Bettina Horst Von Thadden

Datos Personales

Bettina Horst Von Thadden, nacida el 30 de mayo de 1971, casada con Dario Paya, Ingeniero Comercial, MÁSTER EN ECONOMÍA con MENCIÓN en POLÍTICAS PÚBLICAS de la PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE.

Fuentes

Presupuesto 2021, mucho más que solo un presupuesto, Bettina Horst 27 septiembre, 2020

En los próximos días, el Gobierno iniciará la discusión relativa al presupuesto para el próximo año. Hay más en juego que solo ello. Lo que develará su tramitación es, por un lado, el real compromiso del mundo político con una política fiscal sostenible en el tiempo, respetando los acuerdos alcanzados hace unos meses y, por otro lado, el apoyo político al bueno uso de los siempre escasos recursos fiscales.

Lo primero, porque en junio pasado se firmó un acuerdo político que fijó un marco fiscal para los próximos dos años y un compromiso por la consolidación fiscal a partir de los años siguientes. Ello para estabilizar en el mediano plazo la deuda bruta del Gobierno en relación a nuestra economía en un 45%. Atentos ahora si se respeta.

Lo segundo, porque el presupuesto para el próximo año se construyó a partir de una mirada crítica en cuanto al buen uso de los recursos fiscales. El objetivo es mejorar la calidad del gasto público, más que centrarse en el cuánto se gasta, en el cómo se gasta.

Respecto al primer punto, para converger hacia una política fiscal sostenible en el tiempo, el primer paso que se debe dar es aprobar para el próximo año un presupuesto con un nivel de gasto similar al de este, nivel de gasto que considera además de los recursos aprobados en la Ley de Presupuestos para este año, los recursos adicionales destinados al control de la pandemia y a amortiguar los efectos económicos y sociales derivados de la misma.

Si no se cumple con lo acordado en junio pasado y se genera una presión política por aumentar el gasto fiscal más allá de lo pactado, ello nos deja en mal pie para recuperar una política fiscal sostenible en el tiempo. La recuperación de la sostenibilidad fiscal exige además que después de los años 2021 y 2022, años con un aumento transitorio del gasto importante, se retome una trayectoria de crecimiento del gasto fiscal sostenible en el mediano plazo. De acuerdo a estimaciones del Consejo Fiscal Autónomo, ello supone que después del año 2022 y al menos para los próximos cinco años, el crecimiento real promedio del gasto fiscal sea un 1,5%, tasa de crecimiento muy inferior a la que nuestros políticos han estado acostumbrados en el pasado.

De hecho, durante la última década el gasto ha crecido en términos reales en promedio un 4,7%, es decir, más de tres veces de lo que se estima que debiera crecer a futuro, para poder converger a un nivel de deuda bruta del Gobierno en torno a un 45% del PIB. De lo contrario, entraríamos en un espiral de crecimiento de la deuda pública que nos llevaría al año 2026 a uno del 70% del PIB y seguir creciendo a un 100% del PIB hacia el año 2030.

Si bien luego de esta pandemia es bien sabido que la mayoría de los países del mundo terminarán más endeudados que hace un año, por lo que afirman que la situación de Chile no es tan distinta al resto, ello no considera nuestra reciente historia fiscal prepandemia. Si bien Chile aún está entre los países cuya deuda pública pudiera decirse que es baja en relación al tamaño de su economía, se encuentra entre los países que más han aumentado su deuda pública en la última década. Esto último es lo que genera la duda en cuanto a si seremos capaces de converger a una trayectoria fiscal sostenible en el tiempo. Si durante la tramitación del presupuesto para el próximo año no se observa este compromiso político y se desconoce el acuerdo firmado recientemente, poca esperanza queda para los años futuros.

Y en esta situación de estrechez fiscal, en la cual los escasos recursos fiscales se hacen más escasos aún, es más necesario mejorar la calidad del gasto público. De ahí que cobre relevancia el segundo aspecto que traerá consigo esta discusión presupuestaria.

Recientemente el Ministerio de Hacienda junto al Ministerio de Desarrollo dieron a conocer el resultado de la revisión de casi 700 programas, información que servirá de insumo para reorientar la ejecución de programas y recursos hacia aquellos de mayor impacto y que de mejor manera logren el objetivo para el cual fueron creados. Con una economía contrayéndose en un 5% durante este año y con la necesidad de recuperar uno de cada cinco empleos que teníamos hace un año, si desde la política no se puede avanzar en mejorar la calidad del gasto público, que implica también enfrentar grupos de presión que tienen capturadas determinadas áreas de gasto fiscal, no se contará con los recursos públicos necesarios para enfrentar necesidades transversales de la sociedad, tales como pensiones y salud.

Si bien la discusión que se inicia la próxima semana relativa al presupuesto se centrará en cuánto y en qué se gastarán los recursos fiscales un año más, nos permitirá responder algunas preguntas que desde hace tiempo no han sido contestadas. ¿Somos aún un país donde la disciplina fiscal es valorada? ¿Somos un país donde nos importa que se gasten bien los recursos fiscales o prima el cuánto sobre el cómo? Y, por último, ¿somos un país donde los acuerdos políticos en materia fiscal rigen más allá de la foto del momento en el que se suscriben? Resolveremos estas interrogantes una vez finalizada la tramitación en el Congreso del presupuesto 2021 y a partir de ello podremos inferir lo que nos espera para los próximos. (El Mercurio)

Bettina Horst

Tocando el violín mientras Roma se incendia, Bettina Horst 9 abril, 2023

Podemos estar bastante seguros de que no es cierto aquello de que Nerón, mientras Roma ardía, tocaba el violín. El violín debe ser 1.500 años más reciente. Pero la metáfora puede ser útil para advertirnos sobre la actitud con que se deben enfrentar anuncios económicos recientes o próximos.

