Osvaldo Andrade Lara

Biografía Personal

Andrade Lara Osvaldo (1953) abogado,  casado con Ema Olate Berríos (1957) periodista, que al jubilarse de Gendarmería, con una muy alta pensión produjo notoriedad pública (1); 4 hijos.

(1) «El escándalo por el monto de las pensiones de algunos ex funcionarios de Gendarmería, militantes de un partido de izquierda, ha terminado de sepultar la argumentación de quienes quieren un retorno al antiguo sistema de reparto,  pues desnuda el mayor de sus problemas: la posibilidad de ser utilizado por los que tienen poder para obtener abultadas pensiones a costa del resto de la población» Pablo Gonzáles, director centro de sistemas públicos, U de Chile, La Tercera, 14 julio 2016.

Descendencia

Andrade Olate Patricio[1]

Andrade Olate Carlos[2] PS, candidato a consejero regional por Puente Alto 2013, candidato a Concejero Regional 2013, candidato a la directiva del PS en lista de Camilo Escalona 2015; casado con Natalia Teresa León Pardo, precandidata a concejal en San José de Maipo 2012, PS

Andrade Olate Andrés

Andrade San Martin Jearim Yael

[1]I. 1.267 nac 1977 Las Condes, 5 abril 1977

[2] I. 260 nac 1984 Universidad, 16 diciembre 1983; I. 98 mat 2013 Vitacura, 5 febrero 2013

Fuentes

(1) La Tercera, 31 diciembre 2011

(2) Entrevista El Mercurio 27 diciembre 2014

(3) Entrevista, El Mercurio 24 diciembre 2017

(4) Diario Financiero 6 julio 2021

Familia

Trayectoria Política

Andrade Lara Osvaldo (1953) [1]  Partido Socialista desde 1968 y su presidente desde 2010-2014, Ministro del Trabajo 2006-2008,

diputado 2010-2014 (55.152, 26.3%);

«el entendimiento entre el centro y la izquierda es estratégico, y yo, como jefe de partido, además tengo un mandato del Congreso Socialista para mantener esto» El Mercurio, 16 septiembre 2011;

y reelegido diputado 2014-2018 (61.191 votos, 31%) por el distrito 29 de Puente Alto; en 2013:

“No hay plan B a Bachelet, sino que hay que trabajar para que ella se decida a dar el paso, tenemos que generar las condiciones para que ello suceda. Es un plan único y es incierto. Si no hay formulación programática  de la oposición seria, si no hay una entidad, una coalición que sustente eso, si no hay una nueva relación con el movimiento social, si no nos va bien en las municipales el plan fracasa” (1); “Esto es un triunfo del Ministerio del trabajo… no todos están convencidos de que era bueno presentar la reforma laboral este año… para mí es una reivindicación de mi propia conducta. Yo no fui capaz en el primer gobierno de Bachelet de hacer esto” (2);

«Hay que despejar si es posible que coexistan en la misma coalición el PC y la DC… yo no tengo ninguna duda que el Presidente Ricardo Lagos ha mostrado mucha solidez en este último tiempo… debiéramos concluir primero con una candidatura PS-PPD, después abrir otra conversación. Si no hay capacidad para levantar un candidato PS-PPD único y terminamos con un candidato PS y uno PPD, estamos destinados a fracasar» Pulso, 4 noviembre 2016

candidato a diputado 2017 (12.226 votos, 3.5%; PS 5.1%);

sobre elección presidencial 2017: “esta es la derrota más estrepitosa desde el retorno de la democracia; hay que pedir perdón” (3).

Andrade frente al proyecto que busca hacer efectiva la entrega de la gratificación del 30% de las utilidades a los trabajadores, eliminando el topo de 4.75 ingresos mínimos mensuales. «Moción pone en el tapete las falencias del actual sistema». Considera relevante considerar la gradualidad de los cambios y el tamaño de la empresa. (4)

Quienes firmamos este manifiesto, votamos por distintas y distintos candidatos democráticos en la primera vuelta. En una elección limpia y transparente, el pueblo quiso que el candidato progresista que pasara a segunda vuelta fuera Gabriel Boric. Y con el voto mayoritario de la ciudadanía, especialmente de mujeres y jóvenes, también con el nuestro, Boric es Presidente de Chile. Queremos que le vaya bien, a pesar de las duras condiciones internas y externas que enfrenta. Por Chile, por la gente más golpeada con las desigualdades y abusos, para que la nueva Constitución de todos sus frutos, necesitamos que le vaya bien.
27 abril 2022 Declaración de 32 ex dirigentes de la Concertación

