Campo Yávar Máximo del (1849-1935) abogado en 1871, consejero del Banco Hipotecario de Chile 1902, director de la Compañía de Seguros La Nacional 1902; director de la Compañía Salitres de Antofagasta 1902;  director de la Compañía Estañifera de Llallagua 1923; casado con Adelina Ortúzar Cuevas, hija de Vicente Ortúzar Formas.

Campo Ortúzar Ana del[1], casado con Ricardo Larraín Bravo, hij de Ricardo Larraín Urriola, arquitecto, conv. PL, APL y Bernarda Bravo Vizcaya

Campo Ortúzar Carlos del, conv. P. Conservador 1918, casado con Margarita Errázuriz Valdés, hijo de Rafael Valentín Errázuriz Urmeneta

[1] “La caridad privada, que ha sido siempre generosa con el Patronato Nacional de la Infancia… tiene también otras innumerables y beneméritas sociedades de socorros para tantas necesidades humanas, y todas ellas siempre exigen más y más recursos para culminar su propio natural desarrollo… Por lo tanto, es natural suponer que pronto se llegará a un límite difícil de sobrepasar; no quedaría otro recurso, entonces, que el de apelar al Estado para que con su ayuda limitada, puede el Patronato dar abasto a los ingentes gastos que la obra demanda” NIÑEZ p. 88 (1920)

Campo Yávar Máximo del (1849-1935)  Partido Conservador luego figuró en el Partido Nacional, adhirió a la convención independiente de 1890; firmó el acta de deposición de Balmaceda, diputado por Elqui 1888, Ministro de Justicia 1892-1893: “ se condujo en su puesto con capacidad y buen tino” (2); diputado por Malleco 1892-1894 y  reelegido 1894-1897; Ministro de RR.EE. 1903; .

“Nihil intélectum …. El señor del Campo, ante todo, entra por los sentidos… De presencia hermosa, tiene un modo de mirar i de andar que lo hace simpático. Verboso, insinuante, amoldable a los caracteres extraños i a las circunstancias, puede ser  arrastrado a los absurdos o inocentadas más grandes. Sus tendencias son conservadoras, pero hace cinco o seis años que ha ingresado al grupo montt-varista, bazar en que se ostentan las variedades más raras de bípedos de todas ideas. Es indudable que hasta allá lo ha arrastrado la flauta mágica tocada por el señor Montt (don Pedro), su cuñado, encantador que tiene las dotes hipnóticas del africano aborigen, que domestica las culebras con las armonías de V algún instrumento de viento Con decir que el señor del Campo es verboso, dicho se está que tiene facilidad para hablar” (1).

(1) Perfiles Parlamentarios, 1892. (2) SEMBLANZAS p. 258.