José Ramón Valente Vias

Biografía Personal

Valente Vías José Ramón (1962) [1] hijo de Ramón Valente Docasar (1933) comerciante y Elisa Vías Pincetti (1938); ingeniero comercial, MBA de la Universidad de Chicago; socio de consultora Econsult desde 1988; panelista de programa radial; director de empresas, entre las cuales Cemento Bio-Bio e Indura en representación de su suegro Hans Walter;  casado con Verónica Stein Riedel (1962) ingeniera, hija de Hans Walter Stein Von Unger (1937) ingeniero comercial, participa en el pacto de accionistas para el control de Cementos Bio-Bio y Elisa Vías Pincetti (1938) socia de Ramón Valente y Cia. Ltda.

[1] Inscripción numero 240 nacimiento 1963 San Isidro.   I 1.515 matrimonio 1986 Las Condes.

Descendencia

Valente Stein Catalina (1991) [1] socia de la sociedad familiar Inversiones FAVAL

Valente Stein José Tomás (1988) [2] matrícula de honor UC 2007; ingeniero comercial; socio de la sociedad familiar Inversiones FAVAL, becado para estudiar en la Universidad de Harvard en 2017.

Valente Stein Nicolás (1989) [3]

Valente Stein Sofía (1994) [4]

Valente Stein Antonia María

Valente Stein Florencia

[1] I. 6.559 nacimiento 1991 Las Condes.

[2] I. 1.741 nac 1988 Recoleta

[3] I. 7.375 nac 1989 Las Condes.

[4] I. 947 nac 1994 Las Condes

Fuentes

(1) La Tercera 14 marzo 2018.

(2) Entrevista El Mercurio, 7 julio 2019

(3) Columna El Mercurio «Antídoto contra el populismo», 27 agosto 2019

(4) El Mercurio 9 marzo 2019.

(5) Carta «Observatorio de Datos» El Mercurio 17 mayo 2019.

(6) Columna ¿Fruta o chocolate? El Mercurioo, 23 enero 2021

El alza del dólar no basta, José Ramón Valente 19 noviembre, 2015

Desde que iniciara su trayectoria alcista, en mayo del 2013, el tipo de cambio peso-dólar ha subido desde aproximadamente $450 hasta los $715 en que cerro su cotización ayer. Es decir, el peso chileno se ha depreciado cerca de un 60% frente al dólar de EE.UU. en los últimos 30 meses.

El alza del dólar tiene variadas consecuencias. La más obvia y la que más siente la gente, es que hace a los consumidores chilenos, o sea todos los chilenos, más pobres. No sólo los viajes al extranjero salen más caros, una gran cantidad de productos que las familias chilenas compran regularmente son importadas desde otros países. Por lo mismo, cuando el dólar sube, también suben de precio los autos, los teléfonos inteligentes, los televisores y los chocolates, entre muchos otros productos. Dicho de otra forma, cuando sube el dólar a los trabajadores les cunde menos su sueldo, que es lo mismo que decir que les bajan los sueldos.

La parte supuestamente buena del alza del dólar es que debería incentivar las exportaciones. En momentos en que cae el precio del cobre y se reducen los ingresos de Codelco, los del fisco y los de todos los chilenos, un aumento de las exportaciones de otros productos como frutas, vino o salmones; es muy bienvenido. No sólo porque permitiría mitigar los ingresos del fisco producto de los mayores impuestos que pagarían estas actividades, pero mas importante aún, el resurgimiento de los sectores exportadores distintos de la minería, permitiría reemplazar los empleos que se han perdido producto de la paralización de los proyectos de inversión en el sector minero y en muchos otros sectores de la economía. Por lo mismo, las autoridades económicas del actual gobierno tienen todas sus fichas jugadas al tipo de cambio, como la principal variable que podría permitir la tan ansiada reactivación de la economía.

Lamentablemente, en mi opinión, el alza del tipo de cambio no será suficiente para lograr la tan ansiada reactivación y las esperanzas de los ministros de ver renacer nuestra alicaída economía se verán frustradas nuevamente. Tan lapidaria proyección ciertamente requiere una argumentación que la sustente. El mecanismo por medio del cual el alza del tipo de cambio debiera actuar como una potente herramienta para incrementar la inversión en el sector exportador es el siguiente: El productor de paltas vende sus productos fuera de Chile y le pagan en dólares, él tiene costos de producción, incluyendo por cierto los salarios de los trabajadores, que son en pesos. Al vender los dólares que le pagaron por las paltas a un tipo de cambio más alto, obtiene más pesos que antes y con ello más utilidades. Como el negocio está bueno, el agricultor debería utilizar los mayores excedentes para plantar más hectáreas de paltas, lo cual requiere de más tierra, más maquinaria y más mano de obra. Si así ocurriese, veríamos brotes verdes rápidamente. Lamentablemente, las paltas no crecen en un par de semanas ni en un par de meses. Se requieren años para que el agricultor recupere la plata invertida en la nueva producción de platas. De manera que la decisión de invertir los mayores excedentes que está recibiendo el productor hoy, tiene que ver con las condiciones que él vea para su negocio de paltas varios años en el futuro. Si el futuro no se ve bien, el agricultor podría decidir guardar los mayores excedentes que está recibiendo por el alza del tipo de cambio en el chanchito y no plantar más paltas. ¿Cómo saber cual de los dos caminos tomará el productor de paltas? ¿Más inversión o chanchito? Los ministros del actual gobierno esperan que los empresarios reinviertan sus mayores excedentes. Pero, ¿cómo están viendo los empresarios el futuro de la economía chilena? De acuerdo al Índice de Expectativas Empresariales (IMCE) -que publica ICARE-, los empresarios están muy pesimistas respecto al futuro. En efecto, aún sacando al sector minero de la muestra, el nivel actual de las expectativas empresariales es uno de los más bajos desde que se realiza esta medición y es consistente con un severo empeoramiento de las condiciones económicas en el futuro. Con ese nivel de pesimismo respecto del futuro, es más razonable pensar que el productor de paltas elegirá chanchito.

¿Qué podría estar influyendo en este marcado pesimismo de los empresarios? Están los que piensan que esto es una forma de protesta política concertada de los empresarios, pero a la hora de los “kiubos” van a invertir igual. Están los que piensan que la actitud de los empresarios es irracional, propia de espíritus animales, y que hay que hacerlos entrar en razón. Y estamos los que, como yo, creemos que no hay ni complot ni irracionalidad y que el pesimismo empresarial es perfectamente justificable.

Un nuevo emprendimiento en Chile, toda inversión lo es, se enfrentará con una serie de nuevas piedras en el camino. La reforma tributaria aprobada el año pasado subirá los impuestos que pagan las empresas a 27% y los que pagan los emprendedores hasta un máximo de 44%. Adicionalmente, el creciente déficit fiscal y las presiones de gasto que exige el programa de gobierno de la Nueva Mayoría, no permiten descartar que en un futuro cercano se propongan nuevas alzas de impuestos. Los nuevos emprendimientos también se enfrentarán a un clima laboral más hostil producto de una sindicalización forzada, y de la imposibilidad de mantener la operación de su emprendimiento si es que los trabajadores deciden ir a huelga. Por si esto fuera poco, el anuncio de una nueva Constitución viene precedido de declaraciones que apuntan a debilitar el derecho de propiedad y que generan incertidumbre respecto al marco legal que regirá los derechos de agua. En nuestro ejemplo del productor de paltas, ante este panorama futuro, la decisión de comprar nuevas tierras para aumentar su producción, no sólo es riesgosa, yo diría que es temeraria. De manera que esperar que el alza del tipo de cambio por sí sola permita la reactivación de la inversión y el crecimiento, es a mi juicio muy poco probable.

Hasta el momento la evidencia le da la razón a esta tesis mas bien pesimista. El tipo de cambio viene subiendo hace más de dos años y no hay signos de que esto esté afectando en forma positiva y significativa la inversión en el sector exportador. Como sabemos, no tiene mucho sentido esperar resultados distintos si seguimos haciendo lo mismo.

Ya tenemos sustituto para el cobre, José Ramón Valente 28 enero, 2016

Los fanáticos de la saga de “La guerra de las galaxias”, probablemente recordarán una de sus frases más famosas en que Obi-Wan le dice al joven Skywaker: “La fuerza está contigo”. Resulta que esta alusión a encontrar respuestas a las situaciones más difíciles de la vida en la introspección es bastante recurrente. También Mufasa en la película del Rey león le recomienda a su confundido hijo Simba que busque las respuestas dentro de sí mismo (“Look inside yourself Simba”). Los más viejitos recordarán también cómo Kung Fu, un monje errante y muy pacífico, le propinaba grandes palizas a los más diversos truhanes concentrándose en su fuerza interior.

Por estos días, en Chile, no son pocas las almas errantes que buscan desesperadamente un sustituto para los ingresos que se esfumaron para el país con la caída del precio del cobre. Algunos, como la Presidenta Bachelet, creen que la explotación de Litio podría ser el reemplazo para el metal rojo, otros apuestan por la tecnología y la innovación y otros tantos creen que el Estado debe definir las industrias que podrían sustituir a la minería de cobre y subsidiar su desarrollo. A esto se le llama hoy por hoy política de “clusters”, que es un término más nuevo y elegante para denominar las viejas y fracasadas políticas industriales de los años 50 y 60.

A mí me parecen más interesantes las enseñanzas de Obi-wan y de Mufasa. No hay que seguir buscando, Chile ya tiene sustituto para el cobre, basta con mirar lo que hemos construido en los últimos 30 años. Nuestras instituciones constituyen un tremendo activo que nos permitiría crecer y desarrollarnos independientemente de cuál sea el precio del cobre. En el mundo no abundan los países serios y confiables, por lo mismo ser uno de los pocos en esa categoría nos da una ventaja enorme para crecer y progresar. En el mundo de hoy, en que el capital y el talento (capital humano) se mueven libremente a través de las fronteras de los países, aquellos países que son atractivos para invertir, para desarrollarse profesionalmente y para formar una familia, no necesitan ni cobre, ni litio, ni petróleo. Las instituciones que generan dichas condiciones son su mayor fuente de riqueza.