Osvaldo Andrade: «Me parece una inconsistencia de los constitucionales que estuvieron contre el acuerdo de noviembre por los 2/3, como el PC» sobre quorum de 2/3 para modificar constitución. La Segunda, 27 mayo 2022

Bibliografia

Otras publicaciones

Entrevista La Tercera, 21 julio 2013: «¿por que sería un problema que se moderara el programa de Bachelet. No tengo problema en que se moderen las aspiraciones, si se trata de aterrizarlas, sin que eso signifique renunciar a la perspectiva del cambio estructural?»

Entrevista El Mercurio 25 enero 2017 «Es un fracaso político que la DC vaya a primera vuelta, pero no solo sería responsabilidad de la DC sino en primer luga del PS» «La indefinición del PS durante todo este tiempo no ha ayudado al desarrollo de nuestros liderazgos y ha permitido el desarrollo de un liderazgo ajeno al PS, que es Guillier» «¿Que impide que en la primaria que organicemos no estén los cuatro (José Miguel Insulza Fernando Atria, Guillier y Lagos)

Entrevistaa 8 diciembre 2021

Osvaldo Andrade: “Si gana Boric, sería un profundo error que el Partido Socialista se incorporara al gobierno”
09 de Diciembre, 2021

Dirigente histórico del PS, Andrade reflexiona sobre los errores que fueron desdibujando a su partido. “Nos quisimos disfrazar de frenteamplistas. Algunos se enamoraron perdidamente de ellos. Otros nos quedamos en una defensa ramplona, acomplejada de lo que habíamos hecho en esos 30 años”, afirma. Aquí abre el abanico de las derrotas y los equívocos.
El Partido Socialista jugó un rol gravitante en la transición a la democracia. Fue una suerte de pivote que permitió alinear a las demás fuerzas políticas que conformaron la ex Concertación. Hoy es un partido que mantiene una importante presencia parlamentaria, pero está lejos de influir en los nuevos horizontes de la izquierda chilena. No tiene la lozanía, la energía ni el poderío de antes.

Osvaldo Andrade, ex ministro, ex diputado y ex presidente de los socialistas no esquiva el problema. Dice que hace falta una seria reflexión en el mundo socialista. Que la crisis que atraviesa su partido no es menor, que perdió identidad y el sentido más profundo de su proyecto.
De ahí que Andrade advierta desde ya que si Gabriel Boric gana las elecciones y los invita a sumarse a su gobierno, el PS debiera decir que no y abocarse a reconstruir aquello que los hizo ser un referente político por décadas.

–El Partido Socialista entregó un rápido apoyo a Gabriel Boric. ¿Correspondía un gesto así y sin condiciones?

-Era lo que había hacer. No había espacio para poner condiciones ni nada por el estilo. Además valió la pena porque estableció una cierta fisionomía para el resto de las fuerzas políticas que se fueron sumando en la misma lógica, incluso la Democracia Cristiana.
En la práctica, ¿qué implica esa entrega?

-Que el Partido Socialista tiene que colaborar activamente con la campaña y con el triunfo de Gabriel Boric. Y si gana, también debe colaborar con su gobierno, pero eso no significa ni implica un compromiso que vaya más allá.

-¿Por qué no?

-Porque no podemos olvidar que nosotros hemos sido derrotados. Tuvimos una candidatura que se llamó Paula Narváez, que fue derrotada en una primaria convencional. Fuimos vetados para entrar a una primaria con Boric y Daniel Jadue. Y luego, perdimos en la primera vuelta con la candidatura de Yasna Provoste. Sería muy raro tener una actitud distinta con esas derrotas electorales. Pero, además, el PS está en un momento particular. Paradojalmente fuimos el partido al que mejor le fue en la Convención Convencional. No nos fue mal en la elección municipal y en la de gobernadores nos fue estupendo, elegimos 4. En la parlamentaria nos fue mal en porcentaje, porque bajamos ostensiblemente, pero elegimos 13 y 4 senadores.
-Con mayor razón, ¿ese apoyo no amerita pensar en sumarse a un eventual gobierno de Boric?

