23 May Bernardo Fontaine Talavera
Biografía Personal
Bernardo Fontaine Talavera (1965): economista de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es fundador de ReformalaReforma.cl, “plataforma que incorpora a las personas al debate público”.
Hermano del Ministro de Economía y el Ministerio de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine.
• Twitter: @berfontaine
• Facebook: @BernardoFontaineConstituyente
• Instagram: @bernardofontaineconstituyente
Descendencia
Fuentes
Arturo Fontaine: Sin veto se anula la voluntad del pueblo 13 febrero 2022
La o el presidente queda sin un dispositivo fundamental para ejecutar su programa. Es lo que desprendo de las normas de formación de la ley, presentadas por un grupo de convencionales vinculados a MSC, el FA, el PC, INN, PC y otros, y aprobadas en la Comisión de Sistema Político el jueves 10. (Iniciativa 807-1).
Me refiero a los proyectos de ley que no involucran gasto público o imponen tributos, pues estas materias económicas tienen un status diferente. La propuesta protege, en lo esencial, la iniciativa presidencial en materias de gasto público. Sigue la línea de países como el Reino Unido, Alemania, Francia, entre muchos otros. El gobierno puede así responder ante la ciudadanía por las finanzas públicas.
Omisión importante: salvo error mío, no encuentro norma que diga que si el presupuesto es rechazado, rige el del año anterior. Grave. Lo aprendimos con la guerra civil de 1891 que derrocó a Balmaceda. Urge enmendar el vacío.Pero el veto, en la práctica, no existe. Si la presidencia objeta un proyecto de ley, el “Congreso Plurinacional podrá desechar todas o algunas de las observaciones e insistir por la mayoría de sus miembros presentes, devolviendo el proyecto a la Presidencia de la República para su promulgación y publicación.” (art.10)
Una simple mayoría circunstancial de diputados que están en la sala puede imponerle a la o el gobernante elegido por el pueblo, una ley completamente contraria al proyecto que encarna. En la tradición chilena, desde 1833, el veto presidencial puede ser derrotado. Sí. Pero ha de haber dos tercios de parlamentarios de acuerdo. No es una rareza chilena. Así es el veto, por ejemplo, en Estados Unidos, México, Costa Rica, Argentina o Ecuador. El veto es un recurso clásico del régimen presidencial. Se remonta a la Constitución de Massachusetts de 1780, la más antigua de las constituciones vigentes. El tema fue debatido y aprobado en la Convención Constitucional de 1787, en Filadelfia.
Sin veto el gobierno podría ser “gradualmente despojado de sus poderes por resoluciones sucesivas” del parlamento y “el poder legislativo y el ejecutivo rápidamente podrían fundirse en las mismas manos” (El Federalista, No 73). La fusión de los poderes legislativos y ejecutivo en las mismas manos se llama parlamentarismo. La propuesta parece concebida, en efecto, para un régimen parlamentario.
Sin veto, el régimen presidencial se deslizaría al gobierno de mayorías parlamentarias volátiles y sin disolución del parlamento. Bajo el parlamentarismo, en cambio, no es necesario el veto. El ejecutivo tiene un arma mucho más poderosa: la disolución.
El veto ejerce su influencia aunque no se lo use. Es un dispositivo silencioso que los parlamentarios saben que puede emplearse. Eso solo ya es una contención. Por otra parte, usar el veto tiene costos políticos, lo que incentiva los acuerdos entre ambos poderes.En las elecciones parlamentarias de 1961, la coalición del presidente perdió el tercio. Jorge Alessandri rápidamente armó una nueva coalición de gobierno, incorporó a los radicales y solucionó el problema. Señal de lo que es el veto en la política chilena.
La idea de las y los convencionales debe haber sido reducir el poder presidencial, objetivo compartido. Pero lo que se logra sin veto es reducir el poder del pueblo para que se cumpla su voluntad. Por otra parte, la presidencia podría vía decretos con fuerza de ley normar, por ejemplo, el poder judicial, el congreso plurinacional y la contraloría. ¿Se reduce así el actual poder presidencial? No. Aumenta. El diseño es incoherente.
En el contexto chileno, lo que está en juego en el veto es si la o el presidente tiene las herramientas requeridas para llevar a cabo el proyecto para el cual fue elegido. Si la presidencia se opone a un proyecto de ley porque desvirtúa por completo su programa —por ejemplo, una ley laboral o medioambiental—, ¿puede una simple mayoría momentánea de diputados presentes aprobar sin más esa ley laboral o medioambiental que desnaturaliza el programa que ganó en las urnas? ¿Pueden los votos que eligieron a una simple mayoría de diputados presentes en ese momento en la sala, pesar más que los votos de la ciudadanía en la elección presidencial? Esa es la cuestión.
No es que la o el presidente sea siempre más sensato que una mayoría de parlamentarios. El punto es: si quien gobierna estima que un proyecto deforma o contradice gravemente la voluntad popular que lo llevó al poder, se exigen dos tercios del parlamento para derrotar su posición. El gobierno fija el salario mínimo y una mayoría de diputados lo cambia para las pymes. La presidencia veta, pero una mayoría simple insiste, y es ley. Un proyecto modifica el sistema electoral y el Servel. Otro, la ley que regula a los partidos políticos. Otro, la normativa sobre medios de comunicación social. La presidencia veta. Una simple mayoría derrota los vetos y cambia el sistema electoral y el Servel, y la regulación de los partidos y los medios. Y así.
