Gerardo Varela Alfonso

Biografía Personal

Varela Hernández Raúl Victorino (1929) [1] ingeniero civil, casado con Esperanza Alfonso González (de Pedro Enrique Alfonso “mi abuelo fue parte de los gobiernos radicales que entendieron que gobernar era educar, esa impronta corre por mis venas (1));

Varela Alfonso Gerardo Victorino (1963) [2] abogado, columnista de El Mercurio; casado con Elna Victoria Barros Van Hovell Tot Westerflier (1966) periodista, hija de José Miguel Barros Franco (1924) destacado diplomático, embajador en Holanda, EEUU, Perú y Francia, Presidente de la Academia Chilena de la Historia 2009, y Elna Van Hovell Tot Westerflier. (3)

[2]  Inscripción número 2.450 nacimiento 1963 Recoleta.   I. 1.636 matrimonio 1989 Las Condes.   I. 645 nac 1966 Recoleta

(1) Gerardo Varela, EM, columna “A mis lectores con cariño” 30 enero 2018. Inscripción número 552 nacimiento 1929 Providencia. Inscripción número 685 nacimiento 1992 Las Condes

(3) «Mi padre era un caballero a la antigua. Siempre andaba con pañuelo de hilo perfumado por si tenía que enjugar las lágrimas de alguna dama. Cuando notaba alguna falla a las buenas maneras, inmediatamente recomendaba la lectura del Manual de Carreño, ese libro publicado en 1853 por el ex ministro de RR.EE. venezolano Manuel Antonio Carreño y que se denominaba “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para jóvenes”. El Mercurio, 6 agosto 2022

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Descendencia

¿El principio del fin o el fin del principio? 3 septiembre, 2022

Cuando me preguntan qué me parece el proyecto de Constitución, me acuerdo de la vieja anécdota del dramaturgo George Bernard Shaw cuando un joven escritor le envió un manuscrito para que el maestro le diera su aprobación. Shaw fue sincero: “Su manuscrito es a un tiempo original y bueno. Pero lo que es original no es bueno, y lo que es bueno, no es original”.

El texto tiene originalidades, como el voto voluntario a los 16 años, pero no es una buena idea que adolescentes determinen el destino de la vida, propiedad y libertad de millones de adultos. A su vez, hay buenas ideas en el texto como el denominado Estado social de derechos, pero no es original. Con la Constitución de Lagos los chilenos tienen salud y educación gratis, subsidios de vivienda, cesantía y ahora una pensión básica universal, y mejorar todo eso requiere gestión y no una nueva Constitución. Lo que se pierde, sin embargo, con esta propuesta es la provisión privada de servicios públicos, que es la preferida por los chilenos. Fonasa libre elección y la subvención escolar no quedan garantizados sino cuestionados, y la vivienda pública deja de ser propia y pasa a ser prestada (¿Se imagina oponerse al gobierno si vive en una casa prestada por este?).

Lo que abunda en el texto son ideas malas y copiadas, como la plurinacionalidad (Ecuador y Bolivia); la politización del Poder Judicial (Cuba, Venezuela y Argentina); la judicialización de las políticas públicas (Colombia); el debilitamiento de la persona frente a los colectivos (que ya lo promovía Platón), y el fortalecimiento del poder político frente a la sociedad civil, que es la historia de la humanidad fuera del Occidente civilizado.

En el mundo existen 4 macrosistemas político-culturales. Occidente, China, el islamismo y Rusia. Y por Occidente no debe entenderse Europa y EE.UU. Rusia es europea, pero no occidental; Japón e Israel son occidentales, pero no europeos. Para el islamismo las personas y sus derechos no importan, lo relevante es la religión y que todas las personas están al servicio de Dios. En China el individuo no existe y Dios es reemplazado por el Estado, que tiene poder de vida o muerte sobre los habitantes, que no son ciudadanos, sino meros residentes sin derechos personales de un reino celeste dirigido antes por mandarines imperiales y hoy por comisarios comunistas. El sistema ruso es un concepto de nacionalismo imperialista, y donde los liderazgos personales son más importantes que las instituciones. Los sistemas rusos descansan en Alexander Nevsky, Pedro el Grande o en Stalin, figuras imponentes y redentoras que defienden al pueblo de los enemigos reales o imaginarios.

Occidente, más que un lugar geográfico, es una idea acerca del valor de la persona sobre el Estado; de la ciencia sobre la superstición, y de la ley sobre el poder; de la separación de la Iglesia y del Estado; de que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que todas tienen derecho a la vida, la libertad y la propiedad. Pero sobre todo que las instituciones y las personas son más importantes que Dios, el Estado o los líderes mesiánicos. Occidente es el único sistema ideológico que a través de gobiernos democráticos y consensuales ha logrado compatibilizar libertad con progreso.

El texto constitucional propuesto debilita las instituciones y nos aleja de Occidente. Representa la peor combinación de los demás sistemas. Nos expone a los líderes mesiánicos; somete a las personas al Estado, y reemplaza la ciencia y el derecho por las nuevas religiones de la pachamama, el tribalismo y la ecología. Una mayoría de malos convencionales integraron una mala Convención que hizo una mala Constitución que apoya un mal gobierno para un país inventado. ¿Qué puede salir mal si se aprueba?

Parafraseando a sir Winston, mañana se decide entre el principio del fin o el fin del principio. Si se aprueba, Chile se alejará de Occidente y continuará su deriva hacia un modelo indigenista bolivariano. Si se rechaza, Chile detendrá su deterioro y se dará otra oportunidad de pensar una Constitución que compatibilice una sociedad libre y moderna con los desafíos que esta nos impone. Alea jacta est. (El Mercurio)

Gerardo Varela

¿Por qué peleamos y para qué ganamos? 17 septiembre, 2022

Ocho millones de chilenos votamos Rechazo, 290 mil más que la suma total que votó en el plebiscito de entrada. El Rechazo tuvo más votos que los 155 convencionales; ganó en las comunas pobres y ricas, con mayorías indígenas o mestizas; ganó en 338 de las 346 comunas de Chile; ganó en hombres, mujeres, jóvenes y viejos. Es un triunfo transversal, abrumador y elocuente que nos obliga a recordarles a todos por qué peleamos y para qué ganamos.

Peleamos por la persona y su valor intrínseco con independencia de su sexo, edad o etnia. Todos somos chilenos iguales en dignidad y derechos. Peleamos por que se elijan los más votados y no los reservados.

Peleamos por tener un Estado eficiente y un sistema político eficaz, elegido y dirigido por adultos, con menos burocracia y mejores servicios públicos. Votamos por que el dinero de los contribuyentes se invierta en la gente y no se gaste en política y burocracia. Votamos por un Estado que cuide nuestras libertades, no por uno que las someta. Queremos una red de protección estatal que nos proteja al caer, no una que nos impida volar.

Peleamos por nuestra libertad y autonomía para elegir el colegio que eduque a nuestros hijos, el doctor que sane a nuestros enfermos y el Dios al que le encomendamos nuestra alma. Ganamos para que nunca más alguien se atreva a decirnos cómo debemos ser felices.

Peleamos para ser dueños de nuestras casas y ahorros y por el derecho de preservar el fruto de nuestro esfuerzo, porque no existe libertad donde no hay propiedad.

Peleamos por un Gobierno que cumpla y haga cumplir la ley, que respalde a la policía y que asegure que los malos sean procesados y los buenos, protegidos. Sin ley, orden y seguridad, tampoco existe libertad.

Peleamos a favor de la inmigración, pero en contra de la invasión. Queremos el número de extranjeros que nuestra economía pueda absorber, nuestra seguridad pueda controlar y nuestros servicios públicos puedan atender. Ni uno más y ni uno menos.

Peleamos por un Estado responsable y austero que no gaste lo que no tiene ni prometa lo que no puede. Un Estado que no sirva de botín para los inescrupulosos, de plataforma para los demagogos ni de púlpito para los mesiánicos.

Peleamos por tener una República con tres poderes del Estado con facultades definidas, que se controlen recíprocamente y donde el Poder Judicial sea independiente, profesional y los jueces apliquen la ley y no hagan política.

Peleamos por la independencia y libertad de la sociedad civil. Para que gremios, sindicatos y juntas de vecinos no estén subordinados al Estado ni a la política. Votamos por que exista libertad para fundarlos y asociarse. Votamos por expresarnos y opinar libremente sin miedo a cancelaciones ni funas.

Peleamos por una Constitución que entendamos todos, escrita en un castellano simple y directo. Y rechazamos una escrita en un lenguaje ambiguo que la interpretan los poderosos. Peleamos por un himno, una bandera y una nación. Peleamos por una Constitución que honre nuestras tradiciones y abrace la modernidad. Queremos una que sea un espejo que nos refleje a todos y no uno que distorsione o magnifique a nadie. Votamos para que cualquier partido o persona gane el poder, pero para que ninguno se apropie de él. No rechazamos un panfleto ideológico para moderarlo, sino que para cambiarlo por un pacto social.

Esta elección la ganó la sociedad civil y el sentido común. La perdió la ideología y la ignorancia. Este fue el triunfo del castellano sobre el lenguaje inclusivo; de la patria sobre “los territorios”; de la paz sobre la violencia; de la mayoría silenciosa sobre la élite iluminada; de La Pintana sobre “Ñuñork”; del individuo sobre la tribu; de la Sra. Juanita sobre la Malucha y de las personas sobre el género.

El 4 de septiembre de 1970, la ultraizquierda asaltó la democracia con la fuerza de los votos y tres años después la perdimos con la fuerza de las armas. El año 2019 volvió a asaltarla, pero esta vez con la fuerza del fuego y el saqueo. Por esas paradojas de la historia, este 4 de septiembre los demócratas la defendieron con la fuerza de los votos. Por eso el Presidente se equivoca: en este plebiscito no se detuvo la historia, solo evitamos que la descarrilaran de nuevo. Feliz “18” y ¡Viva Chile! (El Mercurio)

Gerardo Varela

Las mujeres la llevan 1 octubre, 2022

Ando en el viejo mundo paseando y tratando de desconectarme de nuestra política local. Y por acá, todo pasando con las mujeres.

En Inglaterra, muere la reina. Con ella termina el siglo XX. Era la última de las inmortales y se fue en medio del aplauso y agradecimiento de su pueblo. Cuando todo cambia y todo es vértigo y velocidad, la gente aprecia la estabilidad y permanencia de una institución. Ella representaba la solidez, el equilibrio y la inspiración que se buscan en un líder.

Al igual que en Chile —que para salvar su gobierno el Presidente Boric trajo dos mujeres power al Gabinete—, acá las mujeres se han tomado la política. Sin paridad, a puro voto, vocación y coraggio, las féminas la llevan en un continente convulsionado.

En Gran Bretaña, eligieron a Liz Truss como líder tory y Primera Ministra. Después de una intensa campaña, quien se define como admiradora de Margaret Thatcher, toma sobre sus hombros el difícil desafío de administrar el Brexit y detener la recesión que se cierne. Y lo hace a la manera ortodoxa: bajando impuestos y fomentando la inversión.

En Italia, eligieron a Giorgia Meloni por el partido Fratelli d’Italia (que comprende a las “sorellas”, para los que no entienden el lenguaje normal). Se hizo famosa con un mensaje simple: “Me llamo Giorgia, soy una mujer, una madre, una cristiana y eso no me lo van a quitar”. Con ello, reivindicó su femineidad por sobre la ideología de género; su calidad de dadora de vida contra sus agresores, y las virtudes de Occidente sobre el resto. Ella defiende la soberanía italiana sobre la burocracia de la comunidad europea. La derrota de la izquierda italiana y su agenda extremista que —como diría Orwell, más que defender el planeta odia a la humanidad— se asemeja a la que sufrió la chilena en el plebiscito. Sin embargo, acá nadie dice que los electores no entienden lo que leen y ningún líder se cree un vanguardista visionario. Mientras tanto, la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen —que mientras maneja Europa cría siete hijos—, se apresta a enfrentarla. Esto sería un choque de trenes, si no fuera porque el alemán llegará a la hora y el italiano no.

