiento tendencial, se deteriora y se deteriora» El Mercurio 21 junio 2019, dijo en seminario del día anterior.

Sobre Rene Cortazar

Entrevista a Marco Enríquez Ominami,  13 julio 2013 El Mercurio «… nombrar a Cortázar y  a De Gregorio en el comando de Bachelet es la evidencia del bloqueo a los cambios»

René Cortázar, el exministro DC que tuvo la campaña más millonaria de las elecciones para la Convención Constituyente. El expresidente de TVN solo obtuvo 7.188 sufragios, un escaso 1,55% en el distrito 8 (Cerrillos, Colina, Estación Central, Lampa, Maipú, Pudahuel, Quilicura, Tiltil) y estuvo lejos de conseguir un escaño en la Convención. De acuerdo a la información actualizada en el sitio del Servel, de los dineros transferidos al 12 de febrero, el economista de Cieplan lidera con $ 36.603.290 El Mostrador 17 mayo 2021.

Entrevista 20 agosto 2021

“No soy un defensor total de los 30 años, cometimos errores grandes”

“¿Qué justificación podemos tener para, durante décadas hayamos mantenido cotizaciones del 10% para un sistema de pensiones, cuando en el mundo se requería un 20% para que la pensión fuera aceptable cuando el trabajador se jubilara?

Eso se califica como un error fundamental. Nos tenemos que hacer responsables todos los que tuvimos en nuestras manos haber corregido el problema”.

■ En su reciente libro “El gran desafío, la nueva Constitución”, el ex ministro de la Concertación aborda la relevancia de las reformas políticas, rebate los mitos que se han instalado en el debate público chileno –como lo neoliberal de nuestra economía, dice– y reconoce los problemas que no supo enfrentar la transición. En cualquier caso, defiende el período: “El país vio como nunca una posibilidad de crecimiento económico, social y de desarrollo”.

Hace tres meses sufrió una derrota electoral en las elecciones constituyentes, donde pretendía representar al distrito 8, de Estación Central y Maipú.

Pero el economista DC René Cortázar (Santiago, 1952) no pretende quedarse inmóvil. Varias veces a lo largo de esta conversación reitera la necesidad de “bajar de la galería y entrar a la cancha”.

“Por lo menos para intentar que la visión propia se escuche y tratar de contribuir, modestamente”, explica el investigador de Cieplan y académico de la Universidad de Chile.

En esta línea, acaba de publicar un libro “El gran desafío, la nueva Constitución”, que fue presentado por Lucía Santa Cruz y Rodrigo Valdés, en una conferencia moderada por Alejandro Foxley.

– ¿Qué lo empujó a escribirlo?

– Mi libro responde a una preocupación grande. En mi vida -voy a cumplir 70- me ha tocado vivir etapas distintas en nuestro desarrollo y progreso. Entre 1950 y 1990, nos mantuvimos por 40 años en el sexto lugar de la tabla de posiciones de América Latina. Pero formo parte de la generación a la que le tocó observar un cambio, porque en los años 90 pasamos a crecer el doble que el resto del mundo y al primer lugar de América Latina en una década.

– Pero se empezó a frustrar…

– Se empezó a frustrar con fuerza cuando empezamos a crecer por debajo del resto del mundo, en 2014, y a deteriorar todos nuestros indicadores, como el crecimiento y la generación de empleo.

Entonces, ¿vamos a volver a la etapa de desarrollo mediocre que nos ha caracterizado por décadas o Chile tiene alguna posibilidad de dar un paso adelante y seguir por un camino que pueda traer progreso y oportunidades a las personas?

– ¿Qué cree usted?

– No tengo la respuesta, pero pongo sobre la mesa algunos ingredientes que me parecen centrales. El más importante, a mi juicio: ¿qué fue lo que hizo la diferencia entre un país que tuvo un desarrollo mediocre por 40 años y después pasa en poco más de 10 años al primer lugar en indicadores económicos y sociales? Lo que hizo la diferencia no fueron los jugadores, sino las reglas del juego.

