Sebastián Sichel Ramírez

A dos años de gobierno, todo indica que todavía adolece de un centro de gravedad. Al igual que un niño que empieza a andar en bicicleta y no sabe equilibrarse, la única forma de avanzar que ha encontrado es andar de porrazo en porrazo, tratando de mantener el equilibrio. Cada semana nos sorprenden más las contradicciones en su interior: visita a La Araucanía, posición frente al TC, Venezuela, reforma laboral, aborto tres causales, etc.

Estas serían solo anécdotas si no se tratara de miembros de la misma coalición. Aunque parezca increíble, es cierto: comparten el Poder Ejecutivo y mayoría parlamentaria. Reformistas y retroexcavadores conviven en pugna por el control de la agenda. Y han logrado que lo que no se queda detenido por ineptitud o inmovilismo se imponga por la fuerza: el que dé el empellón primero o más fuerte al niño de la bicicleta, gana. El resultado es obvio: se imponen las reformas pro Estado más que pro bien común. Su capacidad de bullyng y autoimagen de superioridad moral le ha permitido al sector más estatista de la coalición empujar más fuerte (ellos defienden “lo” justo, ético, moral o al pueblo; el resto, oscuros intereses privados). Eso ha mantenido al resto preocupado solo de los matices: que no se caiga el niño de la bicicleta.

Si bien en las formas el debate no es muy distinto entre autoflagelantes y autocomplacientes de la Concertación, el resultado es absolutamente distinto. En los 90 había autoridad y decisión respecto al camino a seguir. Hoy eslóganes con caminos sinuosos de implementación y el continuo vaivén entre el agresivo empellón de un lote que se afirma en la mitología de un “programa”  y una gran mayoría silenciosa de técnicos y políticos razonables que no sabe qué hacer ante la amenaza de ser “traidores” o la sensación de pedalear en bicicleta ajena.

Por eso es imposible entender las reformas o leer dónde está su centro de gravedad: ¿Qué persigue la reforma a la educación superior, gratuidad? ¿Calidad? ¿Financiar universidades públicas? ¿Qué persigue el proceso constitucional: una asamblea constituyente, incorporar derechos sociales, eliminar la crisis de credibilidad? Acá la bicicleta da tumbos: trata de perseguir todos los fines. El debate planteado en la lógica del infante que empieza a pedalear.

¿Qué falla? La falta de conducción y de un destino claro. El Gobierno es solo confusión. Nadie elige un gobierno para que proponga alternativas difusas que se definan por la fuerza: espera claridad en sus contenidos y certeza técnica en los resultados. Fueron elegidos para resolver y se niegan a esa opción. O al menos en apariencia deja que sus grupos de interés resuelvan. Lo extraño: en medio de este tormentoso enredo, evalúa el 2015 como un gran año. Extraño ante la baja aprobación, la ausencia de claridad en su propio derrotero y con reformas que debe corregir una y otra vez.

El exitismo solo opera en el entorno del Gobierno: partidos políticos de la NM y funcionarios de gobierno. A ellos parece ponerlos orgullosos contar que tienen una bicicleta. Urge un Gobierno que entienda que más que celebrar victorias pírricas, recupere su capacidad de dirigir.

Biografía Personal

Hijo de Antonio Alejandro Sichel Poblete (1956-2018), ingeniero y Ana María Ramírez Alvarado, casado con Bárbara Encina

«A mi madre la culpe en su minuto, muy duro. Dejé de hablarle mucho tiempo. Y ella no queria o no podia hacerse cargo de mí. La peor época fue entre los 14 y 23 años… estaba enferma de Bordelire… Yo cada vez que pude la interné. Con mi mama empezamos con litio y fue un milagro. Hoy es otra persona… cuando me pude hacer cago de ella, ahora la cuido en el mas amplio sentido de la palabra… el otro dia me dijo que hace unos 5 años, tenía «una vida de princesa», porque nunca había tenido una casa».

Hijo de Antonio Sichel (+2018) Conocí a mi padre viejo y lo amé profundamente. Mi vida me genero muchas pasiones.

Cuando el presidente Piñera le comunicó la salida como ministro y le ofreció la Presidencia del BancoEstado, «no estaba tan seguro. Le pregunté si esto era un trabajo ejecutivo o si era para ir al directorio dos veces al mes, porque si era así no me interesaba. Le quedé de contestar y me fui a caminar, justo a la vuelta de La Moneda. No quería llamar a mi señora porque sabía que me iba a decir que no aceptara… mi única duda real era por el factor humano: tengo tres hijos que adoro y cuando uno es ministro los abandona. El más chico tiene 3 años, y… como yo no tuve papá, tengo el rollo de no ser una papá ausente. Eso es casi un trauma para mi: no quiero faltarle a los cabros» entrevista 20 junio 2020.

Entrevista La Segunda, 20 abril 2020.

Descendencia

Fuentes

(1) Entrevista El Mercurio, 22 septiembre 2019.

(2) Entrevista La Segunda 20 abril 2020.

(3) El Mercurio 28 noviembre 2020

(4) 31 marzo 2021

(5) El Mercurio, entrevista, 4 abril 2021

(6) La Tercera, 1 julio 2021

(7) La Tercera, 17 julio 2021

(8) La Tercera, 29 julio 2021

(9) La Tercera, 1 septiembre 2021

(10) La Tercera, 8 septiembre 2021

(11) El Mercurio, 19 octubre 2021

El vaivén del Gobierno, Sebastián Sichel 19 enero, 2016
¿Un nuevo clivaje Apruebo-Rechazo en el sistema de partidos? 21 septiembre, 2022

En los inicios de la transición se impuso la tesis de que el plebiscito de 1988 había generado un nuevo clivaje o “partidor de aguas” en el sistema de partidos. Los principales partidos con representación parlamentaria se organizaron en dos coaliciones, cada una representando un lado de esa fisura generativa. Por un lado, el 56% que votó por el No, y por otro, el 44% que dijo que Sí. Tal alineamiento se superpuso al histórico clivaje de clase. De esa forma, la Concertación pudo agrupar a partidos que antaño fueron duros antagonistas, como el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Socialista.

Esa disposición de las fuerzas políticas fue persistente a nivel de élites políticas. En paralelo, sin embargo, la ciudadanía se fue distanciando de esos códigos, mostrando una creciente desafección. Ello, hasta que llegó el estallido social y luego el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución. Nadie se imaginó que algo que seguía alimentando el viejo clivaje del Sí y el No a Pinochet —la disputa sobre la Constitución que se instauró en el autoritarismo— iba a ser el ariete que derrumbara la división entre opositores al autoritarismo y sectores afines al mismo.

Hoy, en los almuerzos de domingo los chilenos volvieron a hablar de política, pero no sobre Pinochet, el Sí y el No. Ahora, los debates de estos últimos meses giraron en torno a la propuesta refundacional del Apruebo, la plurinacionalidad, los derechos especiales para algunos, los sistemas de justicia, por mencionar algunos. Por primera vez en muchos años, vemos una repolitización en torno a un asunto del presente, y no respecto de hechos ocurridos hace medio siglo.

Podemos decir que la Convención Constitucional tuvo dos efectos no deseados por los convencionales que la lideraron desde la izquierda radical: superar el clivaje de Pinochet para dar paso a la fisura generativa del Rechazo.

Sin lugar a duda, el voto obligatorio permitió que emergiera este clivaje, porque trajo de vuelta al votante mediano.

Ahora bien, para que el clivaje se consolide en el tiempo, es necesaria la agencia política. Si los partidos de Chile Vamos estiman que podrán capitalizar el 61,86% que votó en contra de los desvaríos de Atria, Bassa y los activistas de los escaños reservados, están muy equivocados. No deben perder de vista que en el plebiscito de entrada apenas 1.634.506 personas (21,69%) votó Rechazo, y que en la Convención la derecha obtuvo una representación levemente superior a esa cifra.

El domingo 4 de septiembre, 7.882.958 votaron Rechazo. Es decir, una diferencia de 6.248.452 electores. Es obvio que esa inmensa mayoría incluye a muchos que no se han sentido nunca representados por la derecha en el viejo clivaje de Pinochet. Por ello, Chile necesita un nuevo centro político que consolide esa mayoría. Para ganarle a la violencia, a los que quieren fragmentar el país creando una plétora de instituciones y autonomías, pero también para imponerse a los que no quieren que nada cambie, que no creen en la solidaridad, en una red de políticas sociales más robusta y equitativa.

Los moderados no pueden darse por vencidos. Como documentó Arturo Valenzuela, la abdicación de los centristas fue una de las causas del quiebre de la democracia en Chile en 1973. Hoy, los chilenos demandan que los políticos lleguen a acuerdos. Si no se consolida un nuevo centro político que siente en la misma mesa a todos quienes creen en la democracia, en la responsabilidad fiscal, en mejores pensiones, salud y seguridad ciudadana, les estaremos abriendo la puerta a los radicales de izquierda o al populismo extremo. (El Mercurio)

Sebastián Sichel
Tomás Fuentes Barros
Cientista político, exdiputado RN

Pagando deudas políticas con indultos y cosechando tempestades, 7 enero 2023

¿Hay algo entendible en la justificación de los indultos de Gabriel Boric? Quizás sólo una cosa: están por sobre la comprensión de la opinión pública y de cualquier abogado sensato. Hasta ahora los únicos que han sido capaces de defenderlos han sido partidarios del gobierno. Para el resto hay dos posibilidades para entender los indultos. Una, la estricta: creer que esto fue una decisión estratégica. No hay otra forma para comprender que delincuentes contumaces como Luis Castillo, que saqueó el Registro Civil -y con condenas por hurto y robo con violencia-, o condenados después de un recurso de revisión de la Corte Suprema -el caso de Jorge Mateluna- terminen siendo indultados. En ambos casos estriba una convicción: el Presidente y su entorno confían más en su propio juicio jurídico, político o moral que en el de las instituciones democráticas. Por eso en su minuto avalaron las tomas permanentes a colegios emblemáticos y los saltos a los torniquetes.

Al final, parece ser que la institucionalidad es un formalismo cuando se trata de obtener un objetivo político. Y saben que les deben a aquellos que usaron la violencia y están dispuestos a compensarlos. Entonces los indultados ya no son meros condenados por delitos -homicidio frustrado, lanzamiento de artefactos incendiario, hurtos, robos o porte de armas-, sino un eslabón en la cadena que le permitió a Apruebo Dignidad llegar al poder y, por lo tanto, sujetos de compasión política. O bajo la óptica de la rebeldía esnob, un mal necesario para hacer los cambios y, por lo mismo, sujetos de respeto.

En su conciencia saben que sin octubrismo no hay gobierno y que sin tomas a los colegios no hay una generación de dirigentes estudiantiles ahora en el poder. Por lo mismo, quien destrozó un servicio público no es un delincuente, a pesar del trabajo de la fiscalía; ni un asaltante de bancos un condenado a pesar de lo que diga el Poder Judicial, porque basta tener la “convicción personal de inocencia” para creer que no lo son.