En España, la izquierda sigue con una agenda parecida a la nuestra: indultando separatistas y terroristas, subiendo impuestos, cometiendo disparates con la energía y obsesos con la ideología de género. Eso explica por qué nuestro “distinguido” embajador se siente como pez. Tanto o más que otra mujer, la ministra de la Igualdad, Irene Montero, de Podemos, quien se despachó una opinión de antología: que “los niños, niñas y niñes” podían tener sexo con quienes quisieran, siempre que fuera consentido. Nunca se enteró de que los niños son incapaces ante la ley precisamente porque no tienen la madurez para consentir. Todos quisimos a los 12 años ser bomberos, futbolistas o casarnos con nuestro primer amor de verano y después cambiamos de opinión.

Esperemos que les vaya bien a Truss y Meloni, a quienes se les une otra mujer que está haciendo carrera, la española Isabel Díaz Ayuso. Todas de derecha, sin complejos, y que impulsan agendas modernas, amistosas con las personas, la familia y la libertad, bajando impuestos, achicando el Estado, desregulando la economía y devolviéndole el poder a la gente. Y mientras las mujeres lideran en Europa, en Irán son perseguidas por no cubrirse el pelo “como Dios manda”. El silencio de nuestras feministas es estridente. ¿Dónde están LasTesis, la not/primera dama o la ministra de la Mujer para repudiar a Irán? Afortunadamente, en Chile tenemos a Marcela, Evelyn, Katty, Rocío, Paula y muchas más que mantienen la bandera en alto del feminismo y lo defienden con elegancia y sin sesgos ni complicidades ideológicas.

Europa enfrenta la guerra de Ucrania, la amenaza nuclear rusa, el cuestionamiento de la burocracia comunitaria. También crisis migratorias, batallas culturales y Estados quebrados. Todos —al igual que en “Juego de Tronos”— le tienen miedo al invierno que viene en medio de una crisis energética de aquellas. Como titulaba un diario en España: Por estos lados los políticos confundieron “el Estado de bienestar con el bienestar del Estado” y en la pasada dejaron de lado al ciudadano. Y yo que quería desconectarme…(El Mercurio)

Gerardo Varela Alfonso

Litio: empresarios amateurs 29 octubre, 2022

Un historiador decía que las grandes tragedias son siempre consecuencia de errores de cálculo. Napoleón en Rusia, Argentina en las Malvinas, Putin en Ucrania y Bachelet con el Transantiago son ejemplos de ello. Esto se aplica también a las cosas simples de la vida. Desde la ignorancia, minimizamos la complejidad de tareas que nos parecen sencillas, como cambiar un enchufe sin electrocutarnos o calentar una mamadera sin quemar a la guagua.

Nuestros inexpertos líderes minimizan la complejidad de hacer empresas. Si las hubieran hecho, sabrían la dificultad que representa la inflación para las pymes; entenderían la importancia del TPP11 (la globalización ayuda a los países chicos y el proteccionismo, a los grandes) y comprenderían la relevancia del mercado de capitales para la gente común (financia sus casas, pensiones y hasta la limpieza del agua); entenderían que los chilenos no tenemos la productividad alemana y cuáles son los límites que impone nuestra ubicación geográfica (ningún país al sur de la línea del ecuador produce productos complejos, porque están muy lejos de los centros de consumo. Fabricar blackberryes en Ushuaia es un ejemplo de estulticia estatal). Si entendieran de empresas, dejarían de criticar el lucro y de hablar que el “modelo se agotó” y aprenderían que “al modelo” lo agotaron a punta de impuestos, regulaciones y burocracia; que el lucro/rentabilidad es una de las medidas del éxito de un proyecto —como la tasa de crecimiento es de un país—, que el desarrollo económico cuida el medio ambiente y se darían cuenta de que la reforma tributaria es la repetición del error de Bachelet (que causó el estallido), pero con esteroides.

Critican la agricultura como una actividad “primaria y extractivista”. Ignoran la complejidad de poner una caja de cerezas en China en una ventana de dos semanas. Desconocen que un proyecto empieza por lo menos cinco años antes y requiere un esfuerzo tecnológico, humano, financiero y logístico sofisticadísimo, amén de una cuota de suerte para sortear riesgos impredecibles (clima, huelgas portuarias, pandemia, etc.). Si al menos preguntaran, aprenderían que las forestales no explotan el bosque nativo; que sus bosques se riegan solo con lluvia; que las baterías de litio tienen poco y nada de litio y por eso no se fabrican en Chile; y que el litio, a diferencia del petróleo, es reutilizable.

Ahora fantasean con hacer una empresa del litio. La historia de nuestro Estado empresario es mala; tuvo éxitos muy limitados cuando confiscó mineras a terceros o tuvo monopolios. Pero lo peor es que aquellas que fracasaban o eran superadas por el mercado o la tecnología no se cerraban. Ese fracaso lo pagamos con inflaciones crónicas, sin pensiones y con mala calidad de servicios públicos.

Las sociedades progresan cuando el Estado facilita que los privados se arriesguen y emprendan (Estado subsidiario), no cuando los políticos les quitan sus ahorros para invertirlos en empresas estatales. Imagínese la empresa estatal del litio dirigida por Karol o Daniel y administrada con cuoteo político; perspectiva de género; lenguaje inclusivo y sin lucro. Esa empresa promete un futuro apocalíptico, pero ellos invertirán los ahorros de la Sra. Juanita y del sufrido Moya, no los propios.

El Estado, sin invertir capital, es socio de todas las empresas, cobrándoles impuestos de un 27% para después rematar a sus socios hasta con un 44,45% (más el royalty minero, IVA y patentes). Por eso, para participar y ganar en el litio no necesita hacer empresas propias que fracasarán como la farmacia popular de Daniel.

En el Estado tenemos 3 mil millones de dólares en proyectos estatales “mal evaluados” (eufemismo político equivalente al fracaso privado), pero ninguno se cierra. Esto, porque los que toman las decisiones no sufren el costo de sus errores. Mientras Australia explota con privados su litio, nosotros nos estancamos declarándolo estratégico (sin serlo, porque abunda y no hacemos bombas de hidrógeno), empresa estatal que nos costará una fortuna. Todo es medio desquiciado; como de adolescentes jugando Monopoly, más que de adultos evaluando proyectos. Es una pena; pero día que pasa, Chile se empobrece, y por eso tenía razón un sabio que decía: “Si usted se queja de que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”. (El Mercurio)

Gerardo Varela

“Milagro alemán” 1 diciembre, 2022

Don Renato Cristi en carta a «El Mercurio» de ayer sitúa el inicio del milagro alemán con una orden inglesa para la fabricación de autos en 1945 y sostiene que Inglaterra fue más dañada industrialmente por los bombardeos que Alemania. Yo difiero de esa opinión. En el blitz se arrojaron cerca de 40 mil toneladas de bombas sobre Inglaterra. Los aliados arrojaron 1,6 millones sobre Alemania. Los ingleses perdieron 40 mil civiles, los alemanes, 500 mil víctimas de bombardeos.

Alemania además fue invadida por tierra y destruida —incluidos sus puertos e infraestructura eléctrica— y los rusos desmantelaron toda su industria pesada y se la llevaron a la URSS junto con los ferrocarriles, camiones y todo lo que encontraron a mano.

El milagro económico no empezó por una orden de los ingleses, sino que por una decisión alemana. El año 1948, Erhard decretó la liberación de precios, la reducción de impuestos y el cambio de moneda. Además ese mismo año partió el plan Marshall. Alemania Federal recibió, sin embargo, menos de la mitad de fondos de ese plan que Inglaterra. Ambas economías crecieron en su producción industrial durante la II Guerra Mundial. Alemania pasó de jornadas de ocho horas diarias preguerra a turnos continuos de 24 y contaba con más de un millón de trabajadores forzados en su industria. Al término de ella Inglaterra optó por estatizar su economía, y Alemania, por liberarla, y 20 años después Alemania había superado a la economía inglesa.

Sería ideal que don Renato tuviera razón y bastara una orden de autoridad para reactivar una economía, pero no es así; son otras las razones que las impulsan y tienen que ver con libertad, propiedad, estabilidad monetaria y Estado de Derecho más que con órdenes superiores. (El Mercurio Cartas)

Gerardo Varela A.

Al socialismo se llega en bicicleta, al fascismo también-Gerardo Varela 7 enero, 2023

Se le atribuye a José Antonio Viera-Gallo la frase: “Al socialismo se llega en bicicleta”. Dicha en la época de Allende, invitaba a la gente a no quejarse por la escasez de combustible, y a empezar a sacrificarse pedaleando por la vida.

Hoy la bicicleta transporta el fascismo. Grupos de ciclistas de izquierda se dirigen a intimidar e insultar a personas cuyas ideas les molestan. El expresidente Piñera, las exministras Hutt y Schmidt, la jueza Acevedo, y ahora el poeta y columnista Cristián Warnken han sufrido estas funas. Los ciclistas le gritaban “fascista” al poeta que tuvo el coraje de condenar la violencia y llamar a “rechazar” honrando las palabras del Dante en la Divina Comedia: “los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”. El poeta tuvo el coraje de criticar la violencia usando 3 armas antifascistas: la inteligencia, la palabra y la evidencia. Eso llevó a que una lectora me pidiera que explicara qué era el fascismo. Querida lectora: así como Olivos, Olivares y Aceituno son uno, fascismo comunismo y nazismo son lo mismo.

El socialismo tiene varias deformaciones totalitarias, la más obvia es el comunismo, pero otras igualmente perversas son el fascismo y el nazismo. Como todas se pelean el mismo mercado de personajes mediocres, no es raro que se odien entre ellos. Estas deformaciones ponen al Estado y no al individuo en el centro de la vida pública. Así, las personas no son ciudadanos con dignidad y derechos (un fin en sí mismos), sino que súbditos (medios) al servicio de una causa superior como es el pueblo, la nación o el partido (piense cómo usaron a los niños en las reformas educacionales de triste resultado). Mussolini lo resumía muy bien en esta frase: “El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”. Esta frase la podría haber dicho Fidel o Stalin.

Mussolini pasó de ser el Nº 3 del Partido Socialista a fundar el fascismo. Transitar entre estas ideologías es fácil, lo hizo Mussolini y ahora Putin. Como ideología, el fascismo es una amalgama de ideas viejas, pero en su praxis promovió el nacionalismo racista, el militarismo expansionista y la lucha contra el liberalismo (que combina democracia, globalización y capitalismo). Es común a estas ideologías la persecución religiosa y de ideas, la quema de libros, la creación de campos de concentración, el genocidio, la promoción de la eutanasia y la eugenesia (hasta Allende la defiende en su tesis “Higiene mental y delincuencia”) y la violencia política. Por eso crearon fuerzas de choque como los camisas negras o pardas; terroristas como las brigadas rojas o el FMR, y policías secretas como la Checa o la Stasi. Para ellos, la oposición no es un contradictor legítimo, sino que un enemigo a eliminar.

Muy propio de estas ideologías es humillar a sus rivales desnudándolos; obligándolos a bailar o a confesar crímenes inexistentes. Perseguir ideas es lo suyo: no toleran el pensamiento libre e independiente, inventaron la cancelación de personas y detestan la prensa libre. Carecen por completo de sentido del humor y cuando lo practican es macabro. Stalin, si se encontraba con alguien que no veía hace tiempo, le preguntaba: ¿cómo?, ¿todavía no te han arrestado?

