Abdón Cifuentes Espinoza

Biografía Personal

Abdón Cifuentes Espinoza  (1836-1928) [1] nacido el 16 de mayo de 1836 de José Maria Cifuentes Olivares y Paula Espinoza Pinto «que supieron inspirarme su fe y su piedad cristianas. Ellos me enseñaron las primera sletras y las primeras nociones dle catecismo»; abogado en 1861, académico, profesor durante 60 años, primero en el Instituto Nacional, luego en la UC y la U de Chile, “durante treinta años, llamando la atención por su erudición, sobre todo como Profesor de Historia” (3); en 1867 fundó la “Sociedad de los Amigos del País”, que alcanzó gran influencia en los destinos políticos del país en 1871; miembro docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad del Estado 1882;  casado con Luz Gómez Ortiz, c/s.

«Fueron mis padres don José María Cifuentes Olivares y doña Paula Espinoza Pinto, que supieron inspirarme su fe y su piedad cristianas. Ellos me enseñaron las primeras letras y las primeras nociones de catecismo. Perdí a mi madre a los 13 años de edad y mi padre contrajo segundas y terceras nupcias y formó una familia verdaderamente patriarcal que supo mantener y educar con el fruto de su trabajo. Era un hombre de recia contextura y de naturaleza tan vigorosa que vivió con excelente salud, hasta los noventa años. De sus dos primeros matrimonios tuvo 30 hijos, y de éstos vivían 18 a la fecha de su fallecimiento… mi padre tenía una modesta fortuna; y como tenía tantos hijos y los gastos que demandaba nuestra educación en Santiago tan lejos de la familia eran muy considerable, decía: «las mujeres no necesitan tantos estudios, como los hombres y ustedes cuatro me imponen ya gastos muy crecidos. Así es que yo no pienso traerla a Santiago» cuando le pedí que la mayor de ellas la trajera a Santiago» (1).

Mi suegra doña Faustina Ortiz Vélez, era hija del gobernador de San Luis, don José Santos Ortiz, asesinado por orden del tirano Rosas, y sobina de don Dalmacio Vélez Sarsfield, autor del Código Civil Argentino. Don Francisco de Borja Gómez, su señora Faustina Ortíz y su hija mayor habían emigrado a Chile, huyendo de Rosas. El señor Gómez  que entabló muchas relaciones con Mendoza, tenía un agente en San Felipe, adonde solía venir. En una de esas ocasiones le acompañó su señora, que el 12 de enero de 1849 dió a luz a la que fué después mi mujer, y a quien vine a conocer en 1863. (1)

Cuando yo tenía 9 o 10 años, me colocaron en el Liceo de San Felipe, único embrión de colegio que existía en la ciudad. No conservo gratos recuerdos de aquellos años, porque la falta de educación  las groseras costumbres de muchos de mis compañeros me incomodaban bastante  y me producían pésima impresión… en el fondo del establecimiento había un gran baño de natación… un día, chicos como yo, y que no sabíamos nadar, jugando empujaron y caía al agua… mi salvador fue Lindor Castillo, que mas tarde fue diputado y con quien cultivé hasta su muerte la mas afectuosa amistad. En marzo de 1849 mi padre me trajo a Santiago para colocarme en el Instituto Nacional en compañía de otros tres hermanos… (1).

«Desde 1854 hasta 1861 llevé alumnos al Instituto Nacional como profesor de colegio particular. Desde 1862 hasta 1982 fuí además profesor del Instituto, de moco que durante 37 años fui siervo y amo, víctima y verdugo en ese fatal sistema que pude conocer a fondo por dentro y por fuera» (1)

[1] “Su asiento al Congreso constituyente, será ocupado para honra y provecho de su partido, pero no, desgraciadamente, de nuestro progreso liberal” CONSTITUYENTES p. 606 (1) Memorias I p. 134. “Abdón Cifuentes, apunta Horacio Walker, era un recio individualista en lo político, pero jamás en lo social” BOIZARD p. 262. (3) ALBUM_1912 p. 48.

[2] DIC_PERS 5 p. 219

Descendencia

Cifuentes Gómez Luis Eduardo (1867)[2] abogado, P. Conservador director general de Correos 1906-1921 casado con Luisa Latham Hall hija de Eusebio Latham Squella (1830) y Emilia Hall Smith, c/s

Cifuentes Gómez Manuel (1876) arquitecto,  académico, casado con Celia Grez Moreira

Cifuentes Gómez Abdón (1878) casado con María Toro

Cifuentes Gómez Francisco de Borja (1879)[1] abogado, agricultor, P. Conservador, casado con Victoria Garcés Gana, conv. P. Conservador 1941, 1947 y 1950; hij de Francisco Javier Garcés Garcés, c/s.

Cifuentes Gómez José María (1885) abogado, académico, secretario del Senado, miembro fundador de la Academia Chilena de Historia, casado con Laura Bezanilla Larraín, hij de Alejandro Bezanilla Silva

Cifuentes Gómez Alfredo (1890)[2] sacerdote, Obispo de La Serena, dona las memorias de su padre a la Academia Chilena de la Historia en 1978 (1).

[1] DIC_PERS 5 p. 219

[2] EM 14 mayo 1978.