-No creo. Efectivamente, el socialismo será una fuerza relevante en el futuro parlamento, pero hemos tenido una baja sistemática en el número de electores que votan por nosotros. El PS vive una situación bien compleja desde el punto de vista de su viabilidad política.

–¿Por qué? ¿Qué significa que esté en juego su viabilidad política?

-Que si el PS no hace un cambio importante en su proyecto y en su trabajo, tiene una tendencia objetiva a transformarse en un partido intrascendente. O sea, a pesar de tener fuerza parlamentaria y municipal, puede terminar siendo intrascendente desde el punto de vista político. A eso me refiero con su viabilidad. Porque los partidos políticos tienen sentido en la medida que tienen capacidad de influir.
-Y de tener poder…

-Claro. Un partido que no tiene esa capacidad, empieza a carecer de sentido, deja de pensar que va a ser motor de algún cambio relevante. Y ese es el gran dilema del PS hoy día.
–Hoy, las fuerzas de izquierda que la llevan son el Frente Amplio y Partido Comunista. ¿Qué espacio les queda a ustedes?

-Hay espacio político para el socialismo democrático. Pero que hay que tener el talento y la voluntad política para transformarlo en un actor relevante. Somos una fuerza política que tiene potencial. Debemos hacer un esfuerzo. Y ahí está el primer dilema del PS: si es capaz de tomar la decisión de avanzar sustantivamente en la configuración de una fuerza política del socialismo democrático que se entienda hacia el centro con la Democracia Cristiana y hacia la izquierda con el Partido Comunista.
-En el caso eventual de que ganará Boric, ¿al PS no le convendría ser parte del gobierno?

-Si gana Boric, sería un profundo error que el Partido Socialista se incorporara al gobierno.

–¿Porque se desperfilaría más?

-Por supuesto que sí, pero sobre todo porque el Partido Socialista requiere de un período alejado del poder gubernamental. Tiene que hacer una reflexión profunda sobre su proyecto, su identidad.
-¿Ha perdido identidad?

-Totalmente. Con esto de ser el partido articulador del entendimiento amplio de la oposición, el PS terminó perdiendo muchos rasgos de su identidad. Hoy día somos un partido de los trabajadores, del feminismo, del medioambiente, de los animalistas, de todas las causas posibles. Pero ¿cuál es nuestro domicilio? ¿Cuál es nuestra impronta, nuestro sello? Este partido nació como el partido de los trabajadores, en consecuencia ahí hay una prioridad… Pero esa prioridad la hemos ido perdiendo.

¿Dónde se perdió el PS?
–En la lista de las derrotas que hace usted, ¿qué responsabilidad tiene la directiva del partido? ¿Se requiere un cambio?

-Vamos a tener elecciones en marzo. Y el dilema del PS es tan crucial que amerita un esfuerzo mayor. Yo apostaría por una directiva consensuada que lograra incorporar a todas las fuerzas internas. No entraría a una elección interna polarizada. Esto tiene que ver con su sobrevivencia.

-¿Una directiva liderada por alguien así como Paula Narváez?

-Sería un desatino empezar a poner nombres. Lo importante es generar una voluntad política explícita. Todos tenemos claro el riesgo en el que estamos.
–Pero Álvaro Elizalde también construyó con acuerdo con varias tendencias internas del partido…

-Álvaro configuró una mayoría sustantiva, pero tuvo disidencias fuertes. Más allá de nombres, creo la envergadura de la situación en la que estamos, exige esfuerzos mayores. Sacamos 5 y medio por ciento en la ultima elección. Históricamente, el PS tenía entre un 10 y 11 por ciento. Felizmente, no llegamos al punto de desaparecer por el porcentaje, pero tenemos un problema mayor.
–¿Insistir con la candidatura de Paula Narváez fue un error?

-No, al contrario, fue un acierto.

-¿Por qué?

-Porque si no hubiéramos tenido esa candidatura, el Partido Socialista se hubiera deshecho. El riesgo de no tener una identidad electoral era muy grande. Paula nos vino a salvar un problema. Se nos olvida que antes de Paula estábamos en la nada misma. Entonces, ella fue un gran acierto. El problema estuvo en que no le pusimos todo lo que había que ponerle.