El Gobierno tiene una vertiente fascista que si no abraza, al menos cohonesta la delincuencia y la violencia. Esto explica su homenaje a la primera línea; el retiro de las querellas contra saqueadores; la negativa a escuchar a Zelensky; el indulto a delincuentes o la construcción de un memorial en la plaza Baquedano. Por eso, yo les recomendaría que de una vez por todas se sinceren reemplazando la estatua del general en su corcel “diamante” por una del Pelao Vade en bicicleta paseando el “perro matapacos”. Así, en vez de celebrar las virtudes cívicas de Baquedano, honran la distinta escala de valores de la que se ufanan. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Dicebamus Hesterna Die 17 octubre, 2020

Trayectoria Política

Varela Alfonso Gerardo Victorino (1963) “soy liberal, quisiera ser un heredero del ligado intelectual de Vicuña Mackenna, Andrés Bello y José Victorino Lastarria de quién soy la cuarta generación  en llevar su nombre” (1);  “el Frente Amplio es el hijo del cinismo de la Concertación, que en vez de educar a sus hijos que la crisis de nuestra democracia no se debió a la ambición de Pinochet, sino al colapso de las malas políticas públicas, se dedicaron a reivindicar con nostalgia los tiempos pasados. Nunca les dijeron que tuvimos un sistema previsional de reparto que terminó capturado por unos pocos, y quebrado, de ahí las AFP. Que tuvimos un sistema electoral proporcional que terminó con un Congreso atomizado e ingobernable, de ahí el binominal. Que tuvimos un Estado redentor y terminó con una burocracia que ahogó a la sociedad civil con impuestos expropiatorios que destruyeron el emprendimiento y con una inflación agobiante para los pobres, de ahí el Estado subsidiario y el Banco Central autónomo. En Chile las hicimos todas: expropiamos a los ricos, exiliamos económicamente a nuestros profesionales e incluso les robamos las minas de cobre a sus dueños y ni así construimos una sociedad más próspera y justa. Nunca tuvimos plata para una educación masiva, gratuita y de calidad y tampoco la tenemos ahora. La Concertación abrazó en silencio las políticas heredadas de los «Chicago», pero no las defendió. (2);

Ministro de Educación 2018.

«Hemos votado por construir la casa de todos… yo soy de los perdedores, pero reconozco con hidalguía que se impuso el Apruebo sin peros ni dudas… ahora empieza la competencia de verdad. Yo he sido deportista toda mi vida y moiré compitiendo, me encanta el desafío y eso de competir de chico a grande no hace sino entusiasmarme» (3).

«… Chile quiere Senado, quiere poder Judicial independiente,  y quiere seguridad. Chile quiere libertad paa elegir su salud y educación, y propiedad sobre sus casas, ahorros y pensiones, y los chilenos quiern sun sistema político que funcione, que asegure orden y prosperidad y un Estado que sieva a los ciudadanos y no sea simplemente una estructura ineficaz de pegas y prebendas para políticos y funcionarios..» (4)

«Ayer gano Chile, el centro político y la sociedad civil, y perdió el extremismo y la radicalidad» (5)

Gerardo Varela: «con Dominga, a los animales no les cambia la vida; a los habitantes de la Higuera (una de las cinco comunes mas pobres de Chile) sí». (6)

Hoy, Chile demanda grandes acuerdos. Estos pueden provenir de los expresidentes que tienen la experiencia y fuerza moral para promoverlos o de los liderazgos personales de Matthei, Carter, Boric, Tohá, Vodanovic y Kast. La historia la hacen los grandes líderes que son capaces de conducir los grandes procesos. Es hora de que esos grandes chilenos se pongan las pilas. Roosevelt fue capaz de arrastrar a un pueblo a una guerra que no quería, pero que la salvación de la civilización occidental demandaba. Mandela fue capaz de reconciliar dos razas, porque quería construir un país. Prat sacrificó su vida para forjar una nación, Portales para crear un Estado y Allende para mantener vivo el sueño del hombre nuevo. Los desafíos de nuestro país de volver a crecer, tornarlo gobernable, amable y seguro, y reconciliar a las grandes mayorías con la democracia, exigen grandes gestos y grandes hombres. Ojalá nuestros líderes estén a la altura. (7)

(1) El Mercurio, columna “A mis lectores con cariño” 30 enero 2018. (2) “El Frente Amplio. Ni único, ni grande, ni nuestro” El Mercurio 25 noviembre 2017.

(3) El Mercurio, 26 octubre 2020 «La casa de todos»

(4) Carta El Mercurio 6 septiembre 2022

(5) Columna «Feliz 18 tiki-tikiti» 5 septiembre 2022

(6) «Bielsa, animales y Dominga» El Mercurio, 21 enero 2023

(7) Columna El Mercurio, 11 agosto 2023

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Bibliografia

Otras publicaciones

Sobre el libro de educación sexual de la municipalidad de Santiago: «Ediles y el ‘punto G’: columna no apta para menores»: «… ha asesinado todo vestigio de candor en la visión del sexo que tienen los adolescentes»  El Mercurio, 1 octubre 2016

«Administración del 5%» Carta El Mercurio 14 mayo 2017: «la ‘gente’ es una palabra grande, y resulta pretencioso decidir por ella. Yo prefiero que se hable de personas y que cada una decida quien administra sus fondos y cual es su destino»

«Defender que la condena al emprendimiento y al lucro; la amenaza al derecho de propiedad; la incerteza jurídica; y un alza descomunal de impuestos no tienen efectos sobre la inversión y el crecimiento, es mala economía y echarla la culpa al cobre, es pero economía» carta El Mercurio 15 septiembre 2017

Esa combinación de filosofia política (Smith, Kant,, Bello, Mill, Jeffeson, Hayek, Mises y Popper) y ciencia económica (Schumpeter, Friedman, Becker, posner y Coase) ha sido la creadora y defensora de lo que conocemos como una sociedad lire y ha sido la que mas prosperidad y libertad ha generdo en la historia de la humanidad… en Chile, si no fuera por el aporte de Hernán Buchi, Miguel Kast o José Piñera, seguiríamos armando autos en Arica, viajando con cuotas de dólares y negociando precios con la Dirinco. Y estaríamos conviviendo con un Estado quebrado, inflaciones monstruosas y una pobreza desoladora» Carta «Don Agustin y el neoliberalismo» 13 agosto 2019

«De Chicago boy a Chicago Girl: trasvestismo y optimismo» El Mercurio 22 octubre 2016 «McCloskey es una historiadora económica y tiene un libro muy interesante sobre la «igualdad burguesa». En él propicia y lucha por la verdadera igualdad, que es la libertad, qué es la libertad: una igualdad ética y no económica» «la igualdad económica o de resultados… cuando la política se ha centrado en buscar esa igualdad, como hemos experimentado con este gobierno, solo se genera odio, se sacrifica la liberta y se destruye el progreso como en Cuba… yo siempre he sido optimista y he creido que tenemos un país fantástico. Hemos progresado enormemente, y si no fuera por este gobierno, su mal diagnóstico y su peor desempeño, seguiríamos progresando. Ahora quiero creer que este cambio gubernamental es genuino. Que el gobierno tiene la convicción de que los chilenos no somos perversos, aprovechadores ni egoístas, sino que como buenos seres humanos,  tenemos un poco de todo, y dependiendo de los incentivos que las políticas públicas nos pongan, saldrá lo mejor o lo peor de nosotros…el progreso del mundo solo se logra a partir del liberalismo del siglo XVIII,… son esas ideas pacifistas de libertad individual y protección legal de las personas y su propiedad frente al soberano que genera el progreso del mundo occidental»

«Elecciones en USA: your are fired»  El Mercurio, 10 noviembre 2016 «este es un triunfo del estado llano en contra del establischment que recordándoles quien manda, les avisa que no se puede apostar al futuro olvidándose del presente… las crisis económicas generan impactos inmediatos y mediatos…. la crisis subprime del 2008 sigue produciendo réplicas»

«El neoliberalismo de don Agustin», en debate de Agustín Squella, carta El Mercurio, 20 agosto 2019 «la participación de los padres versus el Estado grafica la diferencia entre un socialista y un liberal. Los liberales creemos en hacernos cargo; los socialistas en el «hay que hacerse cargo»… ese alguien es el Estado… por eso algunos se preguntan que puede hacer el país por mi, y otros, que debemos hacer nosotros por el país»,,, un mínimo común denominador de la calidad de la educación es el compromiso de la comunidad escolar con el proyecto educativo del colegio.

«Felipe Cubillos, recuerdos de un liberal»: «.. Felipe nos hablaba de deberes y responsabilidades con los demás. Cuando todos le piden al Estado que les resuelva sus problemas, Felipe le ensañaba a la gente a ayudarse a si mismo y a no esperar impávidos haciéndose los lesos para que los demás se hicieran cargo… fue un liberal como muy pocos. Tolerante e inclusivo, emprendedor empresarial y social, partidario de una sociedad libre, excéptico del Estado y de su poder opresor…» Gerardo Varela Alfonso, El Mercurio, 7 septiembre 2019

«Octubre negro: ¿cómo salimos?» El Mercurio, 2 noviembre 2019: «Debemos confiar y apoyar para el que el Gobierno recupere el control político y el país, la vida normal… de esto se sale con servicios de inteligencia y policiales para combatir contra el anarcoterrorismo que mema el metro… con políticas publicas y generosidad en la billetera para responder a las demandas ciudadanas por memores pensiones, menores deudas o mejores servicios de salud. Y finalmente, con empatía e inspiración política de los miembros jóvenes del gabinete para enfrentar el reclamo juvenil por un Chile mejor en un planeta mejor».

«A sacar pecho y arrancar para adelante» El Mercurio  31 octubre 2020 «Somos la generación cuya opción era ganarnos la vida con nuestro propio esfuerzo o morirnos de hambre» «Nuestra receta no era nueva ni la inventamos nosotros. Consistía en estudiar, esforzarse y ahorrar. Y en lo político, limita el poder del Estado y focalizar el gasto fiscal en los más vulnerables buscando que la gente se pare sobre sus propios pies y que no viva de la beneficencia estatal. Mi consejo es que analicen bien los cambios que quieran hacerle a la receta, porque si falla algo, los vuelos a Escandinavia hacen escala en África: ahi está uno de los profetas de la nueva política, el alcalde Sharp, cuya gestión ha logrado que Valparaíso se parezca mas a Mogadiscio que a Copenhague»

«Pesimismo y optimismo» El Mercurio 28 noviembre 2020: «Condición necesaria para un proceso exitoso es que el Gobierno lidere y ponga orden par que la deliberación constitucional no se dé con un mar de fondo de violencia»

«Trump y nuestra Constitución» El Mercurio, 12 diciembre 2020 «La constitución de EEUU fue el fruto de muchos compromisos y concebida como una defensa de la libertad de las personas frente a la opresión del gobierno o de las mayorías. Ojala la nuestra también lo sea.»  «La izquierda buscará asegurar que una oligarquía iluminada dirija un Estado omnipotente que promueva la igualdad y proteja a las personas de la cuna a la tumba, restringiendo su libertad. La derecha promoverá la libertad y buscará mantener una sociedad libre, con personas responsables, empoderadas e independientes y un Estado limitado dirigido por un gobierno sometido a la ley

«El Capitolio, allá y acá» El mercurio 9 enero 2021 «Los mismo que se muestran indignados con los partidarios de Trump atacando el Capitolio, quieren insultar a los que atacaron La Moneda»

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En Panguipulli, un joven -hijo de esa generación arrogante- se dedicaba al malabarismo callejero con machetes marca ‘Truper’ (que es una fábrica de machetes y no de artículos de utilería) para después -machete en mano- acercarse a los transeúntes a pedirles plata, en algo que estaba a medio camino entre un ‘cogoteo’ y una propina. Dado que las contribuciones eran de dudosa voluntariedad y que en un pueblo chico con problemas de tránsito en verano sus malabares obstruían el flujo vehicular, varios vecinos pidieron la intervención policial.