– ¿A qué reglas se refiere?

– En la transición se cambió la regla fiscal, la regla tributaria, la regla previsional, la de concesiones de obras públicas, de comercio internacional, etcétera. Pero empezamos en 2014 con un desarrollo mediocre. ¿Qué pasó con las reglas del juego? Volvimos a los déficits fiscales. Regla tributaria: el impuesto a las inversiones, empresas, utilidades reinvertidas, en la época de los 90 eran la mitad de los países desarrollados. Hoy en día es 20% más alta que en los países desarrollados. Entonces, ¿es sorprendente que en Chile haya caído la inversión y el crecimiento?

– ¿Cuál es el gran desafío?

– Una reforma política de fondo, porque sin reforma política no tenemos salida. Con las actuales reglas de juego políticas no tenemos cómo revertir esta situación de mediocridad.

– ¿Cuáles son las reformas políticas que necesitamos, a su juicio?

– Lo primero es reconocer un hecho histórico: es imposible aplicar políticas de calidad y hacer las reformas a las reglas del juego que necesitamos con un sistema político polarizado y fraccionado en 15 partidos.

– Cuando presentaron el libro, el exministro Valdés lo definió a usted como un autocomplaciente sin concesiones y un defensor total de los 30 años. ¿Coincide con esta descripción?

– Yo no soy un defensor total de los 30 años, creo que cometimos errores grandes. Lo que sí, hago la pregunta básica que se hace en políticas públicas y en buena parte de las decisiones que uno toma en la vida: ¿comparado con qué? Comparado con nuestra historia pasada, fue un éxito. Comparado con nuestra historia presente, fue un éxito. ¿Tuvo problemas? Efectivamente.

– ¿Por ejemplo?

– Uno grande: nosotros teníamos un sistema de pensiones en el que recogíamos el 10% de cotizaciones. Y a las personas se les dijo, como sociedad, que el sistema lo iba a proteger en la vejez. Al mismo tiempo, si se mira la experiencia mundial, todos los sistemas de

“Lo neoliberal aparece como un paraguas ideológico para el debate político, pero resulta simplemente incoherente seguir tildando de neoliberal a la economía chilena hoy día”.

“Es imposible aplicar políticas de calidad y hacer las reformas a las reglas del juego que necesitamos con un sistema político polarizado y fraccionado en 15 partidos”.

pensiones en que la pensión se asemeja en algo al último salario, se cotiza el 20%.

¿Qué justificación podemos tener para, durante décadas –entre todos, me incluyo– hayamos mantenido cotizaciones del 10% para un sistema de pensiones, cuando en el mundo se requería un 20% para que la pensión fuera aceptable cuando el trabajador se jubilara? Eso se califica como un error fundamental. Nos tenemos que hacer responsables todos los que tuvimos en nuestras manos haber corregido el problema.

– ¿Reconoce otro gran error de la Concertación?

– Nadie puede pretender gobernar 25 años sin cambiar su discurso, agenda, rostros y pretender seguir teniendo apoyo. Pero la Concertación tuvo un problema enorme de falta de renovación en su proyecto y en sus liderazgos, con lo que la frustración no se pudo canalizar. Finalmente, desde la izquierda a la derecha, ganó este discurso contra los 30 años, que permeó y cruzó el río. Y cuando eso ocurre en una sociedad, por más que la afirmación no sea correcta, se transforma en una especie de sentido común. Aumentar el tamaño de la torta

– Usted en su libro habla sobre los relatos.

– Porque no solo hay que cambiar las reglas del juego, sino los relatos sobre lo que está pasando y acerca de lo que hay que hacer. Si uno no es capaz de cambiar la discusión sobre los relatos, será muy difícil cambiar las reglas del juego en el sentido que necesitamos.

