05 Nov Víctor Manuel Maldonado Roldan
Descendencia
Maldonado Blasquez Ignacio Javier, sociólogo, PDC, apoya candidatura Carolina Goic 2017
Fuentes
Biografía Personal
Maldonado Roldán Víctor Manuel (1958) sociólogo
Necesitamos de expertos, y todavía más de buenos políticos 22 septiembre 2022
Las encuestas informan, pero no guían. Su utilidad depende de la calidad de las preguntas que se hacen y de que se consulte sobre lo más pertinente.
Se nos dice que el 49% de los encuestados en el último sondeo prefiere un nuevo plebiscito de entrada. Es interesante saberlo, pero más importante es darse cuenta de que no tenemos espacio suficiente para hacer una consulta ciudadana de estas características sin un alargue del proceso constitucional más allá de lo prudente.
Es muy probable que las respuestas fueran distintas si se interrogara a los consultados sobre cuánto tiempo desean seguir debatiendo o informándose sobre normas y artículos. Lo que se obtendría sería igualmente información y nos dejaría igual de irresolutos respecto de qué pasos debemos seguir en el futuro inmediato.
Lo que más nos debiera importar no son los datos aislados sobre los que nos quieren informar algunas empresas especializadas, sino el juicio que nos formemos enhebrando el conjunto de datos disponibles.
Desde fines de 2019 venimos conviviendo con grados de incertidumbre que ya nos están pasando la cuenta, dentro y fuera de nuestras fronteras. Estimar que tenemos todo el tiempo que queramos para dotarnos de normas básicas de convivencia es una irresponsabilidad. Menos se puede adoptar esta perspectiva cuando la economía se deteriora y la inseguridad se dispara.
Nuestro desafío político no consiste en llegar a tener una nueva Constitución, es conseguirlo en el menor tiempo posible. Pensar que podremos seguir debatiéndolo todo y consultar a cada paso es llegar al 2024, entrar a un año electoral acumulando pendientes, es decir, acumulando nuevas incertidumbres.
Como se nos ve irresolutos desde fuera de nuestra fronteras, la imagen de nuestro país, un bien intangible del que nos hemos visto beneficiados por largo tiempo, comienza a deteriorarse de manera sistemática.
Avancemos sobre lo ya acordado
Importa el rumbo e importa la velocidad con la que actuemos, y ambos aspectos dependen de la capacidad que se demuestre de alcanzar acuerdos políticos transversales.
Es bueno reiniciar el proceso constituyente, pero sería un despropósito que las principales fuerzas políticas dejarán de identificar expresamente el conjunto de aspectos en los que ya se puede apreciar un amplio acuerdo nacional. No tiene sentido volver a discutir lo que ya no tiene discusión.
Igualmente útil resulta identificar las innovaciones constitucionales que el debate entre Apruebo y Rechazo mostró como coincidencias. Estos puntos en común pueden ser reconocidos con la participación de expertos, pero sigue siendo un producto típicamente político.
Proceder de esta forma tiene una enorme ventaja respecto de la elección de convencionales de la vez anterior. En esta oportunidad se podría escoger representantes por sus posiciones específicas en un conjunto limitado de aspectos en controversia. Sería todo lo contrario de elegir a ciegas.
Se trata de que ya nadie puede ser electo simplemente refugiándose en las fobias de los electores con los políticos profesionales. Ahora cada quien tendría que informar sobre sus opiniones, dichas en positivo y con la argumentación correspondiente.
Al dejar de votar por desconocidos, con opiniones igualmente desconocidas, la convención dejará de ser un agregado de defensores acérrimos de una causa polarizada, que se asocian con otros defensores de otras causas, pero igualmente polarizadas, que no saben de efectos agregados, que se creen novedosos de pura ignorancia.
Nuevamente, lo que se elimina incertidumbre y lo que se gana es la posibilidad de perfeccionar normas que hacen parte de un todo armónico, porque la arquitectura básica ya está definida desde el principio.
Lo bueno de saber hacia dónde se quiere llegar desde el punto de partida es que puede escogerse la ruta más corta para alcanzar la meta en el más breve tiempo posible.
Los acuerdos van, no vienen
La diferencia entre Apruebo y Rechazo fue muy contundente, pero el bien común exige superar las diferencias y entrar en una etapa de plena colaboración en materia constitucional. Solo los representantes más obtusos del oficialismo y de la oposición pueden querer que se mantenga esta materia como una zona de conflicto.
La derecha está muy contenta de comprobar que sólo hay decisiones adoptadas en el caso de contar con su acuerdo. Pero este ha de ser un poder para hacer viable las alternativas de amplio consenso, no un instrumento para hacer de la obstrucción una práctica habitual.