La policía llegó y le pidió su carné -desde prudente distancia, dado que tenía un par de machetes en la mano y sabía usarlos-. El joven se negó a obedecer y se permitió insultar a la policía. Un carabinero cumplió con su deber, desenfundó su arma, le ordenó soltar los machetes, disparó un par de veces como advertencia y después debió enfrentar la agresión del machetero y se defendió con el lamentable resultado conocido. No se trata de un caso de DD.HH.; tampoco tipifica la lucha de clases (el carabinero no es precisamente un oligarca) ni menos es una agresión al ‘arte’ (como matar a un doctor no es un atentado contra la ciencia), es un incidente policial trágico y evitable, que tiene un responsable: el joven atacante. Y que una diputada del partido Revolución Democrática (se debiera desconfiar de la sensatez de un partido cuyo nombre es un oxímoron) no entienda la naturaleza del incidente y llame a quemar todo, nos habla de su inmadurez e incivilidad, que son las causas de los incidentes de Panguipulli y Plaza Italia». El Mercurio 20 febrero 2021

«¿Más Karl Marx o más Henry Ford?» «Mientras Marx soñaba con un hombre nuevo, Ford le mejoraba la vida al hombre común. Lo paradojal es que Marx está lleno de seguidores y Ford es solo una marca de autos» 3 abril 2021

Gerardo Varela admite que “estamos en una crisis política. Pero no es la peor de nuestra historia. Ni es terminal” 30 abril 2021

«Convención Constituyente y sociedad civil» 29 mayo 2021 «La convención surge de una elección popular con un trasfondo de hastió con la pandemia, el encierro, los problemas económicos y la violencia… esa sociedad civil debe controlar que la Convención respete las reglas acordadas y proponer ideas que reflejen soluciones racionales para los  desafíos del país… en la sociedad civil y su empoderamiento se juga el futuro de Chile, no en una convención, que si la dejamos sola y a su arbitrio, hará una Constitución para 30 días y no para 30 años»

«Una mujer para Constantinopla» 12 junio 2021 «Chile a partir de 1929 se dejó seducir por el viaja al paraíso a través del Estado empresario y terminó mal… hoy el viaje al paraíso es en aerolíneas recoleta con piloto yihadista y tripulación encapuchada. Todos los vuelos anteriores se han estrellado, pero como nadie lee historia hay cola por embarcarse. Pensiones generosas sin ahorrar; ofertas de agua brotando de manantiales cristalinos, sin invertir; salud nórdica y sin colas; educación de calidad capeando más que la Greta Thunberg…»

«Don’t worry, be happy» El  Mercurio 7 agosto 2021 «El estallido social se produjo por frustración, la frustración por falta de oportunidades y estas por falta de crecimiento económico (llevamos 10 años con crecimiento promedio cero). Para retomar el crecimiento necesitamos instituciones sólidas y buenas políticas públicas. Los chilenos elegimos a la tía Pikachu y al dinosaurio azul para diseñarlas, asi que don´worry, be happy»»

«Gabinete ¿remando en dulce de lech?» El Mercurio 22 enero 2022 «La economía es un ecosistema delicado. No se pueden toar los impuestos, la legislación laboral o las regulaciones sectoriales pensando que no tendrán efectos en la inversión, el empleo o el desarrollo. Si algo debió habe aprendido la izquierda es que con puro relato, pero con mala economía y peroes políticas públicas (Bachelet I y II) perdieron el gobierno… las reformas educacines emprendidas por los muchachos han tenido malos resultados, meons inversión, perores rendimientos académicos, alta deserción y desfinaciamiento d ela educación superior…»

«Por qué ganó Boric» 5 febrero 2022 «El desafío es volver  a particpar en la batalla de las ideas alzando la voz e invirtiendo esfuerzo, iempo y dinero. Esa batalla es larga y perpetua. Se da en nue, en los colegios y en la prensa. Si no participa es su derecho, pero después no se queje que una generación llena de prejuicios y adoradora de ídolos de barro despilfarre un país, que no es perfocto, pero qe es infinitamente mejor que la alternativa que algunos quieren imponer»

«Aylwin llamó a rechazr y votar que No en el plebiscito de 1980 que aprobó una Constitución que él juzgaba antidemocrática. Como perdió se sometió a las reglas y procuró cambiarla por dentro, porque la opción era la violencia que propugnaba el PC. Si el próximo 4 de septiembre, loq euq considramos a este borrador como antidemocrático, antiprogreso y contrario a los intereses del país, perdemos, no recurriremos a la vilencia tampoco, sino que buscaremos modificarla pacíficamente. Eso es lo que habría hecho Aylwin y es lo que haremos nosotros»  Carta, El Mercuro 17 agosto 2022

Chile quiere más rodeo y menos cogoteo 27 noviembre 2021

El Frente Amplio y la izquierda radical tienen un problema. Llegaron con un aire de frescura y novedad. Jóvenes “idealistas” que venían a cambiar la política  para volverla a poner al servicio de la gente. Pero han envejecido mal. Han acumulado un prontuario de codicia, nepotismo e intolerancia que deja de ser excepcional y desmiente toda esa moralina hipócrita e insoportable con que aparecieron.

Sus líderes podrían figurar en un catálogo de malos políticos latinoamericanos. Una se llena de asesores/amigotes carísimos y disfraza de desayuno versallesco un escuálido tentempié para expoliar a los contribuyentes. Otro está acusado de acoso sexual (ante el elocuente silencio de las feministas de su comando). Un par de alcaldes(as) son antisemitas; otra transformó el centro de Santiago en una feria y otro está siendo investigado por corrupción; un diputado se hacía donaciones a sí mismo mientras posaba de generoso, otro engañó al electorado inventándose una enfermedad; otro resucitó un notario fallecido para presentarse a Presidente y otra mintió sobre un supuesto centro de torturas en una estación de metro que terminó quemada.

Censuran la libertad de expresión, prohíben el análisis crítico de la historia, hablan de diversidad pero no toleran el disenso; veneran la pachamama mientras desprecian a los creyentes; pontifican sobre tolerancia pero celebran las funas; posan de pacifistas pero justifican la violencia y homenajean e indultan a los delincuentes. Transformaron Valparaíso en un basural, la plaza Italia en un descampado y el Parque Forestal en una letrina. Queman iglesias, saquean locales comerciales y transforman el baile en un acto de humillación; desfalcan al fisco, ignoran la ciencia y defraudan la fe pública. Pero el extremista es Kast porque está en contra del aborto.

Un huaso con esa sabiduría del campo chileno me dijo: “Los pijes santiaguinos quieren prohibir el rodeo porque empujar un novillo contra un colchón es maltrato animal. Pero defienden el abortar matando una guagua con una aspiradora, es un derecho… ¿Por qué no se van a la…?” (el texto completo se puede leer en The Clinic).

Mapuches contra chilenos, ricos contra pobres, hombres contra mujeres, empresarios contra trabajadores. Depredadores contra ecologistas, abortistas liberadas contra beatas oprimidas; pacos agresores contra manifestantes pacíficos. Una parte de la izquierda, que lamentablemente hoy la hegemoniza, ve el mundo en código de combate y opresión entre tribus rivales. Ya no queda lugar para la persona y el humanismo; para el individuo el diálogo y la razón. Hay que elegir trincheras como si las personas no fuéramos seres racionales y versátiles lejos de extremos, caricaturas y estereotipos. Personas con capacidad de discernir conversar y matizar y que vivimos en sociedades diversas, complejas y a veces contradictorias.

Esa falta de refinamiento intelectual y de integridad moral; ese aire de arrogancia que apenas disimula su ignorancia, agotó a mucha gente. La izquierda radical cree que la historia tiene dirección y que las personas no pueden cambiar de opinión. Se equivoca en ambas. La democracia existe para expresar en paz el cambio de sentir, opinar y parecer de la gente. Por eso es que a una parte de la izquierda le molesta la democracia. Para ellos la alternancia es sinónimo de traición y no la toleran.

El domingo Chile votó y habló fuerte y claro. El Norte quiere que controlen la inmigración; el Chile rural -con marchas multitudinarias- exige que la élite citadina le respete sus tradiciones y cultura. En el Sur la gente quiere trabajar sin que peligre su vida ni que le quemen su casa o violenten su familia. Los mapuches quieren paz, reconocimiento y desarrollo. Los creyentes quieren practicar su fe sin que los desprecien y todo Chile quiere progreso sin violencia. La gente se cansó de la lógica odiosa de la Convención. Chile quiere cambios pero con paz y crecimiento, no decrecimiento (¿cuán popular sería la idea que “decrezcan” los sueldos?). Chile no es de ultraderecha, ni giró hacia allá y ninguna de esas aspiraciones lo son. Boric, en su discurso dominical, dijo que el electorado les declaró la guerra. Por su parte, Kast que quería restablecer la paz. Definitivamente, Kast sigue leyendo mejor al votante chileno.

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El Mercurio, 18.03.2022 Constitución: ¿Carta Magna o piñata?

Hay oportunidades en que es muy difícil escribir porque no hay temas interesantes. Ahora, en cambio, me siento como un zancudo en un campo nudista: no sé por donde empezar. Primero, la jefa de protocolo con un tocado de plumas en el traspaso de mando. ¿Nadie le explicó que, desde los faraones, su función en el cargo es pasar desapercibida? Después, doña Izkia quien, combinando arrojo con descriterio, fue a dialogar a la comunidad Temucuicui donde la recibieron con el mismo cariño que le prodigarían a Johannes Kaiser en una marcha de “Las Tesis”. Qué decir del Presidente Boric que generó un incidente diplomático culpando al rey de España por el atraso del traspaso de mando, cuando al pobre lo tuvieron media hora esperando en el auto, mientras la jefa de protocolo probablemente se arreglaba el tocado.

Pero todo eso sería tragicómico sino fuera porque lo que realmente importa es la Convención Constituyente. Es ahí donde se está destruyendo el pasado y dinamitando nuestro futuro. Si seguimos así, en el futuro no seremos Venezuela, ¡vamos a querer veranear en Venezuela!

La historia se mueve a partir de 3 fuerzas: los personajes, las ideas y los incentivos económicos (mal conocido como el afán de lucro). Ningún personaje ni grandes ideas van a generar tracción si no hay incentivos que despierten la ambición y codicia que inspira el afán de enriquecerse

La reforma protestante tuvo personajes como Lutero o Enrique VIII e ideas inspiradoras como los avances científicos, los descubrimientos geográficos y el incipiente nacionalismo. Pero todo esto agarró tracción cuando romper con el papado permitía apropiarse de los bienes de la Iglesia, avanzar en la revolución científica que llevaría a la industrial y participar en la conquista y comercio del nuevo mundo que el Papa había reservado para España y Portugal (Bula Intercaetera).

Idem en el debate educacional. Tenía los personajes (Gabriel, Camila y Giorgio), la épica ideológica (educación gratuita, diversa, inclusiva y de calidad para todos- nada nuevo-); y, finalmente, los intereses económicos (el lucro): las municipalidades tenían desfinanciados sus colegios por la migración de niños a los subvencionados y las universidades tradicionales amenazadas por la competencia privada. Así, a muchos les convenía apoyar el movimiento juvenil para dificultar el crecimiento de la educación privada. Si a eso le agrega que los padres tenían la oportunidad de endilgarle el costo de la educación de sus hijos al resto de los chilenos, la mesa estaba servida para salir todos a marchar.

