Vergara Álvarez Salvador (1862-1917) general de división, combatió en la revolución de 1891 contra Balmaceda a pesar de la amistad que tenía con él, Ministro de Guerra 1915-1916; cm Blanca Vicuña Subercaseaux, h. Benjamín Vicuña Mackenna

PADRES DE:

Vergara Vicuña Aquiles (1895-1968) [2] militar, diplomático,

[2]  DIC_FIGUEROA, tomo V p. 1023

Vergara Vicuña Aquiles (1895-1968) miembro del Partido Radical, diputado por Coquimbo 1921-1924, el PR le nego su concurso para la renovación de sus poderes de diputtado; a raíz del golpe de Estado manifestó: “la bandera liberal y democrática que han agitado los revolucionarios del 23 de enero queda arriada por ellos mismos al entregarla al que más la escarneciera con sus inconsecuencias a sus grandes postulados y nobilísimas enseñanzas” (1); Ministro de Justicia e Instrucción Publica entre el 9 de febrero y el 5 de septiembre de 1927; estudió con profundidad la custión educacional, y elaboró un proyecto de reformas cuyas bases expuso en varios discursos y circulares. Sus ideas no encontraron acogida en el presidene Ibáñez y resignó el cargo de Ministro (3).

Derrotado el gobierno de Ibáñez en 1931 fue acusado en el parlamento por su acciones. Vergara defendió su actuación: «tras las ilicitudes formales, había existido la necesidad y urgencia de solucionar grandes problemas del país, por ejemplo, en los casos de Javier Ángel Figueroa y Felipe Urzua, de corregir la lentitud y corrupción de la justicia chilena…» (2).

(1) El Ministro de Justicia y Educación Aquiles Vergara tuvo una seria dificultad con Javier Ángel Figueroa, Presidente de la Corte Suprema y hermano del Presidente Emiliano. La dificultad llegó tan lejos que el señor Vergara ordenó detener a Javier Ángel, como que aparecía como un desacato y a la vez como una falta de respeto al Presidente. El coronel Ibáñez solidarizó con el Ministro Vergara.” BOIZARD p. 48.

(2) Gonzalo Vial, Historia de Chile, tomo V, página 22.

(3) Bitácora de la dictadura, pg. 129

Ibáñez, César criollo, tomo II, «La reforma educacional y el presidente Ibáñez» donde afirma «El coronel Ibáñez, ya fuese por empecinamiento de espíritu o por estar interesadamente informado, se inclinaba a creer que la educación pública era la causa de la mayoría de nuestras taras políticas, económicas y sociales. Yo hice siempre todo lo que estuvo de mi parte para disuadirlo de esta apreciación, más errónea que injusta»