– La dejaron media abandonada a Paula Narváez, ¿no?

– Yo creo que nunca hubo una buena relación entre la nomenclatura del partido -particularmente su mesa- y la candidata. No me quiero meter en de quién es la responsabilidad. No es mi intención a estas alturas, pero claramente eso no ayudó para su campaña. Institucionalmente el partido debió haber hecho un esfuerzo más sustantivo por esa candidatura.

-¿Hay un momento que haya marcado el declive del PS? Por ejemplo, ¿pudo ser cuando optaron por Alejandro Guillier y no por Ricardo Lagos? Porque justo después de eso, entró el Frente Amplio y arrasó.

-Me atrevería a decir que ya en las postrimerías del segundo gobierno de la Presidenta Bachelet nos fuimos quedando sin líneas. El gobierno no terminó en buenas condiciones. Hubo divisiones adentro. La Democracia Cristiana se desafectó completamente, el Partido Comunista jugó el rol relativo al interior, y nosotros no tuvimos la capacidad de ser un actor relevante ni de mantener un propósito común, que era la Nueva Mayoría. Yo no digo que sea sólo responsabilidad del Partido Socialista, porque habían otros actores. Y, claro, optar por Guillier y dejar a Lagos fue un error. Ahí el partido mostró una falencia.
-¿Cuál?

-Nos empezamos a preocupar más de la popularidad que los contenidos. Se nos empezaron a olvidar nuestros proyectos más estratégicos y nos empezamos a preocupar del día a día. Eso nos pasó con la elección de Guillier. Muy probablemente ni Guillier ni Lagos le ganaban a Piñera…

-¿Pero era mejor morir con la bandera en alto?

-Esa era mi tesis. Y así lo expuse. Pero se sumó otro factor: la tesis de los 30 años fue brutal para nosotros. Nos acomplejamos. No salimos a defender los que habíamos hecho. Teníamos mérito para defenderlo, pero no fuimos capaces. Y ahí el mundo del Frente Amplio nos desplazó completamente.

-¿Cómo diría que se configuró ese reemplazo generacional en la izquierda?

-Se instaló una cierta idea de que había que ser popular con un sector más joven, nuevo, lleno de vitalidad que nos desplazó. Nosotros quisimos parecernos a ellos…
-¿Quisieron hacerse los “lolos”?
-Claro, y se generó la tormenta perfecta. Nos quisimos disfrazar de frenteamplistas. Algunos y algunas se enamoraron perdidamente de ellos. Otros nos quedamos en una defensa ramplona, acomplejada de lo hecho en esos 30 años y en los cuales nosotros habíamos tenido tres gobiernos. No éramos unos advenedizos. Teníamos logros objetivos y errores objetivos también. Eso no lo podemos desconocer. Yo fui siempre crítico de la transición, pero no por eso voy a dejar de reconocer todas las cosas que hicimos. Entonces, creo que se nos produjo un proceso de desacoplamiento de la política, y empezamos a hacernos tributarios del Twitter, de las redes sociales…
-¿Se frivolizaron en la manera de ejercer la política?

-Nos farandulizamos un poco. Intentamos ser lo que no éramos, y como teníamos esta crisis, terminamos no siendo nada. Entonces, claro, mantenemos una representación en todo el país. Donde uno vaya se encuentra con socialistas y con ex socialistas. Pero se requiere un esfuerzo mayor. Yo tengo la sensación de que si lo hiciéramos, podríamos volver a ser lo que fuimos: el crisol de la izquierda.

-¿Sí?

-Si. Porque paradojalmente, el futuro Presidente -que yo creo que va a ganar Gabriel- es más socialista que nada.

¿Volver a la cocina?
-El Frente Amplio se constituyó en oposición a lo eran ustedes y los han despreciado por lo que hicieron. Es curioso que ahora los apoyen, ¿no?

-Eso no es tan raro en la política. Convengamos dos cosas. Primero, lo que sea es mucho mejor que José Antonio Kast. No hay dónde perderse. Segundo: alguna vez fuimos gobierno con algunos que habían estado con el Golpe de Estado de 1973. ¿O se nos olvida? Quiero decir que ya hemos hecho esto por un propósito común.