Si la propuesta de la Convención fue rechazada fue porque se la asoció a la intransigencia, a la arrogancia y al ideologismo extremo. Si estos defectos cambian de bando, el repudio ciudadano girará a los nuevos infractores. Lo que predomina en los moderados que han hecho acto de presencia por millones en el plebiscito fue el deseo de que la capacidad de construir predomine por sobre las ansias de destrucción.
Los acuerdos van del Parlamento a la opinión pública, no vienen del gobierno al Congreso. La búsqueda de acuerdos es alérgica a las interferencias. No hay que retrotraerse a las divisiones del plebiscito, sino avanzar ampliando las coincidencias fundamentales que son muy numerosas.
Los acuerdos transversales en el Parlamento serán acompañados de respaldo público y del repudio de los extremos. Ambas serían buenas señales. Nos haría bien como país ir recuperando normalidad. Ser más predecibles. Disminuir las incertidumbres. Establecer reglas del juego que no intentan definir quién gana y que, por eso mismo, permiten que nuestra democracia asegure normalidad. Ojalá que la etapa que venga sea exasperantemente aburrida para los polarizados.
Chile cambió y después volvió a cambiar por Victor Maldonado, 7 septiembre, 2022
A la fiesta llegaron 4 y medio millones más
No hay que perder nunca la capacidad de asombro. El país dio un nuevo vuelvo por el resultado del plebiscito, pero sobre todo por la reincorporación masiva de ciudadanos a las urnas, que es lo que más efectos duraderos va a tener.
Cuando lo esperado era una diferencia a favor del Rechazo de 6 a 10 puntos, la distancia se duplicó. Las 16 regiones se manifestaron contra la propuesta de la Convención. El Apruebo depositó su confianza en la Región Metropolitana, Valparaíso y Coquimbo, sus baluartes, y allí también perdió.
No sorprende, eso sí, que los resultados sean más malos donde los problemas son más agudos como en la macrozona sur y el norte grande, con violencia y migración descontrolada. Tampoco asombra que el mapa del Apruebo se parezca mucho al voto duro de Gabriel Boric en primera vuelta, aunque castigado. Esto quiere decir que se perdió por amplio margen el voto de los indecisos y moderados.
Lo más significativo, sin embargo, es la histórica participación de 13 millones de votantes. Por eso, la diferencia entre Apruebo y Rechazo fue de 3 millones de electores. El Rechazo superó en un millón de sufragios a los que optaron por cambiar la Constitución en el plebiscito de entrada.
El voto obligatorio implicó el ingreso de 4 y medio millones de compatriotas que no habían votado nunca o no lo hacían hace mucho tiempo. Fue un notable giro a la moderación, mientras que el primer plebiscito fue interpretado como una llamada a producir un cambio sin límites conocidos.
Cuando el silencio cambia de bando
La percepción inmediata del gran cambio producido ha sido transversal. Basta constatar el silencio en que ha entrado la izquierda radical, luego de meses afirmando que la voluntad popular exigía cambios igualmente radicales.
Sostener que el resultado se explica por la manipulación mediática y comunicacional de la derecha es de una pobreza argumental inaudita.
Si la derecha tuviera semejante control garantizado, nunca hubiera perdido una elección y, sin embargo, ha tenido derrotas resonantes en el último tiempo, incluyendo, sin ir más lejos, la representación lograda en la Convención.
La izquierda radical no ha logrado producir un análisis crudo y sincero de su propia responsabilidad en la derrota del 4 de septiembre. Con un mínimo de diálogo pudo ver aprobada la Constitución, pero lo desperdició al pretender ganarlo todo, dejando a sus adversarios reducidos a la impotencia.
Fue maximalista en sus objetivos, se consideró avalada por el estallido social y mantuvo en el texto formulaciones que fueron repudiadas. Cambiaron un triunfo apabullante en el primer plebiscito en una derrota masiva como la que nunca habíamos visto.
También la centroizquierda ha tenido dificultades en hacer un diagnóstico descarnado de la realidad en la que se encuentra. La escena que puede graficar mejor la diferencia de la que hablamos se puede encontrar en las palabras que la presidenta del PS dirigió a sus pares en el ascensor en que se retiraban tras firmar el compromiso de reformas a incorporar en el texto de la constitución: “acabamos de salvar el Apruebo”. El caso es que debió tener razón y no la tuvo.
Hubo un tiempo pretérito en el que un compromiso formal de los partidos hubiera bastado para eliminar temores en el electorado. La actual debilidad de las organizaciones partidarias hizo que las cosas quedaran como antes, tal como si el compromiso asumido nunca hubiera existido.
