Puga Vega Mariano

Biografía Personal

Puga Vega Mariano (1899-1976) abogado en 1920 y diplomático, director de empresas, agricultor,  casado con Elena Concha Subercaseaux

Descendencia

Puga Concha Federico Enrique (1928)[1] abogado casado con Elisa Valdés Izquierdo (1930), hijo de Alamiro Valdés Correa, apoya candidatura Ross en 1938; y Paulina Izquierdo Tupper (nieta de Vicente Izquierdo Urmeneta)

Puga Concha Mariano (1931-2020) sacerdote católico, reconocido como víctima por la Comisión Valech, uno de los mas característicos curas obreros en Chile.

Puga Concha Gonzalo (1937) agricultor

Puga Concha Bernardo (1942) abogado, fiscal militar en Valdivia en 1974

Puga Concha José (1932) ingeniero civil casado con Olga Matte Guzmán (1933)[2] orientadora, hijo de Benjamín Matte Larraín

Puga Concha Josefina (1934) socióloga

Puga Concha Federico José (1930-2004)[3] médico cirujano casado con María Teresa Vial Cox (1931), hijo de Manuel Vial Echeñique, abogado, conv. P. Conservador, y María Teresa Cox Balmaceda

[1] Inscripción numero 1.798 nac 1928 Recoleta; I. 2.154 nac 1930 Moneda.

[2] I. 3.788 nac 1933 Portales; I. 54 mat 1957 Providencia.

[3] I. 206 mat Recoleta 1954

Fuentes

Trayectoria Política

Puga Vega Mariano (1899-1976) miembro del Partido Liberal, Acción Republicana, embajador, diputado por Malleco 1951.

Bibliografia

Otras publicaciones

Jorge Edwards, La Segunda, “Me despido de los dos Marianos con una emoción que me cuesta mucho traducir en palabras de la lengua española” 20 marzo 2020: “Cuando Pablo Neruda ganó el premio Nobel, las dos primeras personas que llegaron a saludar y felicitarlo fueron Louis Aragon, el primero de los poetas comunistas de Francia, y Mariano Puga Vega, el padre del sacerdote, un conocido abogado de centro derecha, un liberal ilustrado, que habia sido diputado y embajador en Estados Unidos. La extrema izquierda y la centro derecha liberal, pensé, se saludaban con afecto, con una sonrisa, razonable, en un momento de máxima polarización y de guerra interna en Chile. Me pareció interesante, conmovedor, y digno de ser recordado ahora que las calles del centro de Santiago vuelven a ser transitables. Y me digo que aquí hay una lección de paz, de convivencia posible, de amistad civilizada. Conocí a Mariano en mi infancia, en la casa de Zapallar de la familia Concha, y me permito mencionar a Emilio Lamarca Concha, y pienso que la sonrisa amable de don Mariano Puga Vega cuando llegaba al edificio de la embajada de Chile, es digna de recordarse en estos días y forma parte de una entrañable tradición chilena… haber contribuido a formar, por parte del hijo, una iglesia de paz, de solidaridad auténtica, de raíces populares, agregando la poesía de Chile y de Francia a una unidad indestructible, fervorosa son aspectos que valen mas que una misa, más que una fiesta, y me despidos de los dos Marianos con una emoción , con una reflexión interna, que me cuesta mucho traducir en palabras de la lengua española. Agrego, que a Pablo Neruda le hicieron un importante homenaje en la Unesco, y leyó en castellano y en traducción francesa poemas de Gabriela Mistral, que podrían haber sido su competidora para el Nobel, pero que fue, por el contrario, un elemento de refuerzo y de profundización del sentido de todo el episodio, y me despido del padre Mariano, hasta con envidia, por la claridad y la belleza de su ejemplo humano.

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