Vicuña Aguirre Pedro Félix (1805-1874) [1] periodista, empresario,  filósofo, economista, su primera empresa fue la fundación de El Telégrafo Mercantil y Político, cuyo número uno apareció el 3 de octubre de 1826;  cm María del Carmen Mackenna Vicuña, h. Juan Mackenna O’Reilly y Josefa Vicuña Larraín.

[1]  DIC_FIGueroa, tomo V p. 1040

Vicuña Mackenna Benjamín (1831-1886) abogado, historiador, PL, participa en la revolución de 1851; en 1857 publica un manifiesto liberal con una resuelta denuncia contra la ‘despótica’ Constitución de 1833, un llamado a la libertad de culto y su oposición a una fusión de los principios liberales y conservadores (1); diputado por La Ligua 1864-1867, diputado por Llanquihue 1867-1870; diputado por Talca 1873-1876 y 1876-1879; Intendente de Santiago 1872-1875 destacado por su fructifica labor, candidato presidencial 1876; senador 1879-1885 involucrándose en la Guerra del Pacífico; casado con Victoria Subercaseaux.

Vicuña Subercaseaux Blanca (1868-1945) casada con el parlamentario Salvador Vergara Álvarez

Vicuña Mackenna Claudio

Vicuña Mackenna Dolores

Vicuña Mackenna María de los Dolores

Vicuña Mackenna Elena

Vicuña Mackenna Clarisa casada con Onofre Aránguiz Fontecilla (+1896) hija de Manuel Santos Aranguiz Fontecilla (1814-1878) h. Antonio José Aránguiz Mendieta, teniente coronel y Mariana Fontecilla Sotomayor, apoya manifiesto por cementerios católicos en 1883

Vicuña Mackenna Lutgarda

Vicuña Mackenna Lucía

Vicuña Mackenna Nemesio (+1903) Partido Libeal, PLD, diputado por Illapel 1873-1876; senador por Santiago 1891-1891; cm Manuela Subercaseaux Vicuña, h. Ramón Subercaseaux Mercado; 6 hijos

Vicuña Aguirre Pedro Félix (1805-1874) revolucionario, pipiolo, “liberal de arraigada doctrina”,  Intendente de Concepción, diputado 1828, 1829, 1831, 1843; se opuso abiertamente a Portales; en 1837 hizo circular un folleto: Único Asilo de las Repúblicas Hispano-Americanas en el que ‘sostuvo con mucho empeño la formación de una liga hispano-americana, que debería ser regida por un congreso de plenipotenciarios’ (1); en 1845 proclamó la candidatura presidencial del general Freire; fue uno de los cabecillas de la revolución de 1851; en 1864 volvió a la política activa siendo elegido diputado por La Serena; diputado por Ovalle en 1867; senador en 1871; cm María del Carmen Mackenna Vicuña, h. Juan Mackenna O’Reilly y Josefa Vicuña Larraín. “Perpetuamente vencido, nada ha bastado para desalentarle. El señor Vicuña ni ha abdicado, ni se ha prostituido. Hipo de presidente, sobrino de santo prelado, miembro de una de nuestras familias más numerosas… se le ha visto como un adorador fanático de la Constitución de 1828, en la que se resume su credo liberal, que carece de amplios horizontes y de una idea bastante precisa del progreso humano…. En los debates de 1865, lo vimos reinvindicando todas las libertades, exigiendo una atrevida reforma constitucional, se niega a dar entrada a la libertad religiosa…. Participó activamente en la revolución de 1851… ahora en 1870 su liberalismo y su estilo viven en pleno año 28. Luchador infatigable, está lejos de ser una inteligencia penetrante y audaz” (2). .

(1) Homenaje a Vicuña Mackenna Tomo II. (2) CONSTITUYENES p. 423. DIC_FIG tomo V p. 1040

Bibl: “Cartas sobre bancos: recopiladas de las que ha insertado el Mercurio” (1845).

“El Porvenir del hombre o relación íntima entre la justa apreciación del trabajo y la democracia” (1858, 2007).

“Don Manuel Carrasco Albano” (1860).

“Memorias íntimas de don Pedro Félix Vicuña” (1943).

«el 2 de agosto de 1867, cuando apenas llevaba 15 días como Oficial Mayor, algunos diputado conservadores me rogaban no faltase a una reunión e correligionarios que debía tener lugar esa noche en casa de don Manuel Irarrázabal. ¿Qué había sucedido? Que don Pedro Félix Vicuña había vuelto a presentar su proyecto para declarar reformable de una plumada toda la Constitución del 33, que ahora lo presentaba en compañía de don Francisco Echaurren Huidobro, cuñado del Ministro Errázuriz; y, lo que era más intolerable, que los cuatro Ministros: Covarrubias, Errázuriz, Joaquín Blest Gana y Alejandro Reyes no solamente habían aceptado el proyecto, sino que lo habían apoyado…» (1)

(1) Abdón Cifuentes, Memorias, tomo I, página 157