Gonzalo Ibáñez Santa María

Biografía Personal

Ibáñez Ojeda Pedro, (1913-1999) empresario,  fundador Escuela de Negocios de Valparaíso, Partido Liberal, Partido Nacional, senador, casado con Adela Santa María Balmaceda;

padres de

Ibáñez Santa María Gonzalo (1945) abogado en 1970; académico de filosofía del derecha; católico (sobre el aborto afirma: “la verdad es que lo único que el senador Girardi promueve es la legalización de un crimen, abominable por añadidura” (1));  profesor de filosofía del derecho, decano de la UTE en 1980, rector Universidad Adolfo Ibáñez 1989-1997,  suscribe manifiesto “Sí a la vida, no al crimen” en 2017;

Descendencia

Hermano de Adolfo Ibáñez Santa María: «¿acaso ignoran los políticos de derecha y de centro que se han plegado a esta ola de cambios que es la izquierda la que pone la música y determina el baile?» El Mercurio, 14 septiembre 2020

«Pisotear»: El pisoteo es el complemento del negacionismo. Este último apunta a impedir todo raciocinio, todo debate, tanto respecto de nuestra historia como de cualquier otro tema» El Mercurio, 8 noviembre 2021

Fuentes

(1) El Mercurio 4 enero 2015; El Mercurio, 9 octubre 2014.

(2) Estudios Públicos, número 15, invierno 1984.

(3) El Mercurio, 15 septiembre 2015.

Trayectoria Política

Ibáñez Santa María Gonzalo (1945) miembro de la  UDI,  diputado 1998-2002 (35.363 votos, 21.5%) y reelegido diptuado 2002-2006 (59.822 votos, 35.6%); candidato a diputado 2005 (38.430, 22.6%);

“Para los que impulsan un ley de aborto en Chile, los derechos humanos, comenzando por el derecho a la vida, no son atributos inherentes a la naturaleza humana, sino que su ejercicio y defensa pueden ser suspendidos y aun aplastados en determinadas circunstancias” (3).

«Pero, como todavía le queda un año para terminar su período, vendrán sin duda otras entregas y concesiones. ¿Qué va a quedar de Chile? Parece que no es tema que le preocupe a nuestro presidente. La cuestión es salir de La Moneda como si aquí no hubiera pasado nada. Es indudable que Piñera, como Luis XV en su época, también al mirar al futuro, pronuncia para sus adentros la famosa frase: “después de mí, el diluvio”. Preparémonos.

(1) EM 4 enero 2015; EM, 9 octubre 2014. (2) Estudios Públicos, n. 15 invierno 1984. (3) EM, 15 septiembre 2015. (4) A propósito del retiro de la estatua del Geneal Baquedano, marzo 2021

Bibliografia

Escribió: Persona y Derecho en el Pensamiento de Berdiaeff, Mounier y Maritain, 1984 (“Maritain configuró la doctrina del ‘personalismo’ donde sus ideas se engloban en un término extraordinariamente equívoco: la democracia.  Ser demócrata es ser ejemplo de virtud… pero la persona en cuento tal no puede ser relativizada a la sociedad… la razón de por qué un hombre ha de subordinarse al bien común queda en la oscuridad… (2)

Otras publicaciones

Columna «Contra la Violencia Marxista: Solidaridad » 20 Mayo 2020
Gonzalo Ibáñez Santamaría

