Marmaduque Grove Vallejo

Biografía Personal

Grove Vallejo Marmaduque (1879-1954)  hijo de un abogado radical, masón y de ascendencia inglesa; ingresó al ejército en 1897, aviador, comandante en Jefe de la Aviación; subdirector de la Escuela Militar 1918-1920;

casado con Rebeca Valenzuela Huerta “provenía de un ambiente adinerado, opulento, y pasó a un entorno de extrema austeridad” (2); hija de Leoncio Valenzuela Crespo, contralmirante, y  Elvira Huerta Varas.

Hijo de

José Marmaduque Grove Avalos  (1851-1915) abogado, P. Radical, juez, apoyo la revolución contra Balmaceda en 1891 lo que le provocó la deportación a Argentina, Intendente de Atacama; casao con Ana Vallejos Burgoa, presidenta de la Asociación de Beneficencia de Copiapó; hija de Agapito Vallejo Sierralta, notario y Rosa Burgoa Uribe, argentina; 10 hijos

(2) BRNCIC página 7 y 66.

Hijo de Marmaduke Grove, un migrante irlandés ligado al radicalismo y desterrado a Argentina por fuerzas balmacedistas en 1891, y Ana Vallejo, una activa miembro de los círculos cívicos de Copiapó, ingresó a los 14 años a la Armada de la cual fue expulsado en 1894.

Descendencia

Grove Valenzuela Marmaduke

Grove Valenzuela Rebeca Elvira

Grove Valenzuela Blanca Elena

Grove Valenzuela Hiram, ingeniero agrónomo

Grove Valenzuela Ana Rosa

Grove Valenzuela Amaro

Fuentes

Familia

Trayectoria Política

Grove Vallejo Marmaduque (1879-1954) Aviador, participa en los movimientos militares de 1924 y 1925 (1);

perseguido por Ibáñez a partir de 1927; afirma en 1928: “el señor Ibáñez jamás ha sido elegido Presidente de la República por el pueblo”;

regresa en 1930 intentando derrocar al dictador; El 19 de septiembre de 1930, aprovechando el Día de las Glorias del Ejército, cruzó desde Argentina en un avión focker de color rojo a la ciudad de Concepción, para iniciar con las fuerzas del regimiento Chacabuco una sublevación militar contra la dictadura. El movimiento, conocido como “la conspiración del avión rojo” fue un fracaso rotundo y los implicados fueron deportados a Isla de Pascua. Grove logró escapar del destierro
ayudado desde Francia, retornando a Europa donde se enteró de la caída de Ibáñez. Regresó a Chile en marzo de 1932, siendo reincorporado al Ejército por el presidente Juan Esteban Montero quien lo nombró comandante en jefe de la Aviación Militar;

no estuvo involucrado inicialmente en el derrocamiento del presidente Montero, «pero los conspiradores castrenses, ante la amenaza de traslado, resolvieron precipitar las cosas, envolviendo definitivamente en la conjura a Grove y, por este camino, desatando el golpe (6);

líder e integrante de la Junta de Gobierno del 4 de junio de 1932, el 12 de junio ante intento militar de cambiar Junta de Gobierno: “hay ingenuos que han creído en la malintencionada prédica  que suponen una tendencia comunista a la política socialista de nuestro gobierno. No hay tal, señores. La diferencia con el comunismo es profunda. Nunca seré comunista. Ello no quiere decir que vamos a perseguir a los comunistas… como no somos comunistas tampoco somos anti comunistas. El socialismo del plan Lagarrigue resuelve los problemas económicos, políticos y culturales del pueblo y ese bienestar termina con la posibilidad de que Chile  tenga que ser comunista… les estoy demostrando a los trabajadores que se puede hacer la revolución socialista respetando las garantías y los derechos de todos los ciudadanos sin necesidad de la dictadura de un partido…” (3);

«He resuelto deponer el Gobierno que usted preside y establecer en Chile la República Socialista, en cuyo nombre procedo a tomar el mando de la nación, para el pueblo de Chile, por el pueblo de Chile y con el pueblo de Chile» (7).

exiliado en Isla de Pascua, hubo una resolución de la Corte Suprema que ordenaba «poner en libertad al señor Marmaduque Grove» lo que es cumplido por el Ministro del Interior, pero Grove no alcanza a llenar a la elección de 1932 donde había sido proclamado candidato: «Grove exhibiría un arrastre formidable, pero le perjudicaron la falta de organización y de dinero… y la ausencia», y un disimulado sabotaje gubernativo contra la candidatura Grove (7), obteniendo 60.858 votos (17.7%);

los relegados arribaron al puerto de Valparaíso el día 30 de octubre, mismo día de las elecciones, donde fueron recibidos por una multitud que se abarrotó en la plaza Sotomayor. Apenas desembarcado, Grove declaró a la prensa su disposición “a trabajar sin descanso para que puedan tarde o temprano, llevarse a la práctica los principios de la revolución del 4 de junio, a fin de dar forma y desarrollo a la República Socialista establecida en esa fecha” (8);

uno de los fundadores del PS en 1933;

senador  por Santiago 1933-1941; “Al Partido Socialista le corresponde arrojar del poder a los grupos directivos que no han sabido mantener nuestra independencia frente a los intereses extranjeros de la banca, de la industria o el comercio. El trabajo de los americanos debe servir en primer lugar a los americanos mismos. Las oligarquías  han hablado y contratado en nombre de la falsa democracia” (2);