– Plantea que un mito dominante apunta a que la economía funciona como un ejercicio de suma-cero.

– Debate actual, candidaturas presidenciales: cada vez que se habla de recursos, instantáneamente los candidatos, independiente de su postura política, se refieren solo a las reformas tributarias. ¿Por qué? Porque lo que hay en la cabeza como un relato es que la economía es como una torta de tamaño fijo.

Lo que no se dice es que alrededor de un 80% de los mayores recursos que hemos tenido en estos 30 años para políticas sociales no vinieron de mayores tasas, sino del crecimiento.

– Usted escribe sobre otro mito: que el sistema neoliberal produce mala distribución del ingreso. Es una mirada provocativa la suya.

– El sentido común que se ha instalado es que hay un enorme malestar, que tiene que ver con una mala distribución del ingreso y que de fondo está el modelo neoliberal. Son los tres eslabones.

El primer eslabón de los tres, lo acepto al 100%. Pero el segundo eslabón indica que las personas están objetando la mala distribución del ingreso, es decir, que su preocupación es que el 5% o el 2% de más altos ingresos aumentó su participación. Lo que planteo es que las personas lo que están objetando es la enorme falta de recursos que existen para necesidades como la salud, la educación y la policía, para atajar la delincuencia. Esos recursos que las personas requieren son su verdadera demanda.

– El tercer eslabón apunta al modelo neoliberal.

– Lo neoliberal aparece como un paraguas ideológico para el debate político, pero resulta simplemente incoherente seguir tildando de neoliberal a la economía chilena hoy día.

– ¿Podría explicarlo?

– El año 90, los típicamente neoliberales defendían que los salarios mínimos tenían que ser bajos y que las leyes laborales debían ser desprotectoras de los trabajadores para que no obstruyan el mercado laboral. Veamos qué pasó.

En 1990, se decía que la economía chilena era neoliberal. El año 2021, esas mismas personas dicen que Chile es neoliberal. Pero ocurre que entre 1990 y 2021 los salarios mínimos crecieron más que los salarios promedio, pero seguimos siendo neoliberales. Las leyes laborales cambiaron: hoy día nuestra regulación de la huelga es más pro sindical que la de prácticamente todos los países desarrollados, pero seguimos siendo neoliberales.

Entonces, ese concepto elástico no es técnico, sino un paraguas ideológico y, por eso, resistente a los datos, a las explicaciones y se repite una y otra vez como que aquí no hubiera pasado nada.

– ¿Cree probable una salida positiva de este momento clave que enfrenta Chile?

– Creo que es posible. Pero si fuera honesto con la foto de hoy día, no lo creo probable.

Sobre "El gran desafío" 3 octubre 2021

René Cortázar: “El deterioro de la política está detrás del desarrollo mediocre que tenemos”

El ex ministro del Trabajo y de Transportes René Cortázar publicó el libro: “El Gran Desafío. La Nueva Constitución”, en el cual hace un diagnóstico y una serie de propuestas para mejorar la calidad de la política y retomar el crecimiento, partiendo por una reforma al sistema electoral en la línea como el que tienen países como Alemania, Nueva Zelandia o Japón.

 

 

¿Por qué escribió este libro?

Porque estoy convencido que en la Convención Constitucional nos jugamos lo que pueda ocurrir en la convivencia y el desarrollo chileno en los próximos 30 años. Hay momentos críticos en la historia de un país: la transición a la democracia fue uno, este es otro.

¿Qué tanto se juega en la Convención en relación al desarrollo chileno?

Se van a tomar definiciones que van a incidir decisivamente sobre la inversión y el crecimiento futuros. Se necesitan algunos cambios fundamentales. Asegurando no echar a perder las cosas que están funcionando bien.

¿Cuáles son, a su juicio, esos cambios que llama fundamentales?

