Wilson Barrientos Santiago, Ministro de Bienestar Social 1931; Partido Radidal; casado con Doralisa Hernández; PADRES DE:

Wilson Hernández Santiago (1898-1978) [1] h. Santiago Wilson Barrientos “de los hechos de 1905, aun niño, conocí muy a fondo estos acontecimientos, pues mi padre era uno de los organizadores de esa manifestación, y mi padre estaba muy lejos de pertenecer a la chusma inconsciente. No puede responsabilizarse a los obreros de algunos hechos aislados” (1), y Doralisa Hernández; abogado en 1934,  empleado de la Cámara de Diputados 1924-1930; representó a Chile en el plebiscito de Tacna y Arica;  casado con Elba Gallardo Angulo, hija de Felipe y gabina; 2 hijos; casado 2 con Hilda Margarita Pereira Wachenhusen, hija de Julio Pereira y Guillermina Wachenhusen.

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Wilson Gallardo Ada (1930) profesora

Wilson Gallardo Alma (1932) abogada, subsecretaria de Economía 1977, abogado integrante de la Corte de Apelaciones 2000. Bibl: “Del abandono del Proceso”.

Wilson Hernández Santiago (1898-1978) Partido Demócrata,  diputado por Santiago 1930-1931: “propicio la baja de arrendamientos, la ley 5.011 fue promulgada al poco tiempo de su retiro”;

fue Ministro de Bienestar Social bajo el mandato del Vicepresidente Manuel Trucco, asumió el 2 de septiembre cuando se produjo el alzamiento de la Armada y ejerció hasta 15 de noviembre de 1931; considerado «hidalguista», partidario de la tendencia comunista de Manuel Hidalgo; (2)

presidente de la Caja Autónoma de Amortización 1953-1959; Ministro de Interior 1953, Ministro de Agricultura 1956, Ministro de Tierras 1956-57, fue acusado por diversas infracciones relacionadas con la enajenación de las acciones fiscales de la sociedad propietaria del diario La Nación, que fue acogida por la Cámara pero rechazada en el Senado; .

[1]  (1) Sesión de la Cámara, 30 junio 1930 p. 1324.

(2) Gonzalo Vial, Historia de Chile 1891-1973, volumen V, página 56

A pesar de las promesas electorales, “hay un hombre de Gobierno, el Ministro del Interior, señor Santiago Wilson, que ha aplicado y sigue aplicando las leyes represivas, no sólo contra supuestos delincuentes, sino contra inocentes dirigentes obreros. A mí no me inquieta que se trate de aplicar la ley de Defensa de la Democracia en contra mía; me duele más, me asombra que se aplique esa ley, por este Gobierno, contra quienes no tienen una tribuna, donde defenderse y que han sentido siempre el látigo de la opresión” Salvador Allende, Senado, 1953.