En un nuevo comienzo
La mayor lección que dejará el Plebiscito es que la pizarra política ha sido borrada, con sus certidumbres de antaño y las agrupaciones de siempre. Viene un tiempo nuevo para actores políticos de recambio.
Lo que fue derrotado es la idea de que Chile marcha hacia cambios radicales en continuo incremento, que permitía desechar el patrimonio histórico acumulado.
El triunfo del Rechazo fue celebrado por el heterogéneo conjunto de sus actores. Rechazar unidos, sin embargo, no es lo mismo que proponer unidos. El cuadro político no está fijo, al contrario, se va a empezar a mover ahora con una rapidez asombrosa y la razón es que el liderazgo conductor de la nación no ha sido elegido aún. Para escogerlo hay que aglutinarse en positivo.
Lo que fue derrotada fue la arrogancia más reciente, pero las arrogancias futuras seguirán siendo derrotadas. Estamos ante un despertar de los moderados.
La conquista de los recién llegados la intentará la derecha, la centroizquierda por el Rechazo y la que se jugó por el Apruebo en su versión reformista. Lo que viene, por lo mismo, es una competencia por la atracción de un electorado moderado, cuyo contorno recién se empieza a perfilar, pero que está presente, despierto y que ha tomado conciencia de su capacidad de decidir.
Estamos en una transición y las transiciones son una pintura de secado rápido. En la nueva selva política las especies con capacidad de sobrevivir serán las más veloces.
De atrás pica el Apruebo, 4 agosto 2022
Mis mejores voceros son los adversarios
Hace sólo un par de semanas, la suerte parecía estar echada. Todas las encuestas daban por ganadora a la opción Rechazo por una distancia irremontable, dado que los indecisos eran pocos y, aun sumados todos al Apruebo, no alteraban el resultado en contra de la propuesta de la Convención.
Pero han bastado pocas semanas para que este pronóstico compartido empezara a resquebrajarse. Lo que fue una constante de tres meses, de abril a junio, se perdió, manteniéndose la ventaja para el Rechazo, pero disminuyendo la distancia entre ambos a casi la mitad con el Apruebo.
La diferencia parece repartirse por partes iguales por la disminución de los indecisos y por el cambio de posición de quienes ya se creía resueltos a rechazar, pero han cambiado de opinión.
El despliegue de las campañas ha sido pareja, así que la disminución de la distancia no se debe a que un comando se haya quedado dormido. Tampoco se debe a la poca información sobre el proceso, porque esta abunda. Más bien se debe a una mayor recuperación del Apruebo que carecía de más rostros que lo que les prodigaban los convencionales.
Mientras el Apruebo fue representado por los convencionales, la opción no pudo empezar a remontar. Al revés, fue como nadar con un ancla al cuello, puesto que la Constituyente llegó a despertar una gran antipatía en todos los ciudadanos que no se identificaban con la izquierda. Así que los peores voceros fueron los que defendían la opción, los que rechazaban no tenían más que escuchar las altisonantes voces que tomaban la palabra cada vez que podían.
Ahora ocurre, sin embargo, que el Rechazo ha tenido vocería muy politizada o de rostros muy reconocidos de la elite política, aun cuando algunos de ellos sean de centroizquierda. La evaluación puede variar según los diferentes personeros del Rechazo, pero en conjunto es claro que no significó un avance, sino un estancamiento de la opción.
Hasta ahora se ha evitado que Sebastián Piñera aparezca respaldando el Rechazo, porque eso provocaría… rechazo. Sería la acción que más fácilmente daría una clarinada de reconocimiento de filas en las tradicionales posiciones políticas chilenas de las últimas décadas.
Así llegamos a la inauguración de las franjas de televisión: con un Rechazo ganando, pero en retroceso y un Apruebo perdiendo, pero avanzando. En este escenario, bien puede ocurrir que gane el que cometa menos errores.
La novedad del año: dividir a los propios y unir a los adversarios
Mientras el escenario se mantuvo estable y con un resultado predecible, La Moneda se mantuvo en un rol expectante y más bien se preparaba para la adversidad. Boric advertía que el gobierno se tenía que preparar para cualquier resultado, es decir, para perder. Pero la situación ha cambiado y, junto con ello, el tenor de las declaraciones.
A medida que los pronósticos mejoraban, Boric empezó a abogar para que los partidos se mostraran abiertos a discutir reformas con posterioridad al plebiscito. Cuando los números mejoraron más, cambió por tercera vez sus declaraciones, pidiendo que las reformas fueran dadas a conocer ahora.