Cambios al sistema político. El deterioro de la política está detrás del desarrollo mediocre que tenemos desde, al menos, el 2014. Luego de un cuarto de siglo de crecimiento acelerado, a cerca del doble que el resto del mundo, lo que se reflejó en un crecimiento rápido en los empleos y los salarios, llevamos muchos años, al menos desde el 2014, creciendo a un ritmo mediocre, por debajo del resto del mundo, con empleos y salario que se han ido estancando. Detrás del frenazo hay reglas del juego, o políticas públicas, que se fueron deteriorando; las que eran definidas en el sistema político, que dejo de hacer bien sus tareas.

¿Qué ejemplos concretos puede dar?

La regla fiscal. Pasamos de superávits que aportaban al ahorro del país a déficit que se comen parte del ahorro nacional. Pasamos de impuestos a las empresas que en los noventa eran la mitad de los de los países desarrollados a impuestos que son un 20% más altos que en esos países. ¿Nos podemos sorprender que haya disminuido la inversión, el crecimiento y la creación de empleos en Chile? Pasamos de ser un país que, como todo país pequeño que quiere que le vaya bien, se integraba al mundo, a un país que lleva años postergando la firma del TPP11, que tanto China como el Reino Unido, buscan suscribir.

¿Qué cambios concretos podría hacer la Convención Constitucional para mejorar la calidad de la política?

Reformar el sistema electoral. Hoy tenemos un sistema electoral que lleva a que en la Cámara de Diputados haya 15 partidos políticos, cada uno para su santo. Con un sistema de partidos fragmentado y polarizado es imposible lograr acuerdos para los cambios que necesitamos. No estoy proponiendo volver al sistema binominal, que no es un sistema electoral democrático. El que sacaba dos tercios de los votos en un distrito elegía el mismo número de diputados o senadores que el que sacaba un tercio. Hay experiencias de sistemas electorales, plenamente democráticos, como los de Alemania, Nueva Zelandia, Corea o Japón, que lograrían que pasáramos de 15 partidos, cada uno para su santo, a un par de coaliciones políticas, que puedan dar la gobernabilidad que el país necesita, para poder re-emprender el desarrollo.

¿Y cuáles son las que habría que evitar que se echaran a perder?

Las que nos han ayudado a crecer más rápido: una definición clara del derecho de propiedad, un Banco Central autónomo que ayuda a bajar la inflación, iniciativa exclusiva del gobierno en materia de gasto público, impuestos y normas laborales, qué ha contribuido a darle racionalidad a esas políticas.

Pero hay quiénes dicen que no basta con crecer más rápido. Qué hay que tener políticas especiales para los distintos problemas, u objetivos.

Estoy completamente de acuerdo con ellos. El crecimiento no es una condición suficiente para enfrentar las necesidades y las frustraciones de la gente. Se requiere de políticas orientadas a cada uno de los objetivos, como bien señala usted. Pero el crecimiento es una condición necesaria. No se conoce de ningún país que haya satisfecho las necesidades básicas de las personas, sin cruzar el umbral del desarrollo.

¿Por qué?

Porque para crear los empleos y salarios que se necesitan no hay alternativa a la creación de nuevas fábricas, construcciones o locales comerciales. Eso se llama inversión y crecimiento.

Porque para obtener los recursos fiscales para mejorar la salud, educación, vivienda, y el combate a la delincuencia y el narcotráfico también se necesita de mayor crecimiento. En los últimos 30 años los recursos fiscales han crecido más de 6 veces. Más del 80% del aumento vino del crecimiento; menos del 20% de reformas tributarias. Eso se llama necesidad de crecer.

¿Y qué propone usted para volver a crecer?