La otra forma de entender los indultos es desde la ingenuidad: fue un error. Y todo lo que hemos visto ha sido fruto del amateurismo, ingenuidad o falta de experiencia de quienes nos gobiernan. De que se trata de un gobierno en práctica que puede cometer estos errores. Lo cierto que a esta altura es inverosímil ese argumento. Hemos visto demasiadas personalidades del Presidente como para creer en una sola verdad: uno que aprueba retiros y otro que dice que se equivocó, uno que dice que va a ser un “perro” contra la delincuencia y otro que los indulta; lo que vemos es una autoridad dispuesta a jugar en dos veredas: la institucional y la política; la del respeto al Estado de Derecho y la de la promoción de la rebeldía. En alguna de ellas debe haber una impostura.

El Presidente de la República lisa y llanamente falta a la verdad jurídica cuando por un acto de sicomagia señala que indulta a quienes “no son delincuentes” -el indulto elimina penas, no delitos- y acusa que en el juicio a Mateluna “hubo irregularidades”, obviando lo que tristemente la Corte Suprema le recordó: él es Presidente de la República y, para el Estado de Chile -y el gobierno que representa- todos quienes fueron indultados son culpables, y como vimos en más de la mitad de los casos, con un prontuario a su haber.

Pero lo que es peor, falta a la verdad política cuando no es capaz de reconocer lo ventajosa que ha sido esa violencia para su propio sector político. Parece incapaz de detener la tempestad que desataron esos saqueos e incendios y destrucción del patrimonio de todos, tratando de salvar la situación del regalo del indulto a sus autores, a través de justificaciones peligrosas.

Es necesario recordarle que la paz social en ninguna parte se logra indultando delincuentes, se alcanza combatiendo la violencia venga de donde venga y haciendo que sus responsables paguen sus culpas, independiente de su signo político. Estas no son controversias políticas, como ha tratado de plantear estos días, son asuntos profundamente morales: o se está con la violencia o se está contra ella.

Hoy ultras de derecha y de izquierda usan y coquetean con la cultura de la cancelación, la agresión y la violencia. Sólo cuando tengamos claro el deber de sancionarla, perseguirla y erradicarla de la política tendremos a salvo nuestra democracia.

Sebastián Sichel: El balancín 4 febrero 2023

Si se han subido a un balancín, entienden que la gracia del juego es que los pesos estén equilibrados para que sea entretenido el sube y baja. Si uno de los lados tiene mucho más peso, inmediatamente se arruina el juego, porque se tranca. Lo que están haciendo los extremos de izquierda o derecha en Chile es simplemente tratando de desequilibrar el balancín para que no se mueva y han engañado a todos haciéndoles sentir que el peso debe estar cargado. Como su votación es de nicho y no mayoritaria, lo han hecho a través del fanatismo: si no estás con ellos no cumples el estándar político o moral para considerarte conservador/liberal/progresista o de izquierda o derecha, o lo que sea y, al igual que Catón el Viejo, en Roma, son los censores de lo que debe ser la tradición usando las redes sociales como forma de mantener la polarización emocional entre lo correcto e incorrecto.

Han puesto el foco en la intolerancia a la crítica y hacer de “su verdad” razón suficiente para odiar al que piense distinto, haciendo de su “halo de superioridad” una vía para calificar como “vendidos” a quienes no comulguen con su óptica y de “corruptos” a los que duden. Esta simplificación es tal que ha capturado el sistema y hecho sentir a muchos en la disyuntiva que disentir con el Frente Amplio o Republicanos te puede transformar inmediatamente en un traidor en tu domicilio. El resultado ha sido una inhibición política paralizante: todos parece que quieren compartir la cama con esos fanáticos, sin cuestionarlos por miedo, comodidad o complicidad. Los valientes que han roto esa presión -Rincón y Walker, Amarillos, Parada y otros en la centroizquierda- han vivido la cancelación y sufrido la falacia ad hóminem de una izquierda que no soporta diferencias.

Irónicamente, lo mismo ha hecho Republicanos -y sus subproductos de campaña como el “Team Patriota”-, transformando en comunistas, cobardes o blandos a quienes no piensan como ellos. La estrategia es rabiosamente similar: el voto voluntario y un sistema político parlamentarizado han sido exitosos en dinamitar a quien considera su adversario en su nicho electoral; por eso Republicanos están obsesionados con la UDI y RN, como RD lo estuvo con el PS y el PPD, o Parisi se alaba con Pamela Jiles, porque su objetivo es fagocitarlos: ser ahora ellos el eje del poder y converger con la política institucional en la medida en que la subyugan (tal como lo hizo el FA-PC con el socialismo democrático). Su interés no es el proyecto político país: es fortalecer su partido o caudillo.

El triunfo de Boric y Kast en primera vuelta le dio sex appeal a esta estrategia: el FA demostró que le bastaba un 25% para gobernar si desgastaba -o hacia bailar a su ritmo- a la cultura de la Concertación y lograba competir con su extremo opositor a la derecha: ganó por defecto. Para eso construyeron una ucronía como relato, basada en la escandalosa falsedad de que triunfadores del pasado fueron Pinochet y Allende, y dividieron al mundo entre adictos al progresismo o al autoritarismo o entre el populismo salvador o la tecnocracia amoral. Emularon a Bukele, Maduro, Bolsonaro, Kirchner o Trump. El FA/PC y sus adláteres llegaron a querer hacer de Piñera un nuevo Pinochet e intentaron hacer caer su gobierno para luego gobernar. Y de cierta forma convencieron a la derecha de que ese era el camino: enfrentarse a golpes hasta que el otro cayera rendido, por la violencia o por el desgaste electoral. Y generaron su contraparte en una derecha alternativa refugiada en el viejo autoritarismo, que les hace el juego incestuosamente por necesidad: extremos de izquierda y derecha se atraen para monopolizar el debate. Pero todo esto es parte de una falsa representación de la realidad: movilizar minorías fanáticas a costa de grandes mayorías silenciosas.

Huelga asumir que así se destrozó nuestra democracia en los 70 y 80. Urge releer nuestra idiosincrasia: un país de clase media no polar, en que les va bien a quienes gobiernan para las mayorías y no para su ¼ de fanáticos y en que los chilenos no se debaten entre autoritarismo y marxismo, sino en sacar adelante sus vidas ganando en justicia sin sacrificar libertad. Lo peligroso es que si los demócratas no se atreven a contener a minorías fanáticas y las dejan ganar por walk-over o complicidad electoral, se va al carajo nuestra estabilidad y gobernabilidad.

¿Cómo defender la buena democracia? Una ventana se ha abierto en la existencia de cuatro listas y el voto obligatorio: centroizquierda y centroderecha pueden descubrir que tienen más en común que con los Parisi, Jiles, Teillier o De la Carrera de estos mundos y tender puentes entre ellos en vez de coquetear con quienes minan la democracia. Quizás es tiempo de que exploren un pacto que garantice la gobernabilidad futura del país. Y empiecen a perder el miedo de hacer un espacio político común, como en Alemania, como en Francia, como en Uruguay, y como en todos los lugares donde ha triunfado el sentido común por sobre la polarización o el populismo.

No tenemos que seguir el modelo que ha paralizado a Brasil, EE.UU., España, Italia o Perú. Debemos entender que hay una mejor forma para que funcione el balancín: en el equilibrio. Antes de que se detenga la democracia o se la robe un populista.

Trayectoria Política

Sebastian Sichel Ramírez (1977), abogado, PDC (1990-2015), luego miembro de Ciudadanos (2015-2018), luego independiente; candidato a diputado por La Reina y Peñalolen 2009 (28.741 votos, 21.2%), candidato a diputado por distrito 23 de Las Condes 2013 (30.668 votos, 13.7%); Vicepresidente de CORFO 2018, Ministro de Desarrollo Social 2019, hasta el 4 de Junio de 2020 cuando asume como Presidente del Banco Estado, en plena pandemia del COVID-9 de ese año («yo me siento siempre una pieza más Y si puedo ayudar, bien; y si puede hace en otro lado, mejor. Por eso salí feliz»).

«No solo no hemos abandonado La Araucanía, sino que hemos avanzado… la gran derrota que podemos sufrir todos transversalmente, gobierno, oposición y los pueblos indígenas, es que no perfeccionemos la Ley Indígena…en el gobierno anterior se instaló una mala lógica de que todo lo público era bueno y todo lo privado era malo»… «la propiedad va a mantenerse dentro de las comunidades indígenas»… «el reclamo de la clase media con el Estado es que no sabe que oferta tiene para ella» (1)

«La mitad de los chilenos vive con un sueldo bajo $400.000. Tengo claro que un bono de 50 lucas es poco, pero pucha que es importante cuando llega. Tenemos una tragedia en Chile que se llama burocracia y nadie se atreve a decirlo. El valor de la diversidad debiera ser mucho mas preciado en nuestro país» (2)

Sebastián Sichel comparte paella y diálogo político con cincuenta dirigentes de RN. Sobre candidatura presidencial: «cualquier decisión que tome siempre va a ser mirando si hay equipo, si hay gente, cual es mi situación persona.. la política es un asunto colectivo» (3)

“La decisión de postergar las elecciones de abril 2021 fue con los antecedentes sanitarios que hay y tienen todo mi respaldo” (4)

«Si hacemos la primaria con fricción o excluyendo, podemos perder la presidencial» «Hay cierta soberanía en algunas personas de Chile Vamos al creer que ganando la primaria, se gana la presidencial» «Yo quiero construir una coalición mayoritaria, el caudillaje y las aventuras de primera vuelta no son ni estrategia, es al revés» (5)

“Voy a combatir dos cánceres que amenazan al país”, dijo Sichel. “La primera es la idea de una ruptura con el modelo económico en general que proponen algunos sectores de la izquierda política. El segundo, mucho más extendido, es el populismo“. (6)

Un programa con ocho medidas para la clase media es el proyecto estrella del candidato independiente de Chile Vamos, Sebastián Sichel. Lo designaron como “4+4”. ¿En qué consiste? En cuatro transferencias directas que contempla la devolución del IVA de alimentos y medicamentos, aporte salarial, mejora de los subsidios familiares y pensión básica universal. Y por otro lado, en cuatro garantías que conlleva un plan universal de salud, vivienda segura, pensión de alimentos garantizada y crédito universal de educación superior. “Serán dos grandes brazos que afirmarán a la clase media en el caso de que necesiten apoyo del Estado” (7)

Sichel advierte a parlamentarios de Chile Vamos por el cuarto retiro: “Voy a estar mirando quienes apoyan esto para cuando después pidan apoyos de vuelta en las campañas”.
La carta presidencial del sector aseguró que «no tiene ninguna razón de ser este retiro» y que “estas son las pruebas o los test de qué tipo de parlamento o tipo de parlamentarios vamos a tener en Chile Vamos hacia adelante”. (8)

Como candidato presidencial: «La cuarta revolución presidencial que estamos viviendo requiere manufactura avanzada… CORFO juega un rol fundamental para tirar la inversión en innovación e investigación orientada a mercado» «Parte importante de la pérdida de dinamismo de la economía desde 1990 hasta hoy ha tenido que ver con que la concentración de grandes empresas ha frenado el desarrollo de pequeñas y medianas» (9).