“Lo hemos repetido muchas veces: los obreros, en nuestro país y en el mundo entero, no han pretendido nunca que se les quite el dinero a los capitalistas para repartírselos ellos; únicamente piden sueldos y jornales que les permitan vivir en condiciones humanas, alimentarse, vestirse, alojarse ellos y sus mujeres e hijos, como corresponde“ (5);

precandidato presidencial en 1938 por el PS, apoyando finalmente a Pedro Aguirre Cerda, luego de una intensa Convención Presidencial: «Sacrificaremos nuestras legítimas expectativas en aras de la causa popular»;

en 1939 presenta un proyecto de Reforma Agraria: “La tierra para el que la trabaja”;

senador 1941-1949 por Santiago (12.372 votos de los 20.252 de la lista del PS);

“Fue un hombre altruista. Su máxima aspiración: cambiar las injusticias de la tierra, buscando incesantemente la redistribución de la riqueza a través de sus acciones para la igualdad social” (3). En 1944 ante desacuerdos en el P. Socialista: “Con el antecedente innegable de haber servido siempre a la causa de los humildes; con la conciencia, probada de incontables hechos, de haber trabajado en todas circunstancias por la unidad del pueblo y de las fuerzas políticas y sindicales que defienden sus derechos: Denuncio la intransigencia del Comité Central del PS, y llamo a las bases a acompañarme en las tareas de restaurar y depurar el movimiento Socialista de Chile que iniciáramos con el gran camarada Eugenio Matte” (4).

(1) Manifiesto Socialista, 1934, Archivo Salvador Allende 18. Saltó a la palestra pública con la Revolución Militar de 1924, iniciándose como polemista de La Nación y conferencista, aumentando su influencia en la vida cívica y el Ejército. En 1925 acompañó a Carlos Ibáñez en un nuevo movimiento militar, desapareciendo de la opinión pública tras ser destinado a Europa con responsabilidades diplomáticas. Fuera de Chile, fue sorprendido en 1929 conspirando junto al exiliado presidente Alessandri para derrocar a la dictadura ibañista. Acusado de conspiración, exiliado y relevado de sus funciones militares, llegó a Buenos Aires, desde donde contactó al general Enrique Bravo para poner en marcha una nueva
conspiración.

(2) BRNCIC página 7 y 66.

(3) BRNCIC página 200.

(4) Discurso en el Teatro Caupolicán al Congreso Extraordinario del PS en 1944” BRNCIC p. 274.

(5) Senado 5 enero 1938. “Gran amigo mío hasta la conspiración del avión. En el Ejército era un verdadero santo laico, un hombre intachable, puro y exagerado en el cumplimiento del deber. La política lo ha deformado después, pero la verdad es que, santo o no, se ha mantenido siempre exagerado, ligero de juicio, y sobre todo, crédulo hasta la ingenuidad” Presidente Ibáñez, BOIZARD p. 75.

(6) Historia de Chile 1891-1973, Gonzalo Vial, tomo V, página 124

(7) Grove al Presidente Montero, 4 de junio de 1932

(7) Gonzalo Vial Tomo V Historia de Chile 1891-1973, página 253

(8) La Nación, 31 de octubre de 1932

Revista de Estudios Históricos número 40 página 258

Bibliografia

“Grove”, La Opinión, 26 de septiembre de 1932.  «el poeta Pablo de Rokha escribió del coronel que “asume ya la calidad mítica, legendaria, novelesca” y que “está hecho de la pasta heroica de los que van a ser sacrificados; está hecho de aquella materia soberbia de los que amaron los pueblos, y por tanto, su destino es irremediable”

“Grove, camino del destierro, hace al país una exposición sobre la caída del verdadero
régimen socialista por el implantado”, La Opinión, 26 de septiembre de 1932

“Declaraciones del Senador Grove a Argentina Libre”, Crítica, 10 de septiembre de 1942 Para los líderes del socialismo, como Marmaduke Grove, Chile debía posicionarse “a la reciproca del vecino grande que ha dejado de lado sus viejos prejuicios hegemónicos y ha cortado las uñas y las alas de sus águilas imperialistas”

Frederick M. Nunn, “Marmaduke Grove”, William Beezley y Ewell Judith (eds.), The Human tradition in Latin America, Oxford, SR Books, 1998, 41-58

Otras publicaciones

En su primer discurso en el puerto. al retornar en octubre de 1932,  expresa:
Me han honrado con la designación de candidato a la presidencia de la República ¿Quiénes me han honrado con este honor? No son los capitalistas, no son los poderosos, no son los magnates de la banca, ni del comercio, ni de la industria. ¡Son los asalariados, los intelectuales, los hombres que tienen las más amplias visiones
del presente y porvenir de la República! Ellos son. Y es por eso que me siento honrado y con ellos iré hasta el Fin. Yo seré la bandera, yo seré el estandarte de justicia y redención social para todos los oprimidos, para todos los que sufren, para todos los que gimen en la más oprobiosa de las pobrezas. Yo seré
su estandarte y su bandera. Aquí me tienen. (La Opinión, 31 de octubre de 1932).