Chile tuvo en los últimos 30 años un desarrollo institucional que lo puso al tope de la tabla de los países emergentes y en muchos casos por sobre varios países desarrollados. A pesar de algunos retrocesos recientes, todavía somos el país latinoamericano con mejor nota en los ranking mundiales de confiabilidad legal (Rule of Law), competitividad, libertad económica, seguridad y calidad de vida. Nuestra capital, Santiago, está entre las mejores para vivir en la región, nuestros indicadores en salud y educación, con todas sus falencias, son los mejores de Latinoamérica y nuestro manejo macroeconómico era admirado “urbi et orbi”. No es raro, entonces, que Chile sea el país que más inmigrantes per cápita ha recibido en los últimos 10 años en América Latina, y por muchos años fue también el mayor receptor de inversión extranjera. Los chilenos nos acostumbramos a recibir elogios sobre nuestro país cuando salíamos al extranjero y a que quienes nos visitaran quisieran quedarse para siempre. Teníamos más oferta para construir carreteras, puertos y hospitales que proyectos para ofrecer. Mientras nos llenábamos de modelos argentinas y restaurantes peruanos, nuestras empresas eran recibidas con un pizca de envidia y una gran dosis de admiración desde Lima hasta Bogotá.

El desarrollo institucional y el progreso material y social logrado por Chile en los últimos 30 años, y que lo colocaron entre los países de más alto desarrollo humano de acuerdo al ranking de las Naciones Unidas, es un activo que sin duda vale más que todo el cobre que tenemos enterrado en nuestro suelo. Por lo mismo, no cabe duda alguna de que la idea de la retroexcavadora le ha generado a nuestro país un perjuicio muy superior a la caída del precio del cobre.

Por eso me quedo con las sabias palabras de Master Kan, el maestro de Kung Fu. La fortaleza externa es obvia, pero desaparece con el correr del tiempo (el cobre). Mientras que las fortalezas internas (nuestras instituciones) son mucho más difíciles de desarrollar, pero permiten sortear épocas buenas (boom de commodities) e inviernos fríos (bajos precios del cobre). Aun más importante, las fortalezas internas no desaparecen con el paso del tiempo, los recursos naturales sí. ¿Vamos a seguir buscando un sustituto para el cobre?

Sabiduría popular, José Ramón Valente 1 abril, 2016

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Por dios que cuesta ganarse la plata. Y pucha que es fácil malgastarla. Estas son frases que  escuchamos muy comúnmente entre la gente de esfuerzo y de trabajo. Sabiduría popular debiéramos decir. Los estudiosos del crecimiento económico, han descubierto en los últimos 15 años que la gente de la calle tiene razón. Según sus estudios, sólo un 19% de los países llega a ser desarrollado y la principal razón por la que los países siguen siendo pobres es porque desperdician los recursos que tienen. O sea, cuesta ganar la plata y es muy fácil malgastarla.

El bienestar de los chilenos, medido por el ingreso por persona, creció muy marginalmente el 2015 y probablemente se estanque este año. En ese contexto naturalmente comienzan a surgir todo tipo de propuestas de cómo reactivar el crecimiento. Que el litio puede ser el sustituto del cobre, que hay que hacer una comisión de expertos para crear una agenda procrecimiento, que el país debe invertir más en investigación y desarrollo, etc. Todo eso está bien, pero la propuesta que echo de menos es aquella que recoge la sabiduría popular: la plata cuesta ganarla y hay que gastarla bien.

Chile tiene un ingreso por habitante de poco mas de US$ 23 mil. EE.UU., en cambio, tiene un ingreso por habitante de US$ 56 mil. En los últimos años hemos hablado mucho respecto de la necesidad que tenemos en Chile de mejorar la educación para poder aspirar a ser país desarrollado. La discusión es correcta. Efectivamente los norteamericanos tienen en promedio 13 años de educación mientras que los chilenos tenemos 9,8 años de educación. Hay que hacer un esfuerzo por educar más a nuestros jóvenes. ¿Pero es eso suficiente? Nuevamente, los expertos en crecimiento económico nos dicen que aproximadamente un 40% de las diferencias en el ingreso por habitante de los países ricos con el resto tiene que ver con la mayor dotación de capital humano. Ergo necesitamos mas educación. Pero también nos dicen que un 60% de la diferencia se explica por la forma en que utilizamos los recursos de que disponemos. Una mala asignación de recursos, que en jerga de la calle se diría “botar la plata”, es mucho más incidente que cualquier otro factor a la hora de explicar por qué Chile tiene la mitad del ingreso per cápita de los norteamericanos.

Entonces, cuando nos empezamos a poner creativos de cómo volver a crecer, sería bueno que partamos preguntándonos dónde estamos derrochando la plata que tenemos. ¿Estamos dejando que nuestras empresas desarrollen todo su potencial de crecimiento o las estamos atosigando con regulaciones y burocracia? ¿Estamos gastando los millonarios presupuestos de educación y salud que tiene el gobierno de manera correcta o estamos metiendo plata a un barril sin fondo que no mejora ni la educación ni la salud? ¿Será correcto crear más y más empresas estatales, cuando estamos siendo testigos de las millonarias pérdidas que reportan las que ya existen?

Estas y otras preguntas son las que se hacen los chilenos que saben lo mucho que cuesta ganarse la plata y lo poco que cuesta derrocharla.Probablemente esos mismos chilenos también se preguntan si será necesario convocar a una cumbre de sabios para determinar cómo retomar el crecimiento.

José Ramón Valente, economista

Tenga cuidado con la endorfina, José Ramón Valente 21 abril, 2016

Si alguien le viene a vender una cajita con frascos de colores que contienen un líquido preparado en base a “elementos naturales recolectados de los frutos de la madre tierra” que le permite bajar 10 kilos en un mes, sin dejar de comer todas esas cosas ricas que a le gustan y lo tienen con unos kilitos demás, probablemente Ud. sentirá una irresistible tentación por comprar la dichosa caja.

Sin embargo, antes de tomar dicha decisión Ud. debería hacer la siguiente reflexión: Si lo que ofrece esta cajita fuese cierto; a) todas las otras dietas que se ofrecen en el mercado habrían desaparecido, b) el señor que inventó esta cajita probablemente sería muy famoso y eventualmente hasta se habría ganado el premio Nobel de medicina, c) no habrían ya personas gordas en el mundo. En el momento en que Ud. se da cuenta que ninguna de las condiciones anteriores se cumplen y comience a dudar de realizar su compra, el vendedor le contará que él mismo ha utilizado los frasquitos y le mostrará algo de su esbelta figura. También le mostrará fotos de gente famosa que supuestamente utiliza esta dieta para mantenerse en forma. En ese momento Ud. tendrá que decidir si confía en su sentido común que le dice que la oferta es “demasiado buena para ser cierta” o en la “evidencia irrefutable” que el vendedor le ha mostrado sobre las bondades de esta dieta mágica. Ante la ansiedad que probablemente le producirá toda esta situación, mi recomendación es que utilice el comodín telefónico. Seguramente Ud. tiene algún amigo médico o una nutricionista a la que podrá llamar antes de decidir la compra para pedirle consejo. La respuesta de dicho profesional probablemente sea similar a la de su propio sentido común. ¡No existen dietas mágicas! Para mantener un peso adecuado hay que comer sano, en cantidades moderadas y hacer ejercicio. Aun así, miles, quizás millones, de personas en todo el mundo, compran distintos tipos de recetas y cajitas mágicas para bajar de peso sin transpirar. Haciendo caso omiso a su propio sentido común y al consejo de los especialistas.

Expuesto como se ha hecho en esta columna, quienes compran las dietas mágicas parecerían ser personas irracionales, débiles, ingenuas y otros epítetos que Ud. estará imaginando. Pero la verdad es que un número muy significativo de personas toma decisiones similares a la compra de los frasquitos mágicos en diferentes ámbitos de su vida. Desde ya hemos visto recientemente cómo miles de personas en Chile invierten sus ahorros  en instrumentos financieros que prometen rentabilidades irrealmente altas, lo cual es muy similar a pretender bajar de peso sin dejar de comer. Lo hacen a pesar de la opinión en contrario de los expertos, que es el equivalente de los doctores en el ejemplo de las dietas mágicas. Por su parte, millones de personas votan en el mundo por candidatos que prometen prosperidad, igualdad y gratuidad en cuatro años y sin mediar más sacrificio que subir los impuestos y aprobar un par de leyes en el Congreso. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia. Todo esto solo para comprobar que, al igual que las dietas mágicas o los intereses de 5% mensual, el ofertón socialista es un muy mal producto, muy bien adornado y extraordinariamente bien promocionado.Si el ofertón socialista del siglo pasado funcionara, no habría países pobres en el mundo. Lo que se observa, especialmente en la realidad latinoamericana, es que los países que han abrazado el socialismo con más entusiasmo, son también los que menos han reducido la pobreza. Parecido al fenómeno de que quienes están permanentemente probando dietas mágicas nunca bajan de peso.

Aparentemente los seres humanos tenemos una atracción irresistible y hasta irracional por las cosas gratis. Todo lo que sea obtener beneficios inmediatos y sin esfuerzos genera un salto importante en nuestros niveles de endorfina (sustancia que produce el cerebro humano y que al secretarse genera placer ). Esa sensación de placer inmediato es probablemente la que nos empuja a cometer actos irracionales. Como comprar dietas mágica, invertir al 5% mensual “garantizado” o votar por un candidato que promete prosperidad subiendo impuestos. Para mayor abundamiento, ¿conoce Ud. algún peor negocio que una aventura extramatrimonial? Aun así los casos se cuentan por millones.

Al final, el programa populista de la Nueva Mayoría, las prodigiosas rentabilidades de AC Inversions y las dietas milagrosas, son tres versiones de un mismo fenómeno, la natural inclinación del ser humano por tener resultados rápidos, generosos y sin esfuerzo. Afortunadamente, como dijo Abraham Lincoln, se puede engañar una vez a muchos, algunas veces a unos pocos, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. La mayoría de gente eventualmente aprende de sus errores, aprende a controlar sus pasiones y termina tomando buenas decisiones y votando correctamente.