Primero, aceptar que estamos en un mundo globalizado, en que las inversiones van de un país a otro, con solo apretar un tecla. Nadie está obligado a invertir en Chile. Las inversiones, de extranjeros y nacionales, buscan como destinos finales aquellos países que tienen reglas del juego (fiscales, tributarias, laborales, de comercio exterior, entre otras) que les resultan más atractivas. Por lo tanto, para volver a crecer hay que mejorar la calidad de las reglas del juego que tenemos. Y eso exige mejorar la calidad de la política, que es donde se determinan. Hay que mejorar las instituciones políticas del país, partiendo por el sistema electoral.

Considerando lo que han sido los dos primeros meses de la Convención Constituyente, ¿usted está optimista que estos cambios que usted propone se puedan hacer?

No digo que sea probable. Está por verse. Pero, sin duda, es posible. Y mientras sea posible hay que jugarse a fondo para que ello ocurra. Esa es la motivación de fondo detrás de este libro.

Sobre plebiscito constitucional julio 2022

-La Convención está llegando a su fin. ¿Cuál es su balance?

-Los chilenos elegimos la Convención Constituyente con varios objetivos. En primer lugar, para reconquistar la unidad del país, en un momento de mucha confrontación y violencia. Pero en vez de contribuir a una Nación más unida, nos propone dividirnos en varias Naciones.

En segundo lugar, la elegimos para mejorar la calidad de nuestra democracia. Pero también nos propone un retroceso. Quiebran el principio de una persona un voto. Tal como se hizo en la conformación de la misma Convención Constituyente. A la lista de los pueblos originarios les correspondían 8 convencionales, y les dieron 17. Todos de izquierda radical. Ahora proponen aplicar el mismo sistema para la Cámara de Diputados y todos los órganos de representación popular. Y, luego, con la Cámara desbalanceada, debilitan todos los demás contrapesos de poder: el Senado, el Gobierno, el Tribunal Constitucional y el Poder Judicial. Además suprimen el Estado de Emergencia, dejando al Estado Democrático atado de manos para enfrentar la violencia.

-¿No se avanza al garantizar derechos sociales no consagrados?

-Con una mano nos proponen garantizar los derechos sociales y con la otra lo hacen imposible, al impedir la inversión y el crecimiento y, por tanto, los recursos necesarios para responder a las necesidades de salud, educación, pensiones o el combate a la delincuencia.

-Pero habrían garantías constitucionales.

-Para garantizar el derecho a la salud se necesitan más hospitales, médicos y medicamentos. Ello exige una cantidad importante de recursos públicos. Lo mismo ocurre respecto de los demás derechos sociales.

En los últimos 30 (años) el gasto del Estado en salud, educación, vivienda, previsión y demás sectores sociales ha aumentado en más de 6 veces, en términos reales. Más del 80% de ese aumento ha venido de la inversión y el crecimiento. Menos de un 20% de las reformas tributarias.

-¿No existen garantías de que esos derechos sociales sean financiables?

-El proyecto de nueva constitución impide el aumento en la inversión y crecimiento que necesitamos. Les dice a quiénes están considerando invertir en Chile que si el Estado los expropia, la Constitución no les garantiza que se les pague el total de lo invertido. La inversión en minería requiere de un horizonte de varias décadas. Pero las concesiones mineras no tendrían garantía constitucional. Los derechos de agua también serían precarios. La autoridad administrativa los podría caducar en cualquier momento. Podríamos seguir. ¿Quién va a invertir en estas condiciones?¿De dónde van a salir los recursos para garantizar los derechos sociales? Serían sólo derechos de papel sin reflejo en la realidad.

-¿Y usted, dado este diagnóstico, tiene decidido su voto, o va a esperar algo más?

-Lo tengo decidido. Voy a rechazar.

-¿Se atrevería a hacer una predicción del resultado del plebiscito, a dos meses de la votación?

-Estoy convencido que va a ganar el Rechazo. Pero ese no será el final, sino el comienzo. Desde el día siguiente tendremos que trabajar para exigir que el Estado Democrático ponga fin a la violencia que se ha apoderado del país, desde hace ya algunos años.