Al llegar a Santiago, expresa: unirnos más férreamente que nunca para asegurar el triunfo definitivo del socialismo, que, como sabéis, significa orden, trabajo, justicia y libertad” Orden, para que pueda desarrollarse normalmente el trabajo fecundo, creador de progreso y bienestar; trabajo, para que cesen la miseria y el hambre, que sufre el pueblo por las especulaciones del capitalismo internacional, y para que todos reciban la justa remuneración de sus esfuerzos; justicia, para sancionar sin
contemplaciones el mal donde quiera que se encuentre, y sobre todo para sancionar ejemplarmente a los grandes culpables; y libertad, para que puedan ejercitarse las manifestaciones del pensamiento, sin la coerción ni las persecuciones que la
incomprensión de nuestros dirigentes han dispuesto y que han sido causa de masacres sangrientas de estudiantes y trabajadores, propias de la Edad Media pero no del siglo en que vivimos» (La Opinión, 1 de noviembre de 1932)

Grove insistió que su acción “estará enteramente consagrada al triunfo definitivo del ideal socialista. No colaboraré con ningún gobierno que no sea el gobierno socialista a que aspiran los trabajadores de Chile”  «Las fuerzas socialistas han demostrado, por su parte, un alto espíritu de disciplina y una digna conciencia de su deber.
Derrotadas electoralmente, han triunfado moralmente. Los numerosos sufragios honrados y consientes obtenidos a pesar de las circunstancias adversas, y las enormes manifestaciones públicas en que se ha aclamado con vibrante entusiasmo la República
Socialista demuestran que nada podrá detener el desarrollo triunfante del movimiento popular que aspira a la reconstrucción económica del país y al establecimiento de una efectiva justicia social. (“Grove preconiza una grande y disciplinada organización de trabajadores. El movimiento socialista iniciado el 4 de junio continua su marcha
firmemente impulsado por la voluntad de los trabajadores de Chile. La lucha electoral recién pasada es solo un episodio. Tengo la íntima y sincera convicción de que solo un gobierno socialista podrá afrontar con eficacia los problemas que plantea la desastrosa situación del país y realizar una política que organice las fuerzas económicas en beneficio de la colectividad de trabajadores”, La Opinión, 3 de noviembre de 1932)

 

«fue la primera vez que conversé con Grove para unir nuestras fuerzas, y decididos a cambiar la situación gobernante del país, convinimos en que era una Junta de Gobierno la mejor forma de encarar el mando en el poder. Nos despedimos para encontrarnos con Eugenio Matte en una fecha próxima. Pero sucedió que el presidente Montero, en conocimiento de los trajines de Grove, lo llamó a su despacho y le manifestó que presentara su expediente de retiro Allí fue cuando Grove le dio la mano a Montero y le dijo: «Presidente, no ha estrechado usted una mano más leal»… asi era el carácter de Grove, espontáneo, sincero, hasta la ingenuidad, Y tan seria  fue su respuesta a Montero que olvidándose de todos sus anhelos del cambiar el gobierno, se dirigió desde el despacho presidencial al Ministerio de Defensa, para firmar su expediente de retiro»  (Entrevista a Arturo Merino Benitez, 16 junio 1965)

Raras veces los hombres son capaces de conservarse a la altura de su destino. Grove permanecerá, por eso, como un símbolo del nacimiento del partido, de esa época caótica en que las ideas, más que ideas, son intenciones y en que la acción, más que acción, es un gesto. Como símbolo, Grove está estrechamente ligado al socialismo chileno, y sus años postreros no borran toda una época de milicias combatientes, de uniformes de acero, de ascenso organizativo, de entusiasmo limpio y de forja de esta magnífica herramienta revolucionaria que es hoy el Partido Socialista
Popular.    “Marmaduke Grove ha muerto”, La Calle, 21 de mayo de 1954.

Del libro «Chile, una historia casi secreta» de Fernando Villegas (2018):

 

«llena de peripecias, saltos de mata, intrigas, destierros, regresos, pronunciamientos, ruidos de sable, vuelos acrobáticos y un largo etcétera, la vida política de Marmaduke Grove tiene mucho del cine de Errol Flynn, de aventuras de capa y espada y de comedia de los hermanos Marx, pero poco de transcendencia histórica. Hombre movedizo, inquieto y gustoso de meterse en asuntos del mas levado esplendor y en todos los cuales se hizo notorio su deseo de dejar alguna huella, de ser prima donna y de hacer la diferencia, aun asi en el registro de la política chilena su incansable agitación no lo llevó a nada realmente trascendente ni dejó nada verdaderamente memorable…»

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