Sebastián Sichel por los cuestionamientos oficialistas a su “tono”: “Si me tengo que pelear con un partido o un parlamentario por hacer lo que es bueno para Chile, lo haré”  «voy a tener la mejor relación del mundo posible con los parlamentarios, pero cuando estén equivocados no voy a recibir una orden de partido de alguien que me diga ‘no lo siga porque nos hace mal, porque nuestro partido va a sacar menos votos’”. (10)

«… lamento el 18 de octubre, es un dolor tremendo. Hicimos que la violencia superara la posibilidad de hacer cambios en democracia. Cuando la violencia le ganó a estos cambios justos» (11)

Sichel tras conversar con Kast: «Considero prioritario derrotar la amenaza del populismo de izquierda y comprometo mi voto para eso» (12)

“Aprobar para reformar es una ingenuidad brutal y demuestra que no hay capacidad de enfrentar a la izquierda radical”  (13)

(12) 2 diciembre 2021

(13) La Tercera, 18 junio 2022

Bibliografia

«La justicia constitucional en Chile» columna Sebastían Sichel, Andres Chadwick y Rafael Rosell de la Universidad San Sebastían, El Mercurio 6 abril 2016: «Parte esencial de la consolidación de los sistemas democráticos ha emergido del reconocimiento de la supremaciía constitucional y su control …mal hacen quienes dan cabida a argumentos que ponen en duda la idea de la supremacía constitucional y el control constitucional por el Tribunal Constitucional, pues  minan los supuestos básicos de la democracia representativa que deben defender…»

Sobre Sebastián Sichel

«Sebastián Sichel está construyendo un personaje que tiene la capacidad de ir a buscar votos al centro del espectro político. Esto hace que hoy sea incluso mas competitivo que Evelyn Matthei en una posible segunda vuelta.» Roberto Izikson El Mercurio 22 noviembre 2020

«Sebastián Sichel debiera ser candidato presidencial dentro de Chile Vamos. Pero una cosa distinta es lo que haga Renovación Nacional. El partido debe llevar un militante con trayectoria» entrevista a Francisco Chahuán, El Mercurio 28 noviembre 2020

Gonzalo Fuenzalida (RN): «Todos los que adhieran a las ideas de centroderecha deben participar en las primarias de Chile Vamos, incluido Sebastián Sichel» 4 enero 2021

Evelyn Matthei: «Uno no sabe qué va a pasar con la figura de Sichel en los próximos meses. Él es el candidato de aquellos empresarios que no quieren perder privilegios, de los institutos de estudio que no quieren perder influencias y de los políticos que no quieren perder poder. Todos ellos tienen poder en los medios, tienen mucho dinero, pueden levantar encuestas, donde él aparece arriba, por lo que luchar contra ello no es fácil, pero espero que esto se empiece a tratar y analizar abiertamente si es eso lo que queremos para una candidatura de nuestro sector. Es de una irresponsabilidad política tremenda que algunos políticos experimentados estén pensando pasarle el mando a una persona que no está probada y qué recién viene llegando al sector, que nunca ha enfrentado una crisis. ¿Cómo es posible que estén pensando en él cuando boleteó por 4,5 millones de pesos durante cinco meses, para echar a andar una de las 100 medidas del Gobierno de Bachelet en la Subdere? Los problemas de Chile hoy son gravísimos, no es solo la pandemia, el estallido social, el desempleo, sino que también existe una amenaza gravísima del narcotráfico y de la guerrilla en el sur, que está demostrando un alto poder de fuego. En medio de ese panorama es súper complejo tener un candidato cuya campaña es trabajada por 100 profesionales, economistas e ingenieros, desde el escritorio». Entrevista El Mostrador 13 enero 2021

«El camino de Sichel» El Mercurio 31 julio 2021 Covarrubias: «El triunfo de Sichel tiene dos explicaciones mas. un evidente carisma, y una cierta fascinación de la derecha por el «candidato distinto», como una forma de trata de seducir al electorado «Buchi es diferente», «Golborne, el hijo del ferretero de Maipú»… quedan pocos meses para las elecciones y como nunca la campaña será muy decisiva… pero la derecha con Sichel se está jugando mucho. Si lo hace bien, tiene la opción, al fin, de salir de las cuatro manzanas, salir de la trinchera y renovar su discurso. Pero si lo hace mal, tiene el riesgo de perderlo todo: las elecciones, la cohesión y la identidad»

Alfredo Jocelyn-Holt, entrevista 13 agosto 2021:

-Sichel dice ser de centro, como sinónimo de moderación. ¿Es viable esa idea? 

-El centro político, después de 1964, no se ha caracterizado por ser moderado. Por el contrario, la Democracia Cristiana ha sido centrífuga o excéntrica. Por tanto, si reparamos en el Sichel exDC/siempre DC ¿por qué no podría él y su gobierno desviarse hacia a la izquierda, como en su momento lo hicieron el Mapu y la Izquierda Cristiana, o bien volcarse a la derecha, como ocurrió con la DC freísta que apoyó el golpe el 73? Esto en caso de que la historia rime o la hagan repetir. 

-Dijo que le preocupa que dos candidatos “desconocidos” lideren las encuestas. ¿Por qué’

-El punto que verdaderamente importa es que se han elegido dos candidatos—Boric y Sichel—que perfectamente pueden defraudar a quienes votaron por ellos en las primarias. Tratándose de desconocidos lo extraordinario es que se haya apostado por candidatos que sólo después que estén en el poder nos vamos a enterar quienes son. Tremendo riesgo. Algo de eso ocurrió ya antes, con Gabriel González Videla. Venía del ala más de izquierda del radicalismo y durante su gobierno se implantó la Ley de Defensa de la Democracia con apoyo hasta del PS.

Cristóbal Urruticoechea: «Conocí personalmente a Sebastián en su rol de ministro de Desarrollo Social y Familia. Es una persona tremenda, respetuosa, que sabe escuchar, con muchas virtudes. Ahora, en lo personal, creo que parte de sus pensamientos y sus ideas no son las que habitualmente nos representan. Existe una frase en el libro «El Gatopardo» muy buena; «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambia» entrevista El Mercurio 15 agosto 2021

Cristobal Bellolio, 19 septiembre 2021:

-Hablando de campañas, ¿cómo ves la performance de Sichel, le falta relato?

-El relato de Sichel es el relato de Golborne mejorado. Golborne era el hijo de una familia de ferreteros en Maipú, que estudió en una escuela con número, fue al Nacional, fue a la U. de Chile, salió para afuera, volvió para ser ejecutivo top, empresario, se transformó en ministro, sacó a los mineros. Lo siguiente era ser presidente. Era el sueño americano a la chilena.

Lo de Sichel es relativamente similar, él fue exitoso en persuadir a parte importante del electorado de que él no provenía de la elite, de que no nació en cuna de oro, se encargó de reiterarlo en forma majadera, de que su biografía es más bien sufrida. Y eso creo que empalma con un momento en el cual ponerse en el lado de los oprimidos es un activo político. Entonces buscó un aspecto en el cual podía transmitir que no era de la elite y lo explotó. En ese sentido es un legítimo heredero de la narrativa Golborne, pero mejorada… Yo creo que la tiene muy difícil, porque tiene todas las de ganar Boric.

Otras publicaciones

Carta La Tercera 7 enero 2018: «parece facil saber cuando la enfermedad de un partido se ha transformado en terminal. Lo cierto es que los 31 líderes que se fueron de la DC, estan donde siempre han estado las ideas de la DC; en el centro, pensando en la persona y la comunidad, confiando en que el Estado y el mercado colaboren y entendiendo que el supuesto de la libertad es la justicia. Es la DC la que se ha ido: aún no sabemos donde. Esperamos que algún dia decida regresar» 7 enero 2018

Entrevista, La Tercera, 31 agosto 2019: «Este ministerio tiene que estar conectado conlo que pasa en la feria, en los supermercados, con la gente que trabaja vendiendo planes de isapres, es decir, conectado con la realidad de la clase media. Ese es el disafío… hace 10 años yo creía que había un proyecto viable entre el centro y la izquierda, cosa que hoy creo que no es posible. Hoy si tengo la convicción, como lo creyron millones de chilenos que votaron por Sebastián Piñera, que es posible un proyecto político entre el centro y la centroderecha… hay que sumar culturas de centro, moderadas y de clase media que le den gobernabilidad y estabilidad a Chile por varios periodos más… soy una persona de centro, liberal y democrático y ahora tengo un grupo que es Convergencia Libeal con Juan José Santa Cruz, Ricardo Escobar, Sylvia Euzaguirre, Jorge Errázuriz,.. ya llegará el minuto en que tomemos decisiones políticas colectivas y no individuales… sobre el Frente Amplio…. ellos no creen en el creimiento ni en la libertad individual como motor del desarrollo… la élite piensa que clase media es aquella que vive en Ñuñoa o Providencia y la realidad es que la mayoría vive en Maip+u, Independencia, Recoleta , Huechuraba… con jefas de hogar sostenedoras que se sacan la mugre trabajando, viajando una hora y media en trasporte público de ida y de vuelta a sus trabajos»

Entrevista El Mercurio, 20 junio 2020: «la gente tiene altas expectativas puestas en mi». «Celebro mucho más que los matinales inviten a un ministro o un alcalde para explicarle a la gente de qué se tratan los beneficios, que vivamos encerrados en programas como Tolerancia cero, hablando de política entre políticos, porque no los ve nadie». «Mas me preocupa la otra gente que habla de los pobres desde su superioridad moral, sin siquiera hacer el esfuerzo de entender cómo viven y que solo hablan desde lo que les dijo la nana».

«Octubre, mes de la democracia» suscribe documento.
1. Declarar octubre de cada año como “Mes de la democracia”.
2. Establecer el cuarto viernes de octubre de cada año como el “Día de la Democracia Chilena”.
3. Requerir que, en ese día, el Presidente de la República presente al Congreso Nacional el estado y los avances de la democracia en Chile.
4. Las medidas legales y administrativas necesarias para que el nuevo proceso constituyente proceda en un marco de plena convivencia democrática, asegurando la paz y seguridad en todo el país, protegiendo a los participantes en la Convención y persiguiendo eficazmente a quienes cometan delitos que amenacen su adecuado funcionamiento.

Carta firmada por 200 personas, El Mercurio 8 diciembre 2020

Sichel responde a Velasco: “Me gustaría que le preguntaran alguna vez si apoyaría a alguien que no sea a sí mismo”. El ex ministro de Hacienda dijo que no se siente identificado con la precandidatura del ex presidente de BancoEstado. Este le respondió en entrevista con CNN Chile: «no ha entendido nada del cambio que está viviendo la política en la modernidad». 24 diciembre 2020

Entrevista El Mercurio 10 enero 2021 «No hay peor tonto que el que mantiene la misma posición, cuando la sociedad cambió completa» «Hay una política que ha funcionado demasiado en torno al ‘dedazo'» «Muchos me dijeron que fuera a la primera vuelta y no estuve dispuesto» «De los peores dolores que va a vivir Chile es la discusión entre república y populismo» «El antídoto contra el populismo es volver a un matrimonio entre lo político y lo técnico, donde lo político es entender los problemas del que esta detrás del mesón y el técnico, la mejor solución»

Sebastián Sichel, precandidato presidencial dijo en Radio Agricultura que respalda que lo militares tomen el orden público en La Araucanía: “No tengo ningún problema, sí, lo digo abiertamente. No creo que haya otra solución viendo el nivel de violencia que hemos tenido y que hemos cometido un error de creer que este es un problema del pueblo mapuche”. 29 marzo 2021

10 abril, 2021  Sichel sobre apoyo de Desbordes a idea de cogobierno de empresas: “Es una discusión medio absurda y tramposa” “Me encantaría una centroderecha que esté hablando mucho más de cómo protegemos al trabajador part-time, de cómo eliminar barreras burocráticas para emprender y que no discuta del mundo de los años 60 que tiene que ver en esta idea de sindicatos contra industrias”,

Candidatura presidencial

Al abandonar el Ministerio de Desarrollo Social, Joe Black, columnista del Mercurio escribió la columna «Sichel: estrella de rock & roll» (7 de junio de 2020) afirmando: «mezcla sentido de masividad (que es más sofisticado que el mero sentido común) con sagacidad interpretativa y humildad chic».