Desde el día siguiente tenemos que trabajar para construir la institucionalidad constitucional y legal que el país necesita. Sobre la base de un amplio acuerdo político. Y con ello salir de la situación de estancamiento económico en que nos encontramos.

-¿Qué exige un pacto de esa naturaleza?

-Esto exige enfrentar el clima político de confrontación, agresiones verbales, cancelaciones y funas, que han campeado en los últimos años.

-¿Y qué viabilidad tiene ese acuerdo en un país donde las instituciones, partiendo por las políticas, están por el suelo en todos los estudios de opinión?

-Estoy convencido que las condiciones políticas estarán dadas. El plebiscito será el punto de inflexión a partir del cual podremos emprender un nuevo camino. Va a ser un mensaje poderoso de los ciudadanos a todo el mundo político, para cambiar el rumbo.

“Lo tengo decidido. Voy a rechazar” 28 junio, 2022

El ex ministro del Trabajo y de Transportes marca su posición frente al plebiscito del 4 de septiembre. René Cortázar, militante de la DC, realiza un crítico diagnóstico del rumbo de la Convención y de cómo impactaría en la inversión, el crecimiento y los derechos sociales aprobar el texto que propone la constituyente. De triunfar el Rechazo, dice, “desde el día siguiente tenemos que trabajar para construir la institucionalidad constitucional y legal que el país necesita, sobre la base de un amplio acuerdo político”.

-La Convención está llegando a su fin. ¿Cuál es su balance?

-Los chilenos elegimos la Convención Constituyente con varios objetivos. En primer lugar, para reconquistar la unidad del país, en un momento de mucha confrontación y violencia. Pero en vez de contribuir a una Nación más unida, nos propone dividirnos en varias Naciones.

En segundo lugar, la elegimos para mejorar la calidad de nuestra democracia. Pero también nos propone un retroceso. Quiebran el principio de una persona un voto. Tal como se hizo en la conformación de la misma Convención Constituyente. A la lista de los pueblos originarios les correspondían 8 convencionales, y les dieron 17. Todos de izquierda radical. Ahora proponen aplicar el mismo sistema para la Cámara de Diputados y todos los órganos de representación popular. Y, luego, con la Cámara desbalanceada, debilitan todos los demás contrapesos de poder: el Senado, el Gobierno, el Tribunal Constitucional y el Poder Judicial. Además suprimen el Estado de Emergencia, dejando al Estado Democrático atado de manos para enfrentar la violencia.

-¿No se avanza al garantizar derechos sociales no consagrados?

-Con una mano nos proponen garantizar los derechos sociales y con la otra lo hacen imposible, al impedir la inversión y el crecimiento y, por tanto, los recursos necesarios para responder a las necesidades de salud, educación, pensiones o el combate a la delincuencia.

-Pero habrían garantías constitucionales.

-Para garantizar el derecho a la salud se necesitan más hospitales, médicos y medicamentos. Ello exige una cantidad importante de recursos públicos. Lo mismo ocurre respecto de los demás derechos sociales.

En los últimos 30 (años) el gasto del Estado en salud, educación, vivienda, previsión y demás sectores sociales ha aumentado en más de 6 veces, en términos reales. Más del 80% de ese aumento ha venido de la inversión y el crecimiento. Menos de un 20% de las reformas tributarias.

-¿No existen garantías de que esos derechos sociales sean financiables?

-El proyecto de nueva constitución impide el aumento en la inversión y crecimiento que necesitamos. Les dice a quiénes están considerando invertir en Chile que si el Estado los expropia, la Constitución no les garantiza que se les pague el total de lo invertido. La inversión en minería requiere de un horizonte de varias décadas. Pero las concesiones mineras no tendrían garantía constitucional. Los derechos de agua también serían precarios. La autoridad administrativa los podría caducar en cualquier momento. Podríamos seguir. ¿Quién va a invertir en estas condiciones?¿De dónde van a salir los recursos para garantizar los derechos sociales? Serían sólo derechos de papel sin reflejo en la realidad.