-Me refiero a que no debe ser fácil apoyar a quien se quiso diferenciar tanto…

-Lo importante es que respaldamos a Boric porque pensamos que es mejor para Chile. Y, claro, eso significa que hacemos abstracción de que nos dijeron que éramos unos tales por cuáles. Ahora algunos se arrepentirán y otros seguirán pensando lo mismo, pero van a ser gobierno y muy probablemente nos van a tener que buscar para aprobar leyes y proyectos.
-Dice que Boric es más socialista que nada. ¿Cómo es eso?

-El proceso de Gabriel Boric es muy interesante. Lee a Eugenio González; se nutre de la tradición socialista, se representa a sí mismo y declara que él quiere representar la tradición del socialismo. Así es la vida… Yo me encuentro con gente que dice cosas atroces y que tuvieron roles claves en esos 30 años, y ahí están también. Aquí hay de todo, pero si uno se empieza a preocupar de ese tipo de cosas, termina en la inacción. Yo prefiero abstraerme.
-¿Usted prefiere apelar al pragmatismo político…?

-No. Estoy apelando a lo que es mejor para Chile. Desde el punto de vista del socialismo, es lo que se debe hacer. Sería inentendible que no respaldáramos a Boric. Pero del mismo modo hago presente que nosotros no somos parte de su futuro gobierno. La coalición que lo sustenta, es la que tiene que gobernar.

–En esa coalición está el PC. ¿Cómo observa el rol que cumplen? Es un partido de izquierda histórica igual que ustedes, pero terminan asociados a la fuerza nueva. ¿Por qué ellos y no ustedes? ¿Fueron más habilosos?

-El Partido Comunista tuvo la sagacidad de deshacerse de sus responsabilidades en el tema de los 30 años. Eso le permitió establecer una relación con el mundo del Frente Amplio. Además, tuvieron la sagacidad de tener liderazgos jóvenes que se asimilaron con mucha facilidad en los liderazgos del Frente Amplio: Camila Vallejo, Karol Cariola eran contemporáneas con Boric, con Giorgio Jackson.

-¿Eso explica todo?

-No todo, pero explica una parte. Mi reflexión es que el PC descubrió que la única forma de tener una representación parlamentaria sustantiva, era asociarse a la protesta. Me refiero a asociarse nítida e inequívocamente, incluso siendo comprensivo con la violencia de la protesta. Y, bueno, eso le dio resultados. Eligió 2 senadores y un número importante de diputados. La centralidad del PC era llegar al Senado, y lo logró. Pero déjame decirte que creo que para ellos va a ser muy difícil ser gobierno, o ser parte del gobierno.

-¿Por qué?

-Porque ellos entienden que la única manera de sostener esa representación, es seguir siendo fiel a esa decisión estratégica de hacerse parte de la protesta. Mira lo que le está pasando a la alcaldesa de Santiago. Bueno, ese fenómeno se va a vivir en varios otros casos. Cuando eres gobierno, otra cosa es con guitarra. Creo que ahí va a haber un problema. Va a ser una administración difícil. Primero por los factores exógenos, la demanda ciudadana, la situación económica, pero también por la articulación interna.
– O sea, ¿a Boric podría pasarle lo que le pasó a Bachelet con la Democracia Cristiana, que la desafección se instale prontamente?

-No me atrevo a hacer un vaticinio. Todos los pronósticos de los analistas han errado. Pero no tengo ninguna duda que teniendo un Parlamento equilibrado como el que se eligió, las reformas estructurales van a requerir de mucho talento, de mucho esfuerzo, de mucho diálogo y, paradójicamente, de mucha cocina. Y eso no es fácil lograrlo, cuando se ha tenido un discurso tan controversial con los acuerdos.
-Por último, para su generación, ¿es una derrota cultural que el pinochetismo, la derecha más dura, tenga un candidato con posibilidades de triunfo?

-No. Ese es un problema de la derecha y ellos lo tendrán que resolver. Porque gane o pierda, Kast va a seguir con el liderazgo de la derecha y ahí tendrán que sincerar su vocación pinochetista. Al final, ¿de quién es el mayor descrédito de tener a Kast de candidato?

-Dígame usted.

-Es del Presidente Piñera. No nos olvidemos que Piñera quiso ser Aylwin, habló de los cómplices pasivos y mira en lo que terminó. ¿Viste algún cartel de algún candidato fotografiado con Piñera? Ninguno. Todo el mundo entiende que asociarse a Piñera es un descrédito. Y terminar ahora con un candidato como Kast, que ha sido un claro antagonista de Piñera desde el interior de la propia derecha, es una derrota muy, muy dura.