El proyecto que encarna la o el presidente se hace incoherente y cunde la percepción de que el gobierno no cumple. Y no cumple porque no puede cumplir. En el mar de Chile, la o el gobernante será un piloto sin timón. Nos deslizamos así al gobierno de asamblea: nadie se hace cargo ni responde ante la ciudadanía. Las intrigas, cábalas y cambulloneos de grupos de diputados, un día por aquí y otro día por allá, torpedean el programa que aprobó el pueblo.
Todo esto en un ambiente de multipartidismo exacerbado y con la volatilidad y polarización de las preferencias que, en todas partes del mundo, estimulan las redes sociales. Eliminar el veto en Chile no es deconcentrar el poder; es anular la voluntad del pueblo y abrirle la puerta al desgobierno. Y el desgobierno le abre la puerta al autócrata. Quienes firman la propuesta no quieren nada de eso.
Sugiero modificarla.
* Autor del libro La pregunta por el régimen político (Fondo de Cultura Económica, 2021).
Arturo Fontaine 7 mayo 2022
El escritor Arturo Fontaine, autor del libro “La pregunta sobre el régimen político”, sostiene que hay cosas positivas y negativas en la propuesta que ayer aprobó el pleno. “Desde mi punto de vista, esta metamorfosis, hechas las sumas y las restas, ha sido positiva”, dice, aunque advierte que la deriva autocrática sigue latente.
-Se suele decir que el sistema político es el corazón de una constitución, que debe ser armónico e integrado con el resto de la carta. ¿Cómo evalúas en ese sentido la propuesta que se aprobó en el pleno?
-No tiene sentido evaluar lo que aprobó hoy el Pleno de la CC con respecto a un régimen político ideal. Lo he dicho antes: es un ejercicio estéril comparar esta propuesta con un sistema político imaginario acordado por una convención imaginaria para un país imaginario. Se ve que ha habido un proceso de deliberación real y fructífero entre muchos convencionales. La conversación debió ser más abierta e inclusiva. Es cierto. Hubo, a veces, exclusiones enojosas. Con todo, argumentar, proponer, conversar, discutir, no parece haber sido en vano. Diría que, en esta materia, ha habido tenacidad (a veces, quizá excesiva), pero no impermeabilidad. Hay que recordar cómo comenzó todo esto: con propuestas de un parlamentarismo unicameral. Luego, pasamos a un semipresidencialismo híbrido —muy parecido al peruano— unicameral, sin veto presidencial ni preeminencia de la presidencia en materias de gasto público. Luego llegamos a un presidencialismo con una segunda cámara decorativa. Ahora tenemos un régimen presidencial, con bicameralismo real y asimétrico, veto total (no parcial), y leyes de concurrencia necesaria en materia de gasto público, impuestos, en fin… Desde mi punto de vista, esta metamorfosis, hechas las sumas y las restas, ha sido positiva.
-Una de las críticas que se ha hecho a la cámara de las regiones es que era un poder sin dientes, un órgano anecdótico. ¿Mejoró en ese aspecto el proyecto de la comisión? ¿Quedan las regiones bien representadas o es una mera anécdota?
-Ayer se cayó la norma que permitía al congreso de diputados insistir por 4/7 e imponer así su voluntad a la cámara de las regiones. Eso cambia por completo la correlación de fuerzas entre ambas cámaras. Siguen siendo asimétricas, pero nadie podría sostener ahora que la segunda cámara es decorativa. No. Ahora sí tiene diente. Gran noticia para las regiones: el congreso de diputados, de base poblacional, siempre tenderá al centralismo. La cámara de las regiones pasa a ser un importante contrapeso al poder.
– La norma de “leyes de acuerdo regional” incluyen las que reformen la Constitución; las de tributos o exenciones; las que ocasiones al Estado gastos cuya ejecución corresponda a las entidades territoriales; las que implementen los derechos a salud, educación y vivienda; la de Presupuestos; y las que establezcan o alteren la división político-administrativa del país, entre otras. ¿Te parece suficiente?
-Ese listado de atribuciones es mucho mayor que el que se había planteado antes. La Comisión propuso también que la cámara de las regiones pueda acordar revisar leyes que no estén en ese listado, si así lo acuerda una mayoría de sus miembros. Por que? Porque no es posible saber a priori qué será de interés regional; no es algo que corresponda decidirlo hoy. Los deben decidir ante cada proyecto concreto los representantes de las regiones. Esa es la idea, me parece, que da sentido a esa norma. Pero, se aprobó que, en caso de desacuerdo entre ambas cámaras, el congreso de los diputados derrote a la cámara de las regiones por simple mayoría. Entonces, al ser tan fácil a la cámara poblacional imponer su voluntad a las regiones, se diluye el sentido de la norma. Es una falla importante. Le resta a la cámara de las regiones un poder de contrapeso que debiera tener.
-También se estableció el rol que tendrá la cámara regional en las acusaciones constitucionales: resolverán como jurado y declararán si el acusado es o no culpable.
-La institución que acusa no debe ser la misma que juzga. Es eso.
-El pleno definió que el Presidente deberá participar de la tramitación legislativa de las leyes que irroguen gastos al Estado; sobre tributos o exenciones; administración presupuestaria; las que modifiquen la división del país, entre otras. ¿Es un presidencialismo atenuado?