La discusión constitucional arrancó con personajes muy conspicuos y terminamos con algunos impresentables, que hacen ver a Garay como un filántropo y a Putin como un humanista. Partió con una épica muy republicana, la de una casa para todos. Pero ha ido deviniendo en un arreglín de toma y daca con un trasfondo de codicia muy poco solemne. Los convencionales parecen creer que la Constitución es un piñata llena de tesoros. Los

indígenas quieren territorios y maritorios que explotar y donde cobrar impuestos e impartir justicia. La Pachamama viene con derechos de pesca, minería, bosques y plantaciones. Las feministas agarraron aborto ilimitado y gratuito. Los activistas multiplican la burocracia (asambleas legislativas y territoriales, múltiples sistemas de justicia, etc) que viene llena de cargos y asesorías para apitutarse. Y los vivitos de siempre inventan cargos que, en un momento del tiempo, tienen poder de vida o muerte sobre un patrimonio (como el poder del portero del banco a las 2 de la tarde) que decidirán a quién le dan el agua, las minas o un permiso para emprender. Son los que se inspiran en la máxima: “No me den, póngame donde haiga”. Como decía PJ O´Rourke: “si los políticos se hacen cargo de la compra y la venta, los primeros que se ponen en venta son ellos”.

En fin, como va esta constitución distará mucho de ser una Carta Magna y parecerá una piñata llena de un generoso botín de cargos, beneficios y privilegios a repartir entre indígenas, amigotes y compañeros.

18.09.2021 El sagrado derecho a cambiar de opinión

Se puede cambiar de opinión, no de pasión.

Louis Pasteur dijo que un poco de ciencia nos aleja de Dios, pero mucha ciencia nos acerca. He sido un evolucionista desde que leí a Darwin y sigo creyendo que su teoría es la mejor idea jamás pensada. Pero, al igual que él, admito que su teoría no da respuestas a todas las interrogantes de la vida. Él anticipó su duda y hoy sigue sin explicación la denominada “explosión cambriana”, que es la súbita aparición de miles de especies sin antecesores conocidos.

El período cambriano no es suficientemente largo para que los miles de millones de combinaciones aleatorias de aminoácidos y proteínas necesarias para la vida sean capaces de generar una especie en toda su complejidad biológica. Alguien decía que la probabilidad es la misma que 100 chimpancés digitando aleatoriamente ante una máquina de escribir produzcan las obras completas de Shakespeare.

Lo que la ciencia sabe hoy del ADN (calificado por Bill Gates como un software complejísimo) nos ha acercado a la idea de un diseño inteligente. Por eso, aunque usted no sea religioso, jamás debiera ser antirreligioso porque la explicación del origen de la vida que da la religión puede ser tan plausible como las teorías que avanza la ciencia.

Hay que ser optimista frente al progreso y los descubrimientos, pero también escéptico frente a la idea de que estos son definitivos, y también tolerante frente a los que desafían el conocimiento establecido y nos hacen cambiar de opinión.

La democracia permite que las personas cambien de opinión; sea por experiencia, aprendizaje o convicción. En esto los demócratas seguimos a Victor Hugo, que decía que se puede cambiar de opinión sin cambiar de principios, como los árboles que mudan las hojas y no las raíces. La democracia permite la alternancia en el poder porque reconoce que la gente cambia de idea.

A los liberales eso nos parece bien. A los comunistas no. Y por eso nunca someten sus regímenes a elecciones. Para el comunismo hay una verdad, un partido y un camino para lograrla. Por eso los que cambian de opinión son traidores. Ahí están genios literarios como George Orwell, John dos Passos o Mario Vargas Llosa, todos comunistas conversos y que fueron denostados por sus excamaradas cuando vieron la luz.

Los chilenos votaron por hacer una nueva Constitución. Lo hicieron confiados en que con ello se recuperaría la paz social y que habría una Convención, donde personas dialogantes y patriotas trabajarían en la redacción de una Constitución para una nueva generación. Pero no es eso lo que estamos viendo. Nos enfrentamos a un conjunto variopinto de diletantes que la lideran y que no representan a Chile: no respetan su país, su bandera, su historia ni las reglas que les fijamos. Han caído en los mismos vicios de mentira, codicia y prepotencia que denunciaron y niegan libertades básicas como la de los padres de educar a sus hijos o de expresar opiniones. La verdad es que la disposición a un trabajo serio, profesional y desprejuiciado —como el que demanda una nueva Constitución— está ausente del escenario.

La Convención, liderada por la extrema izquierda (que si no tiene 2/3 para aprobar todo, tiene 1/3 para vetar todo) y aderezada con animes japoneses y enfermos chantas, pareciera interesarse solo en ganar plata, comer bien, practicar un doble estándar vergonzoso (como Loncon y Linconao despotricando contra Carabineros mientras en privado exigen escolta policial); desprestigiar la ciencia, el derecho y la economía y vengarse de los que no piensan como ellos.

La escena más famosa de esa película inolvidable “El secreto de sus ojos” es aquella en que Sandoval le dice: “¿Te das cuenta, Benjamín?”. El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín: no puede cambiar de pasión. Así las cosas, a menos que usted sea un apasionado de la Convención, lo mejor es que empiece a cambiar de opinión.

Todo indica que la probabilidad de que la Convención produzca un documento jurídico que siente las bases para un país mejor es la misma que la de escribir las obras de Shakespeare. Es responsabilidad de la sociedad civil contribuir a que la Convención tenga éxito. Pero si escribe un Frankenstein, es también su obligación rechazarla y desde ya trabajar en una alternativa.

Moderación vs extremismo 29 julio 2022

Qué tienen en común, Felipe Kast, Francisco Chahuán, Mariana Aylwin, Oscar Landerretche, Cristián Warnken, Andrés Velasco, Ximena Rincón, Oscar Guillermo Garretón, Sergio Micco o Matías Walker, que son todas personas moderadas y que todas votan “Rechazo”.

Ellos difieren en muchas cosas, el tamaño del Estado, las prioridades del gasto público, la forma de enfrentar la violencia, pero no se equivocan en una cosa, que Chile es un país, con diversidad y riqueza cultural en su interior, pero un país. Y en ese país cabemos todos, en el de Ximena Rincón o en el Francisco Chahuán, somos todos bienvenidos.

El problema es que el borrador de constitución que hicieron Stingo y Loncón, es que no cabemos todos. Existe un concepto subyacente que invade el texto completo que es un nosotros y un ellos. Por eso que un texto que se suponía que tenía la carrera corrida, enfrenta tanto rechazo. Porque es un texto inmoderado o derechamente extremista, es un texto excluyente y divisivo. Los países construyen su futuro a partir de su historia, no destruyen su historia para experimentar con un futuro inventado.

La constitución de un país debe ser un espejo en que todos nos veamos reflejados. Pero esta constitución no es eso. Es un espejo que desfigura nuestra historia, distorsiona a nuestros indígenas y oculta al Chile real. Hoy somos un país cada vez más integrado. En nuestro Senado hay 3 senadores de apellidos indígenas sin necesidad de escaños reservados y uno de apellido vinoso pero elegido por una comuna popular. Ellos llegaron a esos cargos, porque los votaron chilenos de distintos orígenes, chilenos que se ven parte de una misma nación. Pero esta constitución es una regresión de esa integración

No hay nada más odioso que meter a todos los indígenas en un mismo saco, como si no fueran personas sino un colectivo. Alguna vez siendo ministro le pregunté a una madre mapuche si quería que le enseñáramos mapudungún a su hijo en el colegio y me contesto “no ministro, yo prefiero que le enseñen inglés porque mapudungún le enseño yo en la casa”. Hay indígenas pobres y ricos, urbanos y rurales, honestos y de los otros, trabajadores y flojos; religiosos y laicos; igual que el resto de los chilenos. Y no porque tengan una cultura ancestral distinta quieren tener un futuro diferente del resto de nosotros. No todos los indígenas aprecian la propiedad colectiva, ni quieren tener justicia propia, ni menos tienen un acervo jurídico tradicional (quién escuchó hablar de tribunales Onas). Muchos prefieren la propiedad individual y quieren someterse a las mismas leyes y jueces que el resto de los chilenos.

La constitución del presidente Lagos siguiendo la tradición constitucional chilena desde nuestra independencia (Artículo 24 del Ensayo Constitución de 1812) asegura la igualdad ante la ley y no reconoce personas ni grupos privilegiados. Esta constitución rompe con esa historia. So pretexto de reparar un error, comete otro de proporciones bíblicas. Divide la nación chilena por etnias (amén de territorios y sexos) y a los indígenas les concede beneficios y derechos (territorio, justicia, agua, policía, etc.) que le niega o limita al resto de la población. Eso hace de esta constitución una constitución extremista y discriminatoria.

Pero no sólo eso. En vez de desconcentrar el poder en favor de las regiones lo concentra en favor de Santiago, al eliminar el Senado donde las regiones son mayoría y crear una cámara única que se elige por población donde Santiago corre con ventaja. Pero no termina ahí, además le quita poder a la gente y se lo da los políticos. Kant decía que nadie puede obligarnos a ser felices a su manera. Esta constitución le entrega el poder al Estado y a una cámara única para decidir sin limitaciones, sobre nuestras propiedades, nuestra salud, nuestra educación y nuestras pensiones, en síntesis, sobre nuestra vida y felicidad. Eso es extremista e inmoderado, y por eso esta constitución causa tanto rechazo, porque limita nuestra libertad y la deja entregada a los vaivenes políticos.

Al presidente Boric no lo eligió la extrema izquierda. Con esa sacó 24%. Lo eligió el extremo centro. El mismo que decide todas las elecciones en Chile y al que no le convence esta constitución ni menos le convence que una vez aprobada se pueda modificar dados los altos quórums y el veto indígena. La constitución de Lagos es más moderada que ésta impone menos exigencias legales al sistema político que ésta y resulta más fácil de modificar que ésta. Por eso rechazar para modificar es la opción que aconseja la moderación.

Buen márketing y mal producto 23 julio, 2022

Una de las cosas que más irritan a la gente es el márketing mentiroso con letra chica.

La típica es un titular con un premio atractivo: “Se ha ganado una semana en el Caribe con toda su familia”, seguido de una bajada: “Basta que llene 20 mil cupones ante notario”, para terminar con una letra chica “la familia se limita a 4 personas y la estadía es en época de huracanes”.

Alguna vez escribí que la Constitución que votaremos es un circo en la periferia pero una cuidada coreografía en su columna vertebral.

La secuencia con que debe leerse esta Constitución es la peor versión del márketing y que sigue esa misma secuencia mentirosa. El titular es atractivo y convocante; por ejemplo se garantiza la libertad de enseñanza (art. 41); acto seguido se califican sus fines con conceptos ambiguos: “Los fines de la educación son bien común, justicia social, derechos humanos y de la naturaleza, conciencia ecológica, convivencia democrática entre los pueblos, etc.” (art. 35 número 3 y 4), para terminar se crea una organización estatal (sistema nacional de educación) controlada por políticos que van a decidir sobre la vida y la muerte de los proyectos educacionales en función de esos conceptos ambiguos (art. 35 número 5).

Este patrón de un título atractivo con una bajada ininteligible o altamente interpretable para terminar sujeto al control político se repite una y otra vez. Así se trata la libertad de expresión (art. 81, 82 y 83); la ciencia y tecnología (art. 97 y 98 y 99); las aguas (art. 134-142 y 144) los sistemas de justicia (342 y sigtes.), etc.

En definitiva, todos los derechos quedan condicionados y subordinados a conceptos ambiguos, vagos e imprecisos que serán interpretados por el poderoso de turno, que no estará sujeto al control de tribunales independientes, porque los jueces quedan sometidos al poder político. Todo lo cual tiene una gran excepción, que son los pueblos indígenas que básicamente pueden hacer lo que quieran en lo de ellos e intervenir o derechamente vetar lo que hagamos los chilenos con lo nuestro.