Los fuertes rebrotes de violencia que han tenido lugar en distintas partes del país no nos pueden sorprender. Especialmente graves, sin duda, han sido los episodios de La Araucanía y de la comuna del Bosque en Santiago. Sucede que quienes habían apostado todo a la carta de la violencia a partir del 18 de octubre pasado vieron frustrados sus intentos. En primer lugar, porque la gente, a pesar de todo, no los acompañó. A poco andar después del 18 de octubre comenzó la desafección de partes muy importantes de la población que se negaron a respaldar esa violencia y que se negaron a dejarse utilizar como carne de cañón para los propósitos de otros. Estos grupos en una proporción cada vez mayor fueron a engrosar las filas de la opción “rechazo” para el plebiscito constitucional programado para el 26 de abril, hasta el punto de que ella probablemente hubiera triunfado.
El golpe más duro vino, con todo, con la pandemia que se dejó caer en el país a mediados del último mes de marzo. Esta detuvo la marcha del país y, dentro de él, de cualquier intento de prolongar esa violencia. Pero hoy, dos meses después, esta violencia comienza a reaparecer de la mano de la paralización de las actividades económicas y de las fuertes consecuencias sociales que ello ha provocado. El aumento de la cesantía ha sido enorme dejando a muchas personas sin sus ingresos de los cuales vivían día a día. Es en este momento que el marxismo ha buscado reaparecer para utilizarlas, en su desesperación, como arietes que le permitan alcanzar su objetivo de adueñarse del poder en Chile.
Frente a esa estrategia, hoy no es el momento de la discusión académica. Es cierto que al gobierno le corresponde mantener el orden público, pero no es suficiente. El camino es el de la solidaridad con esa gente y sus familias, para apoyarlos en este duro trance y para evitar que sean nuevamente engañados por el marxismo. Y para impedir entonces la destrucción del país porque ellos, desde luego, serían las primeras víctimas. Como lo fueron de la violencia de octubre y de los meses siguientes que ya había provocado la cesantía de miles de personas.
Nadie puede, en las circunstancias por las que atravesamos, quedarse de manos cruzadas esperando que un golpe de suerte ponga fin a esta pandemia. Si ello sucediera sin antes haber procurado al menos aliviar el dolor ajeno, a lo que regresaremos es a la situación de la anterior violencia. Con el agravante de haber dejado a la vista que, en los momentos en que se nos necesitó, no aparecimos. Así, entonces, le echaremos carbón a la hoguera.
Hoy es el momento y la oportunidad de frenar definitivamente la intentona revolucionaria de apoderarse del país, mostrando cómo no somos enemigos los unos con los otros como pretende ese marxismo trasnochado sino, al contrario, muy solidarios entre todos. Es, sin duda, el desafío que nos plantea la hora presente.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/

 

SEBASTIÁN PIÑERA, EL LUIS XV CHILENO
“Después de mí, el diluvio” Marzo 2021

Alguna vez comparé a Sebastián Piñera con Luis XVI, el rey que sucumbió durante la revolución iniciada en Francia en 1789. Pero, sin duda, el símil que más le calza es el del rey inmediatamente anterior, Luis XV. Fue durante el reinado de éste, sobre todo entre 1740 y 1770, que se elaboraron las ideologías que provocarían esa revolución y las matanzas que entonces tuvieron lugar. Con ella, como se sabe, vino la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, pero lo hizo de la mano de los años del Terror y de la Guillotina bajo la cual decenas de miles de franceses perdieron sus cabezas, sin perjuicio de cifras mucho mayores de los que cayeron ultimados por las balas o por otras formas, como el ser transportados atados en embarcaciones que eran hundidas en medio de los ríos y de los mares aledaños. Fue un verdadero genocidio franco-francés . . . Una de las víctimas fue Madame Roland, al comienzo muy revolucionaria, pero que, en las luchas intestinas por quedarse con el poder, perdió y debió encaminarse a la guillotina. Al pasar frente a la estatua que se había erigido a la Libertad en Paris, pronunció la frase que reflejó con exactitud lo que sucedía. “Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!”

Y toda esa situación se preparó durante los años del reinado de Luis XV. Él se daba cuenta perfectamente del volcán en que se estaba convirtiendo la Francia de la época. Nunca quiso reconocerlo; al contrario, pasaba sus días dedicado a la caza y a . . . sus amantes. Por principio, miraba para el lado cada vez que se suscitaba un problema cuya solución hubiera exigido una dosis de firmeza de su parte. Al final, casi al despedirse de esta vida y advirtiendo el carácter explosivo de la situación en que quedaba Francia, pronunció la frase que lo haría famoso: “después de mí, el diluvio” (après moi, le déluge).

Sebastián Piñera ha seguido un camino similar. La rebelión del 18 de octubre de 2019 le estalló en la cara, cuando consideraba que Chile era el oasis de América. Enfrentarla, le hubiera exigido renunciar a muchas posiciones que le eran muy queridas y adoptar otras que él antes había repudiado. No fue capaz. Por eso, decidió entrar en una política de concesiones que, sobre todo, le permitieran llegar al final de su período. Lo primero, fue entregar la constitución del país sin que le importara lo más mínimo embarcar a Chile en un camino de incertidumbre que nadie sabe a dónde nos va a llevar. Después, en esta política de concesiones, siguieron el orden público y la seguridad ciudadana para lo cual no ha vacilado en atar de manos y pies a Carabineros de Chile. A continuación, la Araucanía donde se ha perdido toda noción de estado de derecho, de paz ciudadana y de respeto a la vida y a la dignidad de las personas. El siguiente paso, fue la entrega del sistema de pensiones y con él, el futuro de nuestros pensionados y el del país. Ahora, le llegó el turno al monumento del General Manuel Baquedano, con cuya entrega, además, Piñera entrega la historia de Chile.