Fuentes

(1) Memorias, tomo I

Trayectoria Política

Cifuentes Espinoza Abdón (1836-1928) [1] subsecretario de RR.EE. (Oficial Mayor) 1867-1871, diputado por Rancagua 1867-1870,

«el 2 de agosto de 1867, cuando apenas llevaba 15 días como Oficial Mayor, algunos diputado conservadores me rogaban no faltase a una reunión e correligionarios que debía tener lugar esa noche en casa de don Manuel Irarrázabal. ¿Qué había sucedido? Que don Pedro Félix Vicuña había vuelto a presentar su proyecto para declarar reformable de una plumada toda la Constitución del 33, que ahora lo presentaba en compañía de don Francisco Echaurren Huidobro, cuñado del Ministro Errázuriz; y, lo que era más intolerable, que los cuatro Ministros: Covarrubias, Errázuriz, Joaquín Blest Gana y Alejandro Reyes no solamente habían aceptado el proyecto, sino que lo habían apoyado…» (4)

y reelegido diputado 1870-1873, Ministro de Justicia 1871-1873, decretando en 1872 la libertad de exámenes para los colegios particulares lo que produjo en prolongado debate;

diputado por Santiago 1873-1876, diputado por San Felipe 1879-1882,  senador por Llanquihue 1888-1894, senador por Aconcagua 1894-1897; Presidente de la Unión Católica de Chile 1902: “la UC será un elocuente testimonio de que la Iglesia de Chile es una hija fiel a las más honrosas y constantes tradiciones de la Iglesia Universal (2);

senador por Santiago 1906-1912; Consejero de Estado por la Cámara de Senadores 1912-1914.

“¿Dónde estaban los católicos que amasen y defendiesen lo que la Iglesia ama y defiende? En los templos y en el oscuro recinto del hogar. Allí lamentaban en privado y a puerta cerrada que el horror y la impiedad fuesen apoderándose de las almas… que la presión periódica derramase por todas partes y, día a día, sus blasfemias, sus errores y calumnias… eran vanos los llamamientos que hacíamos a la inmensa mayoría de nuestros correligionarios para que concurriesen activa y eficazmente a esas luchas de la vida pública” (1).

[1] “Su asiento al Congreso constituyente, será ocupado para honra y provecho de su partido, pero no, desgraciadamente, de nuestro progreso liberal” CONSTITUYENTES p. 606 (1) Memorias I p. 134. “Abdón Cifuentes, apunta Horacio Walker, era un recio individualista en lo político, pero jamás en lo social” BOIZARD p. 262. (3) ALBUM_1912 p. 48.

“Promovió la fundación de periódicos literarios y políticos, en Copiapó “El Amigo del País”; en San Felipe, “El Doce de Febrero”; en Santiago, “La Estrella de Chile”; en Valparaíso, el célebre diario “La Unión”; en Talca “El Artesano” y en Concepción, “La Libertad Católica”… fue el precursor y más fuerte adalid de “El Independiente”, hasta constituir una gran sociedad, que sostuvo y dio auge a la vida de ese diario político” (3). “Es considerado como una de las más grandes cabezas del partido católico y la austeridad de su vida ejemplar, la virilidad de sus energías y a frescura juvenil, por decirlo así, e u inteligencia

(4) Memorias tomo I, página 157.

Bibliografia

Bibl: “Discurso en la UC por la Unión Católica de Chile” (1902).

“Colección de discursos de Abdón Cifuentes” (1916).

“Memorias” Volumen 1 y 2 (1936), con prólogo de Rafael L. Gumucio V. «desde que me inicié en la carrera del profesorado en 1853 en el Colegio de San Luis, y comencé a probar los amargos frutos del monopolio de la enseñanza del Estado, me convertí en constante defensor de su libertad. Y cuando en 1864, llegué a la redacción del diario «El Independiente», mis primeros ensaos se consagraron a combatir el monopolio de los exámenes anuales de que entonces gozaba el Instituto Nacional y a trabajar por la libertad de enseñanza».

Biobl: “Abdón Cifuentes, hombre visionario”, discurso (Walter Hanisch, 1978, en Revista de Marina).

“Abdón Cifuentes, visión de futuro”, en Pensamiento Educativo vol. 34 (2004).

Otras publicaciones

De sus memorias: «Tuve la fortuna de hacer casi todas mis estudios de humanidades, con el mas distinguido de los profesores del Instituto Nacional, don Miguel Luis Amunategui.  Una inteligencia esclarecida por una vasta ilustración, un corazón de oro, un carácter sumamente bondadoso, de modales sencillos y afectuosos, que había hecho una carrera brillante y era uno de nuestros escritores más afamados, era también el profesor más aparente para captarse el cariño y entusiasmo de sus alumnos…nuestro inteligente y sabio profesor, a quien por su carácter afable y bondadoso, recuerdo con cariño, tenía el fatal método de enseñar historia sólo de memoria y de limitar nuestro estudio al solo aprendizaje de los textos… también la filosofía se enseñaba en su mayor parte de memoria…»

Se le encomendó visitar los consulados para uniformar y reglamentar mejor el servicio consular, para lo que se le proveyo de un pasaporte con el título de Subsecretario de Relaciones Exteriores. Se le ofreció una manifestación de despedida, en que habló Manuel José Irarrázabal, y relizaron brindis miguel Luis Amunategui: «a mi corresponde haber presente muy especialmente los imortantpisimos servicios que ha prestado a la República en el Ministerio de Relaciones Exteriores»; Federico Errázriz Zañartu: «Abdón Cifuentes… ha hecho al país un bien de suma importancia y que será fecundo en trascendentales y benéficas consecuencas…» : Ignacio Domeyko; «la verdadera grandeza de las naciones ha coincidido siempre con la éoca de mayor fervor en sus creencias. …»; Alvaro Covarrubias: «venimos a despedirnos del hombre de fe y de arraigadas convicciones que parte al extranjero para recobrar la salud perdida en el incesante trabajo de defender la buena causa»; Máximo R. LIra: «el movimiento que inició con sus escritos lo ha acentuado y robustecido después con su palabra»

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