Una Constitución consiste en un documento jurídico llamado a limitar el poder del Estado y del poderoso para proteger a las personas y sus derechos de ese poder. Este borrador hace exactamente lo contrario, les otorga todo el poder al Estado y sus administradores; y se los quita a las personas que transforma de ciudadanos en súbditos. Por eso, esta más que una Constitución es una deconstitución.

Esto por supuesto no es casual sino que sigue la teoría de los “significantes vacíos” del neomarxista Ernesto Laclau (Hegemonía y Estrategia Socialista, hacia una radicalización de la democracia), que es un manual de toma y control del poder, que consiste en, primero, apropiarse y desvirtuar el lenguaje para después tomar control del que lo interpreta. Para que me entienda, por ejemplo la palabra “lucro” la transformaron de un concepto contable en un insulto.

Cuando a usted le duele el corazón va a ver un cardiólogo; si quiere construir una casa va donde un arquitecto y si tiene una panne con su auto va al mecánico. En Chile teníamos un desafío constitucional y en vez de pedirles a expertos constitucionalistas que miraran el bien común le encargamos la redacción a impostores, fanáticos y activistas que produjeron un mamarracho en la periferia y un texto antidemocrático en la sustancia.

Por eso los que soñaban con una casa de todos que tuviera la racionalidad de una universidad, la solemnidad de un convento, la neutralidad de una clínica y la empatía de una hogar de ancianos, tienen ante sus ojos una choza, con la estética de un block soviético y la empatía de un sanatorio nazi. La verdad es que este es un texto que me recuerda el título de esa película de los hermanos Cohen “Quémese después de leerse”. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Pobre Afrodita 9 julio, 2022

En la película “Poderosa Afrodita”, de Woody Allen, hay una escena tragicómica en que la actriz Mira Sorvino, que actúa de prostituta y aspirante a actriz dramática (rol que le valió un Oscar), relata que encuentra su vocación actoral en su debut en el cine porno, cuando le toca una escena grupal tipo “ménage a trois” con 3 individuos vestidos de policía que la seducen. A pesar de la natural incomodidad de la situación, ella le confiesa a su coprotagonista que es en ese momento en que descubre que la actuación es lo suyo. Por supuesto, no es esa la escena que le valió el Oscar, sino una actuación magistral donde transita con maestría por una delgada línea que separa la inocencia de la sensualidad, la ignorancia de la inteligencia y la candidez de la estupidez.

Confieso que cuando leo el nuevo texto constitucional y escucho a sus defensores, no puedo dejar de comparar a nuestra democracia con la pobre Afrodita y pensar en varios convencionales vestidos de policía. Todos los principios y valores que inspiran una democracia son violados por este proyecto.

El principio de igualdad ante la ley es reemplazado por la creación de un grupo privilegiado, como son los indígenas, que juegan con “doping” en el sistema democrático. Tienen participación reservada en la “Cámara de diputados y diputadas” y en el Consejo de la Justicia que nombra los jueces de los demás chilenos. Ellos tendrán su propia justicia, territorio, cuasi soberanía y no se podrá modificar ninguno de sus privilegios sin preguntarles.

El principio de una persona un voto se altera dándoles escaños reservados en la nueva cámara creada (que concentra todo el poder) y permitiendo por ley que se creen más etnias y, con ello, más privilegios.

El principio de separación de poderes —piedra angular de nuestra democracia— se erosiona gravemente. El Poder Judicial, que debe proteger nuestros derechos con jueces profesionales, independientes y apolíticos, es debilitado por vía de dividirlo; capturar políticamente su nombramiento (Consejo de la Justicia, donde la política es mayoría y la judicatura minoría) y revisar políticamente cada 5 años su desempeño. ¡Imagínese si alguna vez un juez va a votar en contra de un indígena o de un político si después su calificación y promoción depende de ellos!

Se viola el derecho de propiedad porque, salvo declarar que existe, el texto señala que el “contenido” se fijará por ley, dejando así en el limbo a Andrés Bello y el Código Civil. ¿De qué vale un derecho sin contenido conocido, menos cuando este será fijado por una cámara de diputados tramposa con miembros designados y su protección entregada a jueces nombrados y amedrentados por la política? La propiedad privada no es el privilegio de los pocos, sino que el cimiento sobre el que se construye una sociedad libre. Sin propiedad privada no existe intimidad (cualquiera puede invadir su casa); libertad (un ciudadano no existe si por criticar al gobierno le pueden confiscar su casa o echarlo de su trabajo); economía libre (no hay intercambios voluntarios sin bienes propios); ni progreso (nadie trabaja ni invierte si no puede “apropiarse” del fruto de su esfuerzo).

Una Constitución puede ser un documento que inspire a una nación (EE.UU.); una que permita la opresión de un pueblo (Cuba) o una que dificulte su progreso (Argentina). Esta es una combinación de las dos últimas. Y si vota “Apruebo para reformar” le sugiero leer los artículos 66, 191 y 382 y siguientes del texto propuesto para que no se haga ilusiones. La Constitución de Lagos es reformable porque su columna vertebral responde a nuestra tradición política y jurídica y solo se deben corregir deficiencias, llenar omisiones y modernizar contenidos. Pero la de la Convención —si se aprueba— no es reformable porque se debe cambiar su columna vertebral —el sistema político—, que es disfuncional, antidemocrático e impide nuestro desarrollo.

Pablo Neruda dijo que en Chile no habría revolución hasta que no se publicara en el Diario Oficial. De nuestros votos depende que no se publique. (El Mercurio)

Gerardo Varela

¿Está mal pelado el chancho? 25 junio, 2022

Uno de los mitos de la propaganda del Apruebo es que, por primera vez, se consagraría en Chile un Estado social y democrático de derechos.

Es interesante esta afirmación, pero es falsa. Chile nunca ha dejado de tener un Estado gigantesco y lleno de beneficios sociales. Ya no tiene empresas hoteleras como la Honsa ni azucareras como la Iansa, pero todavía tiene más de 30 empresas, desde bancos hasta astilleros, pasando por canales de TV, loterías, correos, minas de cobre y ferrocarriles.

Pero eso no es nada. El Estado regala viviendas, computadores, subsidios, alimentos, remedios, etc… Uno de cada siete chilenos es empleado público; el 80% de los chilenos se atiende en la salud estatal; el 92% va a colegios estatales o subvencionados; otro tanto estudia gratis en universidades y CFT estatales. No existe área de nuestra vida donde el Estado no tenga un rol protagónico y —salvo honrosas excepciones— donde preste un mal servicio.

Chile con O’Higgins partió con tres ministerios, Allende con la Constitución del 25 terminó con 15. Y ahora bajo el supuesto “neoliberalismo” vamos en 23 (sin contar el “Gabinete de Irina”). El presupuesto de gasto del Estado de Chile supera al PIB de más de 10 países de Latinoamérica y casi duplica al de Venezuela.

El gasto social se ha multiplicado por 10 en los últimos 30 años. En salud, el gasto como porcentaje del PIB ha crecido mucho más que en América Latina. El Estado ha aumentado su participación en el gasto en salud hasta alcanzar un 50% en el 2019. Sin embargo, por ineficiencias, en Fonasa los beneficiarios deben esperar 2 años o más para obtener consultas de especialidad. Las listas de espera de Fonasa incluyen muchas atenciones GES, que son un derecho establecido en la ley. En cambio, en las isapres no existen las listas de espera GES. Nada de esto se arregla con la nueva Constitución. Probablemente, solo empeore si se “aprueba” que la salud pública tenga huelga indefinida y 9 millones de personas pierdan su derecho a elegir y se vean forzadas a migrar a la salud pública. Quién hubiera dicho que el sueño de Rojas Vade pudiera terminar haciendo realidad lo de “si la salud no es buena para todos que no sea buena para nadie”.

En educación otro tanto. El presupuesto fiscal de educación en Chile es más grande que todo el presupuesto del Estado del año 1990. Sin embargo, la educación pública es deficiente, no por falta de recursos, como demuestran los colegios bicentenario, sino por la politización y mala gestión de sus instituciones, como evidencian los liceos emblemáticos.

El crecimiento del tamaño y gasto fiscal ha sido feroz. El año 1996, los dueños de las empresas se llevaban el 90% de la utilidad y el Estado un 10% en impuestos; 26 años después, los dueños se llevan un 73% y el Estado se lleva un 27% de impuestos (y por eso Chile ya no crece ni lo hacen el empleo ni las remuneraciones). El socio Estado ha crecido en un 170% y los dueños han decrecido, pero lo único que hacen los apologistas del Estado es quejarse y reclamar que si tuviera más plata o más poder podría hacer bien la pega que ahora hace mal. Tal vez a esto se refería el Presidente Boric cuando reclamaba que estaba mal pelado el chancho.

La Constitución de Rojas Vade viene con 72 entes públicos y varios tendrán oficinas en las 346 comunas. Se crean 101 consejos de cuencas, 346 juzgados vecinales e idéntico número de centros de justicia vecinal. La mayor recaudación que busca esta enésima alza de impuestos irá a pagar sueldos de nuevos políticos y funcionarios. La sola “restitución” de tierras indígenas podría costar más de 20 mil millones de dólares (el doble que condonar el CAE). La verdad es que “Estado social de derechos” es un nombre lindo para una burocracia fea, que ahogará al sector privado y será campo fértil para corruptela política.

La Constitución vigente logró defender al país de la avidez de los políticos por depredar el Estado y repartir la riqueza que generan los que trabajan. No en vano la criticaron tanto los que viven del Estado. La verdad es que los partidarios del Apruebo sueñan con un “Estado de bienestar” —para ellos, claro está—, porque la señora Juanita seguirá esperando. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Falta Manual de Carreño 6 agosto, 2022

Mi padre era un caballero a la antigua. Siempre andaba con pañuelo de hilo perfumado por si tenía que enjugar las lágrimas de alguna dama. Cuando notaba alguna falla a las buenas maneras, inmediatamente recomendaba la lectura del Manual de Carreño, ese libro publicado en 1853 por el ex ministro de RR.EE. venezolano Manuel Antonio Carreño y que se denominaba “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras para jóvenes”.

Ahí se podían encontrar consejos sobre cómo vestirse para los funerales o matrimonios; cómo comportarse en la mesa o cómo conducirse en eventos sociales, de manera de no llamar la atención por las razones equivocadas.

A Luiz Inácio “Lula” Da Silva le preguntaron una vez por qué hizo la campaña presidencial con overol de obrero y cuando lo eligieron presidente se puso chaqueta y corbata. Y él contestó: “Porque antes trabajaba de obrero y ahora de presidente”. Lección que no ha sido aprendida por nuestro novel líder que preside el cambio de mando sin corbata o por la NOT/primera dama que se sienta en el sillón de Portales como si estuviera en una fogata playera (una dama argentina me comentó que “uno se sienta mejor en el inodoro”). La verdad es que la irreverencia sin contenido es pura mala educación (como fumar en misa).

Tras 5 meses de gobierno del Presidente Boric, yo le recomiendo encarecidamente a él y a sus partidarios la lectura del manual. Si uno invita al rey de España al cambio de mando, no puede dejarlo esperando y después culparlo del atraso de la ceremonia. Si lo invitan a Estados Unidos, no parta insultando al anfitrión y pídale a algún asesor que le muestre su foto para que le agradezca la invitación. Y como si no fuera poco ofender a España y EE.UU., agrede a Brasil nombrando embajador a un amigo que se ha dedicado a insultar a su Presidente. Tiene que cuidar la dignidad del cargo y no ofender a las visitas para no exponerse a que desde el extranjero le pongan apodos insolentes.

A los empresarios no ha perdido oportunidad de ofenderlos. No los invitó al cambio de mando ni a su primera gira. La Cámara de la Construcción lo invita a su congreso a las 9:00, pide llegar a las 10:00, para finalmente aparecer atrasado con cara de carrete y ni una palabra de excusa.