Encuesta CEP 29 abril 2021. El sondeo telefónico se realizó a 1.655 personas entre el 12 y el 23 de abril. Así, Pamela Jiles es la presidenciable mejor evaluada (54%), seguida de Joaquín Lavín (32%), Sebastián Sichel (30%), Mario Desbordes (29%), Evelyn Matthei (27%), Ximena Rincón (25%), Heraldo Muñoz (24%), Daniel Jadue (24%), Paula Narváez (20%), Ignacio Briones (17%), José Antonio Kast (17%) y Gabriel Boric (15%).

Panel UDD -realizada a 1.118 personas residentes de la RM que votarían en una primaria de Chile Vamos-, el 59% de los consultados dijo haber visto el debate presidencial. Ante la consulta de quién consideraban que lo había hecho mejor, Lavín obtuvo el 35% de las menciones, Sichel el 32%, Briones el 13% y Desbordes el 6%, con un 14% que no expresó preferencias. En grupos, a Lavín lo favorecieron las personas entre 31 y 60 años y los segmentos ABC1, D y E, donde aventajó a Sichel por entre 6 y 27 puntos. A su vez, Sichel tuvo mejor percepción que el edil en los bloques de 18 a 30 años, los mayores de 61 y los grupos socioeconómicos C2 y C3, en su caso con diferencias de entre 3 y 11 puntos porcentuales. La Tercera 27 junio 2021

Sebastián Sichel: Policías especializadas, nuevo código penal y nuevos medios probatorios. 10 julio 2021
Con el objetivo de abordar integralmente la seguridad ciudadana, la propuesta del abanderado independiente Sebastián Sichel considera cambios institucionales en las policías y el Poder Ejecutivo -a partir de la creación de un Ministerio de Seguridad Pública-, control del narcotráfico y perfeccionamiento del sistema de inteligencia, junto con acciones orientadas a la prevención de delitos y de drogadicción, y a la reinserción.
En el plan proponen medidas como generar una nueva estructura policial, que incluya una institución policial vial separada de Carabineros; la creación de una policía especializada en narcotráfico; un sistema único de postulación a las escuelas matrices -con selección basada en el mérito-, y que las primeras antigüedades de la Escuela de Suboficiales pasen al año siguiente a la Escuela de Oficiales.
Además, plantean reestructurar la Agencia Nacional de Inteligencia y legislar para contar con un nuevo código penal, que incorpore nuevos delitos y nuevos medios probatorios.
Sobre el conflicto en La Araucanía, el equipo de Sichel subraya que “la primera medida es hacer respetar el Estado de Derecho”, y sostienen que “si es necesario imponer el estado de sitio, lo haremos”, aunque precisan que “estas son medidas excepcionales”, pues la problemática de la zona se debe abordar ampliando “el espacio de seguridades y oportunidades para comunidades y personas indígenas y no indígenas”.
Desde el punto de vista de la protesta social, explican que, para enfrentarla, “se debe avanzar en mayores niveles de equidad y justicia social”, y que para la mantención del orden público priorizarán el diálogo y acciones que conduzcan al respeto de la ciudadanía y de la propiedad pública y privada.

Entrevista: «No creo que la Convención Constitucional se parece mas a Chile… creo que lo que pasó es que era tal el rechazo al político tradicional, que muchos de los partidos no lo entendieron y seguimos con la endogamia…
creo que tenemos una misión: diversificar la élite en Chile… eso es lo que tenía de mérito la Concertación: que Aylwin podía contar orgulloso que era de San Bernardo, ya nadie le daba pudor… es tan baja la calidad de la política hoy día, que lo biográfico es muy importante….lo que pasa con los chilenos es que terminan votando por la tía Pikachu. ¿Por que? Porque ella lo interpreta…»

luego de ganar la primaria:

«Nosotros representamos cambios en libertad, sin violencia y en orden» «el error es bailar en los paradigmas culturales de una izquierda que promueve verdades absolutas» «si crecemos al centro, al mundo independiente, esta coalición puede ser mayoritaria, y eso requiere búsquedas activas» «lao valores de la clase media y trabajadora son mas parecidos a los nuestros que a los de la izquierda. Quieren emprender y nadie defiende mas el emprendimiento que nosotros; les molesta los abusos de donde vengan, y mercado y Estado eficiente son valores nuestros; creen en la solidaridad y la comunidad, como el mundo social cristiano que representamos… la izquierda instaló la ruptura, empezar todo de nuevo. Lo rechazo absolutamente. ¿Qué quiere la gente? Cambios, pero en paz» entrevista El Mercurio, 25 julio 2021

Debate presidencial 11 octubre 2021

Crisis migratoria: “El Estado ha hecho muy mal su pega, tiene esas expulsiones pendientes, tiene que acelerar los procesos y construir albergues y tener el presupuesto para eso, tiene que combatir el régimen de Venezuela y tiene que estudiar expulsar al embajador. Lo que no podemos hacer es seguir escondiendo el problema debajo de la alfombra. Esto no lo va a solucionar una zanja, son las señales políticas que van a solucionar el problema de la migración y tenemos que conversar con los otros países que tienen el mismo problema”.

Transferencias directas y carga tributaria: “Estoy muy orgulloso de mi proyecto de gobierno que propone la continuidad de las transferencias directas a las personas: pensión de alimentos garantizada, devolución del IVA de alimentos y medicamentos. Y además, creo que no es un dogma no hacer retiros: mi programa propone por ejemplo hacerse un autopréstamo para vivienda, sin ningún complejo. Es importante entender que además tenemos que aumentar la carga tributaria, pero como lo hacen los países responsables. Nuestro proyecto habla de un 3% al 2030″.

10% : “Oponerse a un retiro y retirar está muy bien, porque es protegerse de la potencial expropiación. Retiré el primero y no pude retirar los otros porque era autoridad pública, y si se apoya el cuarto, cualquiera que quiera cuidar sus fondos y mandarlos a ahorros previsionales le recomendaría que lo haga, porque el riesgo que está ocurriendo en Chile es que pase lo mismo que pasó en 2011 en Argentina, que terminemos en un corralito y expropiando los fondos”.

Habiéndome correspondido ser Presidente del PDC en el período (2008-2010) debo declarar lo siguiente:
-Las platas provenientes de PESQUERAS y que financiaron la campaña a diputado de Sebastian Sichel ( en aquel tiempo Sebastian Iglesias) fueron gestionadas en su integridad por el propio candidato y miembros de su comando de aquella época. La prueba de ello son las boletas de honorarios ideológicamente falsas emitidas por miembros de su comando de campaña o amigos del candidato.
– Nuevamente MIENTE el candidato Sichel al señalar que en la obtención de dichos recursos habría actuado el Partido Demócrata Cristiano .
-En la denuncia realizada por el periodista Daniel Matamala se señalan boletas de honorarios entregadas por personas ligadas hasta hoy al candidato Sichel, incluso el actual coordinador general de su campaña.
-Declaro que adoptaremos todas las medidas legales que correspondan para demostrar esta nueva mentira del candidato Sichel, quien descaradamente elude asumir actos de su exclusiva responsabilidad.
Juan Carlos Latorre Ex Presidente PDC ( 2008-2010)  28 octubre 2021

«Sus  cercanos dicen que en los rpóximos días seguirá enfrentándose cada vez mas a la candidatura Kast… los lazos, sobre todo con la UDI, se van debilitando cada vez más… el viernes la senadora Ena von Baer, que va a la reelección por la UDI, también se descolgó y apareció apoyando a Kast» 31 octubre 2021

Sichel: “No creo que tengamos que retroceder 40 años para tener seguridad y orden, ni retroceder en los derechos o libertades que ya ganamos”
El candidato presidencial independiente por Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, marca distancia de su contendor del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, enfatizado que temas como la carga tributaria, el Ministerio de la Mujer, inclusión de diversidades y el cambio climático; son conversaciones «trascendentales en la centro derecha porque nos ponen en el siglo XXI y no en el siglo XIX»
La Tercera, 7 noviembre 2021

Textos luego del 15 mayo 2021

Desde el miércoles, Sebastián Sichel (43) ya es formalmente un candidato inscrito en la primaria presidencial de Chile Vamos. Tras la bajada de Evelyn Matthei de la carrera en la UDI, quedan solo cuatro maratonistas: él, Joaquín Lavín (UDI), Ignacio Briones (Evópoli) y Mario Desbordes (RN).

En esta etapa y a la luz de los resultados electorales del fin de semana -que evidenciaron un fuerte castigo a los partidos tradicionales-, la apuesta del abogado y exministro de Desarrollo Social de Sebastián Piñera es a desmarcarse. Su principal activo ahora -según cree- es justamente su condición de independiente y ser una novedad. Desde esa zona también apunta a la responsabilidad del gobierno en la crisis política que develaron las elecciones.

¿Cuál es su análisis de los resultados electorales de este domingo que mostraron lo desafectada que está la ciudadanía de los bloques políticos?

La primera lección es que es un rechazo a la política tradicional. Lo que hay es un cambio de época que vivieron primero los ciudadanos y después los partidos, que siguen pegados a los años 90, cuando los chilenos están en el siglo XXI. Y también hay una emergencia de una mirada apolítica que más que concentrase en las instituciones partidarias se concentra en el tipo de liderazgo que quiere. Hay un cisma grande, un cambio de época gigante, que es fin de la transición. A los bloques políticos de la transición los están jubilando los electores.

¿Dónde caben los partidos en este escenario, según usted?

Más que la muerte de los partidos. Hay es ver cuál va a tener más capacidad de adaptarse a la nueva era. Y lo que no han tenido los partidos es capacidad de adaptarse. Mira mi caso como independiente… que me inviten a participar en primarias, que me den permisos. ¡Todo ha sido como una teleserie! Demuestra lo refractarios que son los partidos al cambio. Uno ve los liderazgos que tienen y son más o menos los mismos que están desde el año 88 o 90. ¿Cómo ellos pueden convocar a nuevas personas si están en un debate de los 90? Nuestro sector hizo lo mismo que la Concertación cuando trató de mostrar renovación trayendo a Eduardo Frei Ruiz-Tagle como candidato. Muchos de los candidatos que emergieron dentro del bloque eran gente que había sido dos o tres veces concejales o parlamentarios. Los partidos tratan de reciclar liderazgos viejos para ponerlos en la modernidad.