José Ramón Valente

Estado grande, débil e intruso, José Ramón Valente 7 abril, 2016

Una idea bien aceptada por el común de la gente es que una de las mayores diferencias entre la izquierda y la derecha política tiene que ver con el tamaño del Estado. Si a Ud. le gusta un Estado grande, inmediatamente queda encasillado en la izquierda y si prefiere un Estado más pequeño es irremediablemente de derecha.

Los únicos que parecen un poco confundidos respecto de lo anterior son algunos jóvenes dirigentes políticos de izquierda, que les da por referirse a la gente derecha como “fachos”. Esto en referencia a los gobiernos fascistas del siglo XX, como los de Mussolini y Hitler. Pero los gobiernos fascistas del siglo XX, que entre otras cosas eran partidarios de un Estado grande, al igual que sus archirrivales comunistas de la época, no tienen nada que ver con las derechas liberales del siglo XXI. Como dijo el ex Presidente Ricardo Lagos, probablemente la confusión de estos noveles políticos podría despejarse leyendo un poco de historia.

Volviendo al tema central de esta columna, es interesante constatar que la evidencia tiende a sugerir que la mayor diferencia entre ser de izquierda y de derecha podría tener que ver con características distintas del tamaño del Estado o adicionales al solo tamaño de éste. En forma muy simple y sucinta, se podría decir que las personas deben tomar una posición política en relación al Estado en al menos tres dimensiones: a) Su tamaño: grande o pequeño, b) Su funcionamiento: débil o fuerte y c) Su nivel de intromisión en la vida de las personas: subsidiario o intruso. En teoría, la gente de izquierda preferiría un Estado grande e intruso, mientras que la gente de derecha preferiría un Estado pequeño y subsidiario. Supuestamente ambos preferirían un Estado que funcione adecuadamente, es decir, fuerte. Sin embargo, la evidencia reciente tiende a mostrar que en la práctica tener un gobierno de izquierda o derecha no genera una diferencia significativa en los países respecto del tamaño del Estado y sí hace mucha diferencia en términos de la intromisión que el Estado tiene en la vida de las personas y empresas y en la efectividad y eficiencia como se manejan los recursos fiscales.

Veamos algunos ejemplos. Si bien el tamaño del Estado en EE.UU. y en Reino Unido es ciertamente más pequeño que el de Francia o Finlandia, lo interesante es que este indicador se mantiene relativamente estable a través del ciclo político en cada uno de los respectivos países al menos en períodos cortos de tiempo. En promedio, el tamaño del Estado en Francia durante el gobierno de Sarkozy (centro derecha) es tan solo un punto porcentual inferior al del gobierno de Hollande (socialista). Misma cosa ocurre cuando se compara el tamaño del Estado en la era Bush versus la era Obama. Si bien el Estado es más grande durante la administración de Obama (izquierda), éste supera tan solo en un par de puntos porcentuales al tamaño del Estado observado en el periodo de George W. Bush (derecha).

Sin embargo, aun cuando el tamaño del Estado se mantiene relativamente constante con los cambios de color político (en el corto plazo), la impronta de los gobiernos de derecha y de izquierda sí se deja ver nítidamente en otros indicadores. Por ejemplo, tomando información de estudios elaborados por el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial (WEF), podemos constatar que el gobierno de derecha de David Cameron en Reino Unido ha catapultado a UK desde el lugar número 58 del mundo hasta el puesto 33 en el ranking de costo de la regulación estatal. Para que tenga una idea, Francia se encuentra en el lugar 115 en este mismo ranking. O sea el gobierno de derecha de Cameron es menos intruso que los gobiernos de izquierda que lo presidieron en UK y sustancialmente menos intruso que el gobierno socialista de Hollande en Francia.

Cuando se trata de medir la debilidad y fortaleza del gobierno, se observan situaciones similares. En el ranking que mide el desperdicio del gasto público, Reino Unido ha mejorado seis ubicaciones desde el 2007 hasta el 2015 y se ubica en el lugar número 34 (menor implica menos desperdicio). Mientras que Francia ha empeorado casi 30 posiciones y al año 2015 se encuentra en el puesto 74 del mundo. Cuando miramos qué ha pasado con el costo del crimen y la delincuencia, otro medidor para observar la fortaleza de los gobiernos, también se observa una mejoría en UK de más de 20 ubicaciones y un deterioro de Francia de similar magnitud. Si se mareó con tanto número, quédese con la siguiente conclusión: El gobierno socialista de Hollande no ha hecho crecer significativamente el tamaño del Estado, pero sí ha generado un Estado más intruso y más débil. Al contrario, el gobierno de derecha de Cameron ha generado un Estado menos intruso y más efectivo en su labor que los gobiernos laboristas que lo antecedieron.

El caso de Finlandia resulta particularmente interesante. Este país nórdico tiene un Estado relativamente grande (aunque ha decrecido significativamente en las últimas décadas), pero a la vez es un Estado poco intruso y extremadamente efectivo y diligente en el uso de los recursos públicos. Finlandia se ubica entre los 10 países que menos desperdicia los recursos fiscales, es uno de los países que menos costos regulatorios les impone a sus empresas y el segundo país con menos crimen y violencia en todo el mundo. En la definición tradicional de izquierdas y derechas, Finlandia sería un país netamente de izquierda, porque tiene un Estado grande. Si agregamos las otras dos características introducidas en esta columna para definir el color político -eficiencia en el uso de los recursos fiscales y grado de intromisión en la vida privada de empresas y personas- Finlandia podría perfectamente considerarse un país de derecha.

Ahora usted se preguntará, ¿Qué habrá pasado en Chile? Pues bien, el gobierno de Sebastián Piñera redujo el tamaño del Estado, pero solo un par de puntos porcentuales, confirmando de este modo la tesis de esta columna. Por otro lado, produjo mejoras significativas en el buen uso de los recursos fiscales. De hecho, Chile pasó del lugar número 29 del ranking global en 2007 a un destacadísimo “top ten” en 2012. En tanto, el costo de la regulación, así como el costo del crimen y la violencia no mostraron avances significativos, pero tampoco empeoraron. De manera que en estas dos dimensiones se podría decir que el gobierno anterior quedó al debe en relación a lo que se esperaría de un gobierno de derecha. Por su parte, durante el actual gobierno de Michelle Bachelet las cosas están bastante claras. El tamaño del Estado ha aumentado un par de puntos porcentuales (todo lo reducido por Piñera). Chile ha caído 11 lugares en el ranking del desperdicio de los recursos públicos, ha empeorado 12 lugares en el ranking de costo de la regulación estatal y seis lugares en el ranking del costo del crimen y la violencia. Es decir, el actual gobierno es más grande, más débil y más intruso que el gobierno anterior y que todos los anteriores gobiernos de la Concertación. O sea, nada muy novedoso, solo una constatación más de que este gobierno está a la izquierda de cualquier otro que haya tenido Chile desde el retorno a la democracia.

En resumen, los gobiernos de izquierda tienden a favorecer estados intrusos e ineficaces y los gobiernos de derecha son más respetuosos de la libertad de sus ciudadanos y sus gobiernos cumplen mejor con sus deberes. El tamaño del Estado, en cambio, no parece ser muy diferente entre gobiernos de izquierda y derecha para un mismo país, al menos en periodos relativamente cortos de tiempo. ¿Sorprendido? Esa es justamente la idea. Ahora Ud. mismo podrá reafirmar o redefinir sus propias preferencias políticas. ¿Prefiere Ud. un Estado débil e intruso o un Estado eficaz y respetuoso de sus espacios de libertad? Si es lo segundo, le tengo una noticia, Ud. es de derecha. (El Líbero)

José Ramón Valente

La foto y la película, José Ramón Valente 10 septiembre, 2022
Tropezando se aprende a caminar, José Ramón Valente 16 junio, 2016

A nuestros hijos les enseñamos que todos podemos cometer errores y que más importante que los errores es la forma en que los enfrentamos. De hecho, nos preocupan los hijos muy perfectos, porque sabemos que la vida está llena de imprevistos y situaciones difíciles a las que tarde o temprano todos nos vamos a enfrentar, y es importante haberse caído para saber cómo volverse a levantar. Popularmente decimos que tropezando se aprende a caminar.

Un buen padre sabe que debe aplicar un castigo proporcional a la falta cometida por su hijo y un buen hijo sabe que los castigos, cuando son merecidos, no son injustos. Los padres esperamos que los hijos se arrepientan de sus errores y aprendan de ellos, y cuando eso ocurre los perdonamos y nos alegramos.

La sociedad recoge en sus leyes el comportamiento de un buen padre. Las disculpas públicas (arrepentimiento) son un atenuante importante para las sanciones que aplica la ley, existen penas rebajadas cuando hay “irreprochable conducta anterior” y penas más altas cuando hay reincidencia, por nombrar solo algunas.

Hasta aquí todo parece muy lógico y normal. El problema es que cada vez con más frecuencia vemos a parte de nuestra sociedad actuando en una forma totalmente disonante con cómo lo haría un buen padre de familia. Los jóvenes que destrozan el INBA y los que venden el mobiliario de sus colegios no se arrepienten y tampoco reciben castigo a pesar de ser reincidentes reiterados. Quienes se atreven a criticarlos, como lo hizo la periodista Cony Stipicic en Radio Duna el martes pasado, son blanco inmediato de un intenso bullying en las redes sociales.

Por otra parte, quienes, como la CMPC, han cometido errores, los reconocen públicamente, se arrepienten de ellos, hacen los cambios necesarios para que dichos errores no se vuelvan a repetir y están trabajando con las autoridades para reparar el daño causado, son duramente criticados cuando una institución gremial hace un reconocimiento de dicha reacción positiva. De hecho, en una columna publicada en el diario electrónico Ciper, con posterioridad a que la SOFOFA levantara la suspensión de CMPC de esa asociación gremial, justamente como consecuencia de la forma en que la compañía ha reaccionado a su reconocida mala conducta, el periodista Daniel Matamala fustigó en duros términos la decisión de los industriales.