-¿Y usted, dado este diagnóstico, tiene decidido su voto, o va a esperar algo más?

-Lo tengo decidido. Voy a rechazar.

-¿Se atrevería a hacer una predicción del resultado del plebiscito, a dos meses de la votación?

-Estoy convencido que va a ganar el Rechazo. Pero ese no será el final, sino el comienzo. Desde el día siguiente tendremos que trabajar para exigir que el Estado Democrático ponga fin a la violencia que se ha apoderado del país, desde hace ya algunos años.

Desde el día siguiente tenemos que trabajar para construir la institucionalidad constitucional y legal que el país necesita. Sobre la base de un amplio acuerdo político. Y con ello salir de la situación de estancamiento económico en que nos encontramos.

-¿Qué exige un pacto de esa naturaleza?

-Esto exige enfrentar el clima político de confrontación, agresiones verbales, cancelaciones y funas, que han campeado en los últimos años.

-¿Y qué viabilidad tiene ese acuerdo en un país donde las instituciones, partiendo por las políticas, están por el suelo en todos los estudios de opinión?

-Estoy convencido que las condiciones políticas estarán dadas. El plebiscito será el punto de inflexión a partir del cual podremos emprender un nuevo camino. Va a ser un mensaje poderoso de los ciudadanos a todo el mundo político, para cambiar el rumbo. (Ex Ante)

Sobre el reemplazo en huelga, René Cortázar 1 octubre, 2015

En una carta a su diario, un grupo de académicos de la UDP señalan que habría un cambio en mis planteamientos sobre el uso de «reemplazos» en las huelgas, respecto de lo que sostenía como ministro del Trabajo, hace un cuarto de siglo.

En la columna del día domingo señalé que el principal, aunque ciertamente no el único problema del proyecto de reforma laboral, es la prohibición de «reemplazo interno» de trabajadores en la huelga.

Prohibir el «reemplazo interno» significaría impedir que la empresa pudiera sustituir en sus labores a un trabajador en huelga por otro trabajador que estando contratado en la misma empresa no participa del conflicto, a no ser que ya desempeñe las mismas tareas, en el mismo establecimiento.

Entre los fundamentos de mi posición argumenté que la regla general, entre los países desarrollados, es permitir el «reemplazo interno». Y que no convenía que nuestro país se pusiera a experimentar con reglas anómalas, que podrían tener un costo significativo sobre nuestro crecimiento, competitividad y paz social.

Para demostrar mi supuesto cambio de posición, los académicos de la UDP citan mis palabras del 15 de enero de 1991, en las que afirmo que la mayoría de los países desarrollados no contempla el «reemplazo» (sin apellido) como mecanismo de regulación de la huelga.

Esta aparente contradicción no es tal. Es solo un asunto semántico.

En enero de 1991 se discutía un proyecto de ley que contemplaba la posibilidad de prohibir el «reemplazo externo» durante la huelga, es decir, la posibilidad de contratar nuevos trabajadores, que no eran de la empresa, con el propósito de reemplazar a los que estaban en huelga. No se contemplaba la prohibición del «reemplazo interno», como ocurre en el actual proyecto de ley.

Quienes participamos en ese debate, hace un cuarto de siglo, usábamos la palabra «reemplazo» (sin apellido) para referirnos al «reemplazo externo», que era lo que estaba en discusión.

Es evidente que no hay ninguna contradicción en decir que la regla general en los países desarrollados es que se permiten los «reemplazos internos», pero que en la mayoría de ellos existe prohibición de realizar «reemplazos externos». Ambas afirmaciones son verdaderas. Se refieren a situaciones diferentes. Es, por lo demás, lo que muestra la evidencia internacional, que es información pública, que puede ser consultada por cualquiera.

O sea, en este punto al menos, no he cambiado de posición en los últimos 25 años.

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