Mirando el giro hacía la izquierda que mostraron las elecciones, ¿qué posibilidad de éxito tienen hoy los candidatos de Chile Vamos?

Efectivamente, la Convención Constitucional quedó con un eje a la izquierda. Por eso es importante gobernar. Es malo tener un Congreso de izquierda, una convención de izquierda y un Poder Ejecutivo de izquierda. Nunca le hace bien la hegemonía al sistema político. ¿Cuál es la viabilidad de que esto pase? No tenemos ninguna posibilidad si hacemos lo mismo de antes, con los mismos de antes.

¿Cuando habla de «los mismos de siempre» se refiere a Joaquín Lavín?

No me refiero a Joaquín en particular, él siempre ha tenido la gran capacidad de adaptarse. El punto es si la adaptación es suficiente. Yo tengo la sensación de que lo que dijeron los electores es que necesitan renovación. Si tú quieres tener un mundo reformista de centro y centroderecha en el futuro debieras hacer una oferta al país para los próximos 30 años, no una de corto plazo que se agota, y eso pasa con los liderazgos de los 90. Siento que lo de Joaquín es adaptación de una historia de la derecha -es el candidato de la UDI- y no una oferta de futuro.

¿Y por qué esta candidatura sería más convocante que la de Ignacio Briones (Evópoli), que también es una figura nueva, o que la de Mario Desbordes (RN)?

Primero, porque esas son candidaturas de partidos tradicionales. Hay una candidatura independiente y tres candidaturas de partidos tradicionales (RN, Evópoli y la UDI). No hay problema que quieran votar por ellas, pero achica la cancha. Si no agrandamos la cancha, no nos va a dar, ni siquiera alcanzamos a hacer un tercio sólo con eso. La gran pregunta es cómo agrandar la cancha, y es hacia los independientes. Hay que agrandarse hacia un mundo moderado y reformista de centro y agrandar hacia la clase media. Eso no podrá hacerse solo desde los partidos, sino de liderazgos que vengan de otros mundos.

¿O sea, su condición de independiente le da un valor agregado?

Soy independiente porque lo quiero ser. Habría sido bastante más fácil haber militado en un partido y haber terminado siendo candidato presidencial. Pero soy independiente porque creo que la nueva política tiene que tener la incorporación del flujo independiente, mucho más activo en la política. Y no es que sea una desventaja o una oportunidad, es que solo con los partidos no se gana una elección ni aquí ni en la quebrada del ají.

Si es así, ¿por qué peleó tanto para que los partidos de Chile Vamos lo invitaran a la primaria?

Porque no podía participar en la primaria. Ojo, que la independencia es distinta al caudillaje. Hay candidatos que van a la primera vuelta solos y que juntan firmas solos. Los partidos son importantes en la democracia, solo que no son el monopolio. Entonces, obviamente que quiero gobernar con los partidos, pero quiero ser lo suficientemente libre para decir que no todo va a ser asignado por cuotas y que tienen que terminar con la captura familiar del Estado en general. Quiero tener la capacidad política de buscar a los mejores donde quiero. Pero no existe la democracia sin partidos, pero la pregunta es si la democracia solo es los partidos.

El leit motiv de Lavín es que él es más competitivo frente a Daniel Jadue, ¿tiene asidero esa idea?

Me gusta ese orgullo de la generación pasada que cree que van a ganar porque son ellos. Y hay datos que dicen eso, otros dicen que soy yo. Otros, para ser justos, decían que Evelyn Matthei era la más competitiva. Hay algo ahí de la soberbia de los años de circo que hacen decir soy el más competitivo. Y ojo, el que va a ser más competitivo frente a Jadue va a ser el que ofrezca un proyecto de sociedad distinto, no la copia, la mala copia o los matices a ese proyecto social. Además que un independiente de 43 años, con una historia de vida personal muy distinta, esté entre las dos candidaturas más competitivas de la primaria demuestra que sin los 30 años de exposición pública podemos ganar una elección primaria. La pregunta es si Joaquín es el liderazgo que queremos tener o el que tuvimos.

Como nuevo vocero de la candidatura de Lavín, el alcalde Rodolfo Carter aseguró que la suya era una candidatura inventada, ¿qué le parece?

Nada más que la vieja política de defensa de los viejos políticos tradicionales. Yo sé que Joaquín Lavín no es así, por lo mismo, me extraña que su vocero no haya entendido nada de lo que nos pasó el domingo. Una derrota tremenda, la solicitud de abrirse a mundos nuevos y no de repetir los errores de la política tradicional que lo que hace en destrozar al rival para ganar una elección. Ojalá no estemos viendo el viejo juego del policía bueno y el policía malo.

Usted fue exministro del Presidente Piñera, quien tiene hoy un 9% de aprobación. ¿Cuánto afecta eso a una candidatura de centroderecha como la suya? ¿La opción en mantenerse lejos del gobierno?

Si hay algo que no hago en la vida es dar mi opinión de alguien según como esté evaluado. La relación con el gobierno no puede ser como un matrimonio por conveniencia, que a veces te gusta y no te gusta según como lo evalúan los ciudadanos. Yo fui ministro del Presidente y no tengo ni un complejo con haberlo sido. Y fui un ministro bastante bien evaluado en esa condición y soy agradecido de haber llegado a donde no me imaginé en mi vida. No me imaginé en mi vida llegar a ser ministro y que tenga colaboración ciudadana a partir de haber sido ministro del gobierno de Presidente Piñera. Y voy a ser crítico cuando crea que una política es incorrecta y voy a defender cuando haya una política correcta.

¿Cómo qué política incorrecta?

Manifestación expresa de eso es que creo que la mantención del toque de queda es una ridiculez absurda y que el gobierno debería cambiarla hoy día. Pero, asimismo, creo que es un tremendo éxito el proceso de vacunación y creo que, además, en general, todo lo que ha hecho el gobierno en materia de coberturas y políticas sociales ha ido avanzando progresivamente y ha faltado sentido de urgencia.

¿No cree que el gobierno tiene responsabilidad en los resultados electorales del domingo?

Obviamente, una parte le cae al gobierno y otra a una oposición que ha sido populista y perdió subiendo la oferta y que no ha querido construir acuerdos. Cuando escucho esa crítica de que la gran caída es culpa del gobierno pienso, ¿entonces la DC también va a culpar al gobierno? Hay que mirar la foto completa. Y sí, yo creo que al gobierno le ha faltado saber hacer política, que es construir acuerdos. En general, le ha faltado saber liderar la agenda. Pero, asimismo, es muy difícil ir adelante con una oposición que decidió que su forma de hacer política era negar la sal y el agua.

¿Qué tendría que haber hecho el gobierno para liderar esa agenda?

Yo más que haber abierto la puerta ahora para un acuerdo (de mínimos comunes), habría impulsado llegar al 100% del Registro Social de Hogares sin esperar que la oposición lo dijera. No esperar a un acuerdo que al final llegó al mismo camino. Lo mismo traté de hacer con el IFE, no habría esperado tanto el acuerdo de los 12 mil millones, lo habría llevado antes a la gente. El gobierno tiene que pedir menos permiso a la oposición y mirar más cómo maneja y la agenda del país. Pero eso no tiene nada que ver con los pecados electorales de los partidos, ni con la selección de los candidatos. No podemos quedarnos en el mea culpa de cómo ha sido el gobierno.

¿Cree que es necesario un cambio de gabinete para enfrentar los últimos meses del gobierno?

El gobierno está en un proceso de cierre. Hay que dejar de preocuparse tanto del gobierno. Creo que tiene que cerrar bien su ciclo y el Presidente adaptará los equipos como sea conveniente hacerlo. Mientras, tiene que, por favor, acelerar la ayuda social y permitir la libertad personal. No me imagino una sociedad en que mi hijo tenga que pedirle permiso al Estado para poder salir.

¿Cree que el toque de queda es una forma de control social por las protestas?

No tiene razonabilidad. Y uno espera que el gobierno lo explique muy bien. Pero no entiendo porqué en Isla de Pascua, donde no hay un caso, los siguen acostando a las 10 PM. No tiene lógica en una sociedad libre. O hay otras razones que no conozco. Pero las razones sanitarias no son lógicas,

Su candidatura desde el inicio se planteó como un espacio del centro político. Pero las elecciones castigaron esas posturas más moderadas y gente cercana a usted, como Mariana Aylwin y Sylvia Eyzaguirre, perdieron, ¿no es una mala señal para su propuesta?

Aquí ganaron los que tenían posiciones claras en medioambiente, materia social, incluso gente como Marcela Cubillos, que es clara en la defensa de ciertos principios. Y los que se desvanecieron fueron los que no tenían identidad o convicción. Pero si tu oferta es el acuerdo o la unidad, vas a ser muy poco atractivo. Esos son medios para conseguir un objetivo que es defender el modelo de sociedad que tú crees que es mejor para Chile.

¿Por qué se desvaneció el centro?

Porque se han ubicado en una posición geográfica que es como pusilánime, que no es defender ideas, no es defender posiciones, es defender la intermediación. Yo creo que los acuerdos son importantes en la medida en que uno defiende qué quiere para la sociedad y eso es lo que busca acordar. Yo quiero una agenda reformista para Chile que requiere cambios profundos, requiere reformas en la defensa de libertades profundas. Pero en el centro hemos jugado demasiado a la agenda de la intermediación.

Mecanismo de exención de pagos para egresados con bajas rentas 17 noviembre 2021

■ Crear un nuevo crédito de acceso garantizado a la Educación Superior a un máximo de veinte años a tasa real equivalente al costo del financiamiento del Estado, con tope de 2% y donde la cuota no supere el 10% de los ingresos imponibles de la persona. Este mecanismo incluirá la posibilidad de solicitar una manutención de hasta un sueldo mínimo.

■ Crear un mecanismo de exención de pagos y/o condonación de deuda para los estudiantes que hayan egresado o desertado y tengan muy bajas rentas.

■ Se propone extender este mecanismo de exención a los actuales deudores CAE, con foco en mujeres jefas de hogar o egresadas pertenecientes a los dos primeros quintiles y que no hayan podido ingresar al mundo laboral o han quedado cesantes.

■ Alinear los incentivos de la gratuidad, de la acreditación y del financiamiento del nuevo crédito a la duración estándar internacional de las carreras. ¦ Impulsar becas e investigación en materia de ciencia, tecnología e innovación. ¦ Focalizar Becas Chile en temas relacionados con áreas prioritarias.

Duplicar horario de atención e identidad digital para acceso

Duplicar el horario de atención de los servicios públicos.

Intensificar uso de tecnologías de información y comunicaciones para generar relación más amigable con personas, disminuyendo tiempos de atención y burocracia.

Interoperabilidad de datos dentro del Estado, con protección de información personal sensible. Implementar un sistema integrado, seguro y anonimizado de datos para mejorar las políticas públicas.

Concretar una plataforma integrada de los servicios electrónicos del Estado, con los más altos niveles de ciberseguridad.

Avanzar en la atención ciudadana 24/7 a través de la ventanilla única digital para todos los servicios del Estado.

Cada ciudadano tendrá una identidad digital para acceder a los servicios del Estado. Potenciar la Cédula de Identidad con Clave Única para acceder a servicios del Estado.

Crear un domicilio digital personal que permita al Estado notificar e informar.