“Para jugar un rol en el gobierno el PS necesita antes que nada resolver su identidad”

28 diciembre 2021

Osvaldo Andrade, ex presidente del PS, ex diputado y ex ministro, pertenece a la vieja escuela de la Concertación y desde esa óptica plantea que su partido debe dar espacio a jóvenes y mujeres para de ese modo renovarse y recuperar su identidad. “Mientras no resolvamos adecuadamente esas situaciones, no podemos tener un rol en el gobierno de Boric”, asegura.

 

-Todo partido aspira al poder, es parte de su esencia. ¿Por qué dices que el PS no debe ser parte del gobierno de Gabriel Boric?

-Yo creo que el PS tiene que ser un genuino y amplio colaborador del gobierno del presidente Boric. De eso no tengo ninguna duda. Y tenemos que hacer el esfuerzo de poner nuestra mayor cantidad de disposición y recursos en esa dirección. Eso significa configurar en el Congreso una fuerza parlamentaria relevante junto con el PPD, el Partido Radical, el Partido Liberal y Nuevo Trato. Es decir, el socialismo democrático tiene que volcarse genuinamente a respaldar al gobierno del presidente Boric.

Ahora, yo creo que quienes ganaron el gobierno están en Apruebo Dignidad, una coalición de la que nosotros no somos parte. Dijimos que íbamos a respaldarlo sin ninguna condición. Si el partido pide ser parte del gobierno, yo no estoy de acuerdo con eso. Podemos perfectamente respaldarlo desde lo que somos: una fuerza que lo respaldó en segunda vuelta, que no fue parte de su coalición original, que no va a ser parte de su coalición, porque nosotros no vamos a ser parte de Apruebo Dignidad. Pero sí tenemos la disposición a ayudar.

-¿Cuál es la razón de fondo: no mimetizarse con AD y encontrar una identidad propia?

-Creo que al PS le ha hecho mal estar mucho tiempo en las esferas de gobierno y creo que debiera reconstruir su opción, su legitimidad, su valoración, haciendo un énfasis en su trabajo territorial, que es donde hemos sido extraordinariamente negligentes. Y eso implica volcarse a esa tarea, y eso se complica si se está en el gobierno.

-¿A qué te refieres con no estar en el gobierno: no aceptar ningún ministerio?

-No, no. Si el presidente quiere invitar a Pedro, Juan y Diego se verá cada caso. Pero el partido institucionalmente debe estar fuera, a eso me refiero. Nosotros no somos parte de la coalición que sustenta al gobierno del presidente Boric. ¿Por qué cuesta tanto entender eso? Ser parte del gobierno es cuando el partido se incorpora al gobierno. Así de simple.

Si el presidente hace una invitación a personas determinadas, cada persona resolverá. Si el presidente le hace una invitación al Partido Socialista, yo creo que no es bueno para el partido.

-¿Por qué dices que la hace mal al PS ser parte del gobierno?

-La experiencia ha demostrado que nosotros desatendimos el trabajo territorial por darle énfasis al trabajo gubernamental. Hemos tenido problemas de identidad política: de pronto no fuimos capaces de defender lo que hicimos durante 30 años, y de criticar lo que no hicimos en 30 años. No hicimos ni lo uno ni lo otro. Algunos se cargaron a la crítica y terminaron mimetizándose con la extrema izquierda. Y otros se cargaron a la autocomplacencia y terminaron defendiendo hasta lo indefendible. No tuvimos un punto intermedio adecuado, porque nos faltó una línea clara en ese sentido.

-¿Volcarse a esa reflexión es la gran tarea del PS en el próximo tiempo?

-Sí. El PS ha tenido una baja sistemática de su representación. ¡Si en la última elección parlamentaria logramos un 5,5%! Un partido que históricamente estaba en el 10 u 11%. Entonces no puede seguir haciendo lo mismo.

-En la Convención ha habido una alianza entre el Colectivo Socialista y el FA.

-En Chile hay espacio político para la configuración de una fuerza socialista democrática que tenga grandes perspectivas y en esa fuerza veo al PS, al PPD, a los radicales, al Nuevo Trato, a los liberales y también parte del FA. Por supuesto que sí.