-Desde el inicio se planteó como objetivo disminuir el poder del ejecutivo. En parte, por eso era paradójica la propuesta parlamentarista, pues lo aumenta. A partir de la Constitución del 25 y, luego, con las reformas de 1943 y de 1970, se crea en Chile el dispositivo de leyes de iniciativa exclusiva presidencial en materias que irroguen gasto público, impuestos y otras. Normas parecidas existen en el Reino Unjdo y Alemania, entre otros países.
Ahora el poder presidencial en esta materia se debilita. Un grupo de parlamentarios puede proponer un proyecto que implique gasto público. Sin embargo, para llegar a ser ley requiere de patrocinio presidencial.
Algunos piensan que eso desatará presiones que dificultarán al gobierno el control del gasto público y, con ello, la implementación de su programa. Es posible. Pero a mí me parece que el mecanismo formaliza lo que ocurre de hecho. Los parlamentarios presionan y, a menudo, el gobierno negocia y termina patrocinando proyectos que, seguramente, no hubiera querido impulsar.
Lo que no se menciona en la lista de leyes de concurrencia necesaria y en 1970 ya era materia de iniciativa exclusiva, es el sistema previsional. Mejor habría sido incluirlo, me parece.
-Has criticado que el modelo tiene el riesgo de una deriva autoritaria. ¿Sigue estando presente ese peligro?
-Al caer esa norma de insistencia del congreso de diputados por los 4/7 que derrotaba a la cámara de las regiones, se fortalece bastante el sistema de contrapesos al poder. Pero el riesgo de una deriva autocrática electoral sigue ahí, latente, como una eventual segunda fase. Porque sabemos que los períodos de desorden y caos hacen crecer, como reacción, la demanda por autoridad y orden; sabemos desde la Antigüedad que la anarquía llama al tirano. Por ejemplo, en América Latina, durante el siglo xx, el desorden económico de la hiperinflación desatada fue, a menudo, el caldo de cultivo de los golpes de estado. Lo han mostrado diversos estudios.
El peligro cercano es la ingobernabilidad. Y la ingobernabilidad podría sumirnos en una crisis política y económica, y engendrar al caudillo autoritario. Está sucediendo con alamante frecuencia en diversas partes del mundo.
-¿Por qué la ingobernabilidad sería un peligro?
-Hay normas que echo de menos. Por ejemplo, hemos vivido sometidos a leyes de quórums sumamente altos, lo que ha entrabado la reforma y aprobación de muchas leyes. Quizá esta haya sido el mayor problema del sistema constitucional vigente. Eso debía terminar, debió haber terminado hace mucho y, ahora, felizmente, termina de una buena vez.
Pero nos hemos ido de un extremo al otro. Una simple mayoría de diputados de corazón populista presentes en la sala, podría rebajar a la mitad, por ejemplo, la cotización previsional subiéndonos así el sueldo líquido a costa de las pensiones futuras. Quiero decir: algunas leyes de especial importancia, como en Francia, debieran exigir para su aprobación y reforma, la mayoría absoluta de los parlamentarios en ejercicio. Pienso en las leyes que regulan Servel, la Contraloría, los poderes del Estado, el Banco Central, el Tribunal Constitucional. Lo aprobado tiende a fomentar, me parece, la volatilidad e inconsistencia de las políticas públicas.
Pero hay otras normas cuya ausencia abre la puerta a la ingobernabilidad.
-¿Cuáles?
-Por ejemplo, si una mayoría de diputados aprueba un proyecto de ley que desnaturaliza el programa que votó el pueblo en la urnas y que representa la o el presidente, el dispositivo de que dispone la presidencia es el veto. Eso le permite detener el proyecto, salvo que una mayoría parlamentaria especial —de 3/5 según lo que se aprobó— insista. El veto puede afectar al proyecto en su totalidad o a una parte de él. Expertos extranjeros muy destacados que han estudiado la experiencia chilena a fondo —pienso en Alemán, en Negretto— han explicado por qué el veto parcial facilita la negociación de los proyectos de ley. Sus argumentos son persuasivos.
El veto total es un arma un poco extrema. A veces, puede ser políticamente muy costoso usarla. Puede avivar el conflicto entre gobierno y parlamento. El veto parcial ayuda a acercar posiciones entre el gobierno —que se apoya en sus equipos y en la administración— y los parlamentarios, y tiende así a mejorar los proyectos. Eliminar este mecanismo de cooperación entre el ejecutivo y parlamento me parece una grave equivocación.
Otro factor que ayudaría a la cooperación y eficacia: asegurar que las elecciones de diputadas y diputados coincida con la segunda vuelta electoral. Sería una innovación mayúscula. Eso haría más improbables los gobiernos de minoría. Y crearía vínculos personales entre la o el presidente y sus parlamentarios, pues habrían hecho campaña juntos. A su vez, afiataría las coaliciones haciéndolas funcionar más como partidos, es decir, tendría un efecto contrario a la fragmentación.
Me inquieta la frustración que puede producir elegir presidentes que no tengan los instrumentos jurídicos requeridos para llevar a cabo el proyecto que encarnan. Y, claro, la posterior reacción. Como siempre en el tema del sistema político, el quid del asunto es balancear gobernabilidad y contrapesos al poder.
– Se rechazó la norma que hablaba de “organizaciones políticas” que igualaba las organizaciones independientes y los partidos políticos. ¿Qué piensas de eso?