Es importante que rememos en la dirección de construir una sociedad mejor para todos. No tengo dudas de las buenas intenciones de quienes expresan públicamente sus opiniones respecto de la contingencia noticiosa de nuestro país, ya sea a través de medios tradicionales o de los más modernos. Pero debemos tener presente que el mundo no se creó hace 30 o 40 años. Hay decenas de generaciones que han vivido antes que nosotros y que han tropezado una y otra vez. Lo que hemos aprendido de esos tropiezos es que condenar las malas acciones y aplaudir las buenas reacciones no es signo de condescendencia ni de debilidad, pero sí de madurez y civilidad. (El Líbero)

José Ramón Valente

Valente alerta por déficit de cuenta corriente, 20 septiembre 2022

Para el exministro de Economía del segundo gobierno de Sebastián Piñera, es una incógnita la reacción en el gasto de las personas y advirtió que “se está conformando una nube bastante negra en el horizonte”.

Varias notas de alerta puso esta mañana el exministro de Economía, José Ramón Valente, sobre lo que viene para la economía durante el próximo año.

En entrevista con Radio Duna, el economista puso especial énfasis en el nivel del déficit de la cuenta corriente, un indicador que mide el nivel de gasto de la economía, que refleja tanto balance entre las importaciones y las exportaciones, además de los ingresos netos.

“Ese déficit, lo que muestra, es lo que le estamos pidiendo prestado al mundo. Es decir, estamos gastando más de lo que producimos y nos financiamos de otro lado. Ese otro lado puede ser reservas que nosotros hayamos acumulado en el pasado o deuda externa”, detalló.

Según su análisis, la magnitud del déficit acumulado en los últimos 12 meses es cercano a los US$ 26 mil millones, “y lo que eso nos está diciendo, es que no podemos repetir ese guarismo hacia adelante, no podemos”.

Junto con recordar que dicho registro no se daba desde el año 1984, el también expresidente de la Fundación Chile alertó que el nivel observado puede llevar a una crisis económica.

Hay déficits de cuenta corriente que son más permanentes, de dos o tres años, y de esta magnitud, que han gatillado crisis relevantes (…) Si la presidenta del Banco Central y Mario Marcel nos están anunciando que viene una crisis, es porque hay precedente respecto de esto. Aquí no podemos seguir con este nivel de déficit y la historia nos muestra eso”, afirmó.

En ese sentido, recordó el origen de la crisis asiática, de 1997. “La crisis asiática se gatilló por déficit en la cuenta corriente de algunos países asiáticos. Tailandia, que fue el origen de la crisis, que fue el que primero devaluó y el que primero tuvo que apretarse el cinturón, tenía un déficit de cuenta corriente de 8% del PIB cuando se desató la crisis”, sostuvo.

También mencionó el caso de México, que “tenía déficit de 6%, 7% y 8% del PIB consecutivos cuando se desató su crisis del tequila en 1994″.

Por ello, remarcó que cuando se produce exceso de gasto en la economía, se “desatan crisis, y la crisis le dice a la gente que no puede seguir gastando como hoy, que tiene que apretarse el cinturón y que ahora tiene que ahorrar”.

Con todo, Valente reconoció que actualmente, ya que “las ventas del comercio en julio fueron muy malas, ya la economía se ve en una desaceleración importante”.

Si embargo, planteó dudas respecto de la función de reacción de la gente y también remarcó que los estímulos monetarios, tanto del Estado a través del IFE, como de las personas, con los retiros previsionales, “fueron mucho mayores”.

“La gente, cuando les llegaron los IFE y les llegaron los retiros, no se gastó todo inmediatamente, dejó algo ahí. Y se ha ido gastando de a poco. Nuestro análisis nos dice que ese exceso de cuentas corriente y de cuentas vistas se acaba entre septiembre y noviembre de este año. Y eso explicaría, en parte, por qué la gente todavía no siente tan fuertemente esta baja de temperatura. Pero si la va a empezar a sentir a partir de septiembre, octubre y noviembre no sabemos exactamente, pero en ese rango. Por eso digo que, a partir del cuarto trimestre, esto se va a empezar a poner color de hormiga”, comentó

“No sabemos cuán rápido se acostumbró la gente (a gastar más), es algo que vamos a tener que testear. Las autoridades podrán decir desde el excel que tenemos que ajustarnos, y eso es lo correcto, pero cómo reacciona la sociedad ante eso va a ser una cosa que vamos a tener que ver”, añadió.

Al respecto, afirmó que “el ministro de Hacienda es más optimista respecto de la salida de lo que soy yo y otros analistas”. Cabe recordar que según Teatinos 120, la caída de la demanda interna sería de 4% en 2023.

“Yo creo que hay un daño hecho a la economía chilena en los últimos 30 años, respecto de su capacidad de producción de largo plazo. Por lo tanto, la brecha entre lo que estamos gastando hoy día y hasta dónde tenemos que llegar, es mayor de la que, por ejemplo, el ministro Marcel está pensando”, remarcó.

Por eso, para Valente “se está conformando una nube bastante negra en el horizonte y que nos puede llevar a un nivel de inconformidad”.

La envidia es mala consejera 23 abril, 2022

El progreso en las condiciones materiales de vida de los seres humanos ha sido muy esquivo durante la historia. Hoy nos parece natural que los niños no se mueran al nacer, que podamos tomar agua de la llave, que vivamos para conocer a nuestros abuelos y que la gente no camine descalza por la calle. Lo cierto es que hace tan solo cien años, ninguna de estas cosas estaba al alcance de la gran mayoría de los seres humanos y menos de los chilenos. Solo hace poco más de 250 años, gracias al crecimiento económico producido por la Revolución Industrial, las personas comunes y corrientes comenzaron lentamente a aspirar a condiciones de vida similares a las que históricamente estaban reservadas solo para faraones, emperadores y reyes. Para que se haga una idea: en el Palacio de Versalles, la construcción más elegante y admirada del mundo en el siglo XVIII, no había ni un solo baño; la mortalidad infantil en Chile en 1900 era superior al 25% y la pobreza extrema en Latinoamérica a mediados del siglo XIX, de acuerdo con datos recopilados por la OCDE, superaba el 70% de la población. Nada más falso que aquel refrán que dice “todo tiempo pasado fue mejor”.

El crecimiento económico no se da naturalmente. Nacemos sin ropa y sin un techo donde cobijarnos y nuestra comida, con toda razón, tiende a escaparse de nosotros. Tan esquivo es el crecimiento que, de acuerdo con datos recopilados por Angus Madison, entre el año cero y el 1500, el ingreso per cápita en el mundo permaneció constante. Bajo esas condiciones la única forma de progreso para un ser humano era quitarle parte de lo suyo a otro ser humano. No es raro, entonces, que de acuerdo con Our World in Data, entre el año 1500 y el año 1750 las grandes potencias mundiales estuvieran en guerra un 90% del tiempo.

Lo que sí parece ser natural es la creatividad y las ganas de progresar de los seres humanos. Pero estas características solo se traducen en mejores condiciones de vida si las instituciones que regulan la convivencia de los países son las correctas. El contraste entre Corea del Sur y Corea del Norte, entre los cubanos en la isla y los cubanos en Miami y los alemanes de un lado u otro del muro, por nombrar solo algunos de los ejemplos disponibles, sustentan la anterior afirmación. Los mismos seres humanos con libertad para emprender y disponer de lo que han creado son capaces de mejorar su vida y de todos aquellos que viven en la misma comunidad que ellos. Por el contrario, privados de libertad y de sus derechos de propiedad, permanecen en la miseria.

Hace ya largos años la sociedad chilena está siendo bombardeada desde el mundo de los intelectuales de izquierda con la idea de que la única forma de progreso para la mayoría es la redistribución de los ingresos desde las minorías más acomodadas. Tanto va el cántaro al agua que hoy un alto porcentaje de chilenos, especialmente las generaciones más jóvenes, se ha convencido de esa consigna. La crisis económica de 2008 y la aparición de lideres políticos e intelectuales en el mundo que adhieren a esa misma idea, como Berny Sanders (EE.UU.), Jeremy Corbyn (RU) y Thomas Piketty (Francia), también han contribuido significativamente a la popularidad de que es la desigualdad y no el progreso económico la tarea más urgente de los gobiernos y sus políticas públicas. El problema es que quitarles masivamente a unos para darles a otros destruye los incentivos para trabajar y crear y termina por empobrecerlos a todos. De hecho, en nuestro país desde que la retórica de la desigualdad se apoderó de nuestra política, las redes sociales y de las conversaciones familiares, la llama del crecimiento económico comenzó a apagarse. Mientras hace 10 años aspirábamos a crecer 5% al año, ahora nos contentamos con poco más de 2% al año. Un ejercicio simple nos muestra que si Chile hubiese seguido creciendo 5% al año desde el 2010 hasta ahora, el ingreso per cápita de los chilenos sería hoy un 37% mayor al que efectivamente tenemos. Seríamos tan ricos como España y en vez de eso somos un poco menos ricos que Panamá. Más aún, los ingresos del fisco serían cuatro puntos porcentuales mayores a los actuales (aun con menores tasas de impuestos). Es decir, no se requeriría ninguna reforma tributaria para ejecutar el programa del actual Gobierno.

La impronta redistributiva y el desprecio por el crecimiento económico como forma de progreso de la mayoría solo pueden empeorar la tendencia que ya viene manifestándose en los últimos diez años. Si la historia nos sirve de guía, las políticas del actual Gobierno y la nueva Constitución (de aprobarse) harán de Chile un país más pobre y más violento. (El Mercurio)

José Ramón Valente

Trayectoria Política

Valente Vías José Ramón (1962)  encargado económico de la candidatura presidencial de Evelyn Matthei 2013; consejero de Políticas Públicas de Libertad y Desarrollo; Ministro de Economía 2018: tras conocerse que el déficit fiscal llego a un 2.1% del PIB y no un 1.7% como había sido anunciado por la anterior administración, “el gobierno de Bachelet le mintió a los chilenos” (1); casado con Verónica Stein Riedel (1962) ingeniera, hija de Hans Walter Stein Von Unger (1937) ingeniero comercial, participa en el pacto de accionistas para el control de Cementos Bio-Bio y Elisa Vías Pincetti (1938) socia de Ramón Valente y Cia. Ltda.