Crear la Agencia de Evaluación de Programas Públicos.

Acceso ciudadano a datos e información almacenada por organismos del Estado.

Promover el establecimiento de gobiernos corporativos en los organismos autónomos.

Reducir el número de cargos políticos y establecer una estructura de funcionamiento para que las grandes decisiones se adopten en los niveles políticos correspondientes.

Crear una autoridad con rango ministerial y dedicación exclusiva para liderar la Transformación del Estado.

Reducir la cantidad de ministerios desde los 24 actuales. Se concentrarán ministerios que realicen labores similares para ser dirigidos por una autoridad. Por ejemplo, Obras Públicas con Vivienda y Urbanismo; o la Segegob con la Segpres. Las instituciones que hoy dependen de la primera dama estarán dentro del Ministerio de Desarrollo Social y Familia.

Entrevista 20 noviembre 2021

Sebastián Sichel: “Nosotros podemos construir grandes mayorías para crear puentes y no zanjas”
Sebastián Sichel repasa su campaña para llegar a La Moneda y sostiene que es el único que puede dar mayor gobernabilidad. El abanderado de Chile Podemos Más afirma que “no vimos venir la polarización que ha gatillado la extrema izquierda en Chile”, y que el desafío es “construir una mayoría política y cultural” para ganarle.

El miércoles, dos días después del último debate televisivo, y el abanderado de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, se ve con buen ánimo. Cree que su perfomance de ese día logró dar vuelta el escenario a su favor y contrarrestar el alza de su principal rival:José Antonio Kast. En esta entrevista, Sichel repasa los momentos de su campaña y asegura que estará en el balotaje.

Usted ha dicho que estará en la segunda vuelta. ¿Por qué está tan convencido?

Por dos razones bien importantes. Esta es la elección más importante del siglo XXI y son dos caminos los que se eligen. Primero, cómo la democracia se opone a la violencia, y nosotros representamos esa salida democrática a la violencia, pero también cómo la democracia madura se opone al populismo y que la mayoría de la gente quiere seriedad para lo que hagamos en el futuro. La gran mayoría silenciosa de los chilenos cuando va a votar siempre escoge responsabilidad, seriedad y esa opción la representamos nosotros.

¿Cree que el debate del lunes movió la aguja a su favor?

Tengo la sensación de que las personas volvieron a ratificar lo que nosotros representamos en las primarias: esta idea de que se puede conciliar libertad y justicia.

¿Cuál fue el momento más complejo de su campaña? Dijo que pensó en deponer la candidatura.

Los personales (…). En un minuto me cuestioné si valía la pena el dolor familiar que significaba para mi entorno más próximo, mi mamá, mi hermana, la agresión política. Esta ha sido una campaña muy agresiva, la más fría en términos humanos desde el retorno a la democracia y pensé si valía la pena el daño familiar al que estaba expuesto. Después me di cuenta de que sí, que por eso estaba acá.

¿Ha sido un costo exponer su historia familiar?

La primera reflexión es que entonces si alguien sufre violencia, ¿lo tiene que esconder para que no aparezcan los violentos? Es raro, ¿no? (…). Es bien ilógico, es al revés. La razón para mí de estar en política tiene que ver con esa convicción de que esas historias son las de la gran mayoría de chilenos.

Pero no todos lo usaron como un relato de campaña…

He visto en la franja aparecer a las familias completas de otros candidatos (…). Lo raro es que se cuestione justo, porque parece ser que estas situaciones de pobreza, perseverancia o violencia son las que se tienen que esconder.

Uno de los errores que reconoció fue no haber dicho rápidamente que había efectuado el primer retiro de pensiones. ¿Cree que eso le afectó la credibilidad?

Sí, puede ser. Pero creo que también tiene que ver con un debate mal hecho en la política (…). Me hubiera gustado mucho más que el debate se hubiera centrado en por qué gente que era candidato, que sigue ejerciendo cargos en el Parlamento como Gabriel Boric, cambiaron de posición.

¿Hay algo más que hubiese hecho distinto?

Debí haber resuelto antes el problema, obvio: había mucha gente que fue a la primaria, pero no quería cumplir su compromiso. Y yo viví demasiado con esta idea de que había que convencerlos de que cumplieran la palabra.

¿Debió decretar antes libertad de acción?

Es que no decreté libertad de acción, eso lo hacen los partidos. Me debí haber liberado antes.

En ese sentido, ¿no se arrepiente de no haber incorporado desde un inicio a los partidos?

Son dos preguntas distintas. Respecto a los que no querían estar… es lo que está pasando en España, los que entienden de política moderna saben que los sistemas se están fraccionando. Aunque los hubiera incorporado como fuera había algunos de ellos que el día después ya no querían estar.

Pero ¿por qué tardó en sumar a los expresidenciables? Al final se vio más activo a Mario Desbordes e Ignacio Briones.

Porque fue una decisión que conversamos con ellos. Les pregunté qué rol querían jugar cada uno. Además, quiero agradecerles profundamente a Mario y a Ignacio su apoyo desde el día uno.

¿No fue un error que no estuvieran desde el inicio?

Es que uno también tiene que respetar las decisiones personales.

Pero usted lamentó que Joaquín Lavín se fuera de Chile y dijo que no hubiese hecho lo mismo.

Sí, pero lo comprendo. Es mi primera elección presidencial, espero ser Presidente de Chile, pero él lleva mucho tiempo en política activa.

¿Le pidió que venga a votar a la primera vuelta?

He conversado con él, pero entiendo humanamente lo que le pasa.

En algún momento su comando no le tomaba el peso a Kast, decían que la primera vuelta sería “un trámite”. ¿Cuándo se dieron cuenta de que representaba un riesgo?

Nunca pensé que era un trámite, todo lo contrario, si no, me hubiese ido de vacaciones para siempre. Lo que no vimos venir es el nivel de polarización que ha gatillado la extrema izquierda en Chile. Eso le da sentido a mucha gente que, de cansancio con la extrema izquierda, mira a José Antonio Kast como alternativa (…). Entonces, hay gente que mira como única alternativa la idea de que la mano dura es suficiente (…). El pecado mortal de eso es que eso no va a permitir ganar en una segunda vuelta y detener a la izquierda, que creo que es el gran fantasma que pesa.

¿Sigue sosteniendo que es más competitivo que Kast en segunda vuelta?

Además de creerlo, los datos así lo dicen y después del debate es bastante obvio. Acá nuestro gran desafío para ganarle a la extrema izquierda es poder construir una gran mayoría no solo política, sino cultural que detenga esa fuerza centrífuga y que centre al país.

¿Por qué cree que Kast no es capaz de convocar a mayorías?

Primero, porque es intolerante con las minorías, por algo que quedó bien desnudo en su programa. Tiene falencias que son vitales. Yo no estoy solo, armamos un programa como Chile Podemos Más, construido colectivamente (…). Nosotros estamos no solo representando una forma de hacer política, sino también con un contenido que le da equilibrio a un país que requiere equilibrios, pero que, sobre todo, requiere gobernabilidad. La verdadera crisis de marzo no va a ser solo quién gana, sino quién puede gobernar. No tengo ninguna duda de que nosotros podemos construir grandes mayorías para dar gobernabilidad, crear puentes y no zanjas.

Desbordes se mostró en desacuerdo con la idea de plantear que si gana Kast no podrá gobernar.

Es una tesis distinta. Lo que no creo es en el chantaje de la izquierda que si no gano yo, no puede gobernar el otro. La pregunta es quién garantiza mejores gobiernos en el mediano plazo, no si puede o no puede.

¿Nunca vio a Kast como algo testimonial?

No (…). Lo que más respeto en política es que no haya soberbia y reconocer el mérito de los que están al frente (…). Respeto profundamente los diagnósticos de muchos de ellos. José Antonio Kast tiene razón en la necesidad del orden, solo que no va a tener la capacidad de una coalición, ni de un programa que ordene el país. Boric representa una demanda de temas nuevos a los que la centroderecha no puede renunciar, por ejemplo, el ambiental y la protección a la mujer.

¿Si Kast modificara su programa podría dar más gobernabilidad?

El punto es que ya hiciste una promesa. Los programas de campaña no son papeles, solo que tú le dices a los chilenos qué vas a hacer cuando seas Presidente y dejas de ser creíble cuando dices, ‘bueno, pero lo puedo cambiar’.

Si Kast pasa a segunda vuelta, ¿es un retroceso para el sector?

Por eso creo que es tan poco probable que Kast gane en segunda vuelta, porque efectivamente al polarizar la situación le abre un amplio margen a un mundo de izquierda para capturar temas que deberían ser nuestros: emprendimiento, innovación, insisto, la defensa de la nivelación de la cancha hacia arriba (…). Sería un fracaso regalarle esos temas de modernidad a una izquierda cuya respuesta es estatismo, indulgencia con la violencia.

Si Kast pasa, usted ha dicho que no están las condiciones para apoyarlo. ¿Sigue pensando igual?

Después del debate estoy convencido de que vamos a pasar.

Si no pasa, ¿bajo qué condiciones lo apoyaría?

No me pongo en ese escenario (…). Después de estas elecciones (si no gano) vuelvo feliz a ser profesor universitario.

¿No volvería a ser candidato presidencial?

Vamos a pasar a segunda vuelta y ganar esta elección, pero no me he planteado ese escenario, la verdad.

Pero no lo descarta…

No está en mi horizonte de corto plazo por lo menos.

Las nueve condiciones de Sichel para apoyar a Kast en segunda vuelta 30 noviembre 2021
Las nueve condiciones de Sichel para apoyar a Kast en segunda vuelta: “respeto irrestricto a los DD.HH.” y “compromiso total con minoría y diversidades”

 

sebastian-sichel

El documento corresponde a compromisos, dicen en el entorno del exabanderado de Chile Podemos Más, para “reforzar la democracia”. Un escrito que surge tras sus días de reflexión a una semana de obtener el cuarto lugar de las preferencias el pasado domingo 21 de noviembre, y ante la presión de los partidos oficialistas para dar una señal de respaldo al abanderado republicano.

El excandidato de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, retornó de sus días de reflexión que lo llevaron al sur del país tras el domingo 21 de noviembre, día en que obtuvo el cuarto lugar de las preferencias en el balotaje dejándolo fuera de la segunda vuelta en la carrera presidencial.

Un regreso marcado también por la migración de sus coalición a la candidatura de José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), la presión estos partidos para que el Sichel de una señal de apoyo al líder de Republicanos.

La respuesta fue un documento que corresponde a compromisos, dicen en su entorno, para “reforzar la democracia”, donde detalla nueve condiciones para dar su respaldo al exdiputado y única carta de la derecha.

1. Mantener el multilateralismo de las relaciones internacionales de Chile, junto al compromiso de permanecer en las instancias de participación actuales de la ONU y en otros organismos de cooperación internacional.

2. Respeto irrestricto a los DD.HH.: Mantener el INDH y eliminar del programa la propuesta de estado de emergencia en el que presidente tenga facultad de interceptar, abrir o registrar documentos y todo tipo de comunicaciones, y arrestar a las personas en sus propias moradas o lugares que no sea cárceles, ni estén destinadas a la detención.

3. Compromisos de respeto total a las minoría de diversidades, y condena a discursos de odio esparcidos por redes sociales de adherentes y parlamentarios afines. Señal explicita de rechazo a esos discursos.