-Me parece positivo su rechazo. Esa norma fomentaba la fragmentación y con ella, la ingobernabilidad. Ya tenemos algo de veinte partidos. Con viente partidos en el parlamento ningún sistema funcionará bien. Los costos de transacción son demasiado altos.
Las organizaciones sociales son importantísimas, pero buscan objetivos específicos. Los partidos, en cambio, tienden a tener una visión acerca del bien común del país. En ellos se deben formar los futuros dirigentes políticos. Los partidos son fenómenos culturales, sociales e históricos que obedecen a diversas causas. No se los crea desde las leyes. Pero las leyes pueden fomentar su buen funcionamiento. Por ejemplo, pueden asegurar su democracia interna. Esa ha sido, creo, su falla principal. Se los percibe como clubes cerrados. A veces, son la mera expresión de las ambiciones presidenciales de un dirigente.
Hay dos temas enormes, entonces, que han quedado ausentes y serán desafíos muy serios para el parlamento: la normativa sobre partidos políticos y el sistema electoral. Es mucho lo que depende de ambos. Necesitamos pocos grandes partidos abiertos. Una democracia nunca podrá ser más que lo que son sus partidos.
Cámara de las Regiones y contrapeso al centralismo Arturo Fontaine 18 abril, 2022
El desafío que viene en cuanto al régimen político es combinar gobernabilidad y control del poder. El académico Javier Couso lo ha descrito de manera muy lúcida: “Los objetivos del sistema político suelen ser contradictorios entre sí, buscándose, por una parte, que este ofrezca gobernabilidad al país, y que, por la otra, garantice que quienes detentan el poder político estén limitados por frenos y contrapesos.”
En un sistema de separación de poderes –llamado usualmente presidencial–, este balance es la cuestión esencial. Diversos especialistas extranjeros de mucho renombre, que conocen bien la experiencia chilena, pero como extranjeros, quizá la vean con mayor distancia y objetividad –pienso en Alemán, Altman, Negretto, Palanza– han planteado estos días la importancia clave del veto presidencial como herramienta para negociar las leyes y, a la vez, la necesidad de fortalecer la segunda Cámara. Lo primero apunta a la gobernabilidad. Lo segundo, a los contrapesos institucionales. Por cierto, hay otros componentes de una Constitución que inciden en estas dos dimensiones.
El veto es un poder, a veces, silencioso: pesa aunque no se lo use, pues se lo puede usar. Sin veto –era la idea original mayoritaria en la Comisión–, una mayoría de los parlamentarios presentes podría imponer una ley completamente contraria al programa presidencial por el que votó el pueblo. Sin veto o con un veto muy débil se anula la voluntad popular y la separación de poderes. Se establece así otra forma de gobierno, que no es ni presidencial ni semipresidencial ni parlamentaria: el asambleísmo. No se lo trata como otro sistema político consolidado, sino, más bien, como una enfermedad de la democracia. Un mal diseño institucional tiende a propagarla. Una cosa es disminuir las atribuciones de la Presidencia que –como estamos viendo en este momento con el Presidente Boric– no son tantas como se cree; otra, muy distinta, es institucionalizar el asambleísmo, es decir, entregarse desaprensivamente a la inestabilidad, a la ingobernabilidad.
Estimula, por ejemplo, el asambleísmo, que todas las leyes se aprueben y modifiquen por simple mayoría de los presentes en la sala. De tener una Constitución plagada de leyes con altísimos quórums, pasaríamos a una que fomentaría la variabilidad de las políticas e instituciones. ¿Nos vamos de un extremo al otro? Pienso que, como en Francia, las leyes que rigen algunas materias –el sistema electoral, la regulación de los poderes del Estado y de los medios de comunicación, la Contraloría, el Banco Central, en fin, el Servicio Electoral– debieran exigir un quórum de la mayoría de los parlamentarios en ejercicio para ser modificadas. Lo contrario, siendo las cosas como son en Chile, será el reino de la impredictibilidad y la incertidumbre.
En el gobierno de asamblea –a diferencia del parlamentarismo–, el Ejecutivo no puede disolver al Parlamento. El asambleísmo conduce a la fragmentación de los partidos, a la volatilidad de las políticas públicas, a la demagogia primero y a la desconexión con la ciudadanía después y, en definitiva, a la pelotera, a la ingobernabilidad, al caos. Una asamblea de estudiantes acuerda peticiones, marchas, paros. No gobierna. El gobierno de asamblea conduce al desorden, al gobierno de las turbas y a la anarquía, y la anarquía engendra al tirano.
La inestabilidad y la anarquía nutren la incertidumbre y, tras ella, la demanda por orden. Es lo que ofrecerá el tirano por bobo que parezca a los inteligentes. Y –todos lo sabemos– en el siglo XXI ese tirano llega al poder por las urnas y, dado un sistema político sin adecuados contrapesos, empieza a imponer una autocracia electoral. Es lo que está haciendo el populista de ultraderecha Nayib Bukele en El Salvador. Antes lo hicieron Putin en Rusia, Chávez en Venezuela, Orbán en Hungría, Erdoğan en Turquía, Modi en la India, entre otros. Es un fenómeno que está ocurriendo en países sumamente distintos, pero el guión del autoritarismo electoral se repite. En todos estos casos, o hay unicameralismo o hay tal asimetría entre las dos cámaras, que la segunda no es contrapeso, es impotente.