Esta semana, el Informe de Política Monetaria publicado por el Banco Central ajustó al alza su estimación de crecimiento de nuestra economía para este año. O mejor dicho, ajustó a la baja la predicción de contracción de la economía desde un rango previamente estimado entre 1,75% y 0,75% a un rango que básicamente implica crecimiento cero. Por su parte, el Banco Mundial también moderó sus proyecciones de decrecimiento para este 2023, desde un 0,9% a un 0,7%.

El Ministerio de Hacienda, por su parte, en un tono más optimista, en su último Informe de Finanzas Públicas publicado a comienzos de año proyectaba una caída del 0,7%. No sería de extrañar que en su próximo informe eleve sus estimaciones de crecimiento para este año.

Pero, simultáneamente, el Informe de Política Monetaria del Banco Central ajustó a la baja el crecimiento proyectado para el próximo año, desde un valor medio de 2,5% a 1,5%, manteniendo prácticamente igual la estimación sobre nuestra economía para fines del próximo año.

En este contexto, claramente no hay espacio para violines.

Décimas más o décimas menos, desde luego celebrando cualquier indicio de mejores perspectivas de crecimiento o al menos menores perspectivas de contracción, la realidad es que como país nos seguimos dando vueltas básicamente sobre lo mismo sin dar pasos que permitan recuperar la senda perdida. Mientras aplaudimos y nos centramos en perspectivas levemente mejores para este año, olvidamos nuestro real y más permanente problema: una mediocre tasa de crecimiento de nuestra economía para el mediano plazo. Claramente incompatible con el desarrollo, manifiestamente insuficiente a la luz de las encendidas promesas sociales.

Para los próximos años la estimación de nuestro producto tendencial es cercana al 2,2%, menos de la mitad del casi 5% que se estimaba hace una década, lo que es más que insuficiente para un país donde solo el 56% de la población en edad de trabajar lo está haciendo, donde la tasa de desempleo ha venido aumentando y la tasa de ocupación está en niveles del año 2010. A ello se suma la inédita caída de los salarios reales, que han venido decreciendo constantemente durante los últimos 17 meses.

Frente a este escenario, ¿se puede sostener que la respuesta del Gobierno ha sido la apropiada para resolver el problema de fondo? Eludiendo problemas permanentes, solo ha ofrecido medidas paliativas transitorias. Los apoyos sociales entregados este año y el pasado apuntan a aliviar y a apoyar en un momento económico difícil a las familias más necesitadas. Buena cosa. Pero la falta de dinamismo de nuestra economía, con el consiguiente efecto negativo en las posibilidades de las familias de generar sus propios ingresos, lamentablemente se ha instalado como un problema permanente en nuestro país.

En el fondo, y también en la superficie de los discursos, se sigue transparentando la misma falta de convencimiento de que las posibilidades de progreso de las familias no están en las transferencias de recursos que pueda hacer el Estado: se sigue girando de manera cada vez más irreal a cuenta de recaudaciones fiscales amagadas por la falta de crecimiento económico y se siguen repitiendo consignas y discursos cada vez más distanciados de la realidad.

Esa falta de realismo, económico y político, nos tiene en un curso riesgoso en el plano de las consecuencias sociales. Hay que enmendar el rumbo, en lugar de tener que seguir felicitándonos simplemente por “perder por menos” o por consensuar limitados parches transitorios.

Con toda seguridad, en los minutos posteriores al impacto del “Titanic” con el iceberg, algún miembro de la tripulación diligentemente ordenó las sillas que se habían movido en la cubierta. El problema de fondo siguió siendo el mismo. De hecho, un rato después esas sillas las usaron los músicos, con violines. (El Mercurio)

Bettina Horst

Trayectoria Política

Bettina Horst Integra la comisión de expertos del proceso constitucional 2023, siendo la única economista en dicha comisión. En el plebisicto constitucional del 4 de septiembre de 2022 estuvo por el Rechazo y escribió una columna de opinión en El Mercurio, junto con Natalia González, en la cual planteó qu e texto rechazado por la ciudadanía no puede ser usado de base en el nuevo proceso: «Es evidene que una propuesta descartada amplia y categóricamente en un plebiscito masivo y reciente, precisamente porque su radialidad no generaba la unidad necesaria, no puede ser un punto base para llegar a buen destino. El debate constitucional es demasiado importante como para asumir un diagnóstico precipitado».

Comisionada Bettina Horst: “Lo que se está haciendo es constitucionalizar un Estado social que se ha venido construyendo en los últimos 30 años”  La economista advierte que “no entendería cómo alguien pudiese rechazar alguna norma de lo que se vota esta semana si todas fueron visadas por todos”. 3 abril 2023

«Esa falta de realismo, económico y político, nos tiene en un curso riesgoso en el plano de las consecuencias sociales… se sigue trasparentando la misma falta de convencimiento de que las posibilidades de progreso de las familias no están en las trasferencias de recursos que pueda hacer el Estado: se sigue girando de manera cada vez mas irreal a cuenta de recadudacines fiscales amagadas por la falta de crecimiento económico» Columna «Tocando el vilin mientras Roma se incendia» 9 abril 2023

Bibliografia

Otras publicaciones

Etiqueta:
No hay comentarios

Sorry, the comment form is closed at this time.