Ministro de Economía 2018-2019: «si hubiese sucumbido a las presiones por ser mas populista y salir a demonizar a los empresarios, quizá seguiría en el gabinete… después de estos 15 meses, soy critico de como se conduce la política» (1); Presidente de la Fundación Chile: «esta institución tiene prestigio, trayectoria, una cultura y gente muy talentosa, y hace un trabajo público-privado muy relevante, me siento afortunado de estar acá. Me gustan los emprendimientos, y este lugar, ha tenido que reinventarse muchas veces, desde que fue el impulso r de la salmonicultura en Chile hasta hoy» (2)

Luego de ser Ministro escribe: «el populismo es una enfermedad de rápido avance y difícil de erradicar… se vende como una opción democrática, pero se aprovecha de la seducción que le produce al ser humano la gratificación inmediata… la percepción de progreso material y social es el único antídoto efectivo contra el populismo. El tema, no es que hacer, sino como hacerlo… una revolución microeconómica que perita que el crecimiento sea más acelerado y llegue a todos los chilenos es perfectamente posible…» (3)

«Estamos retomando la carrera al desarrollo en silla de ruedas (pérdida de capacidad de generar ingresos), con oxígeno (retiro de las AFP), suero (aumento del gasto público) y empujados por Usain Bolt (precio del cobre, crecimiento de China y bajas tasas de interés). El problema es que el desarrollo es una maratón y no una carrera de 100 metros. Así que a menos que abandonemos nuestro sesgo de corto plazo, dejemos el chocolate y empecemos a comer fruta, a partir de 2022 o 2023 vamos a enfrentar graves problemas para sostener nuestro nivel de bienestar» (6).

«este gobierno le va a clavar su aguijón al crecimiento económico, la inversión y la productividad, porque esa es su naturaleza» (7)

«Yo creo que hay un daño hecho a la economía chilena en los últimos 30 años, resecto de su capacidad de producción de largo plazo. Por lo tanto, la brecha entre lo que estamos gastando hoy dia y hasta donde tenemos que llegr, es mayor de lo que, por ejemplo, el Ministro Marcel esta pensando». «se está conformando una nube bastante negra en el horizonte y que nos puede llevar a un nivel de inconformidad» (8)

José Ramón Valente: »La probabilidad de que el ministro pueda sacar adelante un alza de impuestos es muy baja. Si bien esto puede ser malo para el ministro y para el Gobierno, es una buena noticia para Chile». (9)

(7) El Mercurio 9 junio 2022

(8) La Tercera, 26 agosto 2022

(9) Columna, El Mercurio, 12 agosto 2022

Section

Bibliografia

«Como señalamos recientemente, la revolución de los datos no solo es económica, sino que también social y cultural, pues impacta en como hacemos ciencia, en como generamos nuevo conocimiento y en como nos relacionamos con el mundo. Esta revolución involucra a un conjunto enorme de actores que incluye a las universidades, industria, sociedad civil y Gobierno» (5)

Sobre su opinión, que no tenía tiempo para leer novelas, Sebastián Edwards escribió columna «El ministro Valente y la hipocresía colectiva», donde afirma «el episodio puso de relieve algunas de as peores características de nosotros, los chilenos»… «si sé es que aumentar fuertemente la productividad en Chile -tema en el que trabaja Valente día y noche – requerirá de un inmenso cambio cultural, de la aceptación de la dignidad y la libertad como valores básicos…» (4)

Otras publicaciones

Columna «Me llevo muy bien con mi suegra» 23 diciembre 2013 «la reforma tributaria propuesta por Bachelet implica que hay un socio, el Estado, que sin poner mas capital tendrá ahora derecho a una porción adicional de las ganancias obtenidas en cualquier negocio o inversión realizada… los detalles de la reforma no están aun claros. Por otra parte, la discusión de una nueva Constitución… obviamente aumenta el nivel de incertidumbre respecto de los retornos futuros de cualquier inversión realizada en el país… afectando negativamente la  inversión y el crecimiento…»

Columna «Indignados» la Tercera, 11 noviembre 2016 «Los triunfos de Trump y Rajoy, el Brexit y la debacle electoral de la Nueva Mayoría revelan un fenómeno muy distinto al que predica la izquierda»

Columna «Bienvenidos, pero bien portados», La Tercera, 3 diciembre 2016: «mi padre es español y tres de mis cuatro abuelos también eran extranjeros… mal podría yo estar en contra de la inmigración en Chile… la historia muestra que el comercio internacional, el movimiento de capitales y la inmigración son elementos cruciales para explicar el crecimiento económico del mundo en los últimos 2.000 años

Columna «La Fed», La Tercera, 15 diciembre 2016: «De alguna manera podemos decir que, sin ser parte de los invitados a la fiesta, hemos disfrutado del bar abierto durante todos estos años. En efecto, durante este periodo Chile se ha financiado a las tasas mas bajas de su historia en los mercados internacionales. La mala noticia es que justo ahora que tenemos un enorme déficit fiscal de cerca de US$ 10 mil millones al año, las tasas de interés han comenzado a subir».

Entrevista 30 diciembre 2016, La Tercera «La política monetaria puede ayudar, pero  no es la salvación  de la economía chilena» «la economía está mostrando grados de persistencia en su letargo mucho mas allá de solo el ciclo minero. Chile no está invirtiendo ni ahorrando y con el bajo crecimiento estamos hipotecando el futro de los jóvenes del país»

Columna «Elecciones 2017 autos sin conductor» La Tercera, 1 enero 2017: «mi opinión es muy favorable respecto de Felipe Kast y Jaime Bellolio. Otra cosa muy distinta es entregarles la conducción de nuestro países la elección presidencial»

Columna «El sueño australiano» La Tercera, 25 enero 2017: «… la gran diferencia es que los australianos se las han sabido arreglar para crecer en forma estable durante más de 40 años. Esto les ha permitido tener hoy un ingreso por habitante de US$ 48.000, es decir, poco más del doble del que tenemos los chilenos… los australianos han logrado este alto nivel de vida manteniendo una estrategia de desarrollo parecida a la que Chile tenía hasta antes del actual gobierno…».

Columna «Mosca en el dormitorio» La Tercera, 17 febrero 2017: «… las bravatas que podamos hacerle a Trump, lejos de convertirse en el elefante en una cristalería, serán como una mosca en el dormitorio. Y ya sabemos lo que ocurre con las moscas en los dormitorios…».

Columna «Padre Gatica», 16 mayo 2017: «Tuve la oportunidad de vivie en EE.UU. a fines de los años 80 y una de los grandes contrastes entre la sociedad norteamericana y el Chile de esa época, era que los estándares morales, cualquiera fueran éstos, se aplicaban a todos por igual… el Chile del 2017 se parezca más a EE.UU. de los 80 que al Chile de los 80…».

Columna «Primarias», La Tercera, 10 junio 2017: «… mientras los candidatos de izquierda creen que la mejor forma de hacer limonada es exprimir el limón una y otra vez, los de centro derecha creen que este esfuerzo debe ser dedicado en plantar árboles de limones».

Columna «¿nos jugamos la vida?, La Tercera, 7 julio 2017: «En la elección de noviembre próximo los chilenos vamos a decidir si el actual gobierno fue un paréntesis en la exitosa historia de progreso que experimento nuestro país por mas de 30 años, o si por el contrario, el  paréntesis fueron esos 30 años y Chile se apresta a volver a la trayectoria de mediocridad por la que transito durante gran parte del siglo XX y durante los largos cuatro años de este gobierno».

Columna  «Combinación virtuosa» La Tercera, 22 julio 2017: «… el libre mercado y la reducción de poder de reyes y tiranos establecidos a través del tiempo en favor de los ciudadanos, son a la vez la explicación del éxito y el principal de los países de Europa Occidental para el resto del mundo…».

Columna «La billetera fiscal», La Tercera, 5 agosto 2017: «En los cuatro años de gestión del gobierno de Bachelet, los gastos del fisco superarán en más de US$ 24 mil millones a los ingresos fiscales… los hijos siempre quieren todo. Pero cuando el jefe de familia abre la billetera como lo hizo el actual gobierno las cosas siempre terminan mal…».

Columna «Pensiones y política» La Tercera 20 agosto 2017: «El proyecto de pensiones del gobierno, contiene modificaciones que directa e indirectamente afectarán la rentabilidad que se podrá obtener de los ahorros,.. por la búsqueda de menor riesgo que genera menores rentabilidadaes»

Columna «Verdad revelada» La Tercera 1 septiembre 2017: «la dicotomía planteada por la Presidenta Bachelet es falsa, porque es perfectamente posible aspirar a tener una país que logre compatibilizar un desarrollo acelerado con el respeto al medio ambiente… este gobierno nunca ha creído en el talento de la gente, ni de los emprendedores y menos en el aporte de la empresa privada a la sociedad».

Columna «Paréntesis» 18 septiembre 2017: «los casi 30 años que mediaron entre 1985 y el 2013 son muy probablemente los más prósperos y dinámicos de la historia de nuestro querido país… el mayor error del gobierno de la Nueva Mayoría, no son sus pésimas reformas. Es haber intentado arrebatar a toda una generación de chilenos el orgullo de haber sido protagonistas del periodo de mayor prosperidad en la historia de Chile…».

Columna «La suerte de Piñera» La Tercera 1 octubre 2017; «… esta administración tendrá el triste récord de ser la que generó menos crecimiento económico desde el regreso a la democracia… pareciera que lo de Piñera se parece a la frase de Thomas Jefferson: «soy un gran creyente en la suerte, mientras más duro trabajo más suerte tengo».