Según el informe V-Dem –de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia–, hoy 60 países tienen autocracias electorales. El 2010, un 48% de la población vivía en regímenes autocráticos (autocracias electorales + autocracias cerradas, como China, Arabia Saudita o Cuba). El 2021 ese número subió al 70%. La India, país de asentada tradición democrática, cayó el 2021 y fue catalogada como una democracia electoral. Es una tendencia global inquietante y vivimos inmersos en un mundo globalizado. No estamos ni en un oasis ni en una burbuja.
Lo sensato es anticipar situaciones y establecer pesos y contrapesos que controlen al poder por lo que potest contingeri, por lo que puede suceder en las décadas futuras. Es la falta de esos frenos institucionales lo que despierta los apetitos autoritarios en líderes populistas, que luego ponen su popularidad al servicio de esos apetitos. El destacado politólogo David Altman ha advertido: “Mañana puede ganar Kast y añorarán desesperadamente los equilibrios republicanos, los controles mutuos, los quórums supramayoritarios, la no reelección inmediata del Presidente” (14/4/22).
La propuesta de la Comisión de Sistema Político plantea que la Presidencia podrá rechazar en su totalidad un proyecto de ley aprobado y que el Parlamento derrota ese veto con una mayoría de 4/7, es decir, de 57%. Es un veto mucho más débil que el de Estados Unidos, México, Colombia, Costa Rica, Colombia, Ecuador o Argentina, que exigen 2/3, es decir, un 66% para derrotarlo. Esta regla de los 2/3 apareció por primera vez en la Constitución de Massachusetts, la más antigua de las constituciones que rigen hoy en día. Creo que sería conveniente elevar el porcentaje propuesto para evitar la deriva al asambleísmo y la consecuente ingobernabilidad.
El veto parcial permite a la Presidencia rechazar solo una parte de un proyecto de ley. En la propuesta, un veto parcial es derrotado por simple mayoría. Académicos como Alemán, Negretto, Dockendorff y Viera-Gallo han escrito en favor de establecer un veto parcial que pueda ser derrotado tal como el veto total. La argumentación se basa en la experiencia, la que indicaría que esto permite una negociación fina y detallada, lo cual tiende a mejorar los proyectos. El gobierno tiene equipos especializados y dirige la administración, lo cual le permite aportar valiosos elementos de juicio para evaluar los proyectos.
El bicameralismo es común en los regímenes presidenciales. Una Cámara revisa los proyectos que emanan de la otra. Así es en Estados Unidos, México, Colombia, Uruguay, Bolivia, Argentina. La primera Cámara tendrá una base poblacional. Eso hace que Santiago tenga un poder sin contrapeso. Se diluyen ahí las regiones y pueblos originarios. La Cámara de las Regiones, en cambio –a diferencia del Senado actual– debiera tener igual número de representantes por región para contrapesar el centralismo. Pero si la segunda Cámara tiene poco poder, será irrelevante, será una segunda Cámara de segunda clase, por tanto, las regiones y territorios serán regiones y territorios de segunda clase respecto a Santiago. La descentralización, todo eso de que “el Estado se organiza territorialmente en regiones autónomas, comunas autónomas, autonomías territoriales indígenas y territorios especiales”, será un juego de palabras, pues las leyes seguirán en manos del poder central. El elitismo que hoy estaría radicado en el Senado se desplazaría al Congreso de Diputadas y Diputados. Y este Congreso tendría incluso muchísimo más poder que el Senado actual.
Sin embargo, es posible balancear ambas cámaras de modo más equitativo sin que dejen de ser asimétricas. ¿Por qué no hacerlo?
La propuesta quiere fijar ahora las materias de interés regional. Objetivo: restringir el poder de los territorios. La idea primera era que no hubiera Cámara de los territorios. Ahora la hay, pero se le han ido dando atribuciones a cuentagotas. El problema es que no es posible fijar a priori qué proyecto será de interés regional. Leyes sobre agricultura, industria, concesiones carreteras, minería, puertos, salud, educación, ¿no podrían tener interés regional?
Una propuesta de Viera-Gallo, que ha concitado apoyo entre diversos académicos, permite solucionar el problema manteniendo la asimetría entre las dos cámaras. La idea es agregar a la lista ya acordada una cláusula general: que la segunda Cámara sólo revise proyectos si, y solo si, una mayoría de los representantes de las regiones los estime de interés regional. Se podría agregar un prerrequisito: para que la segunda Cámara se pronuncie al respecto, al menos un 10% de los diputados, por ejemplo, debe solicitarlo. Lo otro: que la segunda Cámara herede los poderes no legislativos del Senado, es decir, los nombramientos de autoridades en que hoy participa.