Se entiende el motivo: estando la derecha matriculada por entero en el Rechazo y la izquierda por completo volcado al Apruebo, es el resto de la población, moderada o indecisa, los que inclinan la balanza. Los moderados, como se sabe, son partidarios de los entendimientos, y repelen de la confrontación abierta.
Como la derecha dio el pase a la propuesta Rincón-Walker de flexibilizar el quórum para las reformas constitucionales (de ganar el Rechazo, se podría implementar), su equivalente moderado es asegurar que las innovaciones que más espantan a los indecisos no serán aplicadas. Con esto, una parte de la campaña de la derecha perdería mucha fuerza.
En este momento crítico de la competencia, cuando la consigna de todos es concentrarse en lo fundamental y en lo que une, el gobierno dejó de seguir sus propias instrucciones, al menos, eso fue lo que hizo el ministro Jackson.
El perdón por estar obligado y el olvido con fecha de término
Jackson cometió uno de los errores más antiguos que se conocen, pero que siempre se repite: hablar con extrema confianza, ante un grupo afín, tal como si sus palabras pudieran quedar encapsuladas.
Como resultado, fue de una extrema franqueza y sus opiniones no resultan compatibles con mantener unido una alianza amplia tras el Apruebo. De sus extensas declaraciones se puede recoger aquello de “nuestra escala de valores y principios en torno a la política no solo dista del gobierno anterior, sino que frente a una generación que nos antecedió, que podía estar identificada con el mismo rango de espectro político, como la centroizquierda y la izquierda”.
Agregó alguna que otra cosita, como que su generación hablaba con franqueza y no con eufemismos, que ellos tenían “infinitamente menos conflictos de interés que otros”, lo que en algunos casos había llevado a “corrupción derechamente”, algo que no sería permitido en este gobierno.
Una autoridad se puede caer en una cuña, pero no en la explicitación completa de la visión que se tiene de los aliados. Jackson pidió disculpas, los parlamentarios las aceptaron de inmediato, pero no podrán olvidar lo que su interlocutor está pensando de ellos cada vez que les pida apoyo.
Lo que importa en esta campaña es concentrarse en los aspectos más relevantes que se quieren destacar y, en lo posible, lograr que los adversarios se enreden en polémicas laterales que lo dejen sin foco en el mensaje que está entregando.
Distraerse es perder y dedicar tiempo valioso a dar explicaciones que no se relacionan con el objetivo central es extraviar el camino.
Por eso las opciones han quedado abiertas y se definirá por el mejor trabajo de equipo que una opción logre. Un Apruebo amable, ciudadano, abierto a las reformas, alejado de los conflictos políticos es muy competitivo. Por eso el error de Jackson será pasado por alto, pero no olvidado. Un rechazo sin la competencia de los líderes de la derecha por acaparar cámara, canalizador de descontentos múltiples y que hable en positivo puede mantener su confianza. A ambos los puede hacer trastabillar hasta último minuto alguna figura propia tan relevante como desubicada. Pasamos de resultado casi anticipado a diagnóstico reservado. Veremos.
El problema no es la fuerza de otros, sino la debilidad propia 7 abril, 2022
Antes de decirnos por qué los demás pueden llegar a abusar de su fuerza, lo primero que debiera explicar la derecha es porqué ha llegado a ser tan débil.
Tuvo un gobierno de cuatro años del que ya nadie habla. No provoca remembranza sino amnesia y eso no es por casualidad. Tendría que explicar cómo es que pasó de tener una coalición fuerte que llegó compitiendo en buena lid a La Moneda a una entidad de nombre conocido y hechos conjuntos desconocidos.
Tendría que explicar por qué se debilitaron sus partidos y sus líderes. Empezar a justificar por qué, en la parte final de la administración Piñera, no se recuerda la votación conjunta de Chile Vamos en las decisiones más importantes y controvertidas del período. No hay mayor claudicación que seguir a los populistas.
No se trata de un mal de superficie. Es un sector político que cambió de candidato perfilado tres veces en una campaña corta. Cómo es que paso de un Lavín seguro a un Sichel foráneo y, de allí, a un Kast extremo. En corto tiempo cambió de liderazgo, de programa a respaldar y de respaldo institucional básico de la candidatura. La oscilación siempre es signo de desorientación. De derrota en derrota no se llega a la victoria final.
No estaba muerto, pero la parranda dura mucho
La derecha termina un ciclo largo intacta en lo electoral, pero políticamente debilitada. Ya no constituye una coalición reconocible, sus partidos están más débiles que un año atrás y en la Convención juega de visita.