4. Compromiso con dos leyes claves: interrupción del embarazo en tres causales y unión civil. No enviar iniciativas de retroceso al respecto desde el poder Ejecutivo.

5. Reconocimiento explícito de la incidencia humana en el cambio climático y un compromiso respecto de no abrir nuevas termoeléctricas ni retrasar el cierre de las actuales, intentando acelerar esto último.

6. Compromiso de mantener el Ministerio de la Mujer, no discriminar respecto del estado civil de las mujeres, y aumentar propuestas en programa de protección mujeres víctimas de VIF.

7. Equilibrio presupuestario para tender a disminuir el déficit fiscal y sostener programas de apoyo a hogares vulnerables.

8. Incorporar dentro del programa la pensión de alimentos garantizada, que garantice el pago de pensiones a madres cuyas deudas se mantienen pendientes.

9. No retroceder en la lucha contra el COVID: compromiso con las vacunas y el pase de movilidad.

Entrevista 28 agosto 2021 La Tercera

Sebastián Sichel: “No soy un refundador, soy un reformista que cree que hay que construir en lo que tenemos”

Los desafíos para el nuevo ciclo

“Primero que la política entienda que está en un nuevo ciclo. He tenido demasiadas conversaciones después de ganar las primarias, con los mismos analistas que decían que no había ninguna posibilidad que ganara, tratando de convencerlos que esta elección no se va a tratar de los mismos ejes que los últimos 30 años. Que esto no es una elección entre la izquierda y la derecha, entre el Sí y el No, entre los partidos y el centro. El que va a gobernar el país es el que gane el debate sobre cómo va a ser este nuevo ciclo, qué ejes van a ser pilares de este nuevo ciclo”.

Falta de recambio

“Tras los gobiernos de Michelle Bachelet y de Sebastián Piñera uno y dos ambos hubo una demanda de futuro muy contenida que se desató en las primarias de julio. A eso se sumó la aceleración de algunos cambios que venían medio lentos y se apuraron con la irrupción del siglo XXI. La irrupción de una revolución digital muy fuerte, el envejecimiento acelerado de la población hizo también que nuevas demandas sociales se tomaran la agenda: pensiones, etcétera”.

Continuismo de Piñera

“Una parte del código de la política sostiene que esto es un problema alternancia, como en los 90. No me hago cargo eso. Aquí hay otra agenda que no es la alternancia o la continuidad de este gobierno. Esto es un nuevo ciclo. ¿Y qué significa un nuevo ciclo? No es sólo el cómo. Fui ministro de este gobierno, no tengo ningún complejo, he dicho que estoy orgulloso de eso. Pero ya no es una discusión sobre quién administra Chile. Esa fue la discusión histórica entre la Concertación y la centroderecha. Ahora hay una conversación de cuál es la ruta que toma Chile: si es una, que es en la que creo profundamente, que sigue confiando en el eje mercado y Estado como el mecanismo más eficaz de asignar bien los bienes de la sociedad nivelando, eso sí, la cancha hacia arriba. O dos, que creo que es lo que encabeza Gabriel Boric, legítimamente, que cree que más bien hay que cambiar ese modelo y empezar con un modelo que confía muy fuerte en el Estado como eje estructurante del desarrollo y desconfía de lo privado. Y con ciertas dudas respecto al valor o no de la violencia en este proceso de cambio. Si hay que refundarlo o reformarlo”.

Un foráneo en la derecha

“Los ciudadanos eligieron que yo liderara este proceso. Eso es bien distinto y cambia las reglas de la ecuación, porque si yo hubiera sido designado por los partidos diría ‘claro, me toca y estoy incómodo’. Acá es el mundo al revés, yo peleé harto para estar en una primaria. Me costó, di una pelea, gané por una amplia mayoría – entre cuatro candidatos saqué la mitad de los votos- y lo que hay es un mandato de los ciudadanos para que esta coalición sea liderada por alguien como yo. Alguien de centro, reformista, que cree que tiene que haber una coalición amplia, mayoritaria, que empieza en la derecha, no tengo complejos con eso, pero que se abra a otros espectros donde no tenía espacio. Lo que he visto es, más bien, un alineamiento – podrás decir de algunos pragmáticos, de otros convencidos- pero respecto a algo que es bastante evidente que este es el eje que debe tener esta coalición, porque ese fue el mandato mayoritario de quienes concurrieron a una urna a votar. Eso es lo bonito de hacer primarias también. He tenido varias conversas privadas que me dicen ‘no sabíamos lo que estaba pasando y parece que tú sabes’, ‘reconocemos que tienes el legítimo derecho a llevar el mundo hacia allá, entendiendo que se requiere dar gobernabilidad, construir mayorías, ampliar los márgenes, pero también partir desde dónde uno está’. No soy un refundador, soy alguien que es reformista y cree que hay que construir en lo que tenemos”.

Estado versus mercado

“La centroderecha -y lo digo como alguien de centro- es mala para el diagnóstico. Le tiene miedo porque siente que va a descubrir espacios de cuestionamientos. El punto es que efectivamente el modelo de desarrollo que teníamos dejaba a un tercio de la población fuera de la posibilidad de llegar al desarrollo. Y era ridículo, porque tú seguías vendiendo la idea del país en marcha, del crecimiento de las empresas, del emprendimiento y tenías un tercio de los chilenos diciendo ‘oiga si ni aunque yo me esfuerce toda mi vida, voy a llegar al lugar que usted me está prometiendo’. La derecha tiene que hacerse cargo de esa primera crisis que es un país en que el sólo crecimiento ni el trabajo funciona como motor de desarrollo y que el que el Estado tiene que estar mucho más presente para incorporar a esas personas al desarrollo. El otro mundo, por su lado, tiene enamoramiento del Estado. El Estado parece ser la solución mágica a todo. El punto es que no sólo la existencia del Estado es prioridad, sino también hay que exigirle al Estado mucho más. Sacar a los partidos que tienen capturado el Estado. Yo creo en el diagnóstico de que tenemos que tener un Estado más presente y profundizar los espacios de seguridad social a través de la intervención estatal. Pero rescato, el valor de la competencia en el desarrollo de mercado y como lo que nos falta mucho más fuerte es desatar mercados en lugares industriales donde no hay”.

Nueva Constitución sí, pero así no. No apruebo 17 junio 2022

Voté Apruebo como una oportunidad para salir de la crisis institucional que impedía lograr acuerdos que permitieran a Chile tener una economía y una democracia más inclusiva, distribuyendo de mejor forma el poder económico y el político. Lamentablemente, he llegado a la convicción de que el texto de la Convención solo puede profundizar esta crisis y hace imposible avanzar en esos resultados.

Me he convencido por razones personales: esperaba que el texto buscara interpretar, si no a todos, al menos a la gran mayoría de los chilenos, incluso más allá de los que votamos Apruebo. Así terminaríamos con el trauma de la Constitución del 80: una hecha en democracia sería la forma de encuentro entre los chilenos, la hoja de ruta común del futuro. Pero el resultado es lo contrario: es el triunfo de la mayoría de turno que impulsa el texto que siente “su” Constitución y que busca aprobarla, aunque sea por un voto, incluso menos de los que votaron Apruebo. Eso solo dejará abierta otra herida para siempre en el futuro.

También me he convencido por razones jurídicas: es un mal texto y no hay armonización que pueda salvarlo. No solo es su extensión o vaguedad, sino la concentración de poder en una cámara política y la debilidad en que deja a las personas para protegerse del abuso, particularmente el estatal. Nada bueno puede resultar de un texto que inventa un sistema que hace del poder político y su ejercicio un instrumento aún más poderoso e ilimitado. La Cámara de Diputados —o representantes— se transforma en un leviatán capaz de interferir en las decisiones de todos los poderes del Estado. Y llega al absurdo de que una mayoría transitoria —alimentada por cuotas aseguradas— puede incidir en casi todas las instituciones de control (Contraloría, Banco Central, Poder Judicial, etcétera) e incluso derogar derechos consagrados (por ejemplo, de ganar mayorías ultraconservadoras prohibir el divorcio, o de ultraizquierda, la propiedad privada).

Se precariza el recurso de protección y se debilita el Estado, cuya prioridad debe ser el servicio a las personas. Y lo convierte en un fin en sí mismo (¿se imaginan a una pyme reclamando el pago oportuno o a un ciudadano exigiendo menos filas en los servicios públicos frente a este Estado todopoderoso?). A su vez, deja más débil al Estado justo donde debe ser fuerte: dar seguridad a sus ciudadanos (debilitamiento de estados de emergencia y autonomía de las fuerzas de seguridad) y brindar protección social (crea grupos privilegiados por sobre la prioridad en la pobreza o protección de clases medias).

La prioridad del Estado se centrará en criterios políticos (origen étnico o territorial) y no en objetivos (la vulnerabilidad social o la necesidad de protección social). Los pobres seguirán esperando y la clase media quedará atrás en la fila de prioridades.

Y poco hace para acelerar el crecimiento a través de la defensa del emprendimiento: en vez de combatir la concentración económica con mejor mercado, lo hace con más Estado, dejando atrapados en la burocracia a quienes emprenden.

Finalmente, he llegado a la convicción por razones políticas. Primero, al ver que algunos reclaman su aprobación para implementar “su programa de gobierno”, como si se tratara de un traje a medida para el gobernante de turno, argumento propio de autócratas o populistas. Segundo, al ver cómo constituyentes confundieron medios con fines: elegir una Convención fue un medio para lograr tener una mejor Constitución y lo que evaluamos es la calidad de su trabajo.

La pretensión de infalibilidad —buscar quorum que la hagan irreformable— y su autodeclarada superioridad moral —“cualquier cosa es mejor de lo que hay”— dejan en evidencia la debilidad del resultado de lo que han hecho. Lo cierto es que se buscaba una mejor Constitución de origen democrático, no “cualquier Constitución” redactada por personas electas.

Y por último por el chantaje: es absurdo hacernos creer que aprobar este texto es el único camino para tener una nueva Constitución, lo que haría del plebiscito un trámite y del borrador constitucional una verdad revelada. Lo que se juzga es un texto particular de estos constituyentes en especial.

Mi convicción política es que no aprobar es una forma de abrir otras vías igualmente democráticas para tener una mejor Constitución en el futuro.

El 4 de septiembre debió ser el día en que los chilenos nos reencontráramos para abrazar el futuro común, en que renaciera la esperanza de profundizar el camino hacia una sociedad más justa. Pero la realidad no será esa: esa noche se ahondarán nuestras divisiones. Y pase lo que pase, transformará esa noche, que debía ser de celebración colectiva, en una noche de ganadores y perdedores. De chilenos buenos y chilenos malos. De identidades encontradas. Un país más separado y partido en dos, igual o peor que donde estábamos antes.

Tengo la certeza de que necesitamos una Constitución que nos una y no nos divida. Que nos guíe por un camino común de libertad y de inclusión democrática, en que el lugar donde naces, tus creencias u origen no determinen el lugar donde puedes llegar.