La propuesta de la Comisión también establece que un 57% de los diputados derrota a la Cámara de las Regiones. Y esto, aunque en la Cámara de las Regiones haya un acuerdo unánime… ¿En un Estado que se declara “Regional», “conformado por identidades autónomas”? ¿No es esto indigno para las regiones? ¿No debiera modificarse esta regla? ¿No es, acaso, conveniente que el Poder Legislativo de Santiago y un par de ciudades más, tenga un control? ¿No sería un contrapeso eficaz que la Cámara de las Regiones pudiera revisar las leyes que les incumben antes de que sean hechos consumados? (El Mostrador)
Arturo Fontaine
Sobre Bernardo Fontaine
El 31 de marzo amanecimos con Bernardo Fontaine Talavera en la portada de Las Últimas Noticias diciendo: «Los trabajadores ya no serán dueños de sus ahorros previsionales»
Siempre hemos escuchado esas preguntas acerca de ¿dónde estabas cuando fue el terremoto del 2010? Mi momento constituyente clave fue ese, el día en que un diario populista le disparó al corazón del chileno neoliberal posdictadura (1)
(1) Baradit en su libro sobre la Convención Constituyene
Trayectoria Política
Bernardo Fontaine Talavera: elegido convencional constituyente 2021 por el distrito 11 de la región Metropolitana con 16.745 votos (4.35%) de los 167.721 votos (43.59%) de la lista Vamos por Chile, como candidato independiente apoyado por Renovación Nacional.
En 2014 fue uno de los representantes de la Oposición en la Mesa Técnica que negoció el Acuerdo de Protocolo de la Reforma Tributaria con el Gobierno de Michelle Bachelet. En octubre de este año, fue elegido por el Ministerio de Hacienda como uno de los 18 economistas que integran la Comisión encargada de evaluar y recomendar mejoras al sistema tributario.
Está respaldado por Desafío Levantemos Chile, ASECH y Multigremial.
Propone una Constitución que establezca reglas para contener el poder del Estado y dejar espacio para que los ciudadanos y las organizaciones civiles desarrollen sus habilidades y actividades, que impulse el crecimiento económico y el emprendimiento, que incorpore a los pueblos originarios y destierre la violencia política y la delincuencia.
Suscribe declaración de 15 convencionales de RN que no actuarán como bancada.
Integra la comisión «Medio ambiente y Modelo económico» de la Convención: «El desafío es tener crecimiento económico en el medio ambiente y no contra el medio ambiente. Pero también el desafío es no volver las normas medioambientales contra el desarrollo» (1)
Integra «Independientes, Evopoli y RN formalizan, con logo incluido, su grupo en la Convención» 3 noviembre 2021
«Buena parte de la discusión en la Convención está en suspenso a la esepra del resultado de la elección presidencial. Yo creo que para el país es fundamental que el Presidente resulte con ideas distintas de la Convención, para lograr un equilibrio» 10 diciembre 2021
Sobre elección de nueva presidente de la Convención: «por primera vez una decisión clave no fue apobada con los votos Frente Amplio y PS. El Partido Comunista, lista del pueblo, movimientos sociales e INN se impusieron. Al final, el PC ronca en la Convención» 6 enero 2021
«Por qué si esamos buscando una Constitución que una a todos los chilenos, estamos dividiendo a los chilenos en clase A y en clase B» 3 febrero 2022
«El primer informe de la comisión de Medio Ambiente necesita volver a la comisión para reescribirse con más sentido común. De aprobarse llevará a los chilenos a una peor calidad de vida» (5)
Bernardo Fontaine @berfontaine «Lo único que va a frenar un manotazo a los fondos de pensiones es que esté prohibido en la Constitución»
«La convención hoy tuvo la oportunidad de asegurar la inexpropiabilidad de fondos de pensiones… pero nunca pierden la oportunidad de perder la oportuniad» Davor mimica» (6)
«Esta constitución tiende a eleiminar toda alternativa y deja al Estado como prácticamente única opción, les entrega enerome poder a los políticos en materias económicas» «Lo único que cabe es votar Rechao, que es la esperanza. El Apruebo es empantanar a Chile» (7)
«Ea gravísimo, una burla a los ciudadanos, que la propuesta constitucional de los expertos no garantice la propiedad de los ahorros previsionales, como nos ha confirmado el comisionado Juan José Ossa. En la m+as reciente encuesta, 67% dijo que rechazaría la nueva Constitución si no garantiza dicha propiedad. Solo 14% la aprobaría. Los consejeros ienen la responsailidad de corregir eso, porque las constituciones son precisamente para defender a los ciudadanos de los abusos de cualquier gobierno» 27 mayo 2023
(1) El Mercurio, 24 octubre 2021
(5) «Pleno aprueba en general reconocimiento de derechos de la naturaleza y los animales» El Mercurio 4 marzo 2022
(6) La Segunda, 20 abril 2022
(7) Entrevista, El Mercurio, 3 julio 2022
Bibliografia
Otras publicaciones
«La letra en pensiones» 25 agosto 2017 El Mercurio, carta «¿es deseable que la sociedad chilena apoya la iniciativa del Gobierno, la cual no sube la pensión mínima, eleva solo $0.000 una jubilación de $140.000 y, en cambio, aumenta $120.000 la de $600.000?. Incluso mas: ¿es correcto que el proyecto aumente en esos mismos $120.000 una pensión de $1.500.000 o más? ¿Donde quedó la lucha contra la desigualdad? ¿O es muy tonta la pregunta?