Lo que está en entredicho en la oposición es la calidad de su liderazgo partidario. Muchas personas que antes habían sido capaces de actuar en conjunto, ahora sufren amnesia simultánea.
Los que están destruyendo a la derecha como coalición son aquellos que demoran la implementación de salidas al desacuerdo. El mayor error es no perdonarse los errores.
Operan haciendo uso del trillado recurso de despertar el amor propio y el rechazo del socio. RN procesa el impasse por la presidencia del Senado empleando dos meses, no porque admiren a las tortugas como ejemplo de velocista, sino porque malgastan el tiempo en arengar a la militancia de regiones alertándolos del mal proceder de los antiguos aliados. Cuando se tiene poco que decir, asumir la defensa del partido como tal llena mucho espacio que de otro modo señalaría un vacío de discurso.
De la derecha, tal como está, el gobierno no tiene nada que temer. Han desaparecido de la escena y no lo notan porque todos hablan, pero nadie conduce.
Sansón en la peluquería
Quien no mira de frente su derrota no está en condiciones de superarla. La derecha ha dejado de pensar en liderar y ha empezado a concentrarse en resistir. Cambió de propositiva a reaccionaria (en su sentido más literal).
Sus dirigentes, cuando hablan de los males de la próxima Constitución, inconscientemente adoptan el punto de vista de la minoría permanente que puede tener que enfrentar a una mayoría abusadora. La actitud es a la defensiva y desde la desventaja.
No todos están actuando desde la derrota. Hernán Larraín Matte, constituyente de Evópoli, señaló que el texto presentado por la comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional es el de “un presidencialismo débil y un unicameralismo de facto”. Pero, al mismo tiempo precisa, en el controvertido tema de las atribuciones de la segunda cámara, que, tal como se establece hasta ahora, “el órgano que representa a las regiones no podrá participar en el debate de reformas sociales como salud, pensiones o educación”. Formulado así, la propuesta de revisión resulta plenamente abordable. Es decir, Larraín deja abierta la puerta para alcanzar acuerdos nacionales.
Tan posible parece hoy que el texto constitucional consiga un acuerdo amplio como que no; tan posible es que se apruebe como que se rechace. Lo que no es razonable es que la derecha se prepare para una sola de dos alternativas. Tal vez sea el momento de empezar a practicar una buena política. (El Líbero)
Víctor Maldonado
Trayectoria Política
Maldonado Roldán Víctor Manuel (1958) miembro del Partido Demócarta Cristiano, subsecretario de desarrollo regional 2009-2010; subsecretario general de la Presidencia 2017-2018; encargado de redactar documento para enfrentar situación difícil del PDC: “la DC deje de hablar de la DC y sus problemas; que la DC legitime la renovación de su dirigencia y se abra a la interlocución política amplia; que las diferencias pasen a ser procesadas internamente, y que la Democracia Cristiana deje de tener un discurso nostálgico y empiece a hablar con optimismo del futuro” (1).
«La propuesta de aceptar al PDC en una coalición a condición de cambiar de candidata es uno de esos episodios que no debieran repetirse en política. Un veto es un ultimátum y no hay amistad cívica que se sostenga sobre esas prácticas. De la primaria amplia anunciada durante la tarde se podía esperar cualquier cosa, excepto que no llegara a inscribirse. Lo que se necesitaba es que una asociación logre equilibrios en la expresión de las fuerzas convocadas que se respetan mutuamente. Si se logra, todo está bien y si no, pasa lo que pasó en breves horas. Los que promueven vetos pueden terminar vetados, porque nadie tiene las malas costumbres con marca registrada… El PDC ha tenido el buen tino de reaccionar con mesura, pedirle a su liderazgo más destacado el mantenerse disponible y esta, a su vez, ha solicitado actuar sin improvisaciones, abogar por un acercamiento programático de la oposición y de la centroizquierda. “Las cosas tienen su tiempo”, dijo Provoste». (2)
(2) El Mostrador 21 mayo 2021 «El que a veto mata, a veto muere»
(1)El Mercurio, 24 junio 2018.
«Undurraga consolida equipo encabezado por Alejandra Krauss»: participa en el comando de la precandidatura presidencial. El Mercurio 12 diciembre 2020
Bibliografia
Otras publicaciones
De publicación en redes sociales, 19 agosto 2020, sobre futuro candidato presidencial: «Hay que saber, desde el principio, que hemos de llegar al final entregándole a Chile una alternativa viable y mejor a la que ofrece la derecha en el poder. Lo que debe buscar es el agrupamiento por proximidad política y programática. Necesitamos la selección de liderazgos renovados para estas agrupaciones parciales. Cumplido este paso, se llega a la primera vuelta con más de un candidato de la oposición. El que gane es apoyado por los otros (los electores son libres de elegir, pero contarán con esta señal política desde el comienzo). Ni siquiera es necesario que toda la oposición se integra el gobierno, sino que todos aseguren la gobernabilidad democrática allí donde decidan estar».