Pero, como todavía le queda un año para terminar su período, vendrán sin duda otras entregas y concesiones. ¿Qué va a quedar de Chile? Parece que no es tema que le preocupe a nuestro presidente. La cuestión es salir de La Moneda como si aquí no hubiera pasado nada. Es indudable que Piñera, como Luis XV en su época, también al mirar al futuro, pronuncia para sus adentros la famosa frase: “después de mí, el diluvio”.

Preparémonos. Gonzalo Ibañez Santa María

Disputa Warnken Atria octubre 2021
VIOLENCIA PARA LA NUEVA CONSTITUCIÓN: HAY QUE ELEGIR LADO
La polémica Warken-Atria
En estos días ha recrudecido una polémica relacionada con el proyecto que busca indultar a los delincuentes que produjeron el “estallido”: hechos de violencia, destrucción, saqueo y vandalismo casi sin parangón en nuestra historia, a partir del 18 de octubre de 2019. Fernando Atria, actualmente convencional y, para algunos, el cerebro de la operación que nos tiene enfrascados en la redacción de una nueva constitución, es firme partidario de la concesión de ese indulto porque, sostiene, fue esa violencia la que dio la oportunidad de esa redacción: “la violencia de 2019 la podemos ver como algo que abrió la puerta a una oportunidad que hoy todos celebramos” y que, por eso, “los hechos constitutivos de delito en 2019 hay que mirarlos de un modo distinto a los del lunes”, refiriéndose al vandalismo acaecido con ocasión de conmemorar el lunes recién pasado el aniversario de ese estallido. Este nuevo vandalismo debe ser condenado; en cambio el de antes debe casi ser celebrado. De ninguna manera condenado.
A ello, Cristián Warken responde: “Lo que más sorprende es la impasibilidad con que Atria sostiene esa barbaridad. Si la violencia obscena que vimos esplender este lunes ha sido posible, ha sido justamente por el aval teórico que algunos intelectuales se han apresurado a darle desde el comienzo, desde la destrucción del metro en octubre del 2019”. Por cierto, Warken tiene toda la razón: la violencia que hemos vivido en estos últimos días y que ha culminado con tales ataques a la tumba del Soldado Desconocido que ha sido necesario remover sus restos para llevarlos a un lugar seguro, no es entendible si no se advierte cómo ella constituye la continuación de la violencia inaugurada hace dos años. Pero nada dice Warken acerca de la relación de esa violencia de hace dos años con la decisión de redactar una nueva constitución. Y, en esto, me parece que la razón la lleva Atria. Si no hubiera sido por esa violencia difícilmente estaríamos hoy en este atolladero. Es lo que, por lo demás, proclama la misma Convención Constitucional al iniciar su trabajo precisamente el día del aniversario, cuando todo el país era nuevamente sacudido por una ola de extrema violencia.
Por eso, Warnken debe elegir: si condena la violencia de 2019 debe condenar aquello que fue su consecuencia, esto es, estar ahora ante la inmensa incertidumbre acerca de cuál puede ser nuestra futura constitución. No se puede festejar esta consecuencia y, a la vez, condenar lo que fue su causa. Hay que elegir lado, y es lo que Warnken rechaza tratando de estar bien, como muchos en estos días, con Dios y con el Diablo.
No es cierto lo que dice Atria, en el sentido que todos celebramos la oportunidad de estar redactando una nueva constitución. Como el mismo lo proclama, este proceso, con la Convención Constitucional a la cabeza, es fruto de una inmensa violencia de raíz ideológica ante la cual, para mal del país, se ha doblegado el gobierno de la República. Somos muchos los que lo lamentamos -y por eso condenamos sin vacilación la violencia tanto la de ayer como la de hoy- aunque trabajamos para que el resultado sea el menos malo posible.
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