-¿Qué parte del FA?

-Revolución Democrática y el mundo que representa Boric.

-¿Con el resto de la izquierda no?

-No, porque yo hago la distinción de dos actores políticos relevantes. Por una parte no considero en este frente ni a la DC ni al PC. No veo a los comunistas en alianza con el socialismo democrático. Tenemos diferencias.

-En la Convención están negociando la presidencia y vicepresidencias. ¿Crees que esta convergencia entre el PS y el FA es una experiencia que hay que seguir fomentando?

-Absolutamente. Está en la línea de una configuración de una fuerza socialista democrática, que en la Convención ha tenido la virtud de generar condiciones para darle gobernabilidad y sustento al éxito de la Convención. Ese nucleamiento que allí se ha dado, entre el FA y el bloque socialista, ha tenido la virtud de darle sentido y una cierta orientación al trabajo de la Convención, que para mi gusto está exento de maximalismos, pero sí con una vocación de una nueva constitución transformadora. Esa perspectiva, esa línea política, se ha sostenido en el entendimiento del bloque socialista y el FA. Yo creo que hay que preservarlo. Y esa experiencia es perfectamente posible de trasladarse al resto del país. Con una nueva generación de actores políticos.

-¿El PS estuvo más enfocado al poder que a renovar sus bases?

-Creo que nos burocratizamos en exceso. Nos adocenamos en las esferas del gobierno. A la larga, nos hará bien estar lejos del poder. Por supuesto que todo partido aspira a acceder al gobierno. Pero lo que no puede olvidar es lo que es. Los partidos no son el gobierno, colaboran con el gobierno. Pero tienen una identidad y una representación.

-¿Y por que pones un limite en el PC?

-De pronto el PC tiene expresiones antidemocráticas. Se produce un fenómeno bien extraño: el PC tiene buenos pergaminos en Chile respecto de su vocación democrática, pero no los tiene respecto de su vocación internacional. Por alguna razón históricamente hemos sido partidos distintos, incluso estuvimos juntos en el gobierno. Pero hemos tenido también discrepancias. Nosotros no respaldamos la dictadura nicaragüense ni la venezolana. Lo que no significa que yo dude de la vocación democrática del PC en Chile. Pero tengo mis dudas respecto de su vocación democrática en el ámbito internacional. Y esa es una distinción que no es casual, porque tiene que ver con derechos humanos, algo que para nosotros es muy vital.

-¿Verías con buenos ojos que el PS tuviera un cargo importante en el gabinete?

-No es un problema que uno vea con buenos o malos ojos. Este es un momento especial, porque hay una demanda por transformaciones, pero para jugar un rol el PS necesita antes que nada resolver su identidad. No es posible que el PS aspire a jugar un rol con la representación del 5,5% de la sociedad. No da. No hemos sido capaces de incorporar a jóvenes y mujeres en el partido. Si el PS se concentra en su participación en el gobierno esa pega no la va a hacer. Colaboraríamos mucho mejor con el gobierno de Boric si resolvemos adecuadamente estas situaciones.

-¿Es una crisis de identidad?

-El PS históricamente señaló que era el partido de los trabajadores. ¿Lo seguimos siendo? De pronto por querer representar demasiadas cosas terminamos por no representar nada. Y perdemos nuestro sello. Evidentemente tenemos un problema de identidad.

-¿Qué separa al PS de Boric?

-Él milita en otro partido.

-Pero en términos de ideas…

-Yo creo que Boric es un socialista auténtico. Es una expresión nítida de la vieja expresión socialista. Boric es más allendista que muchos. A lo mejor, el problema no es Boric, sino el PS.

-¿Y cómo lo has visto en estos primeros días en su papel de presidente electo?

-Lo ha hecho estupendo. Ha disipado todos los prejuicios y dudas, ha mostrado solvencia, madurez. No ir a Colombia fue correcto. Aunque parezca menor, el que haya ido a La Moneda y haya saludado de la mano a los dos escoltas es de un simbolismo tremendo. Además, ha hablado de que hay que controlar las expectativas, ir paso a paso, la gradualidad. Ha mostrado que los analistas que decían que el candidato de la segunda vuelta no era el verdadero Boric estaban totalmente equivocados.

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