«Hay que partir con el diálogo antes de adelantarse a sacar conclusiones. Lo importante no es tener la razón, anticipándose a las conclusiones. En cualquier caso, se debe partir de la base de que la integración de independientes, clave para el éxito de la Constituyente, lo que no es compatible con tan pocos cupos disponibles. Por eso unidad no es sinónimo de una sola lista, bien puede suceder exactamente al revés. Pero esto ni siquiera es lo más significativo. La democracia renovada tampoco es compatible con elegir una instancia donde se toman todas las decisiones. Tal como ha señalado un grupo transversal de alcaldes, anticipándose a lo que será cotidiano en el porvenir cercano. Lo que importa, desde ahora, es la capacidad de vincular lo que pase dentro de la Convención con muchos otros que estarán conectados desde fuera de la Convención». 29 octubre 2020 «No cabemos ni en una sola lista ni en un único sitio»
Porque si hay algo que ha caracterizado a la administración Piñera es su incapacidad para resistir presiones fuertes. Si ahora se escoge como campo de batalla el retiro del 10%, lo más probable es que siga el curso de acción que le conocemos y vuelta a ceder, aunque el nuevo ministro del Trabajo es señal de que intentará emplear la mano dura. 13 abril 2021
Este gobierno no será recordado por lo que hizo, sino por lo que aconteció durante su período. En el futuro tendrán que dar explicaciones porque no podrán mostrar éxitos. Se escudarán diciendo que los problemas venían de antes y que solo les tocó pagar la cuenta, pero saben que no es verdad. Prometieron llevar a Chile al desarrollo y lo dejan sumergido en más de una crisis. Las promesas del programa se convirtieron en las antipromesas de la gestión. La derecha toma distancia de Piñera porque quiere tener futuro y eso implica que el pasado tiene que enterrar al pasado. Lo que pase con el actual mandatario es una cosa que le incumbe a él cada vez más en solitario. Es lo que cosecha. 14 abril 2021
El encargado electoral de la DC, Víctor Maldonado, afirma que “Yasna está teniendo un desempeño muy extraordinario. Y creo que no se va a mover de lo que está. ¿Y en qué está? Ella es el factor de unidad de la oposición. Y no va a pasar de eso a ser factor de división de la DC. No es su estilo, no es algo que le convenga, no es algo que quiera”. El dirigente agrega que “la DC está muy unida, tiene candidata, está consiguiendo que el resto acepte una primaria sin exclusiones… No veo por qué podamos hacer fracasar nuestro propio itinerario” 3 mayo 2021
De diseñar apariencias, no saldrá un Chile mejorCentro de Análisis de Política y Prospectiva – CPyP 28 mayo 2021 |
- ¿Cuál es el sentido de tener listas de independientes que se presenten como partidos, cuando no lo son?, ¿por qué no apostar a organizar partidos que sí lo sean?, ¿en cuál modalidad la democracia se fortalece?
- Podemos disminuir tanto los requerimientos para presentarse a una elección que quede al alcance de cualquiera. Nadie se extrañaría que, a la postre, este sistema rebasara el desprestigio que ya ostentan las organizaciones partidarias.
- Podemos, al contrario, elevar los estándares éticos y organizacionales para que los partidos funcionen, y sólo con este esfuerzo tendremos buenas noticias.
- Las tiendas políticas que conocemos muestran algunas malas prácticas por anquilosamiento y desadaptación, pero no agotan el conjunto de males que pueden salir de la caja de Pandora. Los problemas que se derivan de las agrupaciones improvisadas, como anomia y ausencia de focos ordenadores, pueden llegar a ser igual de repudiables.
- Antes de fortalecer la “dispersión organizada” deberíamos premiar la “confluencia organizada”. Replicar el ultraindividualismo en el Congreso no puede ser bueno, así se reproducen males sociales que ya padecemos.
- Parece mejor eliminar partidos débiles que debilitar a los partidos. Los que no se adaptan a los cambios es mejor que desaparezcan, pero no por ello vamos a incorporar a nuestra convivencia democrática iniciativas que deterioran el grado de institucionalidad que hemos alcanzado.
- No nos exime de responsabilidad el que no todos entiendan que cuidar el patrimonio político es la otra cara de la incorporación de reformas necesarias.