Tenemos nuevas formas y posibilidades de hacer bien las cosas. Pero no debemos conformarnos con esto. Así no. No apruebo. (El Mercurio)

El sentido de la subsidiariedad 28 marzo, 2016

Lo medular del constitucionalismo es la defensa del individuo frente al poder estatal. Así emerge la Carta Magna, para reducir el poder del monarca inglés, la Constitución de Filadelfia en los Estados Unidos y los primeros esfuerzos de la Revolución Francesa. Organizar la forma y darles protección social a los ciudadanos emerge de dicha necesidad. Es el reconocimiento básico de que la persona, su naturaleza y la esencia de sus atributos, es previa y superior al Estado. Esto tiene múltiples implicancias, la más importante en estos días: que las Constituciones modernas entienden que el reconocimiento y la protección de los derechos humanos es parte de su tarea.

El principio de subsidiariedad es una aplicación de esta idea. Somos las personas, con nuestros instintos y naturaleza social, quienes tenemos prevalencia para perseguir los fines y alcanzar las metas que nos hemos propuesto, solos o asociados con otros, todo ello en un ámbito de libertad y seguridad que el Estado debe no solo reconocer sino que, además y muy especialmente, proteger o cautelar. Eso es lo que se llama subsidiariedad negativa, esto es, no necesitamos que el Estado intervenga o se inmiscuya en aquellas cosas que podemos hacer por nosotros mismos. Lo expuesto, sin embargo, no significa que el Estado deba desentenderse absolutamente del actuar privado pues, lo público en tal caso, estará dado por el deber de fiscalizar el sometimiento a las reglas que, por razones de bien común, es menester fijar para el desenvolvimiento correcto de los agentes sociales.

Pero, además, la subsidiariedad tiene otro sentido igual de importante. Los ciudadanos no solo aspiran, sino exigen que el Estado actúe proactivamente, ocupando aquellos espacios en que las personas, aún asociadas unas con otras, no pueden o no quieren actuar. Y la verdad, el Estado tiene el deber de actuar cuando se trata de proteger, de cautelar los derechos fundamentales de las personas que habitan su territorio, de propender a la satisfacción de sus necesidades, en fin, de conseguir el logro de su esencial finalidad, de lo que supone conseguir el ideal de su existencia, el bien común de quienes formamos la comunidad nacional.

El principio de subsidiariedad ha sido reconocido como esencial en el pensamiento socialcristiano, desde su aparición en la encíclica «Rerum novarum», la primera entre los documentos pontificios dedicada preferentemente a temas sociales. Y también en la cultura liberal en Rawls y en toda la tradición de los derechos humanos. Sus principales opositores emanan casi siempre de totalitarismos, de izquierdas o derechas, para quienes el Estado, o bien las corporaciones, son entidades prioritarias en la distribución de los activos sociales, aun respecto de las personas y sus derechos fundamentales.

Es evidente que la interpretación no solo estrecha, sino incluso interesada de este principio, que han tratado de hacer conservadores y totalitarios y sus traumas, han manoseado su extensión y utilidad. No le hace bien que los traductores de la subsidiariedad hayan sido el miedo atávico conservador subyacente en Jaime Guzmán, o ahora el neoestatismo de Fernando Atria y sus seguidores. Lo que ellos dijeron no es lo que dice la Constitución en relación con la subsidiariedad, pues objetivamente nada dice sobre tal principio. Es solo su particular lectura acerca del espacio de libertad que la Carta Fundamental entrega a los ciudadanos, a su afán creativo, a su instinto social y a los deberes que en función de tales reconocimientos impone al Estado.

En Chile, la consagración constitucional de manifestaciones que son muy emanantes del principio de subsidiariedad, deviene de la evolución natural y la constatación práctica del consenso democrático de nuestra historia republicana: lo público no es necesariamente lo estatal. Eso nos ha llevado a darles una importancia trascendental a las organizaciones intermedias: han sido coadyuvantes del Estado para perseguir y conseguir fines públicos. Juntas de vecinos, centros de madres, colegios privados y asociaciones de profesionales. Pero también emprendimientos privados.

La defensa de la consagración constitucional de manifestaciones de la subsidiariedad implica algo que para nosotros es esencial: mantener el ideal democrático de que el Estado, los cuerpos intermedios y las personas se necesitan mutuamente y requieren coordinar su actuar para el bien común. Y que somos los ciudadanos quienes tenemos la prioridad para fijar las reglas, los límites y la necesidad de la acción positiva del Estado. (El Mercurio)

Sebastián Sichel, Presidente ejecutivo de Plural

Eugenio Evans, Investigador asociado de Plural

Mirando por el retrovisor 14 abril, 2016

Se sale con todo a perseguir a Cabify y Uber. Se apura una reforma que regula un espacio pequeño de la gran masa de trabajadores. La gratuidad puso el foco en el mundo universitario -y el gasto- en menos del 20% de los estudiantes en Chile. La reforma educacional partió por los colegios particulares subvencionados, no por los municipales. Se legisla una nueva forma de detención por sospecha, aunque nada demuestra que persiga de manera eficiente el delito. ¿Qué tienen en común? Parecen rascar donde no pica: buscan solucionar problemas no prioritarios. Ninguna de estas reformas pasa el test básico de las políticas públicas post transición: ser técnicamente impecables y políticamente sustentables. ¿Era necesaria esta paranoia fiscalizadora para un sistema que se estaba complementado de manera eficiente en los taxis?¿Era razonable abocar todos los esfuerzos a una legislación orientada sólo a sindicatos de grandes empresas o era mejor poner el foco en la protección de trabajadores por hora y el empleo femenino? Lo de educación por majadero, ya parece broma: los estudiantes del Inacap sin gratuidad, mientras varios de mayores ingresos estudian gratis en la universidad. ¿Por qué pasa esto? Primero,  porque grupos de interés con baja representatividad se visten de movimientos sociales aumentando su capacidad de influencia. Sólo mentes imaginativas pueden creer que la CUT representa todo el mundo del trabajo en Chile. La Confech y el Cruch representan a menos de la mitad de la educación superior. Y el sindicato de taxistas no representa los problemas del transporte en Santiago. Todos hay que tomarlos en su mérito: grupos de interés haciendo legítimo lobby por sus asociados.

Más importante que si una reforma está hecha a la medida de la CUT, la Confech, el Cruch o un sindicato de taxistas, es evaluar su utilidad para el bien común. Lo que se ha hecho deja mucho que desear en este sentido. Esto parte por un Gobierno que ha sido débil en limitarles su campo de acción: ha identificado los intereses corporativos de quienes más copan la agenda con las urgencias de Chile. Y sigue con el resto de la clase política que ha mirado este fenómeno embobada por su propia endogamia. Está enferma de narcisismo: al igual que el resto, confunde su propio interés con la necesidad de Chile. Hablan de cuidar la democracia buscando protegerse a sí mismos. La única forma de mirar al futuro es dejar de escuchar a quienes más gritan o quienes más se conocen. Ese fue el primer descubrimiento de la democracia representativa y el libre comercio: la descentralización de las decisiones permite avanzar más rápido y satisfacer una mayor cantidad de necesidades. Eso superó la vieja etapa de los cabildos que controlaban unos pocos y los estancos comerciales que permitían el abuso y la ganancia ilimitada de los amigos del gobernante.

El Estado debe corregir fallas de los mercados y mejorar la calidad de las instituciones. Justo lo que estos días se está haciendo mal por miedo a la misma democracia y el viejo conservadurismo de creer que la mejor forma de decidir es centralizar las decisiones entre unos pocos que participan activamente. Da lo mismo si esos pocos son los con dinero, con poder político o con vocería social. Todos ellos siguen tratando de concentrar el poder.  Llegó la hora de volver a descentralizar el poder con más mercado y una mejor democracia. (La Tercera)

Sebastián Sichel

Sebastián Sichel: “Para algunos, el orden y respeto al Estado de derecho no es prioridad, insisten con indultos y dejan en indefensión a las víctimas” 29 agosto 2021
 

El abanderado de Chile Vamos expresó que «no por la excusa de respetar los derechos humanos vas a renunciar a una de las obligaciones principales del Estado que es mantener el orden y controlar la violencia», dichos que fueron criticados por los candidatos de la oposición. Mientras Yasna Provoste dijo que «para ellos (CHV) los derechos humanos son una excusa», Gabriel Boric manifestó que «lo mínimo que merece Chile es que el exministro se disculpe con las víctimas».

Ayer sábado los candidatos de la oposición increparon al independiente por Chile Vamos, Sebastián Sichel, a raíz de unas declaraciones que dio en El Mercurio. “No por la excusa de respetar los derechos humanos vas a renunciar a una de las obligaciones principales del Estado que es mantener el orden y controlar la violencia”, dijo Sichel.

Una frase a la que respondieron los postulantes a La Moneda de Apruebo Dignidad y Nuevo Pacto Social. “Las declaraciones de Sebastián Sichel son especialmente graves viniendo de un ministro de un gobierno que no fue capaz de mantener el orden, de proteger a las personas ni respetar los DD.HH. Es lamentable ver que para Sichel, igual que para Piñera, los DD.HH son solo una excusa”, dijo Gabriel Boric a través de Twitter. “Lo mínimo que merece Chile tras una frase así, es que el exministro se disculpe con las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos. Las de ayer y las de hoy, las de la dictadura y las del gobierno del que fue ministro”, agregó el diputado.

La senadora y candidata DC, Yasna Provoste, en tanto, dijo: “Esa es la diferencia entre la derecha representada por este gobierno y Sebastián Sichel, y nosotros. Para ellos los derechos humanos son una excusa, para nosotros son una condición fundamental de la vida en sociedad. Su respeto no permite excepciones”.

A ellos se sumaron el candidato del PRO, Marco Enríquez-Ominami -“El respeto de los Derechos Humanos nunca es una excusa. No sorprenden estas declaraciones de Sebastián Sichel, ex ministro de un gobierno que toleró violaciones a los DD.HH. por agentes del Estado”-, y el candidato de Unión Patriótica, Eduardo Artés -“Para Sichel los Derechos Humanos son una ‘excusa’, para otros son algo ‘neutral’ para todos, para nosotros son los derechos de los trabajadores y pueblos. Así será mientras exista el capitalismo y el dominio imperialista”.

Esta mañana, el exministro de Desarrollo Social respondió a los emplazamientos de sus contendores, acusando una competencia “muy poco edificante por quién es más de izquierda”.

Mi compromiso con los DDHH es total, y lo es también con el orden y mantención del Estado de derecho. Lo dije textual en el diario: ‘¿Desde cuándo mantener el orden significa no respetar los DDHH? En una democracia madura hay que mantener el orden, hacer valer el Estado de derecho y respetar los DDHH. Es una obligación mínima’. No hay atajos ni excusas”, dijo Sebastián Sichel.

Se pueden perseguir ambos objetivos, eso es gobernar. Es claro que, para algunos, el orden y respeto al Estado de derecho no es prioridad, insisten con indultos y dejan en indefensión a las víctimas. Donde no hay Estado de derecho, no hay justicia y pierden los más débiles”, agregó el expresidente de Banco Estado.

“Se necesita experiencia y fijar convicciones en las personas que más necesitan y no en las que más gritan. No sé si algunos candidatos, que sólo conocen la realidad desde la comodidad de un cargo público, tienen lo que se requiere para liderar el nuevo ciclo político”, concluyó Sichel.

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