Columna «Crisis de identidad» La Tercera 14 octubre 2017: «Confiamos en que la capacidad emprendedora de los chilenos está tan solo sofocada por un gobierno que los ha demonizado, denostado y puesto todo tipo de trabas burocráticas… la principal razón que explica el salto del progreso económico y social en nuestro país durante los 30 años que precedieron a este gobierno, son las reformas institucionales que liberaron la capacidad creativa de los chilenos»»

Columna «El chef sí importa» La Tercera 6 enero 2018: «Durante el año que recién termina, el precio promedio del cofre fue de US$ 2.8 la libra y se estima que el crecimiento de nuestros socios comerciales habría sido de 3.5%. Sin embargo, se estima que el crecimiento de nuestra economía habría sido de magro 1.5% y la creación de empleos asalariados (excluyendo el sector público) fue negativa».

Entrevista El Mercurio 5 agosto 2018;: «son las posibilidadaes que tu de verdad le das de vivir una mejor vida lo que hace la diferencia, y esas ideas van a hacer que ste gobierno se pueda sostener o no en el tiempo. Si de verdad logras que la gente perciba estas ideas, de una sociedad que se desrrolla para todos, sin privilegios, es lo que hoy representa el gobierno de Piñera».

Columna «Revolución Microeconómica», El Mercurio, 6 junio 2019: «… si el panorama futuro de nuestra economía fuera en verdad sombrío, ¿cómo nos podemos explicar el aumento de inversión, el boom de emprendimiento y el acelerado crecimiento del comercio electrónico?… aun con todas con todas sus imperfecciones, estamos convencidos de que podemos hacer de Chile una nación próspera y alcanzar el desarrollo al final de la próxima década»

Columna: «Consensos privados para problemas públicos» El Mercurio 24 septiembre 2019 «si los parlamentarios que no se reeligen votan en promedio mejor que los que se reeligen, limitemos la reelección de los parlamentarios. Si los gobiernos son muy cortos, lo que hace que estén demasiado preocupados de lo táctico y poco preocupados de lo estratégico, aumentemos el periodos presidencial…»

Columna «Planeta Congreso, órbita Valparaiso» El Mercurio 3 noviembre 2020 «El FMI, la OCDE, las clasificadoras de riesgo, el Banco Central, el mundo académico, los inversionistas nacionales y internacionales y cientos de miles de chilenos reconocen el retiro del 10% de los fondos de las AFP como una pésima política pública…»

«La peor desigualdad es la pobreza» 12 junio 2021, «Los países que derrotan la pobreza hacen una contribución mucho mayor por reducir la desigualdad en el mundo que aquellos que abrazan la retórica y las políticas públicas de la extrema izquierda y terminan ahogando el crecimiento y la creación de riqueza, principal fuente de reducción de la pobreza»

«Finalmente somo nórdicos, ¿o no?» El Mercurio 7 agosto 2021 «La única forma de gastar como país nórdico es recaudar impuestos como país nórdico. ¿Como así? Los países nórdicos tiene tasas de impuesto a la renta sobre la clase media acomodada que son hasta 20 veces superiores a las que cobramos en Chile. Los nórdicos que ganan dos veces el salario medio de la población pagan impuestos sobre sus ingresos de entre 20% y 35%; en Chile se paga entre 1% y 2%. En nordiciandia todos reciben, per la mayoría paga. En Chile todos requieren recibir y nadie quiere pagar. Esa es la verdad incómoda de nuestro sistema tributario. ¿Quién se atreve a decirle esto a la gente? Probablemente ningún candidato»

«Depende» 2 octubre 2021 «En el corto plazo, Chile cuenta con una solida institucionalidad (Banco Central….) y una base de activos financieros muy significativo… pretender que se puede sostener el bienestar de un país sin ahorro, sin inversión y cerrándonos al comercio con otros países, es una quimera…»

«La máquina del tiempo» «La mayoria de nuestros parlamentarios no parecen entender como funcional la máquina del tiempo del mercado de capitales… lamentablemente la irresponsabilidad de un gran número de diputados y senadores está cambiando nuestro modelo de máquina del tiempo delsiglo XXI por uno del siglo XX 30 octubre 2021»

Divergente 18 junio 2022

Quienes han tenido la oportunidad de visitar Pompeya estarán de acuerdo conmigo en que se produce una sensación contradictoria. Por una parte, es imposible no maravillarse del nivel de desarrollo alcanzado hace más de dos mil años por los romanos. Con tan solo 15 mil habitantes, Pompeya tenía estadio, teatro, piscinas temperadas, calles y aceras pavimentadas, además de una gran plaza pública donde se congregaban los ciudadanos para debatir, comprar y divertirse. Por otro lado, se genera una inevitable sensación de angustia después de constatar que luego de la caída del Imperio Romano tuvieron que pasar casi 1.500 años para que los seres humanos volvieran a tener una calidad de vida similar a la alcanzada por los pompeyanos.

A Pompeya se la llevó el Vesubio, pero a Roma se la llevó la incapacidad de sus ciudadanos de respetar las normas de convivencia que los habían hecho una nación civilizada por cientos de años.

En los últimos 250 años, nos hemos acostumbrado a un mundo que a pesar de la dificultades logra sortear la adversidad para seguir progresando. Si nos transportamos solo hasta la fecha de nacimiento de nuestros abuelos y bisabuelos, a principios del siglo XX, el ingreso por habitante en el mundo era de US$ 2.000 al año y el número de seres humanos que habitaban la Tierra apenas llegaba a los mil millones. Hoy, el ingreso por habitante es cercano a US$ 15 mil y habitan nuestro mundo cerca de 8 mil millones de personas. En el último segundo del calendario cósmico, no solo hemos sido capaces de sobrevivir a la depresión de los años treinta, dos guerras mundiales, la amenaza nuclear de la Guerra Fría y la pandemia del covid-19. Además, y a pesar de las predicciones de Malthus, estamos cerca de derrotar el hambre y de erradicar la pobreza.

El desarrollo humano del último cuarto de milenio es tanto maravilloso como inesperado. El crecimiento económico y la abundancia no son la tónica de la historia de nuestro planeta. Claramente son la excepción. Y así como nos maravillamos del progreso y la resiliencia que observamos hoy, no debemos olvidar que hubo antes otros seres humanos, como los habitantes de Pompeya, que seguramente pensaron que el futuro sería siempre igual o mejor que el pasado, solo para comprobar que todo lo que habían avanzado ellos, sus padres y sus abuelos, tiempo después, lo perdieron para siempre sus hijos y sus nietos.

Los países que aprenden a gobernarse a sí mismos —es decir, aquellos que construyen normas y leyes que protegen a unos seres humanos de los embates de otros, cuidando que no se les arrebate lo que legítimamente les pertenece y que las personas sean libres de pensar como quieran y de dibujar sus propios proyectos de vida— no están exentos de los embates de la historia. A pesar de los ciclos, logran recuperarse y seguir progresando. EE.UU. es el ejemplo más claro de este tipo de sociedad que ha producido la historia hasta ahora. En cambio, las sociedades donde se impone una sola visión del mundo y donde los ciudadanos persiguen que la forma más sencilla de progreso es arrebatarles lo propio a otros están destinadas al fracaso y a la descomposición. Quizás el ejemplo más vívido de este tipo de sociedad sea la china de los siglos XIX y XX. En 1870, la economía china era un cuarto de la economía mundial. Luego de 100 años ese porcentaje se redujo a tan solo un 4%.

Chile está embarcado en un ejercicio refundacional. La nación que surja de este experimento puede ser una de instituciones inclusivas, que respeten la libertad individual y la propiedad, que establezca formas de convivencia que fomenten la creatividad, el progreso y la movilidad social. O puede ser una en que se imponga una sola forma de ver el mundo, donde se restrinja la libertad de elegir el proyecto de vida personal en favor de una visión única de proyecto colectivo y donde la idea de progreso se base en quitarles a unos para darles a otros. Lamentablemente, el texto constitucional que será presentado a un referéndum el próximo 4 de septiembre se parece mucho más a la segunda alternativa. En él, el derecho de propiedad está relativizado: la libertad para elegir el proyecto educativo de las familias para sus hijos está restringido, se establecen privilegios a unos chilenos por sobre otros y el sistema de gobierno, producto de su organización y de los escaños reservados, prácticamente garantiza el que Chile sea gobernado por una única corriente ideológica, la izquierda.

Después de 29 años en que nuestro país logró no solo cerrar la brecha de desarrollo humano con el resto del mundo, sino que además la superó ampliamente, desde hace 8 años —a partir del segundo gobierno de Michelle Bachelet— estamos retrocediendo nuevamente. De aprobarse el texto de la nueva Constitución en el plebiscito del 4 de septiembre, es altamente probable que nuestra decadencia no sea solo un ciclo y que Chile se transforme en un país divergente, como le pasó tanto a Roma como a China hace muchos años, y a nuestros vecinos transandinos hace no tantos. (El Mercurio)

La naturaleza del Presidente 9 junio, 2022

En 2018 y 2019, desde el Ministerio de Economía, impulsamos una agenda para aumentar la inversión y mejorar la productividad. Creamos las oficinas GPS y OPEN para que se dedicaran exclusivamente a proponer y ejecutar mejoras regulatorias, legales y de gestión para producir una revolución microeconómica que se tradujera en un boom de inversiones, avances sostenidos en productividad y un mejor trato a los consumidores.

Presentamos una nutrida agenda legislativa que incluyó, entre otros, un proyecto proinversión y un proyecto para aumentar la productividad.

A pesar de contar con un amplio apoyo transversal entre los expertos —Rodrigo Vergara, Rodrigo Valdés, Andrea Tokman, Sebastián Edwards y Rodrigo Wagner, entre muchos otros—, estas iniciativas encontraron una férrea oposición desde el PC y el FA. Los proyectos proinversión y de productividad nunca llegaron a ver la luz y hoy deambulan por el Congreso como zombis mutantes. Más aún, en la discusión de la Ley de Presupuestos 2019, la bancada del Frente Amplio, Revolución Democrática y el PC, incluidos los entonces diputados Boric, Jackson y Vallejo, votaron en contra del financiamiento para la oficina GPS.