- A grandes acuerdos nacionales no se llega aumentando la dispersión. Generar autoridad y mantenerla se haría extremadamente difícil. Mucho más sencillo resultará alimentar el descontento contra quien esté en el poder y propiciar su retiro. Bastará con reunir un número suficiente de firmar y las mesas que funcionen para recolectarlas se harían endémicas en nuestro escenario público.
- Sin un diseño general, estaremos de acuerdo, se pueden ir tomando decisiones por separado de un modo que, al final, no pegue ni junte. Y si no se puede funcionar sin diseño, ¿por qué se podría funcionar sin diseñadores? Es una necesidad de la democracia contar con agrupaciones organizadas que expresen ordenadamente las principales corrientes de opinión.
- La democracia se hace posible mediante la organización racional de voluntades, por lo que las diferencias se dialogan y no se gritan. Está lejos de ser el producto espontáneo de ciudadanos contados de a uno. ¿Quién se hace responsable de los errores cometidos si los que se equivocaron pasaron, erraron y se fueron?
- No se ve por qué tendríamos que partir de la base de que hoy la representación más estable de voluntades políticas coincidentes se ha hecho imposible.
- Ser independiente es legítimo, optar por la militancia también lo es. Y así como pretender obligar a los demás a militar en un partido es inaceptable, es una propuesta totalitaria, hacer del país una coalición de independientes atados por una cinta de conveniencias prácticas, solo para salir electos, también lo es. No valen lo mismo, no sirven para lo mismo.
Nueve razones para un entierro – Víctor Maldonado 6 noviembre 2021
- El texto difundido por Sichel con “nueve compromisos para reforzar la democracia” es una demostración de cómo se puede -aparentemente- apoyar una candidatura haciéndola perder.
- Cuando se quiere colaborar con un candidato, cualquier tipo de negociación se inicia en privado y sólo concluida se hace la explicita en público. Proceder al revés significa agregar una fuerte presión al interlocutor y poner los puntos de diferencia en el primer plano, lo que, evidentemente, se buscaba en este caso.
- El tipo de propuestas incluidas es de tan hondo calado que ya no importa si el otro las acepta o no. Es de tal gravedad que el sólo hecho de que se tengan que realizar dejan al abanderado en calidad de sospechoso múltiple. Algo en que muchos de oposición estaríamos por completo de acuerdo.
- Si se le pide a Kast que asegure que respetará irrestrictamente los derechos humanos y que mantenga el multilateralismo en las relaciones internacionales, queda claro que sus credenciales democráticas están en duda.
- Se trata de un retrógrado consumado si tiene que asegurarnos que respetará totalmente a las minorías y diversidades, y que debe condenar los discursos de sus seguidores por difundir el odio, al tiempo que entrega la certeza de no cerrar el Ministerio de la Mujer ni discriminarlas por su estado civil.
- Si se le pide dar garantías de la mantención del equilibrio presupuestario, buscando disminuir el déficit fiscal y manteniendo los programas de apoyo a los más pobres, se señala que, dejado a su arbitrio, estamos ante un irresponsable.
- Si quedara alguna duda, basta decir que se le acusa de conservador en grado extremo cuando se le pide que no altere las leyes claves ya aprobadas sobre interrupción del embarazo por tres causales y unión civil, y también que ni se le ocurra pensar en oponerse al programa de pensión de alimentos garantizado ni que su pago se asegure a las madres cuyas deudas se mantienen pendientes.
- Asusta que tenga que pedírsele que reconozca la incidencia humana en el cambio climático y, específicamente, que rubrique un compromiso respecto de no inaugurar nuevas termoeléctricas y cierre de las actuales.
- Después de esto, puede que Kast firme el documento, pero puede que muchos más decidan que por ningún motivo se les puede ocurrir votar por alguien que necesita de un recordatorio tan amplio de cosas que resultan perjudiciales y que, sin embargo, pretendía llevar a la práctica.
- La Democracia Cristiana fue muy criticada por algunos por no ponerle condiciones a Gabriel Boric para respaldar su candidatura. Ahora, se puede ver el motivo el cual no se hizo semejante cosa. La definición fue limpia, rápida, no dejó espacio para dobles interpretaciones y quedó resuelta en un día. En cambio, de la lista de Sichel quedará siempre la duda sobre su cumplimiento.
- Una convicción política no es reemplazable por un documento firmado. Es demasiado pobre y no sirve muchísimo para algo. Pero a veces devela las profundas debilidades e inconsistencias de una opción. Si desde la derecha llega esta fuerte voz de alarma respecto de un candidato que le puede hacer daño a Chile, lo mejor es hacer caso y votar por Boric.