Pero esto de la falta de urbanidad también es inclusivo. Responde a la misma falta de estilo vestirse con jeans para un velorio; referirse al Wallmapu y generar un incidente diplomático con Argentina; ir al Congreso a difundir cahuines como quien va a un juego de canasta o ir a pedirles el voto a los parlamentarios y partir insultándolos (¿Quién se habrá pegado en la cabeza?).

Y la falta de estilo se multiplica en el Gobierno: el ministro moralista y eximio cultor del Win-Win (legendaria disciplina oriental que consiste en donarse a sí mismo) ofende a sus socios políticos a quienes necesita para hacer su pega; una directora de TVN critica por Twitter a un periodista que es su subordinado; la ministra de RR.EE. honra el “pago de Chile” y le da la espalda al jurista Claudio Grossman; otro enseñorea su inexperiencia diciéndoles a las pymes que les conviene la inflación y una diputada comunista (amiga de los teletubbies de La Moneda) llama a marcar casas como los nazis.

Es como reírse de la gente que dos ministros publiciten en televisión un programa de balones de gas a “precio justo”, que venderá 100 al día en Chiguayante cuando Chile consume 250.000 diarios. Más que “plan piloto”, parece “¿Y dónde está el piloto?”. Qué decir de su anuncio electorero de cero copago en Fonasa (copago que pretende disuadir el mal uso y no financiar la atención) a sabiendas de que no puede atender a esa cantidad de gente en el Estado sin multiplicar las colas. Yo sugiero que pongan en “Atención a Público” a Bessy “la convencional”, de manera que cuando le vengan a comprar gas o a pedir una consulta médica, ella le chasquee los dedos y le diga: “Balones y doctores quería el guachi. ¿Cómo te quedó el ojo?”. La verdad es que los ministros, más que vender balones, andan vendiendo humo.

En el Gobierno han olvidado una de las máximas de Carreño: “Se debe prestar atención a quién habla y no se debe tomar puntos de vista muy extremos sobre política, sexo o religión”. Con tantas “merluzadas” no es de extrañar que el borrador de Constitución huela a pescado. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Constitución: “Démosle no más, ahí la arreglamos” 9 junio, 2022

Los países no fracasan por las virtudes de sus constituciones o sistemas políticos, sino por sus defectos. Por eso la nueva constitución debe analizarse a la luz de los riesgos y errores que presenta, y no por sus ventajas, por la simple razón que en estas últimas no estará el origen de nuestros conflictos y miserias.

Los países desarrollados tienen tres elementos comunes: estabilidad jurídicaestabilidad económica y un sistema político funcional (que combina adecuadamente jerarquía, coordinación y eficiencia vertical en cada poder público y balances y contrapesos horizontales entre los poderes). Esta es la columna vertebral de una constitución y es lo clave de analizar. Si uno se queda en las cosas accesorias se pierde en la maraña de derechos, deberes y beneficios. Por eso en el análisis se debe ir a la estructura primero y, si pasa ese test, entonces a los elementos accesorios o decorativos.

La estabilidad jurídica exige que los gobernantes estén sometidos a la ley; que el sistema jurídico proteja los derechos de las personas frente al riesgo de abuso del poder del estado, del gobierno o de mayorías circunstanciales y un estado de derecho que excluya y persiga la violencia. Para que haya estabilidad jurídica se requiere derechos personales protegidos, un poder judicial independiente y profesional y un sistema político que tenga un poder limitado para cambiar las reglas de juego.

La estabilidad económica supone un gobierno sujeto a la ley de presupuesto y que sea capaz de controlar el gasto de las entidades públicas. Se requiere un banco central independiente y profesional que sirva de contrapeso al poder político y al gobierno en su apetito por gastar y endeudarse y una centralización de la decisión de emitir moneda. Así, protegiéndonos contra la inflación, el BC cuida el valor de nuestros sueldos, de nuestros ahorros, de los precios de los productos y servicios y protege a las futuras generaciones de la tentación de la actual de endeudarse y gastar comprometiendo el futuro.

Finalmente, una buena constitución organiza el sistema político de una manera funcional coordinada y eficiente, donde menos burocracia y menos cargos públicos es mejor que más, donde no debe haber superposición de funciones, de jurisdicciones ni contradicción de objetivos. Es preciso además que el proceso de cambio de reglas (legislar) sea conocido, participativo, transparente y sujeto a control constitucional. Esto permite que el estado funcione en forma eficiente al servicio de la gente; que el gasto en burocracia sea mínimo y el gasto social máximo, y que los cambios de reglas sean los menos y no los más, y fruto de amplios consensos. Finalmente se requiere que los tres poderes -legislativo, ejecutivo y judicial- tengan un plan de igualdad con capacidad de servir de contrapeso a los demás, para que ninguno se erija en opresor.

Una receta de fracaso y desorden

Bajo estos tres estándares el proyecto constitucional falla miserablemente.

El poder judicial queda atomizado, con jurisdicciones especiales y sesgos étnicos o sexuales incompatibles con la igualdad ante la ley; con el nombramiento y evaluación de los jueces sujeto al control político e indígena; con reglas del juego fácilmente cambiables por un congreso unicameral donde se decide por mayorías simples (dado que se legisla con mayoría simple de los presentes y que se requiere un tercio al menos para sesionar, en la práctica con un sexto más 1 parlamentario se puede legislar); donde en el derecho de propiedad quedan desprotegidas la forma de pago y el precio en caso de expropiación y el contenido de dicho derecho sujeto a ley simple (el contenido corresponde a lo que el derecho civil denomina las facultades de usar, gozar y disponer de sus bienes); y donde los derechos personales se subordinan a conceptos ambiguos e imprecisos, como los derechos de la naturaleza o de los animales.

El Banco Central queda sujeto al control político en el nombramiento y evaluación de su labor; se le agregan objetivos extraños a su trabajo como la protección del medio ambiente o la promoción del empleo, lo que abre un espacio para acusar a los miembros del consejo si desatienden ese propósito. Lo mismo pasa con la disciplina financiera del estado. Se permite que municipios y regiones creen empresas (que terminan quebradas, como la farmacia de Jadue, o compiten con los privados sin las mismas reglas y gastando el dinero de los contribuyentes) o se endeuden descontroladamente; la iniciativa exclusiva del presidente en materia de gastos se debilita porque la Cámara de Diputados puede forzar al presidente en materia de gasto público.

El sistema político diseñado es disfuncional. Se crea una burocracia gigantesca (más de 72 nuevos entes públicos, algunos de los cuales tienen 394 oficinas) que no agregan valor alguno a un trabajo eficiente del estado. A través de la plurinacionalidad, mediante ley simple se le podrá reconocer soberanía a las etnias y sus territorios generando países dentro de Chile con sus propias reglas, recursos y fronteras y se sobreponen organismos y autoridades sin ningún orden (se multiplica el problema que existe hoy entre los gobernadores y los delegados presidenciales). El poder final lo tiene la Cámara de Diputados, -la cámara con peor evaluación pública-, donde podrán ser elegidos analfabetos de 18 años o incluso condenados por violación u homicidio, y donde los indígenas o los afrodescendientes tendrán escaños reservados; se acaba el control preventivo de constitucionalidad de las leyes y las personas deberán defender sus derechos ante un poder judicial debilitado y sujeto a control político (jueces evaluados cada 5 años con criterios políticos). Se suprime el Senado que ha representado la moderación en nuestra historia, y como si todo esto fuera poco, los funcionarios públicos podrán declararse en huelga por razones políticas, que no guardan ninguna relación con sus condiciones de trabajo y remuneración lo que hará ingobernable el estado.

En resumen, la columna vertebral de esta constitución es una receta de fracaso y desorden porque:

(i) fortalece al poder de los diputados (que son los adolescentes de nuestro sistema político) y debilita al presidente, al poder judicial, al Banco Central y elimina el Senado (que son los adultos);

(ii) se protege y sobre representa políticamente a la minoría indígena (son los únicos que tienen sus derechos protegidos y a los cuales la mayoría no puede hacerles nada sin preguntarles) y se desprotege a la mayoría de chilenos (a los cuales la mayoría puede hacerles de todo sin preguntarles);

(iii) se debilita el poder de las regiones, que hoy en el senado predominan e intervienen en todo (Santiago tiene el 40% de la población y el 10% de los senadores); y

(iv) se fortalece al estado, la burocracia y los políticos y se debilita a la sociedad civil;

(v) se invisibiliza a la persona detrás de los colectivos (indígenas, sexuales, etc.).

Una apuesta adolescente

Nuestra constitución (hija de Ricardo Lagos) no es perfecta, ha sido reformada varias veces y se puede seguir perfeccionando, pero bajo los tres conceptos acá referidos es mucho mejor que este proyecto.

La raíz de nuestra crisis actual no está en el diseño constitucional. Nuestro problema es que deterioramos el sistema que teníamos y que funcionaba y ahora lo queremos reemplazar por otro peor, que no se ha pensado bien y que es más una apuesta de adolescentes revolucionarios que la de un estadista maduro. Una cámara legislativa no va a funcionar con 17 partidos; un gobierno no va a poder gobernar si no quiere ejercer su autoridad y aplicar las leyes; un estado deviene disfuncional si los jueces empiezan a hacer políticas públicas; si los diputados desobedecen la constitución, los políticos abrazan, celebran o cohonestan la violencia (acuérdese del homenaje a la primera línea en el congreso). Nada de eso se resuelve en esta constitución ni se resuelve con una constitución perfecta. Lo que sí está claro es que este proyecto empeora todo lo que estamos viviendo y agudiza los problemas que ya teníamos sin solucionar ninguno de ellos.

Chile no va a mejorar sus pensiones si se gasta o expropia los ahorros, no va a mejorar la educación y la salud si la estatiza; no va a llover más ni multiplicar el agua si la expropia; no van a mejorar la calidad de los servicios públicos si los funcionarios pueden vivir en huelga; no va a mejorar la inversión ni habrá más trabajo, empleo y mejores remuneraciones si la Constitución contiene un catálogo de amenazas a la inversión y el emprendimiento.

Arreglar nuestro Chile querido tomará tiempo y trabajo, y esa larga marcha empieza por rechazar esta constitución y ponerse a trabajar en un texto que de verdad se haga cargo de nuestros desafíos. Nos prometieron una constitución nórdica y nos entregaron una bolivariana. Por eso, ojalá los chilenos se informen bien y voten sin esa deformación chilena de “démosle no más, ahí la arreglamos”. (El Líbero)

Gerardo Varela

Supremacía tramposa 7 junio, 2022

Agradezco a don Javier Couso su aclaración de ayer, porque me permite ser más concreto y menos abstracto.

Los derechos de agua de que son dueños los agricultores, los mineros y distintas empresas y personas no quedan sujetos a ley simple, sino a meras autorizaciones administrativas y se declaran incomerciables. Las patentes de invención que benefician a los inventores, las marcas comerciales que distinguen y favorecen los productos y servicios de personas y empresas, los derechos de propiedad sobre contratos y concesiones, la determinación del precio justo al que se indemnice la casa de cualquier persona quedan todos sujetos a ley simple. Los derechos reproductivos y la posibilidad de abortar a los nueve meses quedan sujetos a ley simple, etcétera.

Esas materias serán aprobadas por cámara única con escaños indígenas reservados y no tendrán control del Senado ni del TC, ni menos de un Poder Judicial que queda capturado políticamente.

Si esa propiedad, esa vida y esa libertad, a don Javier Couso le parecen baladíes, a las personas de carne y hueso afectadas les parecerán muy reales. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Supremacía tramposa 5 junio, 2022

Javier Couso tiene razón en su columna de ayer en El Mercurio, modificar la Constitución debe requerir un quorum más alto que las leyes simples. Las constituciones sustraen del debate democrático ciertos principios, precisamente porque pretenden proteger a las personas y sus derechos de los riesgos de abuso, del gobernante, de los poderosos o de mayorías circunstanciales.