A pesar de la oposición de quienes hoy están en el gobierno, logramos avanzar con cambios normativos, mejoras de gestión y creación de un clima más propicio para invertir. De esta manera, la inversión que había caído sostenidamente durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet a un ritmo de 2,4% anual logró remontar en 2018 subiendo un asombroso 6,5%. Lo mismo ocurrió con la productividad, que tuvo un desempeño negativo en cada uno de los cuatro años del gobierno de Michelle Bachelet, con una caída acumulada de 4,2%, y que durante 2018 logramos que tuviera un registro positivo de 1,1%.

Todo este esfuerzo se diluyó a partir de octubre de 2019. La impronta antiinversión de quienes hoy están en el gobierno logró sus frutos. La realidad pospandemia es que la inversión ha retomado su tendencia a la baja y con ello arrastrará a Chile a una recesión. Según datos del Banco Central publicados esta semana en el Informe de Política Monetaria, la inversión retrocederá casi un 5% este año y más de 2% el próximo, y el crecimiento económico será negativo el próximo año hasta en 1%. Esto es un retroceso mayor al que tuvimos durante la crisis asiática en 1999 y similar a la caída de la economía durante la crisis subprime el 2009.

En su primera Cuenta Pública, el Presidente Boric planteó la urgencia de impulsar la inversión y la productividad. Esa alocución me recordó al escorpión rogándole a la rana que lo ayudara a cruzar el río. La naturaleza anticrecimiento, inversión y mejoras de productividad del Presidente y sus colaboradores ha sido bien establecida y documentada. Hoy necesitan cruzar el río porque la economía se encamina hacia una recesión, precisamente por las políticas que ellos mismos impulsaron o dejaron de apoyar desde el Congreso.

Estamos todos de acuerdo en que este cambio de discurso es positivo para el país y debemos apoyarlo. Pero también debemos estar conscientes de la naturaleza del escorpión.

De hecho, a comienzos de semana el Comité de Ministros rechazó un proyecto por US$ 650 millones que llevaba seis años de tramitación y contaba con una resolución de calificación favorable, siendo uno de los argumentos que el proyecto se había tramitado durante el gobierno anterior. No importa cuánta retórica poética escuchemos, debemos ser conscientes de que este gobierno le va a clavar su aguijón al crecimiento económico, la inversión y la productividad, porque esa es su naturaleza. (El Mercurio)

José Ramón Valente
Exministro de Economía

En Chile si podemos 15 abril, 2016

Ayer la Confederación  de la Producción y del Comercio (CPC) presentó un documento titulado “En Chile sí podemos”, con más de 100 propuestas para mejorar la productividad en el país. Varias reflexiones interesantes surgen a partir de dicha presentación. Primero, en Chile no se nos ha apagado la ampolleta de las ideas y la creatividad. Muy por el contrario, las propuestas de la CPC son interesantes, variadas, comprenden un amplio espectro de sectores y muchas de ellas son también muy novedosas.Segundo, la productividad, un término tan áspero y ajeno para la gran mayoría de los chilenos, es en realidad relativamente simple. Se trata de encontrar formas de hacer más con menos. Es lo que las dueñas de casa hacen todos los meses a fin de mes cuando la plata ya se está terminando. Es lo que hacen los estudiantes cuando se turnan para ahorrar bencina y peajes en sus traslados a la universidad. Es lo que hacen los andinistas cuando cargan sus mochilas antes de emprender la travesía, etc. Esta imaginación aplicada a las más variadas formas de producción de bienes y servicios, es lo que le permitió a Chile tener altas tasas de crecimiento durante la década de los 90 y es también la llama que, como nos recuerda el estudio de la CPC, parece haberse ahogado en los últimos 15 años. Por lo tanto, la cuestión no sería si Chile puede o no retomar un ritmo de crecimiento similar al observado en los últimos treinta años.  La pregunta es qué estamos haciendo para lograrlo.

Hacer las cosas de manera más eficiente no es algo que a los seres humanos nos resulte muy natural. Lo más fácil es hacer las cosas como siempre. Mejorar requiere un esfuerzo de aprendizaje, involucra una inversión de tiempo y plata, y además tiene riesgo y se cometen errores. Para producir mejoras necesitamos zanahorias y garrotes, si no las hay las cosas seguirán como siempre. En una economía de mercado las zanahorias son las utilidades adicionales que podríamos obtener haciendo las cosas mejor. Es el ahorro de bencina en el caso de los estudiantes universitarios. El garrote es la competencia. No mejoro, otra empresa me va a sacar del mercado. El problema es que hay gente en el gobierno que pretende producir innovación y fomentar la productividad con una combinación de garrote con garrote en vez de zanahorias y garrotes, y claramente eso no resulta.

No podemos decirle a las empresas que inviertan en innovación y desarrollo, que capaciten a su gente, y que mejoren su logística.  Sólo para que cuando las utilidades aumenten producto de todos esos cambios, les subamos los impuestos, les fijemos las tarifas y les aumentemos los costos laborales. Cuando los empresarios e inversionistas perciben un ambiente económico en que el único resultado posible es estar peor, definitivamente se inhiben de participar del juego.

La triste conclusión de todo esto es que, a pesar del excelente trabajo de la CPC, de las abundantes y novedosas propuestas que nos presentan, mientras persista un clima antiempresarial y anticrecimiento tan marcado en un sector relevante de la NM y del gobierno, no importa cuanto hablemos de productividad e innovación y no importa cuantas propuestas hagamos, la respuesta de la economía va a ser prácticamente nula. (La Tercera)

José Ramón Valente

La edad no tiene la culpa 13 agosto, 2022

En los días de lluvia, no vemos gente con pantalones cortos y sandalias por la calle, ni siquiera a los más jóvenes. Eso ocurre porque hemos ido acumulando experiencia valiosa durante nuestras vidas para enfrentar correctamente los días de tormenta. Nos enseñan nuestros padres, observamos, leemos y nos informamos hasta que finalmente aprendemos que hay que abrigarse y usar paraguas. Es decir, ser joven no es una condición necesaria para explicar la incompetencia. No estar preparado para enfrentar correctamente los desafíos de las responsabilidades que se asumen sí lo es.

De hecho, hay muchos ejemplos en la historia de jóvenes que habiéndose preparado intensamente, lograron grandes cosas a corta edad. Champollion descifró los misterios de la Piedra de Rosetta a los 34 años. Para lograr tamaña hazaña tuvo primero que hacerse historiador, aprender más de seis idiomas antiguos, viajar a Egipto y dedicar varios años de su vida a estudiar los jeroglíficos. En una referencia más reciente y popular, Bob Dylan escribió su famosa canción Blowin’ in the Wind a los 21 años y Bill Gates fundó Microsoft a los 20 años. En política también tenemos jóvenes que lograron grandes cosas a corta edad: Thomas Jefferson escribió la Declaración de Independencia de EE.UU. a los 33 años y Sir Winston Churchill fue ministro del Interior del Reino Unido a los 36 años, misma edad de nuestra actual ministra del Interior, Izkia Siches. Claro que a esa edad, Churchill ya había estudiado en la Academia Militar, combatido por el Ejército británico y escrito varios libros.

El actual Gobierno está mostrando un preocupante nivel de incompetencia para abordar temas que son extremadamente relevantes para el presente y el futuro de nuestro país. Algunos ejemplos puntuales: la campaña de vacunación contra el covid 19, en que Chile fue líder mundial el año pasado, ha pasado de un promedio cercano a los 80 mil vacunaciones diarias en marzo de este año a tan solo 28 mil personas en las últimas semanas de julio. Más preocupante aún, los niveles de asistencia a colegios que previo a la pandemia eran superiores a 90% se encuentran hoy en cerca de 68%, y en vez de aumentar siguen cayendo; a principios de año, la cifra era de 78%. El daño para toda una generación de chilenos que esto representa es evidente y espeluznantemente alto. Más comentado, pero no por eso menos alarmante, ha sido el alza de la violencia y la delincuencia durante el presente año. Los portonazos han aumentado 41%, los homicidios y los robos con violencia, 45%. En La Araucanía durante los primeros 100 días de gobierno, los incendios subieron un 52% y los hechos de violencia un 200%. Estos son solo algunos ejemplos donde el Gobierno actual se ha revelado altamente incompetente, que se suman a las decenas de errores protagonizados casi a diario por las autoridades de gobierno, que han sido bien documentados por la prensa y fuente de numerosos memes en redes sociales en las últimas semanas.

Son muchas las voces que se alzan diciendo que el problema de la mala gestión del Gobierno es la juventud de sus líderes. Discrepo decididamente de esa afirmación. En Chile hay miles de jóvenes bien preparados para las labores que desarrollan y las responsabilidades que enfrentan. Todos ellos a su corta edad han estudiado, trabajado, emprendido, fracasado y triunfado. Muchos han tenido que sacrificar familia y amigos, otros han hecho grandes sacrificios económicos, físicos y psicológicos para rendir bien cuando la oportunidad se cruce en sus caminos. Algunos son conocidos y otros totalmente anónimos. Entre los famosos podemos mencionar algunos como Matías Muchnick (34), de NotCo, y Eduardo della Maggiora (42), de Betterfly, dos ejemplos de emprendedores chilenos cuyas compañías tienen una valorización de más de US$ 1.000 millones. Están también los deportistas, Joaquín Niemann (23) y Mito Pereira (25), ambos entre los mejores 30 golfistas del mundo, y Tiane Endler (31), mejor arquera del mundo, quienes han dedicado prácticamente toda sus vidas entrenando para lograr estar donde están. Por su puesto hay múltiples ejemplos de jóvenes chilenos altamente famosos y competentes en otras disciplinas como ciencia, cultura, artes, etc., que por motivos de espacio no podemos enumerar.

El problema de los jóvenes líderes de nuestro gobierno no es la edad, es su falta de preparación, su soberbia y su arrogancia que devienen en una total incompetencia. Sin embargo, la culpa de que estén ahí no es de ellos, sino de nuestra sociedad que los eligió para estar al frente del país sin tener las competencias para afrontar responsablemente los desafíos de los cargos que estaban asumiendo. Como dice el refrán; “la culpa no es del chancho sino del que le da el afrecho”. Es esa misma sociedad la que tiene que aprender la lección y elegir líderes preparados e idóneos para dirigir el país y también para diseñar las normas de convivencia básica que nos definen como nación. Los chilenos intentamos suicidarnos eligiendo convencionales no aptos para escribir una Constitución y un Gobierno de líderes no aptos para dirigir un país.