«En materia medioambiental, la nueva Constitución es una oportunidad para actualizar el derecho a «vivir en un ambiente libre de contaminación» bajo el principio de desarrollo sustentable. Esto porque la Constitución es un pacto intergeneracional a largo plazo. Es necesario derribar el mito de que los principios medi0ambientales se contraponen al crecimiento económico. Una institucionalidad medioambiental empoderada y moderna, potencia el crecimiento económico y mejora la calidad de vida de las personas» Diario Financiero, 6 junio 2021
«Yo creo que es un profundo error porque la democracia consiste en que haya elecciones, todos votamos y elegimos pero respetamos las reglas. No es un partido de fútbol sin reglas, tiene un reglamento, no se puede meter goles con la mano ni se puede andar agarrando a combos a los jugadores. Si nosotros dijéramos que no vale el acuerdo del 15 de noviembre, estaríamos pasando por arriba de la voluntad popular… y auto socavando nuestra propia legitimidad (1).
(1) El Mercurio 10 junio 2021
Entrevista El Mercurio 12 junio 2021: «debe incorporar derechos fundamentales yh sociales, mejoras a la organización política, descentralización, una arquitectura institucional antipopulismo, que dé mas poder de decisión y libertades a las personas, y más límites y responsabilidades a los políticos y al Estado» «los acuerdos extensos son indispensables, porque si la escribe un solo grupo, durará poco» «para mi la constitución tiene que ser la cuna de los acuerdos para iniciar un nuevo ciclo, donde Chile vuelva a despegar social y económicamente y nos acoja a todos sin distinción»
Bernardo Fontaine, el único convencional constituyente economista, considera que el proceso de redacción de una nueva carta fundamental “no va por un rumbo correcto”. Diversas iniciativas -de prosperar- cree que serán perjudiciales para el emprendimiento y atracción de inversiones y, por lo mismo, espera correcciones y anticipa que lo que se resuelva esta semana en el pleno sobre recursos naturales, será trascendental para el resultado del organismo. Se trata de un “barco sin rumbo”, insiste.
Su cuestionamiento de fondo, es que no se está buscando un texto común que una a los chilenos, “sino -advierte- es un caleidoscopio de grupos de interés donde cada cual quiere obtener un pedazo del Estado o de Chile para sí”. Enfático, afirma: “Nadie está preocupado realmente del interés de Chile (…) Entonces, hemos pasado de una Convención que necesitaba establecer cambios necesarios a una Convención que está refutando y demoliendo Chile. Y eso es fatal para el desarrollo social y económico del país”.
– ¿En qué temas se está demoliendo a Chile?
– Por ejemplo, en sistema político lo que se está tramitando y aprobando es un Transantiago político, donde habrá un Presidente que no va a tener dientes, porque no va a poder vetar las leyes y va a tener una iniciativa legislativa muy limitada. Por otra parte, va a haber una Asamblea que es única, que va a tener un enorme poder, pero que va a estar definida por una ley electoral que incorporará a los independientes como si fueran un partido y a los escaños reservados; esto se va a reproducir una enorme división en subgrupos como tiene la Convención (…) Y no va a tener el contrapeso de una segunda cámara, porque se va a eliminar el Senado. A eso se suma que va a haber una estructura de gobierno y asambleas regionales que, en su primera versión al menos, tienen un poder federalista. Eso hace muy difícil que el sistema político funcione y eso es una condición necesaria para que se invierta en el país, se desarrolle. Diario Financiero, 28 febrero 2022
Sobre Bernardo Fontaine
30/12/2021
Bernardo Fontaine (Ind. RN): Adquirió connotación pública al formar un movimiento para promover cambios para acotar la reforma tributaria de Bachelet, y hoy es el único economista de la Comisión de Medio Ambiente y Modelo Económico. Se trata de una plaza clave, considerando que la mayoría de sus integrantes forman parte de los llamados “eco constituyentes”, proclives a endurecer las normativas medioambientales y anteponerlas al despliegue de la actividad económica: pese a ello, en la izquierda reconocen que ha logrado realizar aportes dada su expertise.
- Es partidario de que el crecimiento económico camine de la mano del cuidado el medioambiente, sin descuidar el despegue económico ni el empleo en el país.
“No hay sondeos en que apoyo caiga” 28 agosto 2022
Son las 16.30 del jueves y Bernardo Fontaine, uno de los cuatro coordinadores de la franja electoral del Rechazo, comenta que recién pudo almorzar algo rápidamente en su oficina. “Son miles las cosas que hay que ver… Esto (la campaña del plebiscito de salida) es como estar adentro de una guerra”, comenta el economista y exconvencional, antes de partir esta conversación.
-¿Y cómo se viene esta última batalla?
-Sin cambios. En la franja se ratificará que el Rechazo es transversal y diverso y pondremos énfasis en ir a votar, con piezas que transmitan más entusiasmo y alegría. Nuestra franja, según nuestros sondeos, ha tocado lo que los chilenos sienten: que la Nueva Constitución (NC) está mal hecha, que se hizo con rabia y con rabia nada sale bien, y que vamos por una mejor.
-¿No es un engaño haber mantenido “escondidos” a los políticos que hoy llevan las riendas de la derecha?
-Es que los políticos de derecha, más bien los partidos, cedieron públicamente su espacio (en la franja) a las organizaciones sociales, porque este plebiscito justamente se trata de elegir en qué tipo de sociedad viviremos. Y porque la Convención les cerró las puertas a las iniciativas propuestas por la sociedad civil. Ahora, los políticos tampoco han estado escondidos, han seguido muy visibles trabajando como parlamentarios, presentes en sus territorios, en los medios de comunicación y en redes sociales.
-Una de las premisas de su equipo era no cometer errores, ¿Cómo no advirtieron que el relato del trabajador sexual -que contó que decidió no denunciar a un cliente que le disparó con una escopeta- iba en contra de la lucha de las organizaciones LGBT por visibilizar estos hechos de violencia?