El “nini” de Ricardo Lagos 7 julio, 2022
Se dice que Ricardo Lagos Escobar optó por no tomar partido respecto del próximo plebiscito, prefiriendo la posición ecléctica de crítica hacia ambos lados, quedándose sin decantar posición. Eso está lejos de ser efectivo.
Lo que hace el expresidente es evitar respaldar el Apruebo, sin permitir que la derecha sume aguas a su molino. El resultado es una de las páginas políticas más brillantes del último tiempo.
Este debe ser el escrito breve más meditado del período reciente de nuestra historia política. Tanto esfuerzo solo se explica por la imposibilidad para Lagos de dar su aprobación a una propuesta constitucional que tiene que haberle provocado una fuerte incomodidad.
Difícilmente podría haber reaccionado de otra forma, cuando los convencionales parecieron darse todas las licencias para expresar lo poco que valoran su figura y aporte a la consolidación democrática de Chile.
El hostigamiento de los convencionales más radicalizados fue constante, pero se superaron a sí mismos al negarle inicialmente a los expresidentes de la República la invitación a la entrega de la propuesta constitucional.
Lagos contestó al desaire con una fina ironía, pero ahora tenemos claro que no se pensaba quedar en esta demostración de buenos modales. Como ocurre con todo desatinado, la ida de recibir una réplica de vuelta no se les ocurrió a los convencionales más extremos. Ahora pueden apreciar el resultado, mejor dicho, se darán cuenta en dos meses más.
Kryptonita en estado puro
Si tienes complejo de Superman, al menos debieras tener la costumbre de alejarte de la kryptonita. Los convencionales hicieron todo lo contrario y lo que ha hecho Ricardo Lagos es mandar de vuelta un proyectil de kryptonita en estado puro.
Lo que dice el expresidente es que la tarea del acuerdo constitucional es algo que quedará pendiente el 4 de septiembre, cualquiera sea el resultado. Como este juicio es compatible con tomar una posición en el plebiscito a favor del Apruebo, significa que su evaluación es adversa. El expresidente Lagos evalúa que Chile queda con un acuerdo institucional inconcluso; al ciudadano Lagos no lo convence el texto propuesto.
Aunque denso, el listado de aspectos medulares que el líder de centroizquierda identifica para cada caso no debe pasarse por alto.
Si gana el Rechazo, lo que se incorpora del producto de la Asamblea Constituyente son aspectos que constituyen avances, partiendo de la base de que ya se habrá aprobado la rebaja del quorum para reformas constitucionales: adoptar el concepto de Estado social y democrático de derechos; completar la rebaja de quorum de cambio constitucional eliminando las leyes orgánicas constitucionales y de quorum calificado; y suprimir el control preventivo de oficio y del Tribunal Constitucional.
Resulta fundamental incorporar derechos económicos y sociales; asegurar la igualdad entre hombres y mujeres, los derechos de las minorías sexuales; de los adultos mayores; de las personas con discapacidad y de los niños, niñas y adolescentes; y el reconocimiento de los pueblos originarios con “ámbito de razonable autonomía”. También Lagos considera importante rescatar las propuestas de la Convención en medio ambiente. Punto.
En caso de ganar el Apruebo los cambios a introducir son bien precisos: revisar el rol del Presidente de la República y del llamado bicameralismo asimétrico; corregir el diseño del Estado regional y revisar el exceso de organismos autónomos a nivel constitucional.
Igualmente le parece importante devolver el nombre del Poder Judicial; cambiar la integración y las facultades del Consejo de la Justicia; eliminar la iniciativa parlamentaria en las leyes de concurrencia presidencial; regular mejor a los partidos políticos y sentar las bases del sistema electoral.
Preparando el camino
Puede que el listado resulte árido, pero se puede resumir fácilmente: la Convención acertó en el reconocimiento actualizado de derechos y no lo hizo en el arreglo institucional y en el equilibrio de poderes.
Extender la mirada más allá de la fecha del plebiscito es fundamental para resolver el problema de fondo que se identifica. La opción que gana debe incorporar todo lo que pueda de los mejores argumentos o logros del sector que pierde. Polarizarse en estos días de debate es un gusto que nos va a durar menos de 60 días; preparar la incorporación de lo más válido de la posición contraria, en cambio, va a tener un valor permanente.
Ocurre que, cualquiera sea el resultado, el término del plebiscito ha de dar paso a una especie de acuerdo nacional de complemento, que ha de ser protagonizado por el Presidente Boric y los líderes parlamentarios y de partidos. (El Líbero)
Víctor Maldonado