El 4 de septiembre podemos aprobar la Constitución y declarar exitoso nuestro intento de suicidio o podemos empezar a mostrar signos de que somos capaces de aprender de nuestros errores. Respecto del Gobierno, no cabe más que esperar a que se cumplan los tiempos que establece nuestro proceso democrático, hacer todo lo posible para que el daño no sea muy grande y elegir en 2025 nuevos líderes que estén bien preparados para conducir nuevamente a Chile por una senda de paz y progreso. (El Mercurio)

José Ramón Valente

La gran Caszely José Ramón Valente 21 mayo, 2022

El gobierno de Gabriel Boric se ha vuelto impopular entre los chilenos con una rapidez inesperada. De acuerdo a los datos presentados por Cadem, en su quinta semana la aprobación neta (aprueba menos desaprueba) del actual gobierno ya había pasado a terreno negativo y se ha mantenido ahí semana tras semana. No siendo posible una explicación científica para este fenómeno, permítanme intentar algunas hipótesis.

El Frente Amplio y el Partido Comunista llegaron al poder sobre la base de una serie de eslóganes majaderamente reproducidos por ellos mismos, los matinales y cierta parte de la prensa políticamente sesgada. Varios de dichos eslóganes, que tuvieron buena acogida entre los chilenos, han comenzado a mostrarse erróneos o derechamente falsos. Veamos algunos ejemplos:

Eslogan 1: No se requiere estado de emergencia para combatir la violencia en La Araucanía, solo se requiere más diálogo.

Camila Vallejo tuiteó en noviembre pasado lo siguiente: “No vamos a avalar que este gobierno criminal siga violando los derechos humanos y votaremos en contra del estado de excepción en La Araucanía. Usen la inteligencia, no más armas”. La verdad es que durante la vigencia del estado de excepción en La Araucanía hubo una disminución de 44% en los hechos de violencia. Como bien sabemos, la misma ministra Vallejos, ahora convertida en vocera de gobierno, ha tenido que salir a explicar por qué sí se justifica el estado de excepción en la zona.

Eslogan 2: No es cierto que los retiros de las AFP vayan a generar más inflación.

La evidencia presentada en el último informe de política monetaria publicado por el Banco Central muestra que un 50% de la mayor inflación registrada en el país durante el segundo semestre de 2021 puede ser atribuida a los retiros de las AFP y al IFE. Esto fue ampliamente adelantado por los técnicos de todos los sectores que proponían ayudas focalizadas en la gente que verdaderamente lo necesitaba, y de una magnitud proporcional a los ingresos que las familias habían dejado de percibir. Por el contrario, la oposición al gobierno pasado -encabezada por quienes hoy están en el Gobierno y secundada, lamentablemente, por la centroizquierda y varios políticos de centroderecha- hicieron caso omiso a las advertencias de los técnicos. El propio Presidente Boric votó a favor del cuarto retiro, a pesar de que los efectos inflacionarios de dicha política ya eran evidentes. El resultado es que hoy la inflación en 12 meses es la más alta de los últimos 28 años. No solo eso: la inflación se ha transformado en una de las principales preocupaciones de los chilenos y, cual bumerán, en una de las razones por las cuales el Presidente Boric ha perdido en tiempo récord el apoyo de una gran mayoría de los chilenos que votaron por él.

Eslogan 3: Las manifestaciones violentas en las calles se justifican como forma de producir cambio social.

Al respecto, el Presidente Boric tuiteó: “Las barricadas en el contexto de lucha social nos parecen legítimas expresiones de resistencia…”. Con esta impronta en mente, la actual ministra de Justicia, Marcela Ríos, señaló: “El indulto a los presos políticos de la revuelta es un compromiso, una prioridad”. Todas estas “expresiones de lucha social” que se ven muy poéticas en la televisión desde el sofá de la casa no son tan simpáticas cuando llegan al barrio o a tu propia casa. Sabemos que la impunidad genera más violencia y más manifestaciones. Los bloqueos en Enap, las tomas de colegios y las disrupciones en el metro, los tiroteos en el barrio Meiggs y la delincuencia desatada no son casualidad. Lamentablemente, para el gobierno del Presidente Boric, el romanticismo de las manifestaciones violentas se ha transformado ahora en la principal preocupación de los chilenos (encuesta Pulso Ciudadano, mayo 2022) y la principal causa de la caída en la aprobación presidencial.

Eslogan 4: El principal problema de Chile es la desigualdad.

La última encuesta Pulso Ciudadano reveló que las principales preocupaciones de los chilenos son, en orden de importancia: delincuencia, inflación, economía, inmigración, narcotráfico, sueldos, salud, seguridad pública, gestión del Gobierno y pensiones. Los dos focos principales del programa de gobierno de Boric -desigualdad y cambio climático- figuran en el lugar 12 y 22, respectivamente, entre las principales preocupaciones de los chilenos. Para un gobierno orgulloso de estar en sintonía con la gente, la desconexión que muestra esta encuesta con los problemas cotidianos de los chilenos es demoledora.

Con todo, la peor de las desilusiones con el actual Gobierno está por venir: el crecimiento económico sí importa y en los próximos años este va a ser paupérrimo, si es que no es negativo. El crecimiento genera empleos, movilidad social e ingresos permanentes para el Estado. La necesidad tiene cara de hereje; cuando las personas no tienen para sus necesidades básicas poco les importante el calentamiento global.

La recordada frase “no son treinta años, son treinta pesos”, es una versión corta de otro de los eslóganes recurridos constantemente por la actual administración antes de ser gobierno: “El crecimiento económico solo ha hecho más ricos a los ricos y no ha beneficiado a la gran mayoría de los chilenos”. A pesar de la popularidad de este eslogan, al igual que en los casos anteriores, la evidencia es contundente en sentido contrario. Durante los años en que Chile crecía aceleradamente, los datos de la encuesta Casen muestran que el ingreso del 10% más pobre de los chilenos subió porcentualmente más que el del 10% más rico, las mediciones del índice Gini muestran una importante reducción de la desigualdad y los estudios académicos señalan que el crecimiento económico fue la gran fuente de reducción de la pobreza.

Ante la creciente evidencia de que la realidad no cuadra con la retórica, el gobierno del Presidente Boric ha optado por la gran Caszely y declarar que no tiene por qué estar de acuerdo con lo que piensa (estado de emergencia en La Araucanía). Veremos si los chilenos se compran esa gambeta o le seguirán dando la espalda al Gobierno al comprobar una y otra vez que todas aquellas frases poéticas con que conquistaron sus votos eran falsas. Con o sin querer, por ignorancia o por ansias de poder, los eslóganes del gobierno del Frente Amplio y del Partido Comunista se irán probando falsos o equivocados uno tras otro. (El Mercurio)

José Ramón Valente

Recuperando el norte José Ramón Valente 29 mayo, 2015

Una persona que estando en Santiago declara su intención de partir rumbo a Arica, pero advierte que se va ir vía Talca, ya parece raro. Si un año después de su declaración inicial, esta persona está en Concepción, definitivamente la promesa de ir a Arica pierde casi toda su credibilidad.Este era el riesgo que hasta las declaraciones del nuevo ministro de Hacienda estaba enfrentando la política fiscal chilena.

Chile es reconocido en el mundo entero por su manejo responsable de las finanzas públicas. Dicho prestigio se lo ha ganado con cerca de treinta años de mantener a raya el voraz apetito del Estado por gastar más.

La debacle financiera causada por la irresponsabilidad fiscal tanto en Chile como en la mayor parte de los países latinoamericanos durante el siglo pasado ha sido el principal sustento que han tenido los ministros para resistir las presiones para expandir el gasto público.Lamentablemente el siglo XX está cada vez más atrás en la historia, y los jóvenes no son muy dados a leer historia, y menos historia económica.

Así las cosas, el ministro Arenas había pisado el acelerador del gasto fiscal supuestamente con la intención de que esto fuese una medida transitoria. Sin embargo, probablemente en su desesperación por ver que los esperados brotes verdes se marchitaban, el ex ministro mantuvo el acelerador a fondo durante más tiempo del recomendable y no parecía tener intenciones de soltarlo. La última cifra disponible nos habla de un gasto de Gobierno que estaba creciendo cerca de un 12% al año; vale decir, cinco veces más que el crecimiento de la economía. Por lo mismo, Chile se encaminaba este año a un significativo aumento del déficit fiscal, que algunos analistas habían cifrado en más de 3%. En otras palabras, a pesar de la reforma tributaria, para poder financiar sus gasto, el Gobierno debería endeudarse, o usar parte de sus reservas, por un monto cercano a los US$ 7.500 millones.

A la luz de esta realidad, ya habían surgido voces de alerta entre los analistas nacionales e internacionales, quienes se preguntaba si la retroexcavadora también había arrasado con la tradición chilena de un manejo responsable de sus finanzas públicas. Los mismos analistas se preguntaban -con algo de razón- si Chile no estaría encaminado al mismo destino de Brasil; es decir, inflación, bajo crecimiento y alto déficit fiscal.

En ese escenario, las palabras de mesura que ha pronunciado recientemente el ministro Rodrigo Valdés respecto al crecimiento futuro del gasto fiscal son importantes. Si Chile perdiese su prestigio internacional de país fiscalmente responsable, el costo del financiamiento interno como externo subiría no sólo para el Gobierno, sino que para todas las empresas, y también para los créditos de consumo e hipotecarios de las personas. Adicionalmente, el crecimiento de la economía sería más bajo, sería más difícil reactivar la inversión, y probablemente la inflación y el desempleo se elevarían. Por lo mismo, se agradece que el ministro haya encontrado el norte y enfile nuevamente hacia Arica, aunque tenga que partir desde Concepción en vez de Santiago.

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