(Fontaine denota cierto nerviosismo al responder) Él cuenta su historia, explica por qué rechaza una Constitución hecha con un sentimiento equivocado y nunca llamó a no denunciar agresiones. Él habló de perdón y cada uno es libre de decidir si perdona, a quién y cómo. Ni él ni nosotros buscábamos dar lecciones a nadie.
-¿Cuál era el mensaje que buscaban transmitir?
-Que personas muy diversas, por distintas razones, están hoy por el Rechazo.
-¿El Apruebo ha denunciado una campaña de desinformación por parte de ustedes, entre ellas, el que los trabajadores ya no serán dueños de sus ahorros previsionales, como usted instaló a fines de marzo. ¿Insiste en su denuncia?
-La NC permite que cualquier gobierno, con el 50% más uno de los votos de los diputados, pueda estatizar los fondos. No expropiarlos, sino que nacionalizarlos. Esta posibilidad tienta a muchos políticos, como lo muestra el programa del Presidente Boric. No es casualidad que los constituyentes hayan rechazado más de 15 veces garantizar la propiedad de los ahorros de los trabajadores en la NC.
-Pero este es un supuesto, no una certeza.
-Un gobierno con la mitad más uno de los votos de los diputados podría cambiar de un plumazo las cuentas individuales de los trabajadores a cuentas nacionales en manos del Estado.
CASAS PROPIAS CON SUBSIDIO NO PODRAN SER EXIGIBLES
-La vivienda es otro de los temas que sus adversarios denuncian una campaña de desinformación. Aseguran que el derecho a la vivienda digna está garantizado en el Artículo 51 de la NC.
-Efectivamente, está el derecho a la vivienda digna, pero no dice que la vivienda social sea preferentemente propia. Entonces, el Estado podría cumplir este derecho entregando viviendas en arriendo, cuando el sueño de toda la familia chilena es una casa propia. Entonces, los chilenos no van a poder exigirle al Estado vivienda con subsidios propias.
-Pero eso es muy distinto a decir que no habrá derecho a la casa propia. ¿Reconoce que sectores del Rechazo se han aprovechado de estas ambigüedades para “meter miedo”?
-No, lo que pasa es que esta es una mala Constitución llena de ambigüedades, lo cual lleva a que existan distintas interpretaciones. Y por definición, una buena Constitución es aquella en que todos entendemos lo mismo. Ante la falta de argumentos, el Apruebo acusa de que todos los cuestionamientos son fake news. Pero esto se cayó en el momento en que el Presidente Boric y sus partidos suscribieron el acuerdo (para hacer reformas a la NC si gana el Apruebo), donde reconoce que el texto está lleno de fallas y proponen arreglarlo. Si hablamos de mentiras y desinformación, hablemos de la franja del Apruebo, donde se vende a la NC como una especie de varita mágica que traerá el cielo a la tierra: que los chilenos trabajarán menos, los sueldos subirán, se acabarán la corrupción y las colusiones, habrá salud sin lista de espera y mejorarán las pensiones. Eso es populismo puro y demagogia incumplible que desprestigia más la política. Pero los chilenos no se creen cuentos.
-¿Calificaría como intervencionismo el rol de Boric en la campaña?
-Ha sido desilusionante y poco republicano. Ya veremos si ha sido legal o no. Creo que el Presidente se equivocó al unir la suerte de su gobierno a un plebiscito que divide a los chilenos.
-Pero si gana el Apruebo, él será el gran ganador.
-Claro, si gana el Apruebo será el triunfo de Boric.
-No, pienso que este plebiscito es demasiado trascendente para que unos conciertos sean determinantes. La campaña del Apruebo es la típica campaña política, con una franja en que se vende humo, con políticos y mítines de la vieja política. El Rechazo, en cambio, es transversal, ciudadano, diverso y diariamente tiene múltiples actos ciudadanos, pero con un estilo distinto.
-El Apruebo también buscan instalar el concepto de “caballo pillado…”
-No he visto ninguna encuesta que arroje una disminución de la diferencia que el Rechazo ha mantenido sobre el Apruebo durante muchas semanas. Todas las encuestas nos siguen dando ventaja. Ahora, el resultado final lo sabremos el próximo domingo.
-¿Cómo imagina será esa noche?
-El triunfo del Rechazo será un alivio para los chilenos y el comienzo de un gran acuerdo que nos una. Será una victoria sobria, una jornada tranquila. Los chilenos no toleraríamos algo distinto.
-Pero podrían surgir voces que cuestionen un triunfo del Rechazo. El miércoles en un acto ante estudiantes de la U. de Chile, Daniel Jadue (PC) dijo que, desde su inicio, la Convención fue víctima de una “campaña de desprestigio brutal”…
-El alcalde siempre ve lo que quiere ver. Lo peor que le podría pasar a la extrema izquierda sería concluir que el Rechazo ganó el plebiscito porque los chilenos fueron engañados. Sería una falta de respeto a los votantes y una falta total de autocrítica. Por eso es necesario estar recordando la vergüenza que fue la ceremonia de inauguración, el caso Rojas Vade o la soberbia con que el Apruebo dejó fuera las ideas de la centroizquierda, la centroderecha y las iniciativas populares ciudadanas. (La Tercera)