Así concebida, esta Constitución es una anticonstitución o una Constitución tramposa, en que le entrega a una mayoría simple (un sexto más uno en el extremo) de una cámara única de diputados y diputadas (perdón la redundancia, pero así se llama) la posibilidad de violar o infringir garantías constitucionales como la vida, la libertad y la propiedad. Esa decisión de la cámara única ya no tendrá la revisión del Senado (que se suprime), ni el control preventivo del Tribunal Constitucional (que se debilita y se reserva ex post), y cuando llegue al Poder Judicial, este también estará sujeto a un control político de un nuevo órgano que califica a los jueces —que incluye indígenas designados— y que evaluarán a ese juez.

Por eso Couso tiene razón en teoría, pero en la práctica cohonesta una Constitución tramposa. (El Mercurio Cartas)

Gerardo Varela

Madrid, museos y constituciones 28 mayo, 2022

Viajé a Madrid en una delegación organizada por la Sofofa. Íbamos como siempre a aprender, ver oportunidades y atraer inversionistas. Me acuerdo hace 20 años haber hecho un viaje parecido a Silicon Valley con el entonces presidente Ricardo Lagos.

En esa visita con Lagos, todo el mundo nos felicitaba y nos preguntaba “¿cómo lo hicieron?”, ahora en cambio las caras eran de condolencias y la pregunta era “¿qué les pasó?”. En poco tiempo pasamos de explicar una historia de éxito a una de fracaso.

Mi primera actividad fue una visita al Museo del Prado. Lo había visitado antes, pero sin guía. Ahora nos acompañaba un experto que en algo más de 2 horas nos llevó a ver las obras más representativas, incluyendo por supuesto la estatua griega donada por Claudio Bravo.

Frente a cada obra, el guía nos explicaba, desde dónde debía mirarse, la simbología y los mensajes contenidos en él, la importancia de la elección de cada color y su significado. Que distinto es visitar un museo con un experto y apreciar en profundidad obras de arte que como lego no logramos dimensionar en plenitud. Lo mismo ocurre con todos los profesionales. Qué diferente es la observación de un edificio que hace un arquitecto o de una sinfonía que hace un músico que la que hacemos los legos. Cada profesional es capaz de apreciar detalles imperceptibles para el resto.

Algo similar pasa con la Constitución. En sus casi 500 artículos, los abogados vemos miles de problemas, y conflictos derivados de una muy mala redacción y de cientos de conceptos ininteligibles: “Justicia con perspectiva intercultural”; “el Estado deberá conservar el cielo nocturno…“, “el Estado… fomentará los circuitos cortos”, “La política fiscal y los presupuestos públicos se adecuarán al cumplimiento de un enfoque transversal de igualdad sustantiva de género…”, etc. Nadie firma un contrato importante con un delincuente sin leerlo con cuidado y pedirle a un abogado que lo revise. La columna vertebral de esta Constitución la redactó el Partido Comunista, así que preocúpese. Es un texto lleno de ambigüedades, neologismos, contradicciones y trampas.

Y algunos piensan aprobar, porque “igual después se arregla” o “no será para tanto”, o porque “si no, incendian el país”. El país ya está incendiado, y con esto le tiran parafina. Con este contrato no habrá Sernac, VAR ni tribunal que nos defienda.

Chile entró a la Convención como República unitaria y saldrá convertido en una piñata con 11 naciones y un país fragmentado. Entró con una Constitución firmada por Lagos y saldrá con una rubricada por el PC. El poder se concentra en una Cámara de Diputados (la peor evaluada por la ciudadanía) y se debilita al Presidente, al Poder Judicial, al Tribunal Constitucional y al Banco Central (los adultos responsables de nuestro sistema político). Ganan los indígenas, a quienes la mayoría no puede hacerles nada sin su permiso y pierden los chilenos a los cuales la mayoría les puede hacer de todo sin permiso. La clase media pierde sus ahorros previsionales, el 7% de su sueldo que aportaba a la isapre y la subvención para su colegio. Pierden las regiones que les quitan el Senado y ganan la burocracia y los políticos que multiplican los cargos públicos (más de 10 nuevos órganos estatales), y se debilitan las policías para beneficio del terrorismo y la delincuencia.

El trabajo de la Convención empeora los problemas que teníamos (pensiones, educación, salud, violencia y desgobierno) y crea nuevos problemas (más inflación, burocracia y conflictos de tierras). Ahora bien, en el documento hay cuestiones accesorias que pueden ser valiosas, pero nada en la vida fracasa o genera conflictos por sus virtudes, sino que por sus defectos, y aquí la columna vertebral de la Constitución es defectuosa más allá de toda redención. En el plebiscito de entrada compitió la realidad con un sueño. Hoy compite la realidad con esta criatura tramposa y antidemocrática hecha por la ultraizquierda. Por eso, cuando considere su voto, recuerde la frase de Einstein: “El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por las que permiten la maldad”. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Tironi y Aylwin 17 agosto, 2022

En su columna de ayer, Eugenio Tironi invoca el ejemplo de Aylwin para insinuar, entre líneas, que “Aprobar” sería una mejor opción frente a una Constitución que un sector relevante del país juzga antidemocrática.

Olvida, sin embargo, que Aylwin llamó a rechazar y votar que No en el plebiscito de 1980 que aprobó una Constitución que él juzgaba antidemocrática. Como perdió, se sometió a las reglas y procuró cambiarlas por dentro, porque la opción era la violencia que propugnaba el PC.

Si el próximo 4 de septiembre, los que consideramos a este borrador como antidemocrático, antiprogreso y contrario a los intereses del país, perdemos, no recurriremos a la violencia tampoco, sino que buscaremos modificarla pacíficamente. Eso es lo que habría hecho Aylwin y es lo que haremos nosotros. (El Mercurio-Cartas)

Gerardo Varela A.
Abogado

Reforma tributaria, entre el muro de Berlín y el corralito argentino 20 agosto, 2022

¿Qué tienen en común las empresas o los equipos de fútbol exitosos con los países exitosos? Fácil, la naturaleza de sus reglas e incentivos que son capaces de atraer y retener el talento humano. Cualquiera que trate con personas talentosas sabe que para motivarlas hay que tratarlas bien, con incentivos y premios porque los castigos las ahuyentan o desmotivan.

El Gobierno ha presentado una reforma tributaria, que —según él— solo pagarán 6 mil personas y al resto de los chilenos no nos afectará. ¿Es esto efectivo? Claro que no. La economía es un ecosistema interdependiente. Lo hemos visto con la guerra de Ucrania, ocurre al otro lado del mundo y sube nuestro IPC. Esos 6 mil harán el cheque pero la cuenta la pagamos todos.

Los países progresan no gracias a sus millonarios, sino que gracias a los miles que se esfuerzan por serlo. Esos son los que invierten, crean trabajo, agrandan la torta y pagan impuestos. Esta reforma castiga con un doble y hasta triple impuesto al que ahorró y al que tuvo éxito, pero lo peor es que disuade a los miles que querían tenerlo, y que ahora no se van a esforzar o se van a ir a otra parte a intentarlo. Por eso esta reforma afecta a muchos miles que no harán el esfuerzo y a millones que nos beneficiamos de ellos (lo que los economistas denominan el “costo sombra”, que existe, pero no se ve, como el lado oscuro de la luna o como diría el Principito “lo esencial es invisible a los ojos”). El borrador de Constitución reconoce “el derecho al ocio, al descanso y al tiempo libre” (Art.91). Esta reforma lo incentiva y el Gobierno muestra un entusiasmo encomiable por cultivarlo.

La decadencia de los países empieza cuando primero se fugan sus capitales y después sus talentos. En Chile lo primero ya ocurrió y lo segundo está ocurriendo. En los 60 se hablaba de la fuga de cerebros para describir la emigración de nuestras mejores mentes en busca de países que les dieran oportunidades. Eso cambió en Chile los últimos 40 años. Todos los que estudiaban afuera querían volver. Nuestra economía libre resultaba atractiva para ellos. Hoy en cambio no tienen apuro por volver. La inseguridad, los impuestos y la falta de crecimiento los desalienta de volver.

Son muchos los ejemplos de países que persiguieron a sus ciudadanos y perdieron un talento invaluable. España y Portugal expulsaron a los judíos el siglo XV para beneficio de los Países Bajos. EE.UU. fue el gran beneficiado del comunismo y el nazismo europeo que hicieron escapar a genios como Einstein, Fermi y Bohr que le ayudaron a ganar la 2ª Guerra Mundial.

Hoy el desfile por Chile de abogados y banqueros de Uruguay, España y Portugal es llamativo. Todos atrayendo a nuestros empresarios y profesionales, con ofertas de bajos impuestos y visas expeditas. Su lema parece ser “si usted no los quiere, nosotros sí”. Esta reforma tributaria viene con facultades al SII que harían palidecer a la Inquisición; un corralito a los que se quieren ir (5% del patrimonio como exit tax) como el que inventaron los nazis para cobrarles a los judíos y una discriminación odiosa en contra de los chilenos vs. los extranjeros (que pagan hasta 10% menos que nosotros). Hace pocos años se presentó una iniciativa de cobrar impuesto por una vez a los “súper” ricos con más de US$ 22 millones. Ahora la reforma viene con un cobro permanente a los “ricos” (lo de súper se lo llevó el estallido y la inflación) que tienen más de US$ 5 millones y otro cobro de 1,8% al ahorro y reinversión de las empresas. Esta no es un alza de impuestos, es un ejercicio deliberado para expulsar chilenos incómodos, matar una sociedad libre; descapitalizar a las empresas; eliminar el mercado de capitales; castigar el ahorro y fomentar el gasto. Eso genera pobreza, endeudamiento y descontento. La receta es conocida, personas pobres, y dependientes del Estado son más fáciles de someter a la demagogia o movilizarlas para un estallido.

Los países exitosos no tienen que construir muros para encerrar a sus ciudadanos o cobrarles impuestos por emigrar. Los fracasados sí: lo hicieron los comunistas, los nazis ¿y ahora Chile? Los países no se desarrollan con burócratas, activistas y políticos, sino que con emprendedores, trabajadores e inversionistas. Esta reforma está hecha para que los primeros puedan vivir a costa de los segundos. Por eso la reforma no es solo técnicamente mala, temporalmente inoportuna y económicamente inconveniente, sino que es moralmente censurable. (El Mercurio)

Gerardo Varela

Devil wears Prada 24 agosto 2022

La ministra del Interior ha informado que ahora un aspirante podrá ingresar a Carabineros aún teniendo tatuajes. Es un signo de los tiempos. Si el presidente luce con orgullo el suyo, cómo vamos a impedirle a un joven que cumpla con su sueño de ser carabinero sólo porque se haya tatuado en el pecho la sigla ACAB (All Cops Are Bastards). No es una mala idea que los carabineros de tránsito se tatúen en la frente la orden perentoria “¡Documentos!”, ahorrándose la lata de pedirlos, o que las fuerzas especiales lleven un tatuaje que diga “Tírenle la molotov al del lado”. La verdad que sería un acto de honestidad política que Camila se tatúe “Devil wears Prada”.

El gobierno no ha entendido que la seguridad es hoy la prioridad número 1, 2 y 3 para los chilenos. Y este no es un problema de los ricos que circulan por las autopistas, como dijo una dirigente frenteamplista, sino que un problema transversal que afecta a los más vulnerables. Los colegios de las comunas céntricas recibían casi un 70% de niños de la periferia. Cuando le pregunté a una mamá de Cerro Navia porqué mandaba a su hijo al colegio en Providencia, atravesando medio Santiago, me dijo: “Porque